Mientras el Precursor del Señor realiza su ministerio a la orilla de un río (Jordán), el propio Señor va a comenzarlo junto a un mar, o mejor dicho, junto a un lago por sus características.
20 km. de largo, 11 km. de ancho y 210 metros bajo el nivel del mar hacen de este mar (o lago) la masa de agua dulce más baja del mundo.
Se trata del MAR DE GALILEA, O LAGO DE GENESARET.
ALLÍ SE PRODUCE UN LLAMADO Y UN COMPROMISO RADICAL, PERO ANTES SE PRODUJO UN ENCUENTRO…
Ha sido bautizado por Juan «El Bautista» para cumplir con toda justicia, y para identificarse como nuestro representante-sustituto.
Ha sido tentado durante 40 días en un desierto hostil con todas las carencias, para reclamar, como Hombre, como el Postrer Adán lo que el 1er Adán perdió en un escenario totalmente opuesto, es decir, un hermoso jardín con todas las necesidades.
Y Ahora va a a tener UN ENCUENTRO con los que serán Sus Primeros Discípulos.
Juan 1:35-42 «El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús. Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras? Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con ÉL aquel día; porque era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)»
Juan «El bautista», supo siempre quien era Jesús, y por eso él, a la vez que señala y apunta hacia EL mengüando cada vez más, va «transfiriendo» sus seguidores para que vayan tras Aquel que acaba de señalar como el Cordero de Dios, que quita Todo el Pecado del Mundo.
Ese era su Ministerio, anunciar al Mesías, y preparar al pueblo a ello.
Y se nos haba de dos de los discípulos de Juan (V. 35), siendo solamente identificado uno de ellos como Andrés (V. 40), LUEGO VEREMOS EL POR QUÉ…
De repente, Jesús paseaba o andaba por allí, y Juan «El Bautista» lo señala a la vez que dice de EL que es el Cordero de Dios (créeme que ellos sabían muy bien lo que significaba esa palabra en su contexto judío), y ellos miran…
Se asombran, hay algo en EL diferente que hace que estos discípulos NO olviden ni el mínimo detalle de lo que está ocurriendo, TAMBIÉN VEREMOS LUEGO EL POR QUÉ…
Ellos se fijaron en EL, lo contemplaron y le siguen de inmediato.
Se produce un intercambio de palabras, un escueto pero intenso diálogo, en el que Jesús lo inició con una pregunta.
Ellos querían pasar un buen rato con ÉL, aprender con más detenimiento en su casa, en su domicilio, en un lugar tranquilo.
SI SUPIERAN QUE ESTABAN HABLANDO CON EL CREADOR Y SUSTENTADOR DE TODO….
Hay un problema, Jesús NO tiene domicilio.
Mateo 8:20 «Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.»
VENID (Invitación o Condición) Y VED (Promesa o Bendición) fue una extraordinaria invitación para ellos 2, a la vez que aún hoy lo es para Todos nosotros.
Ya se ha producido El Encuentro, y lo primero que hace Andrés es hablarle a su hermano Simón de Jesús, y NO sólo eso, sino que llevó a Simón ante EL, ante Jesús.
¿Acaso NO es lo mismo que Hizo Mateo Leví, o la Mujer samaritana?
¿Acaso NO es lo mismo que debemos hacer todos y cada uno de nosotros?
Andrés presenta a Jesús como el Mesías, ese Mesías que tanto anhelaban y buscaban.
Es cierto que su concepto mesiánico aún estaba un poco distorsionado y malinterpretado, pero ya vieron a Jesús como alguien ungido por Dios, como alguien especial, como único.
Ahora se va a producir otro ENCUENTRO.
Jesús mira a Simón, es más, Jesús mira y observa su corazón y lo ve impetuoso, importuno a veces, dócil en el fondo, algo tozudo aunque amable, lo ve con dotes de líder y con fuerte personalidad.
Antes de ese Encuentro llegó una persona así, pero tras ese Encuentro sería otra, sería CEFAS, que significa Roca en arameo, y Pedro en griego.
Con Jesús, él sería igual de fuerte que una roca, igual de estable que una piedra, de hecho sería una piedra viva.
1ª Pedro 2:5-8 «vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, m porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados»
Curioso que sea el propio Pedro quien en su carta deje claro que somos piedras vivas, y que la Roca que él mismo alude en Mateo 16:18 NO es él, sino Cristo.
EL es la Piedra angular, la Roca inamovible, la cabeza del ángulo.
Aquí vemos 3 Encuentros con El Señor; Andrés, Simón Pedro y otro. (Curioso, ¿no?)
NO es contradicción respecto a los 3 primero evangelios, donde aparecen 4, y donde definitivamente lo dejan Todo por seguirle.
