Nos encontramos en aquella última cena de la celebración pascual, con aquel discurso de despedida de Jesús a sus discípulos. Se trata del jueves de la semana de la cruz, apenas escasas horas antes de subirse Jesús a la cruz.
Juan 14:31 “Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.
Ya no son 12, Judas se ha ido, ahora son 11. Los discípulos verdaderos. Acaban de salir del Aposento Alto, para cruzar el valle del Cedrón y dirigirse al huerto de Getsemaní, donde tiene una cita con Su Padre. Lo hacen bajo la brillante luz de la luna en mitad de la alta noche, y de camino, con vides como testigos, es que Jesús, seguramente apuntando con su dedo a ellas, tal vez acercándose a ella es que da esta ilustración, esta enseñanza. Este 7º y último “Yo Soy” que encontramos en el Evangelio de Juan.
Es una importante y necesaria explicación de parte del Señor ya que ÉL iba a abandonarlos para volver al Padre, ya que Judas estaba a punto de aparecer en escena consumando la traición tal como Jesús advirtió, y porque Pedro le iba a negar también esa noche. Para ellos, Jesús utiliza la metáfora de la vid y los sarmientos para enseñar una importantísima lección espiritual.
Nunca debemos olvidar que cada vez que Jesús dice “Yo Soy”, está señalando y defendiendo Su Deidad, al llevarnos directamente al capítulo 3 de Éxodo, con aquellas palabras en las que Dios mismo se presentó a Moisés.
Juan 15:1-6 “Yo Soy la Vid Verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en Mí, y YO en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo Soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer. El que en Mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.”
ENCONTRAMOS 3 ASPECTOS O PERSONAJES DIFERENTES EN ESTA ENSEÑANZA:
- Hay una vid verdadera que es Jesús (15:1 y 6). ÉL es el sustento vital. Por otro lado, denota que hay una vid falsa
- Hay un atento cuidador de esa vid, que la plantó y la cuida personalmente. Es El Padre, el viñador o labrador
- Y hay 2 tipos de ramas o pámpanos, con 2 maneras diferentes, 2 tratos diferentes y 2 finales diferentes. Estos son los discípulos, que veremos que puede haber de 2 tipos.
I.- JESÚS, LA VID VERDADERA
Si Jesús es la vid verdadera, la otra cara de la moneda es que hay o hubo una vid falsa, una vid corrupta, degenerada o defectuosa. Una vid inservible, infructuosa (que no dio fruto alguno) y que carecía de sentido y de propósito. ¿Quién ? Israel, el pueblo del pacto. El canal mediante el cual las bendiciones del pacto de Dios fluían al mundo. Pero ahora, las bendiciones de Dios sólo vienen por estar unidos a Cristo. ÉL es la fuente de bendición, de vida, de luz espiritual. El sustento, el Pan del cielo, la verdad, la vida, la puerta, el camino, el Ben Pastor…
Salmo 80:8-9 “De Egipto trajiste una vid; expulsaste a los pueblos paganos y la plantaste. Le limpiaste el terreno, y ella echó raíces y llenó la tierra.
A modo de resumen: Dios El Labrador, saca a Israel de Egipto y, como si una vid fuera, la planta en Canaán con un fin: Ser luz a las naciones (Is. 49:6), dar testimonio del Dios vivo y verdadero, del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Las demás naciones debían ver en ellos, y a través de ellos que había un Dios que reinaba sobre la nación de Israel, ya través de ellos, traer salvación al mundo.
Ellos eran un pueblo escogido, un pueblo santo, único y especial, consagrado a Dios para ser diferente a los demás. Pero hicieron exactamente lo contrario, lo opuesto: Ellos se fijaron en las demás naciones y buscaron ser exactamente como ellas. No habían entendido cuál era su propósito.
“Todas las naciones tienen un Rey, ¿por qué nosotros no? Queremos tener un rey terrenal como las demás naciones”
Samuel va ante Dios, y Éste le contesta: “Samuel no te confundas, No te desechan ni rechazan a ti, me rechazan a MÍ. Diles que de acuerdo, que tendrán un rey terrenal como tanto quieren, pero hazles saber que los va a oprimir con cargas e impuestos, que va a tomar sus casas y sus hijos para mandarlos a la guerra. Por querer imitar a las demás naciones. En definitiva, tendràn una vida mucho peor”
Vinieron la época de los reyes, algunos temerosos de Dios, pero se agrandó y agravó su idolatría y apostasía. Llegó el Juicio de Dios, fueron divididos en 2 reinos, luego expulsados y exterminados, aunque ÉL se guardó un remanente para traerlo de vuelta y seguir con su Plan salvífico.
