¿Qué hace que la Cruz sea de un valor Eterno?
¿Cómo puede la vida de un sólo hombre satisfacer la justicia divina que todos debíamos satisfacer por la eternidad?
¿Quién era realmente Aquel que se sacrificó?
Hemos considerado y enfatizado en estudios anteriores sobre la Cruz de Cristo, y ahora ha llegado el momento de hablar de lo que realmente le da el valor Salvífico, Redentor y Sustitutorio: EL CRISTO DE LA CRUZ.
Jesús es 100% Dios y 100% hombre (un hombre como yo, pero sin pecado alguno, sin una naturaleza pecaminosa que le tienta a obrar mal conforme a su concupiscencia); y uniendo ambas naturalezas, las cuales ni se oponen, ni se excluyen en ningún momento, llegamos a la conclusión de que Jesús es de un Valor y un peso Infinito e incalculable.
- EL es el Perfecto y único Dios para los hombres.
- EL es el hombre Perfecto y único para Dios.
Ni dejó de ser Dios al poner Su pie sobre la faz de la tierra, ni es un «semidios», más bien lo que hizo fue añadir humanidad a Su deidad, haciéndose el Dios-hombre, y por tanto humillándose.
Probablemente este es el Milagro más asombroso de toda la Biblia: El Hijo Eterno de Dios, siendo Dios en Todo Su esplendor y gloria, se hace plenamente hombre finito a través de la Encarnación, concebido por Obra Divina del Espíritu Santo sobre una joven virgen, llamada María (Miriam).
ESTE ES EL EVENTO MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD.
A través de Jesús, Dios estuvo físicamente en nuestro mundo.
En Jesús, Dios y el hombre se hicieron una persona, totalmente diferente a las demás, una persona que el mundo NO conoció, que NO vió y que jamás verá otro igual.
Es igualmente un Misterio, como lo es la Trina Deidad, y No podemos comprenderlo plenamente a no ser por fe; y esto mismo se lo recordó Pablo a Timoteo en sus últimos días.
«E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria».1ª Timoteo 3:16
En este estudios, vamos a analizar por qué era indispensable y absolutamente necesario que el sacrificado reuniera las dos naturalezas a la perfección; ya que de lo contrario el sacrificio hubiera sido en vano.
No es tanto mi intención desarrollar profundamente una teología sobre Cristo (Cristología), sino exponer la necesidad obligatoria de quien estuviese en la Cruz fuese Dios y fuese hombre a la vez.
Este era precisamente el dilema que tenía Job en Job 9:30-33.
«Aunque me lave con aguas de nieve,
Y limpie mis manos con la limpieza misma,
Aún me hundirás en el hoyo,
Y mis propios vestidos me abominarán.
Porque no es hombre como yo (Dios), para que yo le responda,
Y vengamos juntamente a juicio.
No hay entre nosotros árbitro
Que ponga su mano sobre nosotros dos.»
Job anhelaba un mediador justo, que lo librase de la vara de Dios.
Un mediador es un intermediario, alguien que se sitúa entre dos partes que están distanciadas, enfrentadas o separadas.
El dilema de Job (y nuestro dilema) se solventó para siempre en Cristo Jesús, el Príncipe de Paz, nuestro Único y perfecto mediador entre Dios y los hombres.
«Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.»
1ª Timoteo 2:5
I.- JESÚS ES 100% DIOS, ¿POR QUÉ DEBÍA SER DIOS?
Sólo Dios es Salvador, y esa Gloria y prerrogativa, Jamás la compartirá con nadie.
Isaías 43:11 lo dice así: «Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.»
Jonás 2:9 es más directo, y dice literalmente que la Salvación es de Jehová.
Si Jesús NO es Dios, EL NO puede salvar y entonces NO es El Salvador.
Negar SU Deidad, y querer ser salvo por y a través de EL, es una herejía terrible, además de una contradicción y una necedad. (entiéndase la Secta de los testigos de Jehová)
Jesús NO te puede salvar a menos que EL sea Dios; y esto mismo es lo que Pedro dijo en Hechos 4:12:
«Y en ningún otro hay salvación; porque NO hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.»
O Pedro supo que Jesús es Dios, y por tanto El Salvador, o estaba contradiciendo a Isaías o a Jonás-
Pablo igualmente dijo que Todo el que invocare el Nombre del Señor será Salvo.
Además, el hecho de que el sacrificado sea de un peso y un valor Eterno e incalculable (Dios Eterno), hace de la Cruz un Perfecto Sacrificio, capaz de redimir a todos los pecadores de la humanidad en todas las épocas de la historia.
Nuestra Salvación requirió de un sacrificio de un valor infinnito, y «nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo» (Tito 2:13) el el único en tener ese valor.
De ser meramente un hombre perfecto, o incluso un arcángel precioso y sublime (como así creen los testigos de Jehová), el sacrificio NO sería de un Valor Infinito, ni hubiese sido provechoso; por lo tanto el valor del sacrificio NO sería de un valor tan grande y tan sublime que aún hoy HEMOS SIDO RESCATADOS CON LA SANGRE DE CRISTO (La sangre misma de Dios)
Además, Dios es vida, es la Fuente y el Dador de Toda Vida (ya sea Física o Espiritual), así que sólo Dios pudo ofrecer y poner en bandeja (Su Vida) algo que sólo EL podía hacer, por exclusiva.
Cualquier otro podría ofrecer la vida que Dios le ha dado; es decir, Nadie tiene vida en sí mismo excepto Dios.
«Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo.»
Juan 5:26
Y esa Vida fue la que voluntariamente EL ofreció como paga por nuestros pecados e iniquidades en la Cruz.
Para acabar: ¿Quién sino Dios mismo podría soportar la Ira de Dios, y salir victorioso?
