Vivió constante y duramente en la brecha entre el pueblo y Dios.
Aunque fue rechazado por su pueblo, terminó siendo el gran libertador de la esclavitud opresora de ellos.
Descendiente de la Tribu de Leví, cuyo nombre significa «salvado de las aguas».
Hoy te hablaremos de uno de los personajes más característicos de toda la Biblia, y reconocido como profeta en el cristianismo, el Judaismo y en el Islám.
Efectivamente, hablamos de MOISÉS.
Es una de las más grandes figuras y tipologías del Mesías en la Biblia…
¿POR QUÉ VI A CRISTO EN MOISÉS?
Ya desde su nacimiento, unos 1525 años antes de su Antitipo (Cristo) se vislumbra un parecido en el contexto, pues en medio de ambos nacimientos, un Rey tirano opresor.
En el caso de Moisés, se ordena el asesinato de todos los hijos de los hebreos; en el caso de Jesús, Herodes «el Grande» hizo morir a los hijos de Belén y alrededores.
En ambos casos, la Providencia y el Designio de Dios triunfó sobre la maldad del hombre; y ambos fueron librados de la muerte y preservados.
Moisés escapa de las aguas y es criado por su madre en Egipto hasta que creció y fue llevado ante la hija de Faraón:
Éxodo 2:10 «Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés diciendo: Porque de las aguas lo saqué.» (De ahí el significado de su nombre)
De la misma manera, Jesús fue llevado a Egipto cuando recién había nacido, para que se cumpliera así esta Escritura: “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo”(Os. 11:1).
El Profeta Oseas estaba refiriéndose al Éxodo dirigido por Moisés, sin embargo Mateo le dio un significado profético y aplicativo al pasaje de Oseas, relacionándolo específicamente a Cristo.
Mateo 2:13-15 «Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto»
Ambos crecieron en sabiduría:
Hch. 7:22 “Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras”
Mientras que dice la Escritura del Señor Jesucristo en Lc. 2:52 “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”
Moisés fue rechazado por su propio pueblo hebreo, incluso sus familiares NO aceptaban su papel, más tarde tanto su hermano Aaron como su hermana María, le ayudarían.
¿Acaso NO fue Jesús rechazado por Su Pueblo?
Juan 1:1 «A lo suyo vino, y los suyos NO le recibieron.»
Incluso sus propios hermanos NO le entendía, y pensaban de ÉL que estaba loco; más tarde, además de creer en ÉL, su hermano Santiago se convertiría en un líder de la Iglesia en Jerusalén.
Tanto Moisés como Jesús fueron enviados para liberar a Israel.
Moisés fue enviado desde el monte Sinaí en Madián, (Arabia), para sacar a Israel desde Egipto y para conducirlos a la tierra prometida.
Jesús, el “Mejor y Verdadero Moisés”, fue enviado desde el cielo para llevar al “Israel espiritual” al monte celestial de Sion, a la tierra prometida.
Moisés, por orden de Dios fabrica una serpiente de bronce y la levanta cuya mirada contempladora curaba las mordeduras producidas por las serpientes venenosas (Números 21:9) ; asimismo, Jesús fue levantado en una Cruz para Todo aquel que en EL crea NO se pierda, más tenga Vida Eterna. Fue levantado en una Cruz para herir en la cabeza a la serpiente.
En ambos casos, remedio y mal vienen a ser lo mismo, es decir, una serpiente para curar del veneno de serpientes, y Cristo fue hecho Pecado (2ª Corintios 5:21), para limpiarnos precisamente de él, del pecado.
Moisés contó con 70 varones que le ayudaron a gobernar y a sobrellevar la carga con él, sin perder su autoridad como líder principal.
Números 11:16-17 «Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.»
Asimismo, Jesús ungió a 70 discípulos para que enseñasen a la nación, a la cual ÉL los enviaba.
Lucas 10:1 «Después de estas cosas, designó el Señor también a otros 70, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir»
¿NO envió además Moisés a 12 espías seleccionados para explorar la Tierra Prometida de Canaán? (Ver Det. 1:22-23); de la misma manera, Cristo Jesús seleccionó 12 Discípulos para predicar SU Mensaje al Mundo.
Marcos 3:14 «Y estableció a 12, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar»
Además, ambos tuvieron un ayuno de 40 días, Moisés en el Sinaí para ser mediador de la Ley (Éxodo 34:28), Jesús lo hizo en otro Desierto, inmediatamente antes de ser tentado por el Diablo, y derrotarle por la Palabra de Dios (Mateo y Lucas 4), y empezar a ganar la que sería nuestra mayor victoria.
