Si en el anterior estudio vimos y expusimos los atributos y las perfecciones de Dios, en este debemos analizar y exponer algo que sin ello sería imposible para poder empezar a entender dichos atributos, y es que Dios existe como 3 personas, siendo un único y solo Dios, y lo ha hecho desde la eternidad.
DIOS ES UNO PERO EXISTE Y SUBSISTE EN 3 IDENTIDADES PERSONALES ETERNAS, SUSTANCIALES E IGUALES EN TODOS SUS ATRIBUTOS, GLORIA Y HONOR, Y NO DISTINTAS EN GRADO NI SUBORDINADAS, SINO DIFERENTES EN ROLES
Nos adentramos en una cuestionada y discutida doctrina que ha sido revelada progresivamente, ya que Moisés no tenía la misma noción de ella que la que tenía Pablo, ni ellos, como la noción que hoy tenemos nosotros con el canon de la Biblia cerrado y establecido.
Es una doctrina revelada de manera gradual y ese nombre, «Trinidad» no se encuentra en la Biblia, es más, puede ser la doctrina más misteriosa o difícil de explicar, pero eso no implica y no significa que si lees con objetividad, imparcialidad y sin prejuicio las Escrituras no te enfrentes a ella, porque lo harás. Más allá de la Encarnación o de la Resurrección, esta doctrina es el mayor y más grande los misterios divinos revelados en la Biblia. Que NO aparezca literal ni explícitamente en la Biblia, no significa que no sea bíblica, ya que esta doctrina emana directamente de las Escrituras
Esta insondable e inescrutable doctrina bien puede resumirse en 3 claras y contundentes afirmaciones:
- DIOS ES TRES PERSONAS: Hay infinidad de versículos que demuestran la distinción entre ellas.
- CADA PERSONA ES PLENAMENTE DIOS: No solo son distintas, es que cada una es plena y verdaderamente Dios por igual.
- HAY UN SÓLO DIOS: La Biblia afirma rotunda y categóricamente que hay un solo y único Dios vivo y verdadero. Es un solo ser, uno en voluntad y propósito, pero también en esencia. (Isaías 45:5-6)
Cada personalidad diferente poseen el ser total de Dios en sí mismo, así como todos los atributos mismos de Dios. Esta doctrina revela 2 aspectos de la naturaleza de Dios, eso es, tanto la Unidad de Dios, como la Pluralidad de personas en la Trinidad. NO podemos enfatizar la unidad, mientras descuidamos el aspecto trinitario de personalidades, pues eso sería el camino al unitarianismo, pero de igual modo no debemos enfatizar la trinidad y descuidar la unidad, pues eso sería la vía al triteísmo (como los mormones). Debemos cuidarnos en mantener esa constante tensión bíblica dentro de la inescrutable y misteriosa revelación que estamos tratando de exponer. Esta doctrina, en nuestra limitada y caída mente, forma una antinomia, una aparente contradicción o conflicto entre 2 ideas o leyes.
UNIDAD DE DIOS
Este fue el más importante concepto que la nación de Israel tuvo que aprender en medio de un contexto pagano lleno de religiones politeístas, donde era común la adoración de muchos dioses. Ellos fueron la única nación del mundo a la cual esta información y este concepto de Dios le habían sido revelados. Era muy necesario, ya que de haber revelado la pluralidad de personas en la trinidad, hubieran caído en el ya existente politeísmo, con lo cual Dios primeramente afianzó en ellos el concepto del único Dios verdadero.
El pecado más serio y abominable para Dios en el AT era la idolatría, por eso era necesario remarcar ese concepto de la unidad de Dios. Al hablar del Rey David, se nos viene a la memoria que tenía un corazón conforme a Dios, y eso que adulteró, minió e incluso provocó un asesinato, pero jamás fue idólatra. Es más, la idolatría fue la principal causa de la deportación babilónica en el 586 a.C.
Dios es UNO en sustancia, esencia, poder, voluntad y existencia eterna, y fuera de ÉL, NO hay ni existe Dios. Así se ha revelado Dios, y así es como debemos conocerlo y exponerlo.
Deuteronomio 6:4 «Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es». Este era y es el Shemá del pueblo de Israel, su declaración de feIsaías 45:5-6 «YO soy el Señor, y NO hay ningún otro; fuera de mí NO hay Dios. YO te ceñiré, aunque NO me has conocido, para que se sepa que desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, NO hay ninguno fuera de mí.»
Isaías 44:6 «Así dice el Señor, el Rey de Israel, y su Redentor, el Señor de los ejércitos: «Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí NO hay Dios.»