Para colmo llega el Mesías prometido, llega el Señor dispuesto a ver y recoger el fruto y abundante cosecha, y no solo no halla fruto, sino que lo asesinan en una cruz.
El profeta Ezequiel dice de ella, de Israel como vid, que es una vid vacía, hueca o sin fruto. Isaías dice que es tóxica, con frutos malos que no se pueden comer. Es una vid muerta.
La historia de la nación de Israel en el Antiguo Testamento es una continua historia de infidelidad, idolatría, inmoralidad, de continuo fracaso y de juicio por ello. En definitiva, NO dieron fruto.
Isaías 5:1-7 “Cantaré en nombre de mi querido amigo una canción dedicada a su viña. Mi querido amigo tenía una viña en una ladera fértil. La cavó, la limpió de piedras y la plantó con las mejores cepas. Edificó una torre en medio de ella y además preparó un lagar. Él esperaba que diera buenas uvas, pero acabó dando uvas agrias. «Y ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, juzguen entre mi viña y yo. ¿Qué más se podría hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? Yo esperaba que diera buenas uvas; ¿por qué dio uvas agrias? Voy a decirles lo que haré con mi viña: Le quitaré su cerco para que sirva de pasto; derribaré su muro para que sea pisoteada.La dejaré desolada y no será podada ni cultivada; le crecerán espinos y cardos. Mandaré que las nubes no derramen lluvia sobre ella». La viña del Señor de los Ejércitos es la nación de Israel; el pueblo de Judá es su huerto preferido. Él esperaba justicia, pero encontró ríos de sangre; esperaba rectitud, pero encontró gritos de angustia.»
Oseas 10:1-2 “Israel era una vid frondosa que daba fruto para sí mismo. Pero cuanto más aumentaba su fruto, más altares construía; cuanto más prosperaba su país, más hermosas hacía sus piedras sagradas. Su corazón es engañoso, pero tendrá que cargar con su culpa. El Señor destrozará sus altares y devastará sus piedras sagradas.”
Israel fracasó, y ha sido temporalmente desechado y endurecido, hasta que los gentiles alcancen salvación, provoquen celos a Israel, y luego el remanente de ellos será salvo, tal como dice Romanos 11.
Israel, como vid, era sombra o tipo de la verdadera vid, quien es Jesús.
Y en esta escena de aquella última noche, el grupo de los 11, tal vez ellos pensarían: “Espera, yo soy judío, ¿cómo puede decir eso? Soy descendiente de Abraham, estoy unido y conectado con Dios”
Y de repente Jesús les dice, “NO. Si queréis dar fruto y estar conectados con Dios, debéis estar pegados y conectados a MÍ, no a Israel. Yo Soy la Vid original, única y verdadera”
- ¿Queréis tener unión y conexión con Dios? A través mía. Yo Soy el Camino
- ¿Queréis que la vida de Dios fluya a vosotros? A través mía. Yo Soy la Vida”
- ¿Queréis alumbrar al mundo? Sólo a través de Mí. Yo Soy la Luz del Mundo”
¿Creés que por ser judíos, descendientes físicos y biológicos de Abraham estáis automáticamente conectados con Dios? NO. solo a través mía. Yo soy la única puerta”
¿Creéis que por estar años y años en la iglesia, venir y asistir regularmente, ser hijo de pastores o predicadores, hijos de cristianos, estás automáticamente en una óptima relación de vida con Dios? NO. Sólo es a través de una íntima y personal relación con Cristo.
Es sumamente importante que estas palabras penetrasen en sus mentes y corazones, pues apenas unas horas más tarde, ÉL va a morir, y hasta que lo vean resucitado y el Espíritu Santo no venga sobre ellos, estarán confusos, desconcertados.
II.- EL PADRE, EL LABRADOR DE LA VID (15:2)
Versículo 1 “ Mi Padre es el Labrador.”. ÉL es el granjero, el viñador quien cuida la vid. Además lo hace de una manera personal e individual, una por una cada rama, cada pámpano.
