A principios del siglo XIX, a raíz de un cada vez más creciente liberalismo teológico cuyo epicentro se halló en Alemania, surgió un término y una corriente que lejos de explicar una gran y profundad verdad bíblica, lo que hace es empequeñecer esa verdad y transformarla en una sutil mentira con apariencia de verdad teológica- o al menos parte de ella. Se trata de la Kenosis, un término que ha generado diversidad de interpretaciones.
¿ES CORRECTO, A NIVEL TEOLÓGICO, LLAMAR KENOSIS?
La palabra KENOSIS significa literalmente despojamiento o vaciamiento.
Antes de ir a los versículos que van a tratar este tema, y que son uno de los conjuntos de versículos más cristocéntricos, profundos e impactantes de toda la Palabra, máxime tratándose de un himno, hay que tener en cuenta lo siguiente:
Aunque en sí es teológico y doctrinal, la intención de Pablo NO fue tan así, sino más bien, él tuvo una intención práctica y aplicativa para la iglesia de Filipos, una iglesia que estaba atravesando problemas y rencillas internas, con amagos de división. Solo basta leer los versículos que preceden.
Filipenses 2:1-4 «Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; NO mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.»
Pablo les viene a decir: «debéis ser humildes, serviciales, estar unidos y unánimes en todo, deben sentir eso, ¿Por qué? Porque esto mismo es lo que hizo Cristo y ÉL era y es el Señor de la Gloria, quién estaba más alto que el Universo, y ante quien los Cielos de los Cielos NO pueden contener, ¿Cuánto más vosotros que sois meras e insignificantes criaturas?»
ÉL ES EL EJEMPLO SUPREMO DE AMOR, HUMILDAD, UNIDAD Y ENTREGA ABNEGADA Y SACRIFICIAL.
Filipenses 2:5-11 «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.»
Analicemos para ver dónde radica el problema y el error de la llamada teoría kenótica.
A.- FORMA DE DIOS
Para la palabra FORMA en el griego se usan 2 palabras; una que alude a su porte o mera apariencia externa sin involucrar su esencia, ser o naturaleza, y que puede involucrar cambios por el tiempo o las circunstancias («Schema»), y otra que alude e implica a la realidad misma, a la esencia natural, la cual es inalterable. Esta connotación, la cual es «Morphe«, es la que Pablo usa aquí.
Por ejemplo; la «morphe» de cualquier persona es su “humanidad”, pues es un ser humano y eso NO cambia Jamás… sin embargo, la «schema» está cambiando constantemente en el tiempo (embrión, bebé, niño, adolescente, joven, adulto, anciano)
¿QUÉ QUISO DECIR REALMENTE PABLO?
Que Jesús es la verdadera, plena y real expresión de Dios, de SU Gloria, Su Ser mismo, Su Naturaleza, Su Esencia, Su Deidad, Su Honor, Su Poder y Sus Atributos, igual en todos y cada uno de ellos, sin disminución alguna, ni la más mínima.
Todo lo que es Dios, lo es Cristo por derecho propio, en quién habita corporalmente toda la plenitud de la deidad (Colosenses 2:9), siendo asimismo el Resplandor de Su Gloria y la imagen misma de SU Sustancia (Hebreos 1:3), la imagen del Dios Invisible. Ese término, imagen, «eikon» en el original griego, significa representación exacta, de ahí se deriva la palabra icono.
Jesús dijo literalmente: «Quien me ha visto a Mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9)
Muy esclarecedor resulta la traducción de Filipenses 2:6 en la NVI «siendo por naturaleza Dios»
B.- SE DESPOJÓ A SÍ MISMO
Aquí se puede decir que radica gran parte de la confusión y del error iniciado en el siglo XIX y que aún perdura en muchas iglesias.
El verbo empleado aquí para despojarse o vaciarse («Kenoo«) es el que usamos como Kenosis, y si lo llevamos a un ejemplo o una ilustración práctica y sencilla como una botella de agua que se vacía o se vierte, podemos llegar a la errónea y herética conclusión de que Cristo se vacío de Su Deidad, Su Poder, Su Gloria o Sus Atributos, o parte o algunos de ellos, que los limitó o se despojó de ellos. Cuidado con extraer conclusiones teológicas a través de conjeturas o suposiciones, y no a través de la Palabra.
