Toda vez que hemos expuesto el concepto de PROPICIACIÓN (aplacar la Ira de Dios mediante un sacrificio, el cual satisface completamente las altas exigencias de su Justicia), el cual es la base, la fuente y la raíz de las demás bendiciones proyectadas en la Cruz, ya que hasta que Su Justicia NO es honrada y su Ira calmada, es que ÉL NO puede prolongar Su Gracia y Su Perdón, toca ahora hablar y tratar de exponer la REDENCIÓN.
Podríamos definir este término como libertar, rescatar o sacar de la esclavitud o del cautiverio mediante un precio, no aludiendo solamente a la acción o efecto de rescatar, sino igualmente al precio del rescate empleado por ello (el «lutron»)
Redención tiene un doble significado, pues alberga tanto la paga, como la liberación del cautivo, del esclavo.
LA ESCLAVITUD
Es sumamente importante trasladarnos al contexto histórico, social y cultural del Nuevo Testamento donde estaba la lacra de la esclavitud; habían en torno a 66 millones de esclavos (1/3 de la población de Gracia y de Roma), siendo la esclavitud prácticamente universal, y además era la mano de obra de aquella sociedad.
Los esclavos se heredaban, se compraban o adquirían como medio de pago de una deuda, y NO eran considerados personas con sus derechos como tal, sino más bien como objetos pertenecientes a la familia.
Eran maltratados, mutilados, encadenados, les rompían los dientes, les sacaban los ojos, los tiraban a las fieras si no les servían, o incluso, los crucificaban; y es tremendamente significativo que Pablo se dirija a ellos como aceptados por el Evangelio, como Hijos amados de Dios y reconciliados por ÉL (véase el capítulo 16 de Romanos, o la carta de un capítulo, dirigida a Filemón)
Para todos y cada uno de ellos había un ardiente deseo, y no era otro que ser redimidos; y esto era extremadamente difícil para ellos, pues no les era fácil acumular el precio del rescate por sus propios esfuerzo, y entonces necesitaba a alguien que intervenga y que pague en su favor, proveyendo el precio (el «lutron»), para convertirse en un liberto (esclavo liberado)
Resuena igualmente la figura del GOEL («redentor»), es decir, el pariente más próximo con responsabilidad para efectuar el rescate de una persona o una propiedad, es decir, tenía la obligación de defender y representar en el plano económico, social y criminal a los restantes miembros de la familia, dentro de una sociedad en la que el Estado no tenía capacidad o posibilidades de hacerlo.
La figura del Goel, principalmente tiene 4 cometidos:
- En la ley hebrea, si un judío se había visto obligado a venderse, por deudas, a un extranjero, venía a ser obligación de su pariente más próximo (Goel) rescatarlo (cp. Lv. 25:47-ss),
- También si había tenido que vender algo de su propiedad, tal como expresaba la ley del Jubileo (cp. Lv. 25:23-ss.; Rut. 4:4 ss.),
- Además casarse con la viuda sin hijos del fallecido (Rt. 3:13), muy entrelazado a la figura del Levir («cuñado»), ya que en caso de que un hombre muriera sin hijos, su hermano principal debía casarse con la viuda, para protegerla y para dar descendencia a su hermano, asegurando así la permanencia de las tierras en manos de la familia.
- Era también deber del goel o pariente más próximo la venganza de la sangre del que hubiera sido víctima de un homicidio voluntario.
Tal vez, el mejor ejemplo que podamos ver en la Biblia al respecto se halle en el corto, pero precioso libro de Rut (allí hallamos 9 veces la palabra Goel), donde una viuda moabita (gentil y pagana) decide seguir a Noemí, su suegra, así como su fe, y tras pasarlo realmente mal en una época de hambruna, providencialmente aparece esta figura en Booz, quien actúa como el Goel, como el pariente redentor o rescatador en favor de ellas, quien se casa con Rut, y redime también su heredad.
Ver predicación Detalmanera sobre Rut: https://detalmanera.com/consumado-es/
Deuteronomio 25:5-6 «Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco.Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel.»
CRISTO ES NUESTRO PARIENTE REDENTOR, QUIEN DEJÓ EL TRONO PARA PAGAR LA DEUDA Y SACARNOS DE NUESTRA ESCLAVITUD.
ÉL cumplió a la perfección las 4 condiciones que establecía la Ley para ello:
- Era nuestro pariente, de ahí que se encarnara siendo igualmente 100% hombre (sin dejar de ser Dios)
- Era el único capacitado para pagar el precio (Hechos 20:28)
- Era libre de la desgracia que había sobrevenido al pariente a rescatar, era puro, santo e impecable (Hebreos 4:15, 7:25, Juan 8:46, 1ª Pedro 2:22)
- Estaba deseoso de hacerlo, y se entregó a Si Mismo de forma libre y voluntaria; ÉL dio Su Vida.