El Padre envía al Hijo al Mundo (Jn. 3:16). El Hijo se somete a la Voluntad del Padre. El Hijo es la vid, el Padre es el Labrador quien la cuida a diario.
¿Qué hace El Padre, el labrador, el Granjero con las ramas? Hace 2 trabajos o 2 obras muy distintas. 2 labores totalmente opuestas y diferentes.
- A unas las limpia, las poda.
- A otras las corta, las seca, las aparta y las arroja al fuego.
Juan 15:2 “Todo pámpano (rama) que en Mí NO lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará para que lleve más fruto”
- 1.- EL PADRE PODA Y LIMPIA (15:2b)
¿Para qué nos limpia? Para que llevemos más fruto, para ser más fructíferos.
Cuando el agricultor limpia y poda, quitando el fruto, aumenta el flujo de savia, aportando más nutrientes a la planta, para llevar más fruto. Si una vid no se poda, se vuelve silvestre, el fruto disminuye y se hace inútil para comer.
¿Cómo nos limpia? A veces mediante la disciplina, a veces ÉL, como Señor y Soberano, se sirve de los acontecimientos, problemas o consecuencias de decisiones en nuestra vida. A veces de las enfermedades, o la pérdida de un familiar o de bienes, puestos de trabajo… para deshacernos de lo que nos impide que llevemos más fruto.
Hay cosas que estorba en nuestra labor como discípulo, como cristiano y que impide que llevemos fruto. A veces es la autoconfianza en uno mismo, o incluso en dones que Dios no ha dado. a veces es un hobby, afición o entretenimiento, una amistad o una relación que, sin ser mala o perjudicial, nos está robando tiempo y las fuerzas para dedicarnos a servir al Señor con más eficacia.
Hebreos 12:1-2 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante (…)”
¿Imaginas un atleta corriendo una carrera de velocidad con un traje o en pantalones vaqueros, con una mochila cargada de cosas, o con la bolsa de la compra? Pues la vida cristiana es comparada con una carrera atlética, y todo lo que nos estorbe para llegar a la meta final, para recibir la corona, debe ser echado fuera. Nos sobra. Es más, nos perjudica.
El Labrador está con las tijeras de podar para cuidar y limpiar sus ramas. Los cortes duelen en ese momento, pero son necesarios para nuestro proceso de santificación, esto es, que Cristo vaya siendo formado en nosotros.
La disciplina, la corrección es sufrida, pero muy necesaria. Yo sufro cuando debo castigar a mi hijo, no me gusta, no es algo cómodo para mí, pero sé que es necesario, es por su bien. Yo soy su padre, y quiero lo mejor en la vida para él, pero a veces es imprescindible la disciplina.
Mira lo que dice más adelante en este mismo capítulo 12 de la epístola de los hebreos.
Hebreos 12:6-11 “porque el Señor al que ama, disciplina, y azota todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero este para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.”
Esto a veces es doloroso, pero trae fruto y Dios es glorificado?, ¿Estás dispuesto a ello?
Santiago 1:2-4 “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
Tened por sumo gozo. Fíjate que no dice “si pasamos”, sino «cuando pasemos». Da por hecho que las vamos a pasar. La vida cristiana no es un camino de rosas.
Tened por sumo gozo. No es hacerse o fingir felicidad. No es gozarnos de las pruebas en sí, sino en el fruto que ella nos puede dar. Y parece incongruente que podamos gozarnos en medio de la aflicción, la prueba, pero hay un propósito divino en ellas. Estos problemas o situaciones de prueba no son nuestro enemigo, son «amigos», instrumentos de Dios para aumentar nuestra fe, nuestra dependencia a ÉL, para formar nuestro carácter cristiano, para crecer en el Señor. Son tiempos de aprendizaje de Dios, difíciles, sí, pero muy necesarios.
Que podamos decir: «Gracias señor por esta situación, por esta prueba. Gracias señor por la poda, por limpiarnos para que llevemos más fruto.»
El oro se limpia de las impurezas, ¿Como? con el fuego a altísimas temperaturas. ¿Sabéis un truco para diferenciar el oro de algo que parece serlo pero que en realidad no lo es? Se coge una pinza, y de acerca la pieza al fuego un minuto. Si se pone oscuro, se derrite o sufre una alteración, será otra cosa, pero no oro. Si se calienta solamente, es oro. Un cristiano en una prueba que abandona su fe, que no persevera, demuestra que la semilla no cayó en buena tierra.
