Nos adentramos en la última sección del libro de Efesios, una sección con un claro enfoque práctico y aplicativo a la vida del creyente, una vida la cual es EN CRISTO, y eso tiene unos efectos.
En esta sección, se ve, se percibe y se presenta a la IGLESIA COMO UN GUERRERO PREPARADO Y ALISTADO PARA LA BATALLA.
¿SOMOS HIJOS? SÍ
¿SOMOS SIERVOS? SÍ
¿SOMOS EMBAJADORES DE PAZ Y MINISTROS DE RECONCILIACIÓN? SÍ
PERO TAMBIÉN SOMOS SOLDADOS.
Si al inicio de dicha parte práctica de esta epístola (desde Efesios 4), Pablo nos insta a estar firmes en medio de un oscuro mundo que nos rodea, apartándonos de la oscuridad, reprobándola denunciándola y exponiéndola; ahora, en estos versículos, Pablo va más allá, y nos alienta a estar preparados como para una batalla, una guerra de la cual NO podemos (ni debemos ser pasivos ni neutrales), es más, NO se puede: O estás con Dios, o estás en contra de ÉL.
En este clima de oposición, Pablo trata de animar, fortalecer y motivar ( al más puro estilo William Wallace en Braveheart) al creyente, y lo hace empleando una terminología militar-bélica, la cual era la típica de un soldado romano de aquella época, pero que bien pudiera aplicarse a un agente de policía o un antidisturbios que tan acostumbrados estamos a verlos en televisión.
El propósito de Pablo es prevenirnos de la hostilidad de nuestros adversarios, los cuales NO son seres humanos, sino espirituales, y enseñarnos cómo vencerlos (recordad que han sido derrotados por Cristo)
El creyente, predestinado en Cristo desde antes de la fundación del mundo para ser como ÉL, sellado con el Espíritu Santo desde el momento de la conversión y salvado totalmente por la Gracia de la Cruz, la cual ha derribado toda barrera o pared divisoria, haciendo una sola familia, se halla en medio de un conflicto y oposición espiritual, y Pablo va a dar instrucciones sobre ella, sobre cómo ganarla.
¿CÓMO?
CON LA ARMADURA ESPIRITUAL QUE EL PROPIO SEÑOR NOS SUMINISTRA.
Hemos sido redimidos por Su Sangre, nuestros pecados han sido perdonados de acuerdo con las riquezas de su gracia y la gracia que hizo sobreabundar para con nosotros, hemos obtenido EN Cristo una gloriosa y Eterna Herencia y hemos pasado de la potestad de las tinieblas al Reino de SU Amado Hijo.
Hemos visto cómo debe conducirse un cristiano en el hogar, en su matrimonio, incluso en sus relaciones laborales, pero ahora Pablo nos define cómo debe conducirse en el mundo, en base a lo que Dios ha hecho por nosotros (Véase Efesios 1:3-14), a nuestra gloriosa posición EN Cristo, a nuestro crecimiento y nuestra madurez por andar y caminar EN ÉL, y a ser continuamente lleno del Espíritu Santo.
Nuestro vivir, nuestro caminar debe ser diferente al del mundo, nuestros matrimonios y familias deben ser diferentes, nuestras relaciones laborales deben ser diferentes, …
AHORA Pablo nos dice que entre lo que Dios ha hecho en nosotros, y lo que somos EN ÉL y entre nuestra Gloria Eterna e Incorruptible en ÉL, aún hay algo que debemos saber.
Todo lo que tenemos en el Cielo ha sido comprado en la Cruz del calvario a precio de sangre, ahora debemos vivir como ciudadanos celestiales en este mundo.
Tenemos todo el Poder de Dios, tenemos Su Palabra y tenemos Sus Promesas, pero aún falta algo que debe decirnos.
«LA VIDA CRISTIANA NO ES FÁCIL NI PASIVA»
Se presenta una BATALLA, la cual hay que luchar, y ésta es a nivel espiritual, de ahí que necesitemos de SU Poder y la Fuerza del Espíritu, así como la fuerza de la Verdad Bíblica..
Debemos tener claro lo siguiente: NO se trata de un dualismo cosmológico entre el bien y el mal, entre Dios y satanás como fuerzas co-iguales que se disputan mano a mano el control del Universo (así como tu alma), ni tampoco que satanás reina y controla en la Tierra y Dios en el Cielo, ¡NO, rotundamente no!
