En el estudio anterior, tras Jesús haber llevado acabo la maldición de la higuera estéril y la purificación del Templo, dando con ello una enseñanza pública acerca de la nueva y vacía religiosidad de la época, en un caso a nivel íntimo con los Suyos, y en otro posterior, a nivel colectivo y público ante todos, se retira junto con los Doce a Betania a pernoctar.
Parten nuevamente desde su lugar de seguridad y confort, Betania, y regresan de nuevo a Jerusalén. Allí nuestro Señor Jesús tenía que seguir enseñando, siendo conocedor que se acercaba Su Hora. Hoy martes, ÉL va a anunciar sobre el Juicio y sobre el final de los tiempos. Ya desde temprano nuestro Señor Jesús les vuelve a dar en privado una enseñanza a los Discípulos, a Su grupo íntimo:
I.- LA HIGUERA MALDECIDA SE SECA
Marcos 11:20-26 «Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.»
Pedro se sorprende diciendo «(…) la higuera que maldijiste se ha secado«, después de todas las vivencias que habían pasado junto a nuestro Señor Jesús, todavía seguía sorprendiéndose de ÉL. Lo vio transfigurarse, levantar y sanar a enfermos y endemoniados, calmar tempestades, cambiar el agua en vino, multiplicar panes y peces para alimentar a una inmensa multitud y aún resucitar muertos, y ahora parece sorprendido por la destrucción de una higuera tras recibir la orden directa del mismo Creador.
En esta nueva parábola representada, vemos como la sentencia pronunciada el día anterior, había secado a la higuera de raíz, enteramente toda ella. La higuera, como se explicó en el anterior estudio, representa a Israel, y normalmente para el mes de Marzo daba (o debiera dar) hojas y en abril solía dar frutos, pero ésta, siendo ya abril, no dio fruto alguno. De la misma manera que el Pueblo de Dios, Israel, no dio frutos, aún a pesar de que ante ellos y entre ellos estaba el Señor, el Cristo, el Mesías profetizado y tan esperado por ellos.
La higuera se secó desde la raíz, el antiguo sistema religioso se ha secado definitivamente, estaba sentenciado, vacío, inservible, inoperante e infructífero. Un árbol seco desde la raíz NO podría echar hojas que engañasen a la gente pensando que entre esa ostentación se halla algún fruto.
SIN LA RAÍZ DE LA FE, NO SE PUEDE PRODUCIR FRUTO ALGUNO, ES DECIR, SEPARADOS DE CRISTO NADA PODEMOS HACER NI DAR
Nuestro Señor aprovecha no para hablar de botánica, sino para dar una enseñanza de la nueva comunidad que está empezando, que vive, anda y camina por fe, y les da una amorosa reprensión por su falta de fe en el Poder de Su Palabra. Es la fe la que nos une orgánica y vitalmente a Cristo, y es esa unión la que produce fruto digno.
Hasta podrían «mover montes» y «echarlos al mar». Una fe viva, genuina y verdadera pone en nuestras oraciones un gran poder, y Jesús utiliza una hipérbole para enfatizar la tremenda importancia de la fe en ÉL, del Poder de Dios, y la disposición de ÉL en responder a las oraciones de sus hijos.
Con esa fe viva, en una oración alineada con la voluntad y los propósitos de Dios, se moverían múltiples impedimentos que surgieron, surgen y surgirán a los discípulos de nuestro Señor (aún a nosotros)
«¡Hágase conforme a TU Voluntad, NO como la mía!
Es más, con esa fe genuina en la obra del Señor en la Cruz, montañas de pecados son echados y arrojados al mar para nunca más salir a flote. Nunca jamás.
Con esa fe, se extendió el Evangelio y se extiende a día de hoy por todo el mundo y lo conquista, como bien dice 1 Juan 5:4-5
» Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra FE. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?»
Esa fe nos sirve de escudo protector en los problemas de la vida, con esa fe somos crucificados a «nuestro yo», a nuestra antigua y pecaminosa naturaleza que nos tienta a pecar en unión e identificación con Cristo crucificado, y vivimos en la fe de nuestro Señor, unidos, arraigados e injertados en Cristo, en SU Vida perfecta y justa.