Moisés hizo señales y milagros, hasta dividió las aguas del Mar Rojo conduciendo a su pueblo para sacarlos de la Opresión, asimismo Jesús realizó innumerables milagros, señales y prodigios; entre ellos el calmar la tempestad del Mar de Galilea.
¿No pasamos nosotros por las agua, en nuestro Bautismo, cuyo acto simboliza la unión con El, en SU Muerte, Sepultura y Resurrección librándonos de la servidumbre del pecado?
En ambos casos, tanto seguidores como los incrédulos pudieron observarlos; de hecho ambos transforman el agua: Moisés en sangre (la 1ª de las 10 plagas), y Jesús en vino (la 1º de Sus 7 Señales en Juan).
El rostro de Moisés resplandeció con la gloria del cielo después de descender del monte Sinaí:
Ex. 34:29 “Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios”
Asimismo El Señor Jesucristo también resplandeció con la Gloria de Dios en el monte de la Transfiguración, a cuyo lado estaba precisamente Moisés.
Mt. 17:2 «Y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz”
Además, nos dice el Apóstol Pablo, que en el Evangelio se vislumbra la Gloria de Dios en la Faz de Jesucristo (2ª Corintios 4:6)
Nadie, absolutamente tuvo relación con Dios tan cercana como Moisés, que incluso hablaba cara a cara con ÉL.
Éxodo 33:11a » Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero»
Jesús, en Su Humanidad, era el Hijo en quien tenía complacencia; ÉL es Dios hecho hombre, la imagen misma de SU Substancia, en quien reside toda la Plenitud de Dios.
Moisés condujo a los hebreos a través del desierto hacia la Tierra prometida, los alimentó con maná caído del cielo y les dio a beber un agua milagrosa; Jesús conduce a los cristianos a través del desierto de esta vida hacia nuestra porción por ÉL prometida, el Cielo; mientras tanto ÉL nos nutre con el Verdadero pan del cielo, dándonos a beber el Agua de la Vida.
Moisés, por orden de Dios ordena inmolar el Cordero Pascual, (un cordero sin mancha) para expiación de los pecados, a través de la obediencia a Dios, quien a través de Moisés mandaba «sellar» con la sangre del cordero las casas.
En Todas las casas, esa noche de Juicio habría una muerte, o el primogénito o el Cordero.
Del mismo modo, Jesús es el Perfecto Cordero inmolado de Dios; ÉL es nuestra Pascua que con SU Muerte expiatoria y sustitutoria borra nuestros pecados, gracias a SU Sangre derramada.
Moisés fue un Profeta donde hablaba al pueblo, de parte de Dios.
Moisés fue un sacerdote, puesto que habla a Dios de parte del Pueblo, intercediendo por él.
Moisés era Juez (Éxodo 18:13)
JESÚS ES EL VERDADERO PROFETA (DET. 18:18-19), EL GRAN SUMO SACERDOTE (Hebreos 5:14), Y EL JUEZ JUSTO (2ª Timoteo 4:1) QUE JUZGARÁ A LAS NACIONES, A VIVOS Y A MUERTOS ANTE QUIEN TODA RODILLA DOBLEGARÁ Y TODA LENGUA CONFESARÁ.
LO QUE MÁS ME GUSTÓ PARA FINALIZAR ESTA TIPOLOGÍA…..
Ambos mueren en lo alto de un monte.
Det. 34:1-5 «Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar. Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá. Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.»
Moisés representa la ley, y por la Ley NO accedemos (imposible) a la tierra prometida, puesto que la Ley es el ayo o tutor que nos manda y lleva al Salvador (Gálatas 3:24); un Salvador que hace unos 2000 años se entregó a morir precisamente en lo alto de un monte, el Gólgota, a las afueras de Jerusalén para recibir el Juicio de Dios por todo el pecado de la Humanidad cual cordero, para abrir el camino a la salvación, cual libertador.
Juan 19:17-18 «Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.»
En aquella Cruz, el mejor y perfecto Moisés muere y recibe el Juicio y la Ira de Dios, para que nosotros que estábamos muertos espiritualmente en nuestros delitos y pecados pudiéramos vivir,y pudiéramos recibir Su Justicia, ¿Cómo?
A través del Arrepentimiento genuino a tí y tu vida anterior, y de la Fe en Aquel que murió la muerte que tú merecías, y que vivió la vida perfecta que debías y NO podías´.