DIOS ES EL ÚNICO SOBERANO Y LEGÍTIMO SEÑOR, EL MAL Y SATANÁS SON USURPADORES ILEGÍTIMOS QUE HAN SIDO DESARMADOS, DESTRONADOS Y DERROTADOS, A LA ESPERA DE SU DESENLACE FINAL.
Por eso NO hay que tener dudas, ansiedad o miedo, pues la victoria de Cristo es total, es segura, es final, y es clara y evidente a todos mediante la Resurrección del Hijo de Dios, así que NO caigamos en darle a satanás unos atributos, una importancia y un poder que ni aún la Palabra de Dios le otorga.
LA BIBLIA NOS INSTA A TEMER A DIOS, NO A TEMER AL YA VENCIDO DIABLO O A LOS DEMONIOS.
Si Dios ya ha vencido, si Dios, Quien está EN nosotros, CON nosotros y POR nosotros nos da SU Armadura, ¿por qué hemos de tener miedo o temor?
Ya sea que estemos al inicio de nuestra vida cristiana, o que estemos al final de ella, estaremos en la misma batalla, que, aunque puede venir en forma carnal o física, en forma de encarcelamiento, rechazo, odio, persecución, burla, maldición, golpes, decapitados, … ésta tiene su origen y punto de partida espiritual.
Hay un enemigo que trata de perjudicar nuestro propósito en Cristo y nuestra vida EN ÉL.
La Iglesia hoy está inmersa en una batalla, pero tiene un Capitán General que NO sólo ya ha vencido, sino que nos provee de todo el material y el equipamiento necesario, SU Armadura, y nos da unas prescripciones claras: resistir, fortaleceos en ÉL y orar siempre.
Recordar las palabras del Maestro a Pedro en Cesárea de Filipos (Mateo 16:18), donde dice que las puertas del Hades NO prevalecerán contra la Iglesia, es decir, ni aún la propia muerte podrá con ella; ningún plan del Infierno triunfará definitivamente en contra de la iglesia.
EFESIOS 6:10-20 «Por lo demás (NVI: «Por último», una cosa más), hermanos míos (Pablo se identifica con nosotros en la lucha), fortaleceos (confortaos de forma continua con el Poder de Cristo, dependan de la fortaleza de Dios como un principio de vida cristiano) en (Su Muerte, Resurrección y Ascensión es la nuestra, Su Vida es la Nuestra, Su Justicia es la nuestra, Su Verdad es la nuestra y Su Poder es el nuestro, somos uno EN ÉL) el Señor (ser fuertes EN Cristo. Ver 1ª Samuel 30:6), y en el poder («Dynamys») de Su Fuerza. Vestíos (ponerse y mantener puesto constantemente) de toda la armadura de Dios (la cual ÉL nos presta, nos facilita), para que podáis estar firmes (la meta es estar y permanecer firmes sin titubear ni ceder terreno) contra las asechanzas (acechanzas, estrategias, trampas, artimañas, tentaciones) del diablo. Porque NO tenemos lucha contra sangre y carne (nuestros enemigos NO son las personas físicas, aunque éstas puedan estar influenciadas, oprimidas, orquestadas o poseídas por espíritus demoníacos), sino contra principados (poderes), contra potestades (autoridades), contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo (dominadores de este tenebroso y oscuro mundo), contra huestes espirituales de maldad (fuerzas espirituales malignas) en las regiones (lugares) celestes. Por tanto (como la lucha o batalla es contra ellos, ármense de la vestimenta espiritual), tomad (Pablo lo reitera y repite: «¡Vístanse con la armadura espiritual al completo, con todas las piezas!») toda la armadura de Dios , para que podáis resistir en el día malo (en el tiempo del mal, en los momentos de presión o prueba que el diablo aprovecha para tentar a los hijos de Dios), y habiendo acabado todo, estar firmes (podáis resistir con firmeza hasta el final). Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos (el cinturón de la verdad) con la verdad (Cristo engloba todo, y ÉL es la Verdad única, total y suprema que lo sujeta y equipa todo), y vestidos (protegidos) con la coraza de justicia (la cual se recibe a través de la Cruz, por medio de la fe), y calzados los pies con el apresto (con la disposición y denuedo de predicar el Evangelio siempre) del Evangelio de la Paz. Sobre todo (además de esto como bien dice la NVI), tomad el escudo de la fe (fe y fidelidad. Ver 1ª Juan 5.4), con que podáis apagar todos los dardos (para detener las flechas encendidas que el enemigo