Y, además Jesús aprovecha para hablar también de un gran impedimento en las oraciones, el cual es la falta de perdón como bien ya había enseñado nuestro Señor en el Sermón del Monte Mateo 6:14-15.
«Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si NO perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.»
LA FE EN CRISTO, QUIEN NOS PERDONÓ, DEBE LLEVARNOS A PERDONAR Y A SER PERDONADORES
Cuando experimentas todo lo que Dios te ha perdonado por Su Gracia inmerecida, el Espíritu Santo obra y actúa en ti para que seas capaz de perdonar hasta las peores vejaciones e insultos. Hemos sido perdonados de mayores acusaciones y peor condena, ¿No seremos nosotros perdonadores, tal como nuestro Señor sí fue con nosotros?
Es el amor de Cristo derramado en nuestros corazones (Romanos 5:5), el cual nos constriñe, nos empuja, nos obliga… Es el Espíritu de Cristo operando y energizándonos por completo desde nuestro interior, y evidenciándose externamente en una vida que perdona a los demás, y que por ello, glorifica al Señor.
LA ORACIÓN EXITOSA, LA ORACIÓN DEL JUSTO, REQUIERE PERDÓN Y FE
Después de esta nueva enseñanza en privado para los Doce, continúan su camino hasta Jerusalén, nuevamente al Templo.
Allí nuevamente los fanáticos religiosos de la época tratan de acorralar y tender una trampa a nuestro Señor y le hacen una pregunta con una intención macabra de humillar o avergonzar al Señor ante todo el pueblo.
II.- LA AUTORIDAD DE JESÚS
Si estos religiosos controlan la acción y administración en el Templo, Jesús controla absolutamente todo y a todos. ÉL es el Soberano absoluto.
Marcos 11:27-33 «Volvieron entonces a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a ÉL los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas? Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas. El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme. Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? ¿Y si decimos, de los hombres…? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta. Así que, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.»
ÉL es desafiado por los religiosos, pero acabaron cayendo en su propia trampa.
JESÚS ES EL AUTOR, Y COMO TAL, ES INHERENTE A ÉL SU AUTORIDAD.
Tratan de desacreditar a Cristo, haciéndole que diga públicamente de dónde proviene Su más que evidente, y ya demostrada, Autoridad, Sus credenciales. Pero ÉL ya les dijo anteriormente cuál era Su fuente de Autoridad, y se lo demostró.
Juan 5:19-23 «Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.»
Juan 10:18 «Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.»
Pero nuestro Señor Jesús les da la vuelta y los reta a que digan si el bautismo de Juan «El Bautista» era de los hombres o del cielo. Ellos no podían apoyar el ministerio del «Bautista», quien señaló y apuntó a Jesús, sin contradecirse a ellos mismos. Caerían en su propia trampa, la del populismo y agrado fácil para con todos.
Juan «El Bautista» había dejado claro testimonio de quién era Jesús; lo había visto, y lo señaló como el verdadero cordero de la Pascua, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).
Si los escribas, ancianos y sacerdotes afirmaban que el Bautismo de Juan era del cielo, los dejaría en evidencia y en vergüenza por NO creer en Jesús, a quien él señalo, apuntó, mandó y dirigió. Jesús les está retando de una forma indirecta.
«Juan «El bautista» testificó sobre MÍ, ¿Reconocéis y os sometéis a Mi Autoridad, tal como el Bautista enseñó?»
En cambio sí decían que era de los hombres (y no del cielo), temían que la muchedumbre se les echara encima pues reconocían a Juan «El Bautista» como un profeta, y en su miedo y cobardía, prefirieron la aclamación y la ostentación pública y el reconocimiento popular, a la verdad única, total y absoluta, quien es JESÚS. Les pudo el populismo falso, a la integridad verdadera. Nada nuevo que no sepamos hoy, más de 20 siglos después.
Al final se ven forzados a una retirada por no querer tomar ninguna de esas dos posturas. La hipocresía y el cinismo, van acompañados de cobardía, pues no está con ellos la verdad. A veces la verdad lleva aparejada un precio, y un precio muy alto que sólo los valientes están dispuestos a pagar.