Mira lo que dice el Apóstol Pedro de esto en su primera carta (1ª P. 1:7). » El oro refinado se prueba con fuego, ¿Cuánto más vuestra fe? Su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir y es perecedero. Esta fe trae gloria y honra al Señor.
Puede que sea doloroso, pero Dios está limpiando, está podando y dicen que cuando el labrador poda, es precisamente cuando más cerca está de la vid. Sus tijeras a veces duelen, pero dolerá más, mucho más si finalmente nos corta y nos arroja al fuego eterno, al infierno.
Romanos 8:28 “ Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”
¿Cuáles son esas tijeras de podar? Versículo 3 dice «Ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado”. Es la Santa Palabra de Dios. Ella es la espada de doble filo que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser, para discernir los pensamientos e intenciones de nuestro corazón.
La Palabra opera en nuestros corazones, y es el instrumento divino para limpiar (podar), redargüir, corregir e instruir (2ª Tim. 3:16)
- Juan 17:17 “ Santifícalos en Tu Palabra, Tu Palabra es Verdad”
- Salmo 119:9 “¿Con qué limpiará el joven su camino? con guardar Tu Palabra…”
Es por ello necesario e imprescindible leer, meditar, memorizar, estudiar y, sobre todo, aplicar la Palabra de Dios a nuestras vidas.
Cuando lo haces, tu mente es transformada y renovada, entonces no sólo detestas y no te contentas con las cosas del mundo, sino que conoces perfectamente la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
Hermanos, animo a la congregación a confiar en el proceso de la poda, en la limpieza del agricultor del cielo, sabiendo que Dios tiene un propósito en ello, aunque nos duela y no entendemos bien el propósito.
- 2.- EL PADRE CORTA Y ARROJA AL FUEGO (15:2a y 6)
El Agricultor no sólo limpia y poda, también quita, elimina y arranca, y lo hace por la propia salud de la planta. Las ramas que no llevan fruto, y que chupan de la savia, son directamente eliminadas. Se desconectan de la vid y se secan, y esa madera, esa rama no sirve para absolutamente nada. Solo para quemarlas.
Es exactamente lo mismo que dijo Juan “El Bautista” cuando los hipócritas religiosos judíos se acercaban a él para ser bautizados.
Mateo 3:7-10 “¡Generación de víboras! ¿Quién les advirtió que huyeran del castigo que se acerca? Hagan frutos que demuestren y sean dignos de arrepentimiento. No piensen que podrán decir: “Tenemos a Abraham por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego.”
Ellos eran los más religiosos: ayunaban, hacían largas oraciones, iban al Templo a diario, ofrendaban y diezmaban. Se sabían la Torah de memoria, pero todo eso no les servía de nada si no estaban en Cristo.
Puedes ser el más religioso, y ser cortado de raíz, pues si no tienes fruto, NO eres cristiano. Separado de la provisión del Poder y la vida, que es solo en Cristo no es que podamos hacer pocas cosas, es que no podemos hacer absolutamente nada.
Juan 15:5b “(…) Separados de MÍ nada podéis hacer”
¿Sin ÉL? Nada. ¿Con ÉL? Lee Filipenses 4:13 “Todo lo puedo En Cristo que me fortalece” (“Todo lo puedo sobrellevar y soportar estando en Cristo, pues ÉL me da fuerza, poder y vida para ello”)
Haz la prueba, coge una rama aislada de la vid, plántala en una maceta, riégala a diario, ponla al sol, cuídala …jamás dará uva. La rama debe estar en la raíz para recibir los nutrientes necesarios, de la misma manera que un cristiano debe estar unido a la vida que emana de Cristo.
Un ejemplo, ¿Qué hizo el Señor con Ananías y Safira en el Libro de Hechos (Hch. 5)? Fueron cortados.
III.- LAS RAMAS DE LA VID
Esa misma noche, en ese mismo Aposento había 2 clases de ramas, 2 clases de personas, o 2 clases de discípulos. Estaban los que permanecieron fieles, los que se apegaban a la vid, los que estaban dando fruto, pero también había otra rama, muy parecida. Tan parecida que prácticamente no se diferenciaba ni distinguía de las demás, salvo por una cosa: que no dio fruto. No hay fruto alguno.