ME EXPLICO.
Aquí hemos descrito el PRIMER ENCUENTRO, donde se inicia la 1ª toma de contacto, la relación.
PERO a ese Encuentro le sigue un fuerte llamado, un llamado contundente a SEGUIRLO sin dudas ni contemplaciones, y eso se produjo en el Mar de Galilea.
Allí en ese mar, después de este 1er Encuentro con El Señor que acabamos de ver, 4 humildes pescadores de Peces van a dejarlo TODO para convertirse en Pescadores de Hombres.
Dejaron las redes, dejaron las barcas.
¡¡EL SEÑOR LOS HA LLAMADO!!
¿Quién le diría a Simón Pedro, que él mismo sería el 1er Pescador de hombres el día de Pentecostés? (Ver Hechos 2:37-42); allí la pesca fue nada más y nada menos que como de 3.000 personas
MIENTRAS ELLOS PESCABAN PECES EN EL MAR, EL REY ESTABA PESCANDO HOMBRES JUNTO AL MAR.
Marcos 1:16-20 «Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de MÍ, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron.»
En Mateo dice literalmente que lo dejaron Todo al instante y le siguieron.
No dudaron, no les tembló el pulso, no escatimaron, no miraron atrás.
El propio Pedro, ante el fuerte llamado de Jesús al joven rico (rico sólo en lo material, pero muy pobre espiritualmente) diría en Mateo 19:27:
«Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado Todo, y te hemos seguido; ¿Qué, pues, tendremos?»
Aquí decidieron convertirse en Sus Discípulos de una manera continua; más tarde recibirían el llamado y la comisión de ser Sus Apóstoles.
Marcos 3:14-15 «Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar,y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios»
Mateo 10:5-8 «A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.»
Andrés ya llevó a Simón Pedro al Señor, ahora en esta 2ª vez es cuando le siguen.
PERO SE NOS OLVIDÓ UN PEQUEÑO DETALLE…
Juan 1:35-40 «El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús.Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús.»
¿QUIÉN ERA EL OTRO?
Todo parece indicar, todo apunta que el Otro se trata del propio escritor de este Evangelio, es decir JUAN (NO «El bautista» sino el «Discípulo Amado»)
Es precioso y es asombroso que Juan, siendo ya anciano, llegando ya al final de su vida, en torno al 80-95 d.C. probablemente estando en Éfeso recuerde ESE PRECIOSO Y MARAVILLOSO ENCUENTRO que un día, 50 años atrás, tuvo con su Señor y Salvador, cuando lo vieron pasar mientras estaba junto a Andrés y Juan «El bautista».
Juan recuerda perfectamente incluso la hora (Juan 1:39), la Hora décima, las 16 Horas.
ESE DÍA, A ESA HORA EXACTA TUVO UN ENCUENTRO CON EL SEÑOR, Y SU VIDA CAMBIÓ.
Fue un pilar de la Iglesia de Jerusalén, ministró con Pedro hasta que llegó a Efeso, para más tarde ser exiliado de manos de los Roma por predicar el Evangelio a la pequeña isla de Patmos, donde recibió del Señor Jesús el Apocalipsis.
Al escribir estas palabras, al escribir este Evangelio y recordar todos los detalles, él tuvo un PROPÓSITO en mente, una finalidad, ¿CUÁL?
Juan 20:31 «Pero éstas (este Evangelio) se han escrito para que CREÁIS que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que CREYENDO, tengáis VIDA en Su Nombre.»
Casi 100 veces (98 concretamente) aparece el verbo CREER a lo largo del Evangelio.
Creer en la Persona y Obra de Jesús; que EL es el Hijo Eterno de Dios, que en palabras del propio Juan, se hizo carne, habitó entre nosotros, vimos Su Gloria, lo palpamos,…
EL es el Cristo, el Hijo de Dios hecho por AMOR, Hijo de Hombre para hacernos a nosotros hijos de Dios (Juan 1:12-13)
¿Cuál fue Su Obra? MORIR SUSTITUYÉNDOLE A USTED.
Cargó su pecado, llevó su pena, su condena, y solventó su deuda.
EL VIVIÓ LA VIDA PERFECTA QUE USTED DEBÍA, Y MURIÓ LA MUERTE QUE USTED MERECÍA.
En la Cruz, Cristo le sustituyó, y AHORA, Dios puede perdonarle y reconciliarse con usted, sólo y únicamente debido a que la deuda ya se pagó, la paga ya se solventó.
¿Quién? CRISTO
¿Dónde? En la Cruz del Gólgota.
¿Cuándo? Hace casi 2.000 años.