Conclusión: Ellos carecen de autoridad par examinar a Jesús. Es más, aunque ÉL se niega a responderles de una forma directa, Jesús mismo los va a examinar, confrontar y les va a responder a ellos en la siguiente parábola.
Y el Señor Jesús prosiguió entonces enseñando con la siguiente y confrontadora parábola dónde, de una forma muy directa, y con una exhortación final va a chocar contra ellos. En definitiva, esta parábola trata del pecado y la ruina de Israel, de los religiosos ciegos y endurecidos.
III.- LOS LABRADORES MALVADOS
Marcos 12:1-12 «Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de éstos del fruto de la viña. Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado. Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros. Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra. Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña. ¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará su viña a otros. ¿Ni aun esta escritura habéis leído: la piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo; El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron.»
Aquí Nuestro Señor Jesús explica acerca del Reino de Dios, y utiliza para ello la parábola de una viña, la cual simboliza al pueblo de Israel y su constante infidelidad, como bien dijo el profeta en Isaías 5:1-7.
«Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.»
La viña, como acabamos de decir, es Israel, el dueño es Dios, los labradores son los líderes judíos y los religiosos, el hijo del dueño es Cristo, el heredero del Reino de Dios, y los otros labradores, la Iglesia. Durante años los labradores a los que Dios les había entregado esa «viña» fueron infieles, desleales, idólatras,… e invalidaron el Pacto con Dios, el cual les entregó a través de Moisés. Dios les envía siervos suyos (los profetas) para hacerles volver al camino y entrar en razón mediante el arrepentimiento, y ellos en su dureza religiosa, en su maldad, los rechazaban, perseguían, maltrataban e incluso mataban con toda violencia y crueldad. En el cumplimiento del tiempo perfecto, como dice Gálatas 4:4, les envió a su Hijo Amado, pensando Dios que le harían caso por medio de ÉL; pero al igual que no respetaron a los santos profetas, tampoco lo hicieron con el Hijo y queriendo heredar los labradores, mataron y asesinaron cruelmente al Hijo. Era el colmo y el punto máximo de maldad ingrata.
Por ello Dios dio la responsabilidad y la entrada de su Reino a otros, a los gentiles, a los no judíos; todos siendo piedras vivas que tendrían su cabeza de ángulo, su piedra angular, en el Hijo Amado de Dios (Slm. 118:22-23). Ahora somos los administradores y debemos llevar los frutos a nuestro Señor.
Los religiosos entendieron y comprendieron perfectamente que Jesús dijo esa parábola contra ellos y, como respuesta a ella, procuraban prenderle, tal y como les dijo que hicieron con el hijo del dueño en la misma parábola, pero temían una revuelta de la multitud. Es sumamente curioso que la respuesta y actitud de ellos tras esta parábola no es sino el cumplimiento de la misma. Nuevamente su intento de agradar al mundo le siguió su creciente cobardía. Cristo reprobó sus acciones y ellos, lejos de arrepentirse, se llenaron aún más de odio. Nuestro Señor continuó dando diversas enseñanzas en el Templo; habló acerca de la relación de los discípulos con las autoridades civiles, dejando claro que debemos obediencia y sometimiento a las autoridades civiles pero con el límite claro de lo que contravenga a la Palabra de Dios, la cual es nuestra autoritaria regla de fe y de conducta. Pablo en Romanos 13 amplía esta idea.
Enseñó acerca de la Resurrección, dando una magistral enseñanza a los que lo instigaban, dejando claro que ya en la Ley de Moisés se enseñaba acerca de ello, además de refutar a los saduceos que rechazaban la creencia de la resurrección. Volvió a repetir también la Shemá: «Oye, Israel; El Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas…»; y continuó enseñando acerca de quién es hijo el Cristo y volviendo a acusar a los religiosos de la época de ser hipócritas y necios. Asimismo en Marcos 12:36, ÉL se aplica a Sí mismo el Salmo 110 para decir que terrenalmente por la Encarnación, y según la promesa de 2ª Samuel 7, ÉL es Hijo de David, pero que, mucho mayor y trascendental que eso ÉL es el Señor de David, puesto que siendo pleno y verdadero hombre, ÉL es pleno y verdadero Dios. Resulta curioso y sorprendente que tan pronto como fueron los fariseos reducidos a silencio, es que aparecen en escena los saduceos, grupo religioso quien mantenía una continua oposición, pero que tras hallar un enemigo común, Jesús, decidieron unirse en fuerzas para tentar y acabar con ÉL. También ellos, los saduceos, fueron silenciados por las palabras de Cristo.