Nada más lejos de la realidad, pues eso es un absurdo y sin sentido en Dios, quién es inmutable e invariable en Su Ser Mismo.
DIOS NO puede dejar de ser menos Dios, NO puede renunciar a Sus Atributos inherentes que ÉL como Dios tiene.
Jesús, como Dios, es Inmutable, además de ser co-igual, co-sustancial y co-eterno con El Padre, y con el Espíritu Santo.
Y aquí entramos en la Teoría Kenótica, la cual afirma que Jesús se despojó o vacío de algo al hacerse hombre, y que, por tanto, limitó, mermó o menguó Su naturaleza divina de algún modo. Esta falsa teoría afirma lo siguiente:
- Se despojó de su Su consciencia divina, dejando de lado SU Divinidad para volverse hombre.
- Se despojó de Su forma existencial eterna, durante un tiempo, quedando limitado a la naturaleza humana e incapaz de ejercer los atributos divinos.
- Se vació de los atributos tales como omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia, aunque conservo la santidad, el amor y la verdad.
- Se despojó de toda actividad divina, así como del ejercicio real de todas las prerrogativas divinas.
- Se despojó del ejercicio independiente de los atributos divinos, y aunque los ejercía, lo hacía , sino en dependencia y sujeción al Padre y del ES y nunca de Su propia deidad.
Aunque, conforme hemos descendido en la lista de arriba parece que la enseñanza pudiera ser o parecer más bíblica, lo cierto es que todas estas erróneas posturas kenóticas abrazan y enfatizan lo mismo…
JESUS, AL HACERSE HOMBRE, PERDIÓ UNA PARTE DE DIOS.
Esto choca con la historia de la Iglesia, pues ningún maestro o erudito serio, durante más de 1.800 años de la historia de la Iglesia, jamás pensó ni dijo que el «vaciarse a Sí Mismo» significaba que renunciaba a parte de Sus Atributos o de Su Deidad.
El error de esta «Teoría Kenótica» es creer que vaciar es sinónimo de dejar de lado Su Deidad o sus divinos atributos en la encarnación, negando y rechazando así la Inmutable naturaleza de Dios
Vemos que el Apóstol Pablo dice «Siendo en forma de Dios», hablando de un presente, nunca de un pasado («habiendo sido»). Aunque NO hubo un vaciamiento en Si Mismo, SÍ hubo una Auto-Renuncia.
¿EN QUÉ CONSISTIÓ REALMENTE ESTA AUTO-RENUNCIA?
- Dejó temporalmente de lado la Gloria Celestial de Su Perfecta e Íntima relación cada a cara con Dios, sus prerrogativas divinas, aunque en la Transfiguración enseñó, como un destello anticipado, Su Gloria Celestial inherente en ÉL.
- Dejó temporalmente de lado Su Autoridad independiente, sometiéndose total y voluntariamente a la Voluntad del Padre para ser nuestro representante y nuestro sustituto.
- Renunció temporalmente al estatus y al privilegio que le correspondía en el Cielo, es decir, abandonó el Cielo para venir al mundo adoptando una forma humana, y morir en una Cruz, por eso en Juan 17:5, en la oración sumosacerdotal al Padre, le pide por la Gloria que tuvo con ÉL, desde antes del mundo.
- Abandonó el esplendor del Cielo, por la humildad del Gólgota, naciendo entre medias en un pequeño y sucio establo con animales, de una pequeña y humilde aldea, Belén.
EL ÉNFASIS NO DEBE ESTAR JAMÁS EN LO QUE PERDIÓ (SUSTRACCIÓN), SINO EN LO QUE GANÓ (ADICIÓN).
Sin dejar de ser lo que desde la Eternidad pasada era y es, ÉL tomó, en unión consigo mismo, lo que NO era, haciéndola propia, es decir, siguiendo siendo Pleno y verdadero Dios, asumió para Sí Mismo la naturaleza humana, siendo Pleno y Verdadero hombre, de tal manera que ambas naturalezas residen y existen a la perfección en la persona del Hijo de Dios, pero sin que se fusionaran, mezclaran, afectaran o interfieran de alguna manera.