nos lanza en momentos inapropiados y de debilidad para hacernos tambalear) de fuego (tramposas y suculentas tentaciones del enemigo, con apariencia de verdad) del maligno (diablo). Y tomad (recibid) el yelmo (casco) de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios (Hebreos 4:12); orando en todo tiempo (1ª Tesalonicenses 5:17 y Romanos 12:12. Ver concretamente Filipenses 4:6-7, para que Dios guarde así nuestros corazones) con toda oración y súplica en el Espíritu (alineado a la Perfecta y Suprema Voluntad de Dios, la cual debe ser la nuestra), y velando en ello con toda perseverancia (Ejemplo en 18:1-8) y súplica por todos los santos (los santos debemos orar por los santos); y por mí (por Pablo, pero NO para que salga de la cárcel, sino para que allí predique con Poder y fidelidad el Evangelio), a fin de que al abrir mi boca me sea dada (Dios ponga en mi) palabra para dar a conocer con denuedo (con valor y osadía) el misterio del Evangelio, por el cual soy embajador en cadenas (en los momentos en que escribe, Pablo estaba preso en una prisión en Roma, siendo embajador de Cristo, tal como él nos lo pide a nosotros en 2ª Corintios 5:20 ); que con denuedo hable de él, como debo hablar (así, con valor, firmeza y denuedo es como debe hacerlo).»
I.- ASPECTOS GENERALES DE LA BATALLA ESPIRITUAL (Efesios 6:10-13)
Si la intención de Dios es crear un nuevo hombre redimido y reconciliado entre sí, la de Satanás es sembrar entre ellos hostilidad, discordia y pecado.
NO habrá ninguna tregua o un «alto el fuego» hasta que se alcance el deseado estado de Paz en el Reino Milenial, donde gobernará el Príncipe de Paz (Isaías 9:6); con lo cual, en este tiempo, Su Fuerza y Su Armadura son indispensables, urgentes y vitales para todo hijo de Dios.
En estos primeros versículos hallamos 2 exhortaciones; una general y otra más específica, una de capacitación divina, y la otra de cooperación humana.
- FORTALÉZCANSE EN EL SEÑOR.
- VESTÍOS DE SU ARMADURA.
Primeramente se nos manda a que nos fortalezcamos EN el Señor, así como hizo David ante una muy difícil situación, ante una tragedia sin igual.
1ª Samuel 30:6 » Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; más David se fortaleció en Jehová su Dios.»
De igual manera, Pablo se fortalecía en Dios ante las circunstancias adversas de su vida misionera.
Filipenses 4:13 » Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.»
NO nos fortalecemos a nosotros mismos, ni por nuestros propios méritos, sino que es Cristo morando en nuestro corazón por el Espíritu quien nos fortalece, nos transforma y nos hace disfrutar de la Plenitud de Dios en la medida que nos entregamos a ÉL.
1ª Corintios 16:13 «Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.»
Pablo, en Efesios 1:19 ya oró por los lectores (y por nosotros) para que sepamos y conozcamos la Fuerza que opera en todo creyente, la cual es el mismo Poder que ya operó en Cristo en Su Resurrección, en Su Exaltación y Ascensión.
NO es el poder en sí, tal y como anhelaba Simón el mago (Hechos 8:18-19), sino una vida en relación con Dios, pues dicho poder NO es para llevar a cabo actos prodigiosos ni señales, sino más bien para vivir obediente, crecer en santidad y estar firmes en medio de este caído y tentador mundo lleno de maldad
Nuestra posición EN ÉL nos reviste y nos llena, potencialmente, de todo lo que es ÉL; estamos completos EN Cristo, pero hay que actuar por la fe para llevar a cabo esta grandiosa realidad a la práctica, aquí y ahora.
Somos más fuertes EN Cristo, a la medida que cultivamos y mantenemos una estrecha e íntima relación con ÉL
Para hacer frente al Adversario, y combatir las fuerzas malignas de tinieblas, necesitamos ser fortalecidos con la inmensa, la grandeza y el inconmensurable Poder que levantó a Cristo de entre los muertos y lo sentó con toda Autoridad a la Diestra de Dios en las alturas (esta es precisamente la oración de Pablo en 1:19-23)
Colosenses 2:9-10 «Porque en ÉL habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en ÉL, que es la cabeza de todo principado y potestad.»