En el NT podemos ver versículos que evidencian la unidad de Dios como 1ª Corintios 8:4-6, Efesios 4:3-6 o Santiago 2:19
PLURALIDAD DE PERSONAS EN ESA UNIDAD DIVINA
NO es que hayan 3 dioses o un Dios compuesto por 1/3 de cada persona. NO debemos caer en el triteísmo, ni en el unitarismo férreo que no distinga la distinción de tales personas (sabelianismo)
En el Antiguo Testamento se percibe desde los primeros versículos de la Biblia una pluralidad de personas, más aún cuando un hebreo pronunciaba el nombre de Elohim, un vocablo hebreo en plural, esto es, Dios hablando de Sí Mismo en plural. Se perciben «genuinas sugerencias» de esa Tri-unidad que era como una semilla aún por germinar.
Génesis 1:26 « Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree (…)»
Génesis 3:22 «Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal»
Génesis 11:7 «Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua»
Isaías 6:8 «Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí.»
Isaías 48:16 «Acercaos a mí, escuchad esto: Desde el principio no he hablado en secreto, desde el momento en que sucedió, allí estaba YO (1). Y ahora me ha enviado el Señor Dios (2), y Su Espíritu (3)»
En definitiva, cada componente de la Trinidad es mencionado ya en el Antiguo Testamento como Divino; El Padre en Isaías 63:16 o Malaquías 2:10; El Hijo en el Salmo 2:7, 45:6-4, 110:1 (Hebreos 1:8), Proverbios 30:4 o Isaías 59:20; El Espíritu Santo en Génesis 1:2, Isaías 11:2-3, 61:1 o 63:10.
Partiendo del férreo y consolidado concepto en cuanto a la unidad de Dios, llega un joven carpintero, y delante de ellos afirma que El Padre y Él son Uno, que quien le ve a Él ve al Padre y que ÉL era antes que existiese Abraham. Eso fueron unas palabras demasiado chocantes para la mentalidad judía. eso rompía y destrozada todos sus esquemas religiosos, ya que practicamente toda su historia se basaba en esa oración de Deuteronomio 6:4.
En el Nuevo Testamento, debido a la progresiva revelación de esta doctrina y, sobre todo tras la Resurrección y el descenso del Espíritu Santo, se hallan versículos que remarcan la Trina Deidad y que dan bastante más evidencia, tales como en la Encarnación de Jesús de Lucas 1:35, el bautismo de Jesús en Mateo 3:16-17, la referencia bautismal de la gran comisión de Mateo 28:19, donde «El Nombre» aparece en singular, y no como 3 nombres separados, el anuncio del Consolador en Juan 14:16-17, Efesios 2:18, Hebreos 9:14, 1ª Pedro 1:2, o la triple bendición en 2ª Corintios 13:14, donde se percibe la esencia de la doctrina de la Trina Deidad.
Ya teniendo la Iglesia primitiva muy claro el concepto de la Unidad de Dios como algo clave en su fe (1ª Timoteo 2:5), añadieron a ello el concepto de Jesús como Dios (Juan 1:1, 10:30, 20:28, Hechos 4:12, Romanos 9:5 o Tito 2:13), o del Espíritu Santo como personal, activo, y sobre todo, Divino (Hechos 5:3-4, Romanos 8:9, 2ª Corintios 3:17 o 13:14, 2ª Pedro 1:21).
Juan 1:1 «En el principio (ya antes de Génesis 1) existía (y era) el Verbo (la Palabra, el Logos), y el Verbo estaba (comunión, relación íntima) con Dios, y el Verbo era Dios (distinción de personas)»
Juan 14:9b-10 «(…) El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí?»
Juan 14:16-18 « YO rogaré al Padre, y Él os dará otro (de la misma naturaleza y esencia) Consolador para que esté con vosotros para siempre; es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros.NO os dejaré huérfanos; vendré a vosotros (por Su Espíritu Santo).»
Algo que es imposible de explicar a la perfección e imposible de entender y comprender con razonamiento, no ha estado exento de analogías, las cuales, ni en el mejor de los casos sirven para ilustrar a la perfección esta misteriosa pero sublime doctrina cristiana. Ninguno de estos ejemplos ayudan en absoluto más que a comprender lo incomprensible de esta doctrina, pues todas presentan puntos débiles.
- El agua es una, pero se le conocen 3 estados, líquido, sólido o gaseoso.
- La electricidad es una, pero produce movimiento, luz y calor.
- El sol es uno, pero se manifiesta en luz, calor y fuego.
- Un triángulo tiene 3 lados y 3 ángulo, si uno falla, ya no es un triángulo.
- El hombre es uno, pero tiene una naturaleza triple con cuerpo, alma y espíritu.
