Números 20 RVR 1960
1 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.
28 Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte.
Deuteronomio 32:48-50 RVR 1960
48 Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo:
49 Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;
50 y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo;
Deuteronomio 34:9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
9 Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
Un libro muy interesante es el de Números. El mismo trata como tema principal el Orden de Dios.
Durante el mismo se puede ver el vagar de los Israelitas por el desierto, rumbo a la Tierra Prometida que Dios les iba a entregar.
Quisiera hoy analizar cierto Simbolismo que se encuentra entre el capítulo 20 del citado libro de números y en Deuteronomio 34:9.
Un desierto por definición es un territorio arenoso o pedregoso en el cual por la falta de agua existe poca o ninguna vegetación. Pero en Hebreo la palabra que usan para desierto, significa ¨en lugar donde Dios habla a su pueblo¨. Y es que eso hizo y eso hace Dios cuando estamos en un ¨desierto¨.
Pongámonos un poco en situación en el capítulo 12, la profetisa María y el sacerdote Aarón murmura en contra de Moisés. Moisés representa la Palabra de Dios, Dios le había rebelado su Ley. Y se ve como la profetisa y el sacerdote, se ponen en contra de la Palabra de Dios.
EL FRACASO del Profetismo y el Sacerdocio está cuando contradicen la Palabra de Dios.
Llegados al capítulo 13, los doce espías son enviados para reconocer la Tierra Prometida.
Tras la misión regresan y pasan informe de lo que habían visto. El pueblo desconfía que Dios pueda entregar esa tierra con los ¨poderosos¨ moradores de la misma. Desean morir allí… la generación de los Israelitas que Dios sacó de Egipto, por su desconfianza total contra Dios NO vería la Tierra Prometida, sólo Josué y Caleb en su fidelidad. Aún así, Dios siguió sustentando al pueblo, durante 40 años hasta que dicha generación fue muriendo en el desierto.
Durante el vagar de los Israelitas por el desierto, Dios trató de transmitirles muchas enseñanzas, pero tristemente eran pueblo de dura cerviz y se resistían a aprender. Una y otra vez caían en errores parecidos. Miraban más a los problemas que a la grandeza de Dios que ya habían podido ver, pues los sacó con mano poderosa de Egipto y los sustentaba con fidelidad.
Llegados al capítulo 20, el libro de Números nos narra como la profetisa María y el sacerdote Aarón mueren. Dios mantuvo todavía años a Moisés, a la Ley, hasta llevar a la nueva generación a las puertas de entrar a la Tierra Prometida.
A las puertas de la Tierra Prometida, Moisés muere y Dios pone como líder del pueblo a Josué (Dios salva).
¿Qué quería transmitir Dios con esta enseñanza?
De todo este simbolismo se puede extraer una enseñanza clara, las profecías NO salvan, los ritos (aquí representados por el sacerdote) NO salvan y la Ley tampoco salva.
Sólo Dios salva, de ÉL vendría la salvación (Salmo 3.8, Jonás 2:9)
El nombre de Josué tiene el mismo significado que el de nuestro Señor Jesús. tanto uno como otro nombre significan DIOS SALVA.
Y es que las profecías anunciaron la venida de un salvador, mas de 300 profecías del Antiguo Testamento hablan de ello. Los rituales sacerdotales eran sombra de la perfección que había de venir. ¿Qué hizo la Ley?
Nos condujo hasta las puertas de la Tierra Prometida. Nos llevó hasta nuestro Señor Jesús. Sólo su obra en la Cruz del Calvario puede salvar a la humanidad.
No busquemos profecías, NO busquemos rituales, NO busquemos legalismos, para salvación debemos mirar a nuestro Señor Jesús y a su obra. Solo con nuestra Fe genuina depositada en ÉL y con nuestro arrepentimiento de la vida pasada, podemos hallar la salvación.