EN NOSOTROS MISMOS SOMOS VENCIDOS, EN CRISTO, SOMOS INVENCIBLES.
De la misma manera que un soldado o un policía necesita preparación, entrenamiento e instrucción, un cristiano necesita antes fortalecerse en ÉL, para después ponerse o colocarse SU Armadura o vestimenta espiritual (un endeble soldado, NO podrá siquiera cargar con la armadura, menos aún ser eficaz para la batalla) y así comenzar la batalla
La clave es que yo, por fe, confío en Su Fuerza (y NO en la mía ni en las circunstancias) y luego hago la obra.
Sólo somos fuertes en el Señor cuando nos ponemos o nos colocamos la armadura que sólo ÉL nos proporciona; solamente podemos combatir EN ÉL, y NO en nosotros (en nosotros seremos vencidos)
La segunda exhortación («Vístanse de la Armadura de Dios») , la cual requiere una cooperación nuestra tiene mucho que ver con Efesios 4:24, la cual Pablo ya nos dijo que nos vistamos del Nuevo Hombre creado según Dios en la Justicia y la Santidad de la Verdad.
Podemos imaginar a escena que día tras día, en reiteradas veces, contemplaba un prisionero Pablo, quien, a escasa distancia veía cómo los soldados romanos que se encargan de su custodia se colocaba las piezas de su armadura al iniciar su turno y al abandonarlo.
Si en el 2º Capítulo de Efesios Pablo nos habla de los 3 enemigos del creyente: nuestra carne caída y naturaleza pecaminosa, el mundo o conjunto de sociedad y el que dirige y orquesta todo, aquí va a exponer nuestro conflicto espiritual con este último, con el diablo y satanás, quien engaña al mundo (Apocalipsis 12:9)
Es, igualmente, importante conocer a nuestro enemigo, y para ello Pablo nos lo describe:
- Son Poderosos, llamándoles potestades que dominan este mundo de tinieblas. Ellos, conocedores de su derrota, NO la han aceptado, y odian a Dios, sirviéndose de personas como instrumentos para su fin. Aunque están derrotados y bajo los pies de Cristo y de la Iglesia, aún andan sueltos.
- Son Malos, ya que poder y su inteligencia es para el mal; odiando, detestando y rechazando la luz, de ahí que, cuando el Hijo del Hombre irrumpió en este mundo como la Luz del Mundo (Juan 8:12), hubo una explosión y un despliegue sin igual de actividad demoníaca en torno y contra ÉL
- Son astutos, ya que emplean acechanzas, trampas sutiles y artimañas para seducirnos y hacernos caer, mezclando error con verdad, tal y como Pablo describe en 2ª Corintios 11:14-15, se disfraza de ángel de luz. Su arma principal es la Mentira (Juan 8:44), y trata de acusar, al igual que hizo con Job.
- Se ha dicho que la mayor y más peligrosa arma de satanás consiste precisamente en hacer creer al mundo (y a la Iglesia) que NO existe
II.- LA ARMADURA/VESTIMENTA ESPIRITUAL PARA DICHA BATALLA (Efesios 6:14-17)
En un lenguaje que nos lleva necesariamente a recordar al profeta Isaías, en unos versículos de Redención, donde es el Señor mismo y NO un hombre quien se viste de batalla para salvar a Su Pueblo y destruir ÉL mismo a Sus enemigos, Pablo va a usar unos muy apropiados términos bélicos para describir esta batalla que se está librando.
Dios ya usó esa armadura en el Antiguo Testamento, ÉL ya venció, y ahora nos manda a nosotros a que nos pongamos esa misma vestidura bélica, nos la comparte.
¿Acaso NO es eso glorioso?
Isaías 59:16-18 «Y vio que NO había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó Su Brazo, y le afirmó Su misma Justicia. Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto, como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa.»
Aunque la actitud del soldado es tanto defensiva como ofensiva, es cierto que en estos versículos el énfasis recae en la parte más defensiva, donde se nos exhorta a resistir y a estar firmes.
Ese es el mandamiento y la clave de esta lucha, para hacerle frente: RESISTIR, y NO atacar.
Santiago 4:7 « Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.»
1ª Pedro 5:8-9 «Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.»