La base de todo es la existencia del Dios creador, frente a ÉL se halla una humanidad en condición pecadora caída y merecedora de Su Juicio y Su Ira, pero en medio de ambos, entre ellos, es decir, entre el Creador y la criatura, se ha colocado nuestro Gran Excelso Mediador, el Dios-Hombre, quien se entrega, dando Su Precios Vida en rescate para ofrecernso libertad a todos.
Mateo 20:28 «como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar Su Vida en rescate por muchos.»
Hebreos 9:11-12 «Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, NO de esta creación,y NO por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por Su Propia Sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.»
1ª Corintios 2:6 «el cual (Jesús) se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo»
Efesios 1:7 «en quien tenemos redención por su Sangre, el perdón de pecados según las riquezas de Su Gracia (…)»
Su Muerte sustitutiva fue un castigo necesario por el cual ÉL cargó por el pecador, y al pagar el precio de nuestro rescate, nos redimió, y es esta palabra, que tiene en el Nuevo Testamento tiene 3 acepciones en el griego:
- AGORAZO; significa comprar del mercado público (mercado de esclavos en este caso)
- EXAGORAZO; implica que no estará más a la venta en el mercado, sino que será rescatado una vez y para siempre,
- APOLUTROSIS; liberación de un esclavo, haciendo énfasis en el «lutron», en el precio pagado con el fin de libertar al esclavo.
El precio fue de un altísimo valor para Dios, pues fue la Sangre, al Vida de Su Amado Hijo
1ª Pedro 1:18-19 «sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación»
¿A QUIÉN FUE PAGADO EL PRECIO DEL RESCATE?
Algunos han pensado que a Satanás, pues él era el antiguo dueño del esclavo, y por tanto debía recibir el precio por el rescate; y aunque tiene «algo» de verdad, pues vino para destruir las obras del diablo (1ª Juan 3:8), ganando la victoria sobre las fuerzas de las tinieblas (Colosenses 2:15 y Hebreos 2:14), la Escritura jamás enseña que hubiese un trato entre Dios y Satanás, en el que Jesús fue entregado por El Padre a Satanás como medio de pago e intercambio por nuestras almas.
Es más, Satanás «el engañador» es realmente engañado, ya que pensó o creyó que ganó, y en su aparente victoria, allí resonó y resultó en su gran derrota, pues Satanás NO pudo retener al Santo Dios Jesús, y en Su gloriosa Resurrección, no sólo perdió (o no ganó a Jesús), sino además todas las almas de Su Pueblo creyente resultaron beneficiosas de ello.
Agustín de Hipona ilustraba esta idea diciendo que la Cruz fue una ratonera con un cebo para Satanás.
La Escritura SÍ habla de una Propiciación ofrecida a Dios Padre por nuestros pecados (Romanos 3:25, 1ª Juan 2:2 y 4:10), ya que en ninguna parte de ella dice que debamos algo a Satanás (esto sería darle más poder que el que realmente tiene), pero sí que dice reiteradamente que Dios requiere de nosotros un pago por nuestros pecados.
La Muerte de Cristo satisfizo la Justicia de Dios, y nos libro de Su Ira NO de la de Satanás, aunque indirectamente nos redimió
En Cristo hemos sido comprados, quitados del mercado de la venta y hemos sido completamente libertados, y es enteramente logrado por Cristo en la Cruz, y aplicado por medio del Espíritu Santo.
¿DE QUÉ HEMOS SIDO RESCATADOS Y REDIMIDOS?
Ver predicación Detalmanera sobre los triunfos de la Cruz para nosotros:https://detalmanera.com/consumado-es/
DE LA LEY, DEL PECADO, DE LA MUERTE Y DE SATANÁS
I.- TRIUNFO SOBRE LA LEY.
Los sacrificios de AT NO calmaban la Ira de Dios, NO satisfacían la Santa Justicia de Dios; SU Justicia es clara, según Ezequiel 18:4 y 20, dice literalmente que el alma que comete pecado, debe morir.
Dice Hebreos 10:4 que la sangre de los toros o machos cabríos NO quitan el pecado.
Los altares de Noé, de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Moisés, de Aarón, de los Sumos Sacerdotes, de los levitas tienen su Cumplimiento, su Perfección y su Finalización en el Gólgota, en el Perfecto y Verdadero Altar, con el Perfecto y Verdadero Cordero.
¿CUÁL ERA Y ES EL PROPÓSITO LEY?
Tanto el libro de Romanos como en Gálatas nos dice que era para conocer y diagnosticar el pecado, ya que si no hay Ley no puede haber transgresión a ésta, es decir, la Ley fue añadida a causa de nuestras transgresiones, para llevarnos a Cristo (Gálatas 3:24).
Dios sabe cuál es realmente nuestra condición depravada y caída, pero el hombre en su necedad e ignorancia NO lo sabía, por eso Dios le dio al hombre la LEY , que es buena, santa y justa para revelarnos que NO podemos cumplirla, que somos incapaces de obedecerla.