Quiero detenerme en la enseñanza que da nuestro Señor Jesús antes justo de salir del Templo…
IV.- LA OFRENDA DE LA VIUDA
Marcos 12:41-44 «Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento. «
Nuestro Señor conoce perfectamente los perversos y engañosos corazones de todas las personas (véase Jn. 2:25) y veía cómo muchos ricos echaban a la ofrenda grandes cantidades y suculentas sumas (sobras); pero no es eso lo que nuestro Señor mira, la cantidad que ofrendas. De repente se ilumina y alegra el rostro de Jesus, quien llama la atención a sus discípulos y se fija en una pobre viuda que da una módica y humilde cantidad a la ofrenda, un simbólico e insignificante (a ojos humanos) precio. La ofrenda de esta viuda fue de mucho más valor y estima para el Señor, a pesar que equivaldría a unos escasos céntimos de euro. Era todo cuanto ella tenía y disponía, y la situación social de una viuda dista mucho de lo que hoy conocemos. Jesús vio perfectamente como los primeros, los ricos de las grandes cantidades estaban dando de la abundancia, de lo que les sobraba. Pero que una pobre viuda, con lo desatendidas y excluidas socialmente que estaban por entonces, entrega todo lo que tenía para sustento, eso causó vergüenza al religioso, pero honra y asombro para el Señor, pues demostró devoción, y sobre todo fe a ÉL. Ella actuó con fe.
LA VIUDA NOS DIO UN EJEMPLO CLARO SOBRE LO QUE ES REALMENTE UN SACRIFICIO
Nuestro Señor Jesús enseña claramente que NO es la cantidad de la ofrenda lo que la legítima sino la intención que parte de tu corazón al entregarla. Jesús valora, enfatiza y antepone si parte de amor y confianza o parte de hipocresía, ostentación religiosa y la autosuficiencia. Si hay humildad y fe, o hay orgullo y jactancia.
Después de esta enseñanza, nuestro Señor Jesús sale del Templo con sus discípulos y se dirige hacia el Monte de los Olivos con ellos. Durante el trayecto, y tras salir del este, los discípulos empiezan a hacer referencias de lo bonito, espectacular, de la grandiosidad y opulencia de todo el complejo del Templo y Jesús pronuncia unas palabras que resultaron para ellos muy misteriosas, chocantes y desconcertantes. Sin duda unas palabras duras y enigmáticas para ellos, sin duda.
V.- DISCURSO ESCATOLÓGICO DEL MONTE DE LOS OLIVOS
Va a dar su 2º mensaje más profundo desde el famoso Sermón del Monte, conocido también como el «pequeño Apocalipsis». Esta vez es en otro monte, con una temática más escatológica y apocalíptica.
Marcos 13:1-2 «Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? NO quedará piedra sobre piedra, que NO sea derribada.»
Mármol y oro por doquier, grandes y preciosas piedras blancas de más de 5 metros, inmensas galerías cubiertas y engalanadas con techos de madera hermosamente tallados,… es el Templo que Herodes «el Grande» empezó a reedificar en el 19 dC, y que tardó casi 5 siglos en terminar.
Un discípulo comienza a decir lo bonito y magnífico que era el Templo, con clara tendencia a idolatrarlo, tal como hacía la mayoría del pueblo de Israel, y nuestro Señor Jesús hace una sentencia clara acerca de la destrucción que acontecería contra el Templo, y que finalmente ocurrió pocos años después.
Ellos, en sus ideas distorsionadas, pensaban que con el Templo en su máximo apogeo, y con el Cristo quien los libraría de la opresión de Roma, el reino estaba a punto de consumarse. Pero la realidad es bastante distante a esta, pues es precisamente la irrupción del Señor lo que marcará el fin del Templo y de los sacrificios.