Frente a un enemigo tan malvado, tan astuto y tan poderoso (y encima invisible), que atacará con mentiras, engaños y tentaciones, es necesario y vital vestirnos con toda, y no una parte, la armadura de Dios, la cual ÉL mismo provee a Su Iglesia.
Si antes identificó al enemigo, ahora Pablo va a proceder a detallar el arsenal disponible para la defensa, y lo hace utilizando la indumentaria del soldado de infantería romano del Siglo I, tal vez lo más visto por él día tras día, ya que en la prisión, se hallaba encadenado junto a uno por la muñeca.
Dios nos la provee pero NO nos la pone, es el creyente quien debe de ponérsela y de usarla (de algún modo, en esta batalla «cooperamos» con ÉL), con la fe, la determinación, la firmeza y la valentía de un soldado en una batalla.
Debemos tener en cuenta que las 3 primeras (cinturón, coraza y calzado) se llevaban siempre puestas, es decir, todo el tiempo en el campo de batalla; mientras que las 3 últimas (escudo, caso y espada) se procuraba que estuvieran siempre preparadas y disponibles para cuando comenzará el enfrentamiento.
Necesitamos ceñir nuestros lomos con la verdad, cubrir nuestra conciencia con la justicia, calzar nuestros pies con la paz y proteger todo nuestro ser con el gran escudo de la fe.
I.- CINTURÓN DE LA VERDAD
Mantenía en su lugar bien fijado al resto de la armadura, el resto del uniforme del soldado; así que era más que esencial, era vital, era la pieza fundamental
Abrocharse bien, fuerte y firme el cinturón daba fuerza y confianza.
La Verdad es Cristo mismo, Su Palabra, la cual mantiene todo unido; y por eso debemos ceñirnos a ella, además de practicar y reflejar la verdad; es decir, significa ser fortalecidos por la verdad de Dios en el Evangelio y sobre todo, con la firme decisión y determinación de vivirla y practicarla.
Asimismo nos recuerda cómo Isaías describe que será el reinado del Cristo.
Isaías 11:5 «Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura»
La mayor lucha halla su epicentro en nuestra mente, por tanto es necesario conocer y vivir la Verdad para llevar cautivo todo pensamiento a ella, a la Palabra, a Cristo, derribando y destruyendo fortalezas mentales ya sean humanas y/o satánicas (pensamientos negativos, contrarios a Dios en nuestro intelecto) que esclavizan (2ª Corintios 10:3-5)
Que un soldado romano se quitara el cinturón, era sinónimo de máxima relajación, cosa que nosotros, como cristianos, NO debemos hacer.
II.- CORAZA DE LA JUSTICIA
Si en Isaías 59:7 se nos describe a Dios poniéndose esta vestimenta para ejecutar Juicio, ahora somos nosotros quienes debemos ponérnosla para la batalla que libraremos contra el Adversario.
Consistía en una pieza metálica que se colocaba encima de la túnica, y que servía para proteger el torso, el corazón y otros órganos vitales del soldado; dejando la espalda al descubierto y sin protección, ¿Por qué? Porque hay que enfrentar a nuestro enemigo con coraje y NO huir de él, para NO exponer nuestra desprotegida espalda a su merced.
NO hay mayor protección espiritual que una relación justificada (ser declarado justo) ante Dios, es decir, haber sido justificado por la Gracia a través de la fe en Cristo, y revestido ante Dios mismo con Su Vida Justa y Perfecta.
Con nuestra propia justicia (nuestras mejores obras), NO seríamos capaces de entrar al conflicto y salir victorioso.
2ª Corintios 5:21 «Al que NO conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios EN ÉL».
1ª Corintios 1:30-31 «Mas por ÉL estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.»
Ponerse la coraza de la justicia significa, que nuestras acciones deben reflejar su Justo carácter, pues hemos sido contados como Justos EN ÉL, POR ÉL Y PARA ÉL.
Solamente la Justicia de Cristo imputada, atribuida y cargada al creyente puede capacitar al creyente para resistir y permanecer firme ante las demás personas y ante Dios.
Por el contrario, la falta de santidad nos deja muy vulnerables, y a merced de nuestro enemigo, quien nos acusará de ello.
III.- CALZADO DEL EVANGELIO
Pablo tiene en mente la Caliga, es decir, al mediabota o sandalias de cuero con los dedos al aire atados a los tobillos con clavos para aferrarse y adherirse mejor al suelo, y de paso, soportar largas marchas por parte de los soldados romanos.