En definitiva, hay 11 discípulos fieles y verdaderos, y hay un apóstata, un profesante, un desertor, un falso creyente, un aparente creyente también llamado hijo de perdición (Jn. 6:70-71). ÉL no estaba siendo limpiado, él no iba a ser podado o limpiado, mucho peor, él directamente fue cortado, arrancado y eliminado.
Estuvo 3 años con Jesús, fue cercano, tenía apariencia externa de piedad, todos creían que era uno de ellos, sin embargo no dio fruto y fue cortado y quemado. ¿Cómo acabó? maquinando una traición a Jesús por dinero, ahorcándose y en el infierno.
Jesús en esa última cena les dijo: “Vosotros estáis limpios por La Palabra, aunque no todos”
Hay personas que pueden parecer estar unidas a Cristo, estar EN ÉL, que parecen haber hecho o tenido un compromiso con Cristo, pero realmente están muertas, carecen de fruto, ese compromiso fue muy superficial, no son verdaderos creyentes porque no perseveran, y como dice la parábola del sembrador (Mt.13:1-23), cuando vienen los afanes del mundo, la aflicción o persecución, la semilla se ahoga y se hace infructuosa.
Puedes llamarlos falsos, profesantes, cristianos ociosos o cristianos carnales, eso es lo de menos. La realidad es que no estuvieron nunca En Cristo, no estaban dando fruto, eran ramas estériles, inútiles e inservibles.
Si eres un cristiano, si eres un verdadero cristiano, de forma inevitable das o debieras dar fruto, pero no por tí, sino porque estás en ÉL, estás conectado y unido a ÉL.
- Efesios 2 dice que somos salvos por fe, no por obras para que nadie se gloríe. Pero sigue leyendo. Somos salvos, y creados en Cristo para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
- Santiago 2 dice que la fe sin obras está muerta, no sirve, es inútil.
NO importa si saliste al altar, si levantaste tu mano, si repetiste una oración, una frase. NO importa cualquier acontecimiento. Sólo importa si estás en Cristo, y si estás dando fruto y evidencia de ello, como consecuencia de tu unión vital con ÉL.
SE TRATA DE SI ESTÁS EN CRISTO O NO. Y SI ESTÁS, LLEVAS FRUTO.
Puedes estar pegado al Pastor, a la religión, a una buena moralidad o ética cristiana. Puedes estar pegado a una iglesia. Pero no se trata de eso, se trata de estar pegado, unido, conectado e injertado en Cristo.
El fruto es la marca del verdadero cristiano, del creyente genuino.
- Jesús dijo en Mateo 7:16 que “por sus frutos los conoceréis”
- Pablo dijo en Romanos 7:4 que hemos sido salvados a fin de que llevemos fruto para Dios”
UN CRISTIANO VERDADERO DA FRUTOS
En la vid buscamos uvas, en un cristiano buscamos fruto. Es una contradicción un, sin sentido y una incongruencia, un cristiano sin fruto.
Cuando hablo de fruto, me refiero al carácter de Cristo formándose cada vez más en nosotros. ¿Cómo es el carácter de Cristo? Amor, Gozo, Paz, Paciencia, bondad, fe, mansedumbre, templanza… Dice en Romanos 5:5 que Su Amor ha sido derramado en nuestros corazones, por el Espíritu Santo. Estamos en la vid, Cristo, y mediante la savia, el Espíritu Santo es que Su Amor se proyecta a nosotros cuando estamos vinculados a ÉL. ÉL es la fuente de vida espiritual.
Esa es la razón de todo, que Cristo sea formado en nosotros, mientras morimos a nosotros mismos.
Dios nos creó a Su Imagen y Semejanza, pero tras la caída todo se distorsionó, se manchó, se pudrió, se contaminó desde la raíz; y ahora mediante el Espíritu santo, Dios va limpiándonos y haciéndonos como ÉL, va formando a Su Hijo en nosotros, de manera que nuestros motivos, deseos, acciones, pensamientos, omisiones, inclinaciones, gustos y disposiciones van sometidas e influenciadas por ÉL, por Su Voluntad, por el Espíritu Santo.