En el Concilio de Calcedonia en 451, la iglesia afianzó su definición de hipóstasis para dejar más claro que las 2 naturalezas de Jesús seguían siendo distintas, pero aun así unidas en una persona. Dicho concilio dice así «(…) nacido de la virgen María, de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo, Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, invariables, indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo (…)»
JESÚS CUBRIÓ SU GLORIA DIVINA CON LAS OPACAS VESTIDURAS HUMANAS
La Kenosis NO puede ser entendida como una disminución, por mínima que sea, de SU Deidad, sino más bien, como una adición de la humanidad, con las consecuencias y limitaciones que ello tiene.
NO significa que Cristo se vacíe de SU Divinidad, sino que hizo lo que nadie más tenía el poder de hacer, y es tomar la forma humilde de carne humana y envolverla alrededor de Su Gloriosa Deidad, la cual nunca dejó ni disminuyó.
NO ES LO QUE JESUS CEDIÓ, SINO LO QUE ASUMIÓ.
ÉL añadió algo a cada naturaleza, ¿El qué? Los Atributos de la otra.
El que debía ir a la Cruz a morir sacrificialmente por todos nosotros, a sustituirnos aplacando, en unas pocas horas, toda la ira y la venganza de Dios por el pecado, ofreciendo un sacrificio único y perfecto, debía ser pleno y verdadero Dios y pleno y verdadero hombre, para así poder ser el único y perfecto Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1ª Timoteo 2:5)
C.- FORMA DE SIERVO, SEMEJANTE A LOS HOMBRES
Aquí aparece la misma palabra clave para entender el pasaje, pues si NO hay duda alguna de la plena humanidad de Cristo en la Tierra, tampoco debiera haber duda de su plena divinidad de ÉL en la tierra, pues la palabra usada es la misma, «Morphe»
ÉL adoptó y añadió a Su naturaleza divina, la naturaleza humana como la nuestra, excepto la condición depravada, caída y pecaminosa que todos heredamos desde Adán (ver Hebreos 4:15, Juan 8:46), de tal manera que cuando Jesús como persona actuó como ser humano en el mundo, en la Tierra, con todas esas limitaciones e implicaciones, esa misma persona actuaba simultáneamente como Dios en la Tierra y en el Cielo. ÉL era y es el Dios-Hombre.
Jesús cubrió Su Excelsa Gloria con las opacas paredes de Su Humanidad, con los ropajes de carne y hueso.
¿CUÁL FUE SU HUMILLACIÓN?, ¿EN QUÉ CONSISTIÓ?
Adoptar la forma de Siervo. Que El Excelso Señor de la Gloria, merecedor de toda la honra, honor, gloria, dominio, poder y autoridad venga hasta a nosotros y nos sirva, fue una auténtica humillación en toda regla. Hacerse siervo, esclavo, obediente hasta la peor y más horrenda muerte, siendo portador de los pecados de su misma creación, fue una auténtica posición de indignidad para ÉL. En el máximo acto de humildad, el Dios del universo se hizo un ser humano y murió por Su creación.
¿QUÉ TIPO DE SIERVO FUE?
La Mejor descripción de la humillación de Jesús, en cuanto a forma de siervo, la puedes ver en el capítulo del «Siervo Sufriente»: Isaías 52:13-53:12
EL hecho de que alguien se humille y sirva a los demás NO significa para nada, ni implica que deje de ser lo que era por naturaleza y esencia, y Cristo NO dejó de ser nunca lo que era y es, DIOS mismo, pues ÉL es y será el Dios Eterno e Inmutable por siempre.
ÉL, el Soberano Señor quién Todo lo sustenta con la Palabra de Su Poder, vino NO a ser servido sino a servir, y a hacer la Voluntad del que le envió (Lucas 19:10). Si SU Encarnación fue un acto de Condescendencia, Su Pasión y Muerte fue verdaderamente Su Humillación.
¿CUÁL ES EL ERROR DE LA INTERPRETACIÓN KENÓTICA?
Pensar o creer que en El Hijo Eterno de Dios, al encarnarse para hacerse hombre, desapareció o se limitó un aspecto esencial de Su Naturaleza Divina.
Creer que se despojó de algo al hacerse hombre, y que perdió algo de «ser Dios», es hacerlo «menos Dios», y eso es imposible, a la vez que herético.