Nuestras botas, las botas del soldado cristiano, son la pronta disposición, la presteza, la firmeza de proclamar y anunciar el Evangelio de la Paz, detestado por satanás porque es Poder de Dios para salvación a todo aquel que cree (Romanos 1:16)
Isaías 52:7 «¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!»
Siempre debiéramos estar listos y preparados para dar testimonio de Cristo, dar respuestas llenas de Gracia y presentar defensa de ÉL.
1ª Pedro 3:15 «sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros»
En algunas batallas de Alejandro Magno, de Julio César, la clave de la victoria en un terreno rocoso, mojado o resbaladizo fue el cuidado del calzado de la infantería; ya que sin un buen calzado para apoyar y andar, el enemigo podrá hacernos caer fácilmente
IV.- ESCUDO DE LA FE
Pablo alude al gran escudo («Scutum») de 1,20 metro de alto, y casi 1 metro de ancho (casi el tamaño de una puerta mediana) que protegía absolutamente todo el cuerpo del soldado contra flechas encendidas que lanzaban los enemigos desde lejos, así como los golpes más cercanos.
La Fe que habla y alude Pablo es, más que doctrina, una confianza básica en Dios, en Su palabra y en Sus Promesas.
Cristo es la Puerta de la Salvación (Juan 10:9), y una puerta protege y asegura de todo ataque y vulnerabilidad de parte del exterior, y la fe en ÉL nos permite entrar por dicha puerta.
Cristo es la salvación y la seguridad del creyente
Juan 10:27-28 «Mis ovejas oyen MI Voz, y YO las conozco, y ME siguen,y YO les doy vida eterna; y NO perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de MI Mano.»
Los dardos de fuego del enemigo son sus inverosímiles y despiadados ataques del enemigo en forma de: tentaciones, propuestas, dudas, mentiras, maliciosas acusaciones que atacan nuestra mente, pero que se apagan inmediatamente chocan con nuestro gran escudo de la fe, de la fidelidad y de nuestra relación con Dios unida y marcada por fe, precisamente.
1ª Juan 5:4 «Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe»
Dios, el objeto de nuetsra fe, es nuetsra protección, como lo fue con Abraham.
Génesis 15:1 «Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; YO SOY tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.»
Salmos 18:30 «En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Jehová; escudo es a todos los que en ÉL esperan.»
Además, debemos destacar que cuando la formación de soldados formaban una línea con escudos entrecruzados, eran capaz de abrir paso en medio de las línea enemigas, lo que nos hace ver que NO se trata de una batalla espiritual individual, sino que es general y colectiva, y que juntos, unidos y en comunión somos más fuertes.
V.- CASCO DE LA SALVACIÓN
El casco, hecho de un metal duro como bronce o hierro, cubría la cabeza; y era tan duro que solamente un hacha o un martillo podían partirlo, protegiendo la cabeza de un golpe certero y mortal.
La cabeza siempre suele ser el objetivo en un campo de batalla, y en el caso del creyente, NO es menos (2ª Corintios 10.3-5)
Es necesario recalcar que Pablo está hablado a creyentes, a salvos y quiere enfatizar la seguridad de la salvación que hay EN Cristo, ante los intentos de satanás de destruirla y derribarla con dudas, miedos, desánimos, temores, acusaciones, que intenta provocar que nos rindamos.
Dios nos ha dado EN Cristo un salvación y una seguridad de ella completa.
Romanos 8:31-39 «¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.»
Injertados, unidos y estando EN Cristo, tenemos total y plena seguridad de una salvación obtenida por ÉL; una seguridad tanto presente como futura.
Filipenses 1:6 «estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo»
1ª Pedro 1:3-5 «Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.»
El Poder de salvación de Dios, Sus Promesas y Sus Atributos son nuestra defensa contra el enemigo de nuestras almas.
VI.- ESPADA DEL ESPÍRITU
Aquí se refiere a una espada corta, tipo machete de unos 15-40 cm de longitud («machaira»), empleada tanto para ataque (la única de las mencionadas que sirve para atacar) como para defensa.
Hebreos 4:12 «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.»