ESO ES VIVIR EN CRISTO, ESO ES VIVIR LLENO DEL ESPÍRITU SANTO
Israel fracasó en su misión de ser luz y alumbrar a las naciones, y Jesús nos dice a nosotros en Mateo 5:16, “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras (vuestro fruto), y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”
A lo largo de este capítulo, la palabra clave que más se repite (más de 10 veces) es “PERMANECER EN ÉL”
Tú perseveras en ÉL, y ÉL te preserva. ¿Cómo? Obedece Su Palabra.
Permanece, persiste, persevera con constancia porque sin ÉL, separado de Él, estando desconectado de Él, ¿Qué dice? No dice que no podemos llevar fruto, sino que no podemos hacer nada. Tenemos que permanecer en Su palabra, en Su Voluntad y en Sus obras. ¿Y dónde está Su Voluntad? en Su Palabra. Y si obedeces, ¿Qué harás? Sus obras.
No abandones, no mires atrás, sigue, no seas como Judas. Tu responsabilidad más grande e importante como creyente es mantener tu relación con Cristo.
Como Pablo dijo a los Gálatas, “ya no vivo yo, Cristo vive en mí, y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. “
UN PÁMPANO, UNA RAMA SEPARADA DE LA DE LA VID NO SIRVE PARA NADA
ÉL es la vida, y separados de ÉL estamos muertos en vida, aunque respiremos, estamos inertes y dispuestos al juicio de Dios. Nuestra productividad como cristianos de llevar y producir fruto, es permaneciendo en ÉL, conectado íntima y estrechamente.
“Tienes que permanecer en Mí, y Yo en tí”. Tu grado de productividad como cristiano es directamente proporcional a cuán cerca, unido y conectado estés de ÉL.
CONCLUSIÓN:
El Apóstol Pablo, por culpa de los falsos maestros, está sufriendo una campaña de desprestigio y desacreditación en la Iglesia que él mismo fundó y estableció en Corinto. Allí estuvo 1 año y medio, y cuando se va, la iglesia se sumerge en varias crisis: rivalidad y divisiones, carnalidad, problemas de indisciplina, malentendidos acerca de la resurrección de Cristo y, lo más grave, dieron entrada a falsos maestros que sembraron dudas sobre Pablo.
El Apóstol Pablo se tira prácticamente toda la 2ª carta a los Corintos, tratando de defender su ministerio de Apóstol. Llega al capítulo final y les dice, en un tono más duro de lo normal, lo siguiente:
2ª Corintios 13:5 “ Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”
Debemos hacer un alto para analizar, examinar y probar nuestras vidas para ver si hay fruto, si hay evidencia.
¿Qué tipo de rama eres? ¿Las que llevan fruto o las que no?, ¿Las que están en la vid o las que van a ser cortadas porque no dan fruto alguno?, ¿Hay evidencia en tu vida de que estás en ÉL?, ¿Estás produciendo y dando fruto?, ¿Ha habido una transformación, un cambio en tí?, ¿Sientes hambre por Dios y Su Palabra?, ¿Te encanta servir y amar las cosas del Reino de Dios?
Si tu respuesta es “SÍ”, te felicito, oro por tí y te digo lo siguiente: Permanece, persevera, aguanta, sigue, sé constante, no desfallezcas…
Hermanos recuerda que el Labrador quitó, arrancó y echó al fuego a uno de ellos, a Judas por no llevar fruto, por no estar En Cristo, pero limpió y podó a Pedro. Él sí estaba en Cristo, pero podía dar más fruto, y pasó por la poda. Fue un doloroso proceso, pero Pedro, de una vez por todas debía de eliminar y quitar la confianza que tenía en sí mismo para descansar y confiar en El Señor. Sólo así es que pudo llevar mucho más fruto. Os lo voy a demostrar.
- “Simón Pedro, Satanás ha pedido zarandearos como a trigo, pero ¿sabes qué? Yo he rogado por ti, para que tu fe no falle, y cuando vuelvas de tu caída, confirma a tus hermanos”
- “Señor, yo no soy como los demás, yo estoy dispuesto a dar mi vida por tí”
- A las pocas horas, esa misma noche: “¡Tú también estabas con Jesús, hablas como ÉL!. No sé de qué me hablas, no lo conozco!”. Todo esto con maldiciones y juramentos.
