En el Día que la Sociedad (mayormente los que NO conocen a Cristo) celebra y conmemora de una manera desmesurada, e incluso extremista el DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER, traemos BUENAS NOTICIAS PARA ELLAS…pues tanto TODOS (ya sean mujeres, como hombres), hemos sido creados en la imagen de Dios con roles únicos y diferentes, pero en igualdad ante Su Amor y Su Gracia.
Según la RAE el FEMINISMO es “una ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres”, y como Hijos de Dios NO podemos estar más de acuerdo con ello.
Según Wikipedia, la idea de esta celebración consiste en la lucha de la mujer por su participación, por equidad e igualdad de oportunidades muchas veces menores y en detrimento ante las del varón, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
PERO déjame decirte que La Biblia tiene mucho por decir del tema; es más, si hay una persona (era 100% hombre y 100% Dios) que dignificó a la mujer a niveles inimaginables, dentro de un contexto que poco o nada tiene que con el de hoy, ESE ES NUESTRO SEÑOR JESÚS.
ANTES DE NADA, también decir que toda opresión, toda discriminación por motivos de raza, sexo, cultura,…toda desigualdad, desunión y división NO es más que la consecuencia del Pecado, del mal tan instaurado y arraigado dentro del corazón del hombre y de la mujer, y que nos hace vivir en una sociedad, en un sistema y en una corriente del mundo, como dice Efesios 2, cuanto menos influenciado, dirigido y gobernado por lo poderes del mal, por satanás.
Por eso mismo necesitamos ir a la Fuente de la verdad, a la PALABRA DE DIOS, la misma que cuando Adán y Eva caen en Alta Traición ante Dios su Creador, ÉL lanza la GRAN PROMESA DE SALVACIÓN; ÉL mandará a SU Hijo, al Eterno, al Salvador y Redentor del Mundo, y lo hará sirviéndose de una piadosa y bondadosa mujer, MARÍA DE NAZARET.
Gálatas 4:4-5 «Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a SU Hijo, nacido de Mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.»
Los antecedentes eran trágicos y demoledores para TODOS, para hombres y para mujeres; pues Todos estábamos (y muchos aún lo están) en una condición de separación y enemistad para con Dios, en una muerte espiritual donde NO había esperanza alguna debido al pecado, a nuestras iniquidades y rebeliones, a nuestra pecaminosa naturaleza que nos tienta e impulsa a pecar deliberadamente, PERO ÉL NOS BRINDÓ LA SALVACIÓN POR GRACIA A TRAVÉS DE SU HIJO.
Y en cuanto a esto, es decir, en cuanto a la Salvación inmerecida, DIOS NO HACE ACEPCIÓN DE PERSONAS, y NO hay distinción alguna, pues nadie la merecía y Todos/as somos llamados/as al arrepentimiento y a la fe EN Cristo.
Colosenses 3:11 NVI «En esta nueva naturaleza NO hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, culto ni inculto, esclavo ni libre, sino que Cristo es Todo y está en Todos»
Otra cosa bien distinta y bien diferente son los roles o papeles que ambos desempeñan en la Iglesia o en el Hogar, y que en ningún modo subordinan o hacen inferior a nadie.
Por ejemplo, en el Matrimonio (podemos leerlo en Efesios 5:25) al marido se le pide tal amor y tal entrega por su mujer, que incluso es menester y necesario que diese y se sacrificase su vida por ella, por su esposa, tal como Cristo el Mejor y Verdadero esposo, se entregó por nosotros.
¿Qué esposa NO se va a someter voluntariamente ante un marido que la ama con ese AMOR?
Al fin y al cabo, AMOR y SOMETIMIENTO NO dejan de ser SINÓNIMOS, de dejarse uno mismo de lado en pos del otro, como las dos caras de la misma moneda.
1ª Pedro 3:7 “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil (como algo de sumo valor a lo que hay cuidar con esmero y sumo cuidado), y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”.
Y, como antes mencioné, en medio de un Contexto social dominado por el Hombre (pero realmente dirigido por satanás), las mujeres eran realmente excluidas, incluso habían leyes religiosas sexistas (por cualquier cosa prácticamente se concedía el repudio),… en definitiva, las mujeres en el contexto cultural judío del siglo I sufrían de una real y verdadera discriminación, PERO en medio de ese contexto irrumpe ALGUIEN que rompe moldes y esquemas, que deja a unos boquiabiertos y confrontados, y a otras perplejas y dignificadas.
- ÉL perdona a una adúltera sorprendida in fraganti, confrontando las conciencias de los que le acusaban (los mismos que no presentaron al hombre, a pesar de haber estado obligado a ello según la Ley).
- ÉL sana a una mujer que por muchos años padece de una enfermedad, que por ello es rechazada, y declarada inmunda, y ante todo, la honra la fe de ella.
- ÉL se presenta como el Mesías NO ante el Sanedrín en Jerusalen, ni ante el César en un Palacio, sino ante una repudiada e inmoral mujer samaritana (enemigos históricos de los judíos desde la división del Reino), con la cual preparó una «cita divina», un precioso encuentro en un pozo de Sicar: «YO SOY, el que habla contigo (…)»
- ÉL, que era el Maestro, concede igualmente el glorioso honor de que algunas mujeres le sigan como discípulos, es más, en la Cruz algunas de ellas (además de Juan) verán cara a cara al Hijo de Dios sufrir y padecer.