- El gobierno es uno, pero está compuesto de 3 poderes, ejecutivo, legislativo y judicial.
En definitiva, debemos admitir que estamos ante un insondable misterio revelado por Dios en la Biblia, afrontándolo con asombro, reverencia, temor, adoración y admiración, y que ninguna ilustración terrenal ingeniada por la mente humana hace justicia a la Trinidad.
Podemos definirlo como que solamente hay un Dios único y verdadero, pero en la unidad de la Deidad hay 3 personas coeternas, coiguales, iguales en substancia (esencia), pero diferentes o distintas en susbsistencia (persona)
DIFERENTES ROLES O PAPELES EN LA TRINIDAD
Siendo iguales en honor, atributos, gloria y en cuanto al propósito redentor, es cierto que hay una especie de subyugación de las 3 personas, establecido desde antes de que el mundo fuera, en ese Pacto de Redención:
- El Padre dice las palabras creadoras en la Creación, elige (1ª Pedro 1:2), planea la salvación, envía al Hijo para efectuar dicha salvación (Juan 3:16, Gálatas 4:4), y junto con ÉL, con el Hijo envía al Consolador, al Espíritu Santo para aplicar los beneficios de la redención. ÉL ama al mundo (Juan 3:16) y da buenas dádivas (Santiago 1:17). Con ello nos referimos al Pacto de Redención intertrinitario , en el seno de la trina Deidad, en la eternidad pasada, para planerar la salvación y redención de Su Pueblo.
- El Hijo es el Agente creador (Juan 1:3, 1ª Corintios 8:6, Colosenses 1:16 y Hebreos 1:2). Además se pone a disposición del Padre al ser enviado, toma nuestro lugar siendo pleno Dios, obedece al Padre sometiéndose a ÉL (Juan 6:38, Marcos 8:31 y 1ª Pedro 1:18), y junto con ÉL, envía al Espíritu Santo tras llevar a cabo su obra. ÉL sustenta todas las cosas, y ÉL reinará en el Milenio.
- El Espíritu Santo se mueve sustentando y manifestando la Presencia de Dios en la Creación (Génesis 1:2). Además ÉL no habla de Sí Mismo, sino que testifica del Hijo, siendo enviado por el Padre y el Hijo para aplicar la obra de redención (Juan 14:26 y 16:7), siendo el agente vitalizador dentro de la sobras y las personas, trayendo al mundo convicción de pecado, de justicia y de juicio, regenerando (Juan 3:5-8, Tito 3:5), fortaleciendo (Hechos 1:8) y santificando (Romanos 8:13, Gálatas 5:22-23).
El Hijo y el Espíritu Santo son iguales al Padre en todos sus atributos, gloria, naturaleza y esencia, es decir, en su deidad, pero subordinados en sus funciones, y eso NO los hace tener menor deidad.
¿POR QUÉ ESTA DOCTRINA ES TAN IMPORTANTE PARA NUESTRA FE?
Primeramente, y sobre todo, porque la expiación está en juego, ya que si Jesús NO es Dios, una criatura llevó la totalidad de la ira de y la salvación depende de la fe en una criatura, en contra de lo que dice Jonás 2:9, además sería ilógico orarle y adorarle, pues es una mera criatura. La Doctrina de la Revelación también está en juego, ya que el Hijo y el Espíritu colaboran en comunicar la verdad de Dios (Juan 1:18 y 16:13)
En definitiva, NO podemos comprender al único y verdadero Dios, al Dios Trino, pero sabemos que es un Padre que nos ama, un Hijo que murió por nosotros y un Espíritu que nos consuela. Por ello nos dirigimos en oración al Padre en el nombre de Cristo, y según el Espíriu Sano nos dirige (Juan 14:14, Efesios 1:6, 2:18 y 6:18). Para Finalizar, hacemos acopio de un extracto del Credo Atanasiano sobre la Trinidad, del siglo V dC
‘Todo el que quiera salvarse debe, ante todo, sostener la fe católica: quien no la guardare íntegra y pura perecerá, sin duda, para siempre. He aquí la fe católica: veneramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas, sin dividir la sustancia: una es, en efecto, la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo; pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen una misma divinidad, una gloria igual y una misma eterna majestad. Cual es el Padre, tal es el Hijo, tal es el Espíritu Santo; increado es el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo; inmenso es el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo; eterno es el Padre, eterno es el Hijo, eterno es el Espíritu Santo, y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno, ni tampoco tres increados, ni tres inmensos, sino un increado y un inmenso. Igualmente omnipotente es el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo y, sin embargo, no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente. Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios el Espíritu Santo y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios (…)»