ÉL asumió, perfecta, total y enteramente la Naturaleza humana (salvo la condición caída y depravada nuestra, el pecado), siendo simultáneamente y a la vez, en Su Misma Persona, Pleno y verdadero Dios y Pleno y verdadero hombre. NO era un semidios, mitad hombre o mitad dios al más puro estilo de Supermán, ni una humano con inmenso poder.
Ahí tenemos la UNIÓN HIPOSTÁTICA
En el original en griego «Hipostasis» de la cual se deriva o significa, sustancia, esencia o subsistencia.
La Unión Hipostática es la posición bíblica, y alude a 2 naturalezas en una sola persona, una sola personalidad (NO 2 personas)
NO es mitad Dios, NO es mitad hombre; sino pleno, real, total y verdadero Dios al 100% , y pleno, real, total y verdadero hombre al 100%, salvo que este hombre carecía de pecado.
Las 2 naturalezas (humana y divina) son inseparables, distintas, la cuales NO se fusionan, NO se mezclan, NO altera una a la otra, sino que cada una conserva plenamente sus cualidades sin interferir, diluir o mezclarse con la otra, siendo distinta y separada la una de la otra, cómo bien quedó expuesto y plasmado para la posteridad, como hemos aludido antes, en el Concilio de Calcedonia en el año 451 d.C.
- NO deificó Su Naturaleza humana, ni humanizó Su Naturaleza Divina.
- NO perdió ningún atributo Divino, ni los comunicó a Su lado o aspecto humano.
- En un mismo ser, una misma persona, adhirió una completa e íntegra naturaleza humana, a la Divina, reteniendo las propiedades de cada una.
- NO fue Su Esencia Divina la que menguó o mermó, sino el porte externo y majestuoso, que quedó oculto dentro de las opacas paredes de humanidad.
En la misma persona y ser de Jesús existen una naturaleza humana y una naturaleza divina. La naturaleza divina no fue cambiada ni alterada. La naturaleza humana de Jesús no fue anulada por su naturaleza divina, ni la naturaleza divina fue absorbida por su naturaleza humana. «Él NO es meramente un hombre quien tenía a Dios adentro, ni un hombre quien manifestaba el principio de Dios”.
Algunas veces Jesús se conducía bajo las limitaciones de la humanidad (Juan 4:6; 19:28), y otras veces con el poder de Su deidad (Juan 11:43; Mateo 14:18-21), pero en ambos casos, las acciones de Jesús procedían de Su Persona misma. Jesús tuvo dos naturalezas, pero solo una personalidad.
ÉL NO ES UN HOMBRE QUE LLEGÓ A SER DIOS, SINO UN DIOS QUE LLEGÓ A SER HOMBRE (JUAN 1:14), SIN DEJAR JAMÁS DE SER DIOS.
Lo reconozco, es una doctrina tan profunda, misteriosa e inescrutable que nos supera y somos incapaces de comprender y de razonar, y a veces me preguntan la misma pregunta ¿Murió realmente Dios? ¡NO! ÉL como Dios, en cuanto a Su Naturaleza Divina era y es imposible que viese muerte, pero SÍ es cierto que, puesto que Su naturaleza humana sí murió, ÉL experimentó y saboreó la muerte, porque el sujeto de la acción era Dios mismo, y lo que hacía en una de sus 2 naturalezas, ello afectaba a la totalidad de la persona en sí. Quien colgaba de la cruz y fue sepultado fue Jesús, quien es Dios, pero debemos ser cuidadosos y aventurarnos a decir con demasiada ligereza y sin el más mínimo compromiso bíblico, que «Dios murió»
Además, ésta es una de las más grandes verdades del cristianismo,
¿POR QUÉ?
NINGÚN OTRO DIOS SE HIZO HUMANO.
Es una importante doctrina dentro de la Cristología, que nos llevará a una mayor alabanza y adoración a ÉL por Quién es, y por lo que hizo.
La UNIÓN HIPOSTÁTICA era y es:
- NECESARIA: Para que Dios Creador y hombre criatura se unan en una sola persona, el Perfecto y único Mediador que necesitábamos (1ª Timoteo 2:5)
- INDISOLUBLE Y ETERNA: Ya que desde al Encarnación, el Verbo de Dios posee un Cuerpo humano, ahora Glorificado, y permanecerá así para siempre.