Ahora el verdadero y mejor Templo sería ÉL mismo, Cristo (Colosenses 2:9), y tras la llegada de la Promesa del Espíritu Santo, nosotros pasaríamos ser el Templo de Dios, pues ÉL mora y habita en nosotros mediante la Tercera persona del Dios Trino, el Espíritu Santo.
Poco se podían imaginar los doce en ese momento que el Juicio de Dios llegaría en el año 70 dC, precisamente el día 14 del mes de Nisán. Ese crucial dia, el Templo sería incendiado,destruido y expoliado por parte del general romano Tito, hijo de Vespasiano. Según Flavio Josefo, se cobraron la vida de más de un millón de personas; homicidios, matanzas, saqueos, incendios hambre, ensañamiento con los cadáveres, destrucción del entorno hasta un radio de dieciocho km alrededor de Jerusalén….
Si bien la destrucción del Templo por parte de Nabucodonosor en el año 587 aC fue catastrófica durante 70 años, así como el breve periodo de 2 años bajo la dominación helenista de Antíoco IV, la destrucción del año 70 fue total y definitiva. Se puso fin al sacrificio y al sacerdocio, que junto al Templo eran el epicentro de la Torá. Tampoco sobrevivieron los saduceos. Solamente los fariseos encontraron una vía de escape a lo que aconteció, pero su enseñanza y su doctrina se vio trastocada.
Hoy, a malas penas, sólo queda de todo ello el «Muro de las Lamentaciones», donde, 20 siglos después, los judíos, aún sin entenderlo, lloran a Dios por el Templo y porque envíe al Mesías…
Entonces llegan hasta el Monte de los Olivos y allí comienza a hablarles de los eventos futuros. Queremos exponer los detalles más importantes sin entrar en controversias ni discusiones vanas con ninguna de las diferentes escuelas escatológicas que estudian este tema. Sean palabras dirigidas directamente a un Israel que pasará por la Tribulación o no, lo bien y cierto es que son aplicables a nosotros.
Ante la repuesta, para ellos desconcertante por su creciente expectativa mesiánica, de Jesús, ellos lanzan 3 preguntas a ÉL:
- ¿Cuándo sucederán estas cosas? Ver Lucas 21:20-24
- ¿Cuales son las señales de Su Regreso? Ver Mateo 24:33-51
- ¿Cuales son las señales del fin? Ver Mateo 24:9-22
Una clave muy importante a tener en cuenta es que próxima su partida, nuestro Señor Jesús da un mensaje de aliento a los discípulos. Un mensaje dando unas instrucciones de cómo serán las señales antes del fin, terminando con una gloriosa esperanza de su gloriosa y futura venida.
Es una porción de la Palabra que bien pudiera llevar horas y horas de estudio, así que queremos resaltar solamente las ideas principales:
«mirad que nadie os engañe» , Marcos 13:5. Esta es la primera idea que quiero señalar. Nuestro Señor Jesús, advierte a sus discípulos que posterior a ÉL, vendrán todo tipo de engañadores, impostores, burladores, falsos maestros, falsos profetas, falsos evangelios, falsos cristos o mesías, etc; progresivamente la humanidad ha podido ver que eso se cumplía durante siglos: Múltiples falsas religiones han nacido adulterando las enseñanzas de Nuestro Señor. Debemos tener mucho cuidado y tener los ojos bien abiertos ante tal ola desenfrenada de ideologías, filosofías, ideas, doctrinas o cosmovisiones que dividen y engañan, y que son contrarias a la verdad de la Palabra de Dios. Desde aquel momento, y a día de hoy igual, debemos ser muy cuidadosos, y siempre procurar permanecer al amparo y al sometimiento de la Palabra, de la Sola Scriptura. El señor nos hace una clara invitación a la sobriedad y a la vigilancia, como nos lo muestran las parábolas de las vírgenes (Mt. 25:1-13) o del portero vigilante de Marcos 13:33-36.