- ÉL, a pesar de anunciar en reiteradas veces SU Resurrección, NO se aparece a ninguno de sus apóstoles, sino que es a una mujer (a María de Magdala) a quien se aparece resucitado por 1ª vez, sabiendo que por entonces la voz y el testimonio de una mujer era prácticamente nulo, pero haciendo de ella la 1ª evangelizadora. A pesar de que las mujeres tenían poca importancia en esa cultura y nada de autoridad religiosa como portavoz, Jesús les dio la tarea de informar a los otros a cerca de SU Resurrección.
- ÉL sentía un amor muy especial por esa familia de Betania, especialmente por esas dos hermanas (Marta y María), tan diferentes, pero a la vez, tan serviciales, que se le presenta a ellas (y lo hace antes de hacer el milagro) como el Origen, el Dador y el Resucitador de toda Vida.
- ÉL recibió la mayor y mas preciosa adoración de SU Vida de 33 años terrenal ( ÉL es Eterno) de una mujer, la cual derramó un carísimo perfume de alabastro para ungir y besar los pies del Señor, mientras un religioso fariseo contemplaba lleno de rencor esa grandiosa escena.
- ÉL, en el Aposento Alto hace descender y derramar al Espíritu Santo sobre todos, sobre los 120, sea hombre o sea mujer (incluida su madre María)
En definitiva, ÉL las defendió, las dignificó, las consoló, las distinguió con su perdón y misericordia, dándoles la honra y la prominencia que merecen pero también las reprendió con cariño y dulzura.
En muchas culturas o religiones (entiéndase Islam), las mujeres son una mera propiedad exclusiva y total del hombre, PERO EN CRISTO, repito, EN CRISTO eres llamada, eres perdonada y reconciliada, eres justificada, eres amada con un amor que absolutamente nadie puede ni podrá igualar, con un amor Eterno, eres valorada como nadie, eres honrada, eres (y vas siendo) transformada a la imagen de ÉL, eres santificada, eres llena de promesas y esperanzas,… y serás al final, glorificada.
NO CELEBRES UNA «IGUALDAD» Y UNA OPORTUNIDAD QUE NADIE NI NADA TE DARÁ, SINO SÓLO CRISTO Y EL MENSAJE DEL EVANGELIO.
CELEBRA EL DISEÑO, EL PLAN DE DIOS Y EL PROPÓSITO DE DIOS, QUE ES LA VERDAD ROTUNDA.
ES ABSURDO BUSCAR UNA REIVINDICACIÓN FEMINISTA (A VECES EN CONTRA DEL DISEÑO DE DIOS EN LA IGLESIA Y EN LA FAMILIA), CUANDO ES DIOS MISMO QUIEN NOS HA VINDICADO.
Me gustaría finalizar este Devocional , con la que para nosotros es, sin ningún género de duda, uno de los libros más preciosos y emotivos no sólo del Antiguo Testamento, sino de Toda la Biblia, y eso que es un libro muy corto, de 4 capítulos (los cuales te recomiendo encarecidamente que puedas leerlos, o releerlos como nosotros).
SE TRATA DE UNA PRECIOSA HISTORIA.
Efectivamente, te hablo de RUT.
Una Joven moabita que queda viuda y le jura lealtad a su suegra con una de las frases más bonitas de la Biblia (muy usada en enlaces matrimoniales)
Rut 1:16-17 «Respondió Rut: NO me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.»
En esta historia de Amor y Redención, y en una penosa situación de crisis, destaca al final del libro un personaje «fuerte y rico» que providencialmente aparece, y que resulta ser su PARIENTE REDENTOR, Boaz, quien la rescata, la redime según la Ley y con quien se casa.
¿Acaba la historia ahí?
POR SUPUESTO QUE NO
Ella concibe un hijo llamado Obed, que resulta ser el abuelo del Rey David, el más grande rey que jamás tuvo Israel hasta que hace 2.000 años aproximadamente, y descendiente de su linaje, de su genealogía, de su estirpe, aparece el REY DE REYES, Aquel que amó por igual a mujeres y hombres, aquel que vivió la Vida perfecta de obediencia, amor y entrega total que todos/as debíamos haber vivido (pero que por el pecado NO podemos), con el firme propósito de entregarse, de subirse a una CRUZ y ser el Precio y el Castigo por Todos los pecados (ya sean de hombres como de mujeres).
¿Realmente acaba ahora la historia?NO
Al TERCER DÍA se levanto con Poder y Gloria de la Tumba, canceló la deuda que nos era adversa, cerró el abismo que nos separaba con respecto a nuestro Creado, cogiendo SU Mano, y la nuestra y uniéndolas.
EL MURIÓ PARA DARNOS VIDA, SI NOS ARREPENTIMOS Y PONEMOS FE EN QUIÉN ES ÉL, Y EN QUÉ HIZO ÉL.
ÉL SE ENTREGA PARA OFRECERTE PERDÓN; ÉL ES CONDENADO PARA LIBRARTE DE LA CONDENACIÓN.
Y por cierto, aquella joven moabita del Antiguo Testamento llamada RUT, tiene tal honor y privilegio, como es salir en el Árbol Genealógico del Señor, del Salvador, de nuestro Mejor y Gran PARIENTE REDENTOR.
Mateo 1:1-16 «Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de RUT a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías. Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor. Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació JESÚS, llamado EL CRISTO.»