- IMPORTANTE para comprender mejor el Pacto de Redención, la relación inte-trinitaria, así como al mismo Dios Trino.
ÉL SIEMPRE ERA DIOS, NO SIEMPRE FUE HOMBRE, PERO AHORA Y HASTA LA ETERNIDAD POSEERÁ CUERPO HUMANO GLORIFICADO.
¿CÓMO PUEDO ILUSTRARLO ESTA MISTERIOSA Y PROFUNDA DOCTRINA?
Imagina un Rey en su palacio real , con toda la majestuosidad y pompa que caracteriza a la prominente realeza.
Imagina que deja, por un determinado tiempo, sus atuendos reales, su corona, su cetro, su guarda real, … y decide ayudar a los jardineros de dicho palacio, pero para NO mancharse, ni cortarse con pinchos o espinas, decide ponerse el atuendo, la vestimenta y el uniforma de jardinero, con sus botas, sus guantes, una máscara para fumigar y un mono…
Él sigue siendo el rey en toda su expresión, tal y como lo era instantes antes, con su poder y autoridad, solo que ahora además es jardinero, uno exactamente como los que trabajan en los jardines del palacio.
CONCLUSIÓN
Si no entendemos esta doctrina de la unión hipostática, nos quedamos con respuestas débiles a preguntas importantes. Si queremos que las personas acepten a Cristo como su Señor y Salvador, necesitamos poder decirles quién está ofreciendo esa salvación. Es Dios encarnado.
ÉL era igual en naturaleza y esencia a Dios, así como igual en naturaleza y esencia al hombre (menos que ÉL era y es Santo, y todos nosotros pecadores), y ambas naturalezas en su absoluta plenitud formaban parte de Su entero y perfecto Ser.
- Por eso ÉL tuvo hambre (Mt. 4:2), pero era el Pan de vida (Jn. 6:35)
- Tuvo sed (Jn. 19:28), pero era a la vez el agua viva (Jn. 4:14)
- NO sabía todas las cosas (Mc. 13:32), pero como Dios, a la vez, era y es Omnisciente (Jn 21:17, Mt. 18:20)
- ÉL se cansó (Jn 4:6) y durmió (Mc. 4:38 y Lc. 22:41) y a la vez ofrecía reposo y descanso a todos (Mt. 11:28-30)
- fue tentado por el diablo (Lc. 4:2) y a la vez era Santo e impecable (2 Cor 5:21, Heb. 4:15)
- ÉL fue azotado (Jn. 19:1-3), incluso murió (Mc. 15:37), siendo el Autor de la vida (Hechos 3:15)El Eterno (Miqueas 5:2, Juan 1:1 y 8:58, Colosenses 1:15-16), y la Resurrección (Jn. 11:25-27)
- ÉL se sumergió en el agua para ser bautizado (Mt. 3:13-17) y a la vez ÉL caminó por el agua (Mt. 14:22-23) o calmo una tempestad con Su Palabra (Mt. 8:23-27)
- ÉL oró y adoró al Padre (Jn. 17) y a la vez contestaba oraciones (Jn 23:42, Hch. 7:59) y era adorado (Mt. 2:2 y 14:33).
- ÉL, que NO sabe cuando será la 2ª Venida (Marcos 13:32), será quien venga, y es el Omnisciente que todo lo sabe
- ÉL ascendió al Cielo (Lucas 24:51), a la vez que Él está con todos nosotros (Mateo 28:18-20).
El bebé que nació humildemente en un establo en Belén es Aquel quien a la vez sustentaba y sustenta todas las cosas con la Palabra de Su Poder (Hebreos 1:3).
Verdadero Dios y Verdadero hombre, ya que en la Encarnación, ÉL descendió de las alturas más grandes y sublimes de los Cielos, hasta la Tierra, y NO sólo eso, sino que cargando con tu culpa y tus pecados, fue sentenciado, condenado y ajusticiado por Dios El Padre, en una Cruz, en lo alto de una montaña, el Gólgota, para sufrir el castigo que merecíamos a causa de nuestras iniquidades y rebeliones, …
Y es por eso que la CRUZ tiene tal valor propiciatorio, pues en ella, colgaba un hombre ensangrentado, quien era nuestro sustituto en ella, pero asimismo, colgaba Dios, y es por eso, que la Cruz tiene un valor infinito y supremo.