Cristo mismo es la Palabra Viva y Eterna de Dios, y ÉL mismo usó la Palabra escrita de Dios para enfrentarse afrontar las tentaciones de satanás, y ÉL la pone en nuestras manos, a nuestra disposición para que podamos usarla como ÉL.
Es el Espíritu quien imparte el Poder a la espada; ya sea en general (Isaías 55.11, Hebreos 4:12), para la Creación (Génesis 1:3, Salmos 33:6, Hebreos 1:3), para la sanidad (Salmo 107:20), el Juicio (Isaías 11:4) o la salvación (Juan 6:63)
Juan, al final de su vida, y estando en el Espíritu, tuvo una visión en la Isla de Patmos.
Apocalipsis 1:16 «Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.»
La imagen final del Apocalipsis también nos lleva ahí, donde en la batalla de Armagedón, con dicha Espada, ÉL obtiene la Victoria final.
Apocalipsis 19:21 «Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos»
¿Cuál era la espada que salía de su boca? La autoritaria, inerrante e infalible Palabra de Dios.
Necesitamos que esas poderosas palabras, que la espada cortante salga igualmente de nuestra boca, y sobre todo, necesitamos cuidarla, tenerla lista, tenerla afilada y adiestrarse en ella, para cuando venga el día malo, poder usarla correctamente.
Como CONCLUSIÓN Y COLOFÓN a esta armadura disponible para el creyente, debemos reiterar lo mismo que Pablo escribió en su carta a los romanos.
Romanos 13:14 » (…) sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.»
CRISTO MISMO ES TODA LA ARMADURA DEL CREYENTE
- ÉL es la Verdad (Juan 14:6, Apocalipsis 19:11) y nos da Libertad (Juan 8.32-36)
- ÉL es nuestra Justicia imputada, impartida y atribuida (1ª Corintios 1:30 y 2ª Corintios 5:21)
- ÉL es nuestra Paz (Efesios 2:14 y Romanos 5:1)
- ÉL es el tema principal de las Buenas Nuevas, ÉL es el Evangelio en sí.
- ÉL es el Fiel y Verdadero, en quien descansa nuestra fe (Apocalipsis 19:11)
- ÉL es nuestra Salvación (Salmo 27:1), quien ha llevado un «yelmo de salvación» sobre Su Cabeza, Isaías 59:17
- ÉL es la Palabra de Dios (Juan 1:1, Apocalipsis 19:13) que ministra el Espíritu Santo de Dios
- Su Boca hablando es una «espada aguda» (Isaías 49:2)
III.- CARÁCTER Y VIDA DEL CREYENTE, GUERRERO EN LA BATALLA (Efesios 6:18-20)
Pablo añade la ORACIÓN, la cual debe envolver Todo cuanto es, hace y piensa cada creyente hijo de Dios, es decir, la Oración debe impregnar toda la vida de cristiano, máxime la guerra espiritual.
El Cristiano que NO ora puede estar fuerte y usar la armadura.
La Oración es el ingrediente clave para ser fuertes y vigilantes; es nuestra respiración espiritual, y debe ser una actividad constante en esta intrépida lucha, ya sea antes de, durante la batalla, o después de ésta.
Podría, debido a su vital importancia para nosotros, perfectamente ser la 7ª parte de la armadura.
De hecho Pablo empezó la carta orando por sus lectores, y la va a terminar pidiendo que oren por él, para el avance del evangelio
EN EL ESPÍRITU, enfatiza la necesidad imperial de que tanto la oración (más general) como la súplica (más particular e individual) vaya alineada a la Voluntad de Dios, siendo guiada y promovida por el propio Espíritu.
Romanos 8:26-27 «Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos»
¿POR QUÉ DEBEMOS ESTAR EN ALERTA?
Hay que velar, hay que estar en alerta, ya que el diablo siempre está al acecho como león rugiente y hambriento, los falsos maestros como lobos feroces, además de que la Gloriosa Venida del Señor está cada vez más cerca, y ésta será rápida y NO nos puede pillar descuidados.
Un claro ejemplo bíblico: Los discípulos del Señor, al dormir, en vez de orar (tal y como su Señor les dijo), NO afrontaron el arresto de su Maestro, ni tampoco afrontaron las cruciales y difíciles horas posteriores con valentía, denuedo y osadía.