«Es necesario que el Evangelio sea predicado antes a todas las naciones», Marcos 13:10. Nuestro Señor Jesús resalta aquí que ¨es necesario¨ no es una opción, su Evangelio tiene que ser predicado en todo el mundo. Es de máxima importancia para todos nosotros la predicación del Evangelio, es nuestro más glorioso y urgente mandato como hijo reconciliado con Dios. Se cumplirá la profecía de Isaías 49:6. Para que el mundo alcance su meta, el Evangelio tiene que llegar a todos los pueblos
«Pero cuando os trajeren para entregaros, NO os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.¨ Marcos 13:11.
Junto con el versículo 9 y el versículo 12, Nuestro Señor Jesús, nos expresa y advierte que seremos entregados incluso por familiares muy cercanos, pero nos tranquiliza con una gran promesa para nosotros, diciendo que no debemos preocuparnos pues en ese momento el Espíritu Santo nos dará las palabras convenientes, así como la entereza, fuerzas, denuedo, valor y seguridad para hacer frente a ello.
¨...El que persevere hasta el fin, éste será salvo.¨Marcos 13:13b. Aquí Nuestro Señor nos insta a permanecer fieles en ÉL aun en las peores adversidades, aún en la Tribulación. Les augura fuertes persecuciones, pero Su Presencia siempre con ellos para afrontarlas.
Aquí nos recuerda nuestro deber de permanecer fieles y constantes en los malos momentos, pero en los buenos momentos también pues muchas personas en sus comodidades tienden a alejarse de Nuestro Señor.
De todas estas señales, podemos abstraer una enseñanza clave que es «estar alerta y preparados» porque ya todo nos lo ha sido dicho; engañadores y falsos mesías, guerras, desastres naturales, aumento de la persecución y, como consecuencia de ella, apostasía, expansión del evangelio a nivel universal y la abominación desoladora.
Lo siguiente que el Señor les habla es de la esperanza futura de la Parusía, es decir, de Su 2ª Venida con gran Poder y Gloria.
En esta última porción del capítulo, Marcos 13:24-33; nuestro Señor da una esperanza para después de esas señales y es que ÉL vendrá con Poder y Gloria, y a todo el que haya depositado su Fe en ÉL como Señor, los recogerá como se recoge el fruto cuando llega su tiempo. Y de esto nadie sabe ni el día ni la hora, solamente El Padre. A nosotros fueran dadas estas señales. Jesús, ante ellos, no se identifica con el Hijo del Hombre de Daniel 7:13-ss.
Y para terminar este día da una última enseñanza, Marcos 13:34-37, cuyo fin es velad, preparase, estar en oración, vigilad,.. por lo que ha dicho que va a acontecer, pero sobre todo porque un día estaremos ante ÉL, ante su Presencia, y Su Venida será:
- Tremendamente esperanzadora y feliz para unos que le esperan, quienes están velando, orando y preparados.
- Tremendamente espantosa para quienes NO están preparados ni velando.
- ¿Qué marca la diferencia entre ambas? Nuestra RESPUESTA.
Como resumen a todo este día, vemos que Nuestro Señor Jesús deja una vez más claro que la fe en ÉL es el anclaje de todo creyente a ÉL. Luego, estando EN ÉL y por ÉL, es que estamos plenamente seguros, porque en ÉL vivimos, y nos movemos, y somos (Hch.17:28)
Si en la visión del profeta Ezequiel 10 y 11:23, todo cuanto ellos tenían, es decir, la Gloria de Dios abandona y se marcha del Templo, aquí, en el Monte de los Olivos, Jesús, la Verdadera, majestuosa y Excelsa Gloria misma de Dios ha abandonado definitivamente el Templo, ha profetizado que será barrido y destruido, y desde ese mismo Monte, ÉL va a afirmar Sus Pies y regresar (Zac. 12:10, 14:4 y Ez. 43) Como diría años después el autor de la carta a los Hebreos…»puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…»; en el Iniciador y el perfeccionador de ella… Todos los sacrificios se llevan a cumplimiento finalización y clímax en la cruz de Cristo. En ÉL se ha realizado la perfección, lo que enseñaban y apuntaban los continuos sacrificios, esto es la expiación, y así Jesús mismo se ha puesto en lugar del templo. ÉL es el nuevo Templo, el verdadero y Perfecto Sacerdote, quién realizó el único y gran sacrificio.