- Cuando resucita, el Ángel le dice a las mujeres, “Decírselo a Sus Discípulos y a Pedro, sobre todo a Pedro, que yo NO me he olvidado de ÉL”
- A los pocos días, Jesús resucitado se aparece en la orilla de la playa a unos discípulos que habían estado toda la noche pescando inútilmente. Les dice que echen las redes al otro lado, y la llenan. Pedro, se pone rápidamente la ropa, y se tira al agua corriendo diciendo “¡Es el Señor!”
Luego El Señor le hace 3 preguntas directas a su corazón para restaurarlo, para podarlo, para limpiarlo. Es más, le dice que no solo no lo va a negar más, sino que va a morir precisamente por no negarlo, crucificado bocabajo.
- Pero antes de morir, si lees los primeros capítulos del libro de Hechos, vas a ver a un Pedro lleno del Espíritu Santo, fiel, obediente a su Señor. Da un discurso el día de Pentecostés, y si aquella noche le negó 3 veces, ahora vendrían a la fe, 1.000 personas por cada negación (se añadieron 3.000 personas ese día a la iglesia)
- Luego realiza el primer milagro de la Iglesia, levantando un hombre cojo de nacimiento en el nombre de Jesús, da inmediatamente un 2º discurso y vienen a la fe 5.000 personas (Hch 4:4). Es arrestado junto a Juan, y en vez de defenderse de los cargos, les predica el evangelio a los religiosos (“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos”).
- Son perseguidos y arrestados nuevamente, pero el Ángel del Señor los libera. Los vuelven a arrestar ante el Concilio, los golpean, los azotan y les amenazan para que no prediquen. Y dice Hechos 5:41 que salieron con gozo directamente a predicar a Jesús todos los días.
- Años más tarde escribe 2 cartas a la Iglesia para animarnos en medio de las pruebas y de la persecución, y para advertirnos y exhortarnos a huir del falso evangelio y de los falsos maestros.
¿Es una vida fructífera (de fruto) o no? Pero antes de todo eso, Pedro debía permanecer y perseverar en ÉL, y ser limpiado, ser podado por el Labrador.
Hermanos, no se trata de vivir nuestra vida para ÉL, sino de dejar que la vida misma de la vid, fluya por las ramas, fluya a través nuestra para exteriorizar frutos, y que en esos frutos no te vean a tí, sino a Dios y Él sea glorificado.
Quédate hoy con esta definición: Un cristiano es alguien unido, conectado, arraigado e injertado a Cristo, y como consecuencia de ello, produce fruto. Si de todo lo que he dicho hoy, grabas esta definición, la palabra de hoy habrá sido buena.
Jóvenes, el mundo entero va a desplegar todo su arsenal de placeres, diversiones, deleites y modas pasajeras ante vosotros. Las hará irresistibles, es más, va a usar a vuestros amigos incrédulos como sus instrumentos para arrastrarlos. Solamente podréis levantaros decir “NO” y resistir si estáis en Cristo. Así que permanece en la vid, persevera, sigue adelante, continúa, sigue a la meta que es Cristo, no te detengas. Haz caso a Cristo, ÉL ha vencido al mundo.
¿Es duro?, ¿Es sacrificado? Sin duda, pero es lo único que merece la pena en esta vida. Todo lo demás será arrancado, quitado, cortado y echado al fuego.
Hemos tratado de demostrar que es vital estar unido y permanecer en ÉL, la vid verdadera. No se trata solo creer y seguir creyendo en Él, va mucho más, es una íntima relación y unión.
Asimismo debemos confiar en Su provisión, en Su trabajo de limpieza, de poda, que aunque doloroso, es necesario para llevar fruto, y que afuera puedan ver que hay esperanza, que hay un Dios, que hay luz en esta oscuridad.
Ese es nuestro llamado, ser luz a los demás, y solo podremos conseguirlo si estamos en ÉL, en la vid verdadera.
- Si estás en la vid, ÉL te ha prometido limpiarte para que des fruto.
- Si NO lo estás, si crees que no estás dando fruto, nuestro llamado es que te unas por fe a Cristo, que te injertes en la vid. Sólo en ÉL hay fruto, sólo en ÉL tiene sentido tu vida y existencia, sólo en ÉL tienes vida. Fuera de la vid verdadera, habrá condenación.
Juan 15:8 «En esto es glorificado Mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así Mis Discípulos.»