En el Versículo 19, Pablo pide oración por sí mismo, pero resulta impresionante que, estando preso, con problemas físicos, con la posibilidad de morir ejecutado en cualquier momento, él pide que orasen por él, pero para que tuviera denuedo y fuera fiel al predicar el Misterio del Evangelio (un Misterio en la Biblia es algo que NO se conoce hasta que no es revelado por Dios mismo).
- Misterio NO revelado en su plenitud en el Antiguo Testamento, pero sí anticipado, anunciado y señalado con preciosos destellos, como por ejemplo en Génesis 3:15.
- Misterio cumplido perfectamente en la Obra de Cristo, es Su Muerte y Resurrección.
- Cristo y la Iglesia, la unidad de ellos, es el Eterno de Dios (Efesios 5:32)
PABLO DESEA LIBERTAD, PERO NO PARA SALIR DE LA PRISIÓN, SINO PARA DESDE ALLÍ PREDICAR FIELMENTE EL EVANGELIO DE CRISTO CON TODO SU PODER Y GLORIA.
Nos recuerda a lo que escribe a la iglesia de Filipos, cuando se encontraba, precisamente, en la misma cárcel desde la cual está escribiendo estas palabras a los de Éfeso.
Él solamente desea cumplir con su llamado, con la Voluntad de Dios se encuentre en la circunstancia que se encuentre, por muy mala, trágica o angustiosa que sea
Filipenses 1:19-26 «Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.»
Precisamente por eso mismo, por ese Evangelio, por esa actitud de predicar siempre, de manera incesante, él era un embajador de Cristo encadenado.
Efesios 3:1 «Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles…»
Efesios 4:1 «Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados…»
Asimismo, precisamente Pablo, en 2ª Corintios 5.20, nos dice que todos nosotros somos (o debiéramos serlo) embajadores de Cristo, agentes de reconciliación que proclaman la Paz a un mundo caído y depravado en guerra contra su Creador, sustentador y Salvador.
2ª Corintios 5:20 «Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.»
A modo de resumen, podríamos decir que un embajador es un representante de un monarca (rey)que defiende los intereses de él, en un territorio o país extranjero.
Curioso que el propio Apóstol Pablo, quien nos escribe sobre la batalla espiritual, estaba, en esos precisos momentos, estaba experimentando un claro ataque de satanás, aunque NO por ello deja de presentarse como un embajador de su Señor, acreditado, comisionado, y distinguido por ÉL para representarlo en la corte romana.
Un Pablo, lleno del Espíritu Santo, quien ya conocía que EN Cristo somos más que vencedores, que ya ÉL ha vencido, destronado y humillado a nuestros enemigos, pero que, conocedores de su derrota final, andan sueltos aún; bien pudo escribirnos, en su última carta, que peleó la buena batalla, que fue fiel, que se mantuvo firme hasta el final de su vida, y que, por perseverar en Cristo hasta el final, venció y le aguardó la incorruptible corona de gloria, la misma que está destinada para todo creyente, que como Pablo, aguarde, aguante la carrera, permaneciendo firmes EN ÉL.
2ª Timoteo 4:7-8 «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida»
MAYOR ES EL QUE ESTÁ EN NOSOTROS, QUE EL QUE ESTÁ EN EL MUNDO
Cristo, en el cumplimiento perfecto del tiempo (Gálatas 4:4) entró en este mundo caído y orquestado por satanás , precisamente para destruir las obras del diablo (1ª Juan 3:8), y vencer al que tenía el poder y el imperio de la muerte, así como a la muerte misma (Hebreos 2:14).
¿CÓMO?
EN LA CRUZ ENSANGRENTADA, Y EN EL SEPULCRO ABIERTO Y VACÍO
Ver el MENSAJE DEL EVANGELIO https://detalmanera.com/plan-salvacion-evangelio/
Por la FE en ÉL, en lo que ÉL hizo como nuestro representante y como nuestro sustituto hemos sido liberados del Poder y del dominio de Satanás, y hemos sido trasladados al Reino de Su Amado Hijo (Colosenses 1:13), hemos pasado de muerte a vida, las tinieblas ya han pasado, y ahora alumbramos y proyectamos la Luz del Mundo, la luz Verdadera (Juan 1:9 y 8:12)
Apocalipsis 12:11-12 «Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. !!Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.»
Apocalipsis 22:21 «La Gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. AMÉN»
Ver una PREDICACIÓN DETALMANERA donde se aborda el triunfo de Jesús en la Cruz y lo que implicó para nosotros: https://detalmanera.com/consumado-es/