¿Quién sino Dios mismo podría en tan sólo 6 horas en la Cruz aguantar y tolerar la totalidad de la Ira de Dios que debía derramarse sobre nosotros durante la eternidad?
Los montes se derritieron como cera delante de Jehová, la Tierra misma se estremece al verlo (Salmos 97:4-5), PERO Aquel que estaba en la Cruz, soportó el peso de la Ira y la Furia Divina, ¿Por qué?
El Profeta Nahum lo expresó así «¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por ÉL se hienden las peñas.»
La Respuesta es: Cristo, porque EL es Dios enteramente.
II.- JESÚS ES 100% HOMBRE, ¿POR QUÉ DEBÍA SER HOMBRE?
Aunque por ello NO dejó de ser plenamente Dios, Jesús (Eterno Hijo de Dios) se humilló, encarnándose y haciéndose humano; aunque por ello dejó de lado SU Gloria y privilegios que por ser perfecto Dios eran inherentes.
Ver estudio sobre la HUMANIDAD DE CRISTO: https://detalmanera.com/iv-la-humanidad-de-cristo/
El Apóstol Pablo lo dice así en 2ª Corintios 8:9:
«Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.»
EL dejó las Glorias del Cielo, para que nosotros podamos entrar en él, pagando EL el precio de esa «costosa entrada»; y esto es algo que nos supera, y que va mucho más allá de la razón y comprensión humana.
La Perfecta Justicia de Dios exigía y requería que quien debía morir debía ser un hombre; ¿Por qué? Un hombre cayó, pecó y se reveló a Dios, un hombre debe morir.
El hombre quebrantó la Ley de Dios, el Hombre debía morir bajo SU Ira, con el peso de SU absoluta y perfecta justicia, tal y como demanda (ver Ezequiel 18:4 y Romanos 6:23)
Hebreos 10:4 nos dice que la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
Todo el sistema levítico fue una preparación para el Pueblo, que les revelaba su pecado, su condición y que ante ello, vendría el perfecto y Verdadero Cordero Pascual, siendo hombre como ellos.
Adán cayó; otro Adán (El Postrer Adán) debe ser juzgado.
«Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo»
Hebreos 2:17
El mismo Dios que, en SU Perfecta Justicia condena al malvado Pecador, se hizo hombre como ellos, y murió en nuestro lugar, tomando y cargando nuestra culpa, siendo nuestro representante, quien nos sustituyó.
Pero además, para poder ser como dice el autor de la Carta a los Hebreos nuestro Sumo Sacerdote, quien ofreció a Dios un único y perfecto Sacrificio, una vez y para siempre, EL debía ser un hombre perfecto en Obediencia a la Ley de Dios, un hombre sin pecado alguno; pues de lo contrario hubiese muerto por sus pecados propios, por su propia culpa.
Pero El Padre testificaba de EL: «Este es Mi Hijo Amado, en quien tengo complacencia».
Incluso Pilatos, al verlo desfigurado, ensangrentado, con una corona de espinas y un manto de púrpura, pronunció una gran verdad que aún retumba «Ecce Hommo» («he aquí EL HOMBRE»)
Esa obediencia perfecta desde la cuna hasta la tumba, de palabra, pensamiento y de obra hizo posible que EL muriése por nuestros pecados, siendo nuestro perfecto representante y sustituto en aquella Cruz.
Y es por eso, que cuando un Pecador se arrepiente genuinamente y pone su fe en EL, le es contado por Justicia; y Dios le declara como Justo porque NO solamente Jesús pagó nuestra deuda, sino que además vivió nuestra vida (la que todos nosotros debíamos haber vivido, y NO podemos) en perfecta obediencia y justicia delante de Dios; y esa vida Suya, se nos imputa o atribuye a nosotros, de la forma que es como si la hubiésemos vivido nosotros; sólo y únicamente estando EN Cristo.
EL fue un Hombre Perfecto y recto, quien fue hecho pecado (2ª Cor. 5:21), maldición (Gálatas 3:13) y propiciación por nuestros pecados (Romanos 3:25)
EL es Dios, y EL es hombre.
EL estuvo cansado (Jn. 4:6), pero es el que ofrece descanso a los cargados y trabajados(Mat. 11:28).
EL es el Pan de Vida (Jn. 6:35) y a la vez tuvo hambre (Mat. 4:2)
EL, que tuvo sed (Jn. 19:28), es el Agua de la Vida(Jn. 7:37)
EL que es la Vida y El Eterno, murió por nosotros.
EL ES EL HOMBRE IDEAL PARA DIOS, Y EL DIOS IDEAL PARA EL HOMBRE.
COMO CONCLUSIÓN, destacar que para Mediar, reconciliar y establecer un puente entre Dios y los hombres, el ÚNICO MEDIADOR DEBE SER DIOS, Y DEBE SER HOMBRE.
NO somos salvos únicamente por lo que EL ha hecho en la Cruz, sino por ¡QUIEN ES EL!
EL es el Primogénito de la Creación, Su Creador y Sustentador, EL es el Heredero de Todas las cosas, El Cordero sin mancha, nuestra Paz, nuestro refugio.
EL es el Sol que alumbra, el Médico que sana y el muro de fuego que defiende.
El es nuestra Vida, el Único Camino, La Puerta.
El es el Siervo Justo, el Fiel y Verdadero, el Autor y Consumador de nuestra fe.
El es la Estrella resplandeciennte de la mañana, la raíz y linaje de David, el Varón de Dolores y la Vid.
El es el Padre Eterno y Príncipe de Paz, el Verbo de Dios y el León de Judá.
Podría seguir, y NO acabar…
¡¡EL ES EL GRAN YO SOY!!