Y lo hizo 430 años después de darle a Abraham la promesa de que Dios salvará y bendecirá al mundo a través de la simiente de él, es más, lo hizo 1600 años después de que el hombre cayera en el Eden (fue un añadido temporal y circunstancial, NO SU Propósito en sí)
A través de la Ley, Dios nos muestra que hemos pecado y que somos pecadores.
Un Ejemplo: puedes estar enfermo, tener mal aspecto, estar caliente,… pero hasta que el termómetro NO te lo dice, realmente NO eres consciente de ello; así que Dios usó la LEY para medirnos y para que supiéramos nuestra condición real.
Los sacrificios NO quitaban ni aplacaban la ira de Dios acumulada por el Pecado, tampoco calmaban la conciencia del Pecador de ninguna manera, y por eso había sacrificios a diario, y anuales que hacía el Sumo Sacerdote una vez al año el Día de la Pascua, donde rociaban de sangre el Propiciatorio (la cubierta del arca); «casualmente» el día que fue sacrificado el Mejor y Verdadero Cordero Pascual, Cristo Jesús, a quien Dios puso como Propiciación por nuestros pecados, dice Romanos 3:25
Ningún Sumo Sacerdote pudo sentarse a descansar tras sus sacrificios (NO habían sillas en el templo), porque los mismos seguían año tras año; es más, si vemos la visión que tiene el Profeta Zacarías en el capítulo 3 vemos a Satanás, el acusador (como bien índica su nombre), acusando al Sumo sacerdote Josué, porque estaba manchado y vestido con ropas sucias, y es Cristo Jesús antes de SU Encarnación, el Ángel de Jehová, quien le defiende, le justifica, le quita el pecado y le viste con ropas de gala, en base a lo que ÉL hará en la Cruz.
Nuestro Sumo Sacerdote, Cristo Jesús, tras su Único y Perfecto Sacrificio SÍ pudo descansar y sentarse; y además lo hace a la diestra del Padre intercediendo Por y Para SU Iglesia.
Hebreos 1:3b «(…) habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de Sí Mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas»
ÉL vino a ser el definitivo Sacerdote, y el definitivo Sacrificio; ya NO había más sacrificio por hacer.
La Ley, como hemos dicho antes, nos diagnosticaba y nos decía que NO podíamos cumplirla por nosotros mismos, y que sí o sí, necesitábamos Alguien que SÍ pudiera hacerlo; siempre digo que era como un médico de cabecera malo, es decir, te daba el diagnóstico, pero NO podía salvarte. Te dice que eres un pecador, revela nuestra condición caída y depravada, nos dice que hemos fallado y que merecemos la muerte como consecuencia de ello, pero NO te ofrece salvación ni esperanza alguna.
Ver un estudio sobre el movimiento judaizante: https://detalmanera.com/volvernos-a-la-ley-judaizantes/
La Ley exigía y demandaba un total perfecto cumplimiento desde la cuna hasta la tumba (desde el nacimiento hasta la muerte), y fallar un ápice (por muy pequeño que sea) de la Ley era fallar toda entera; por eso la Ley era maldición y condenación para todos.
PERO Cristo, como Hombre (siendo a la vez plenamente Dios), como representante y sustituto nuestro, como el Segundo y Mejor Adán, la cumplió en su Totalidad por Nosotros, la clavó en la Cruz, la quitó de en medio y nos dio SU Perfecta libertad; tal como dice Gálatas 4:4, nos rescató a los que estábamos bajo la Ley.
Colosenses 2:13-14 «Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con ÉL, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la Cruz,»
Si estamos En Cristo, la Ley NO puede condenarnos; la Ley ha sido cumplida por ÉL, y juzgada y pagada la pena en ÉL y nosotros estamos arraigos, injertados y unidos a ÉL mediante la FE.
¿ESTAMOS AHORA SIN LEY?
NO (En cuanto a ética y moralidad) Jesús dijo que NO vino a Abolirla, sino a Cumplirla, y a hacerlo por nosotros, como nuestro Perfecto Representante, que NO podíamos (Mateo 5:17).
Amar al Señor con todo tu ser, y amar al prójimo como a ti mismo, esa es la Ley.
Si tú amas a Dios y a los demás vas a cumplir los requisitos morales de la antigua Ley.
Para acabar este primer punto, y, de manera simbólica en base a Colosenses 2:14, que hemos leído antes, Cristo cogió el documento de la deuda que nos era adverso, es decir, la Ley que nos condenaba a muerte, como un papel, lo dobló, y lo clavó en la Cruz, y dijo: «Ésto ha quedado atrás, de ahora en adelante, es el Nuevo Pacto en la Sangre, a través de la Gracia, y recibido por FE, y NO sobre las Obras»
Hebreos 8:13 «Al decir: Nuevo Pacto, ha dado por viejo (por obsoleto) al primero (al anterior pacto); y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer»
Gálatas 3:13, Pero Cristo nos redimió de la maldición de la Ley (…),
¿CÓMO?
HACIÉNDOSE ÉL MISMO MALDICIÓN.
EL GRITO DE «¡CONSUMADO ES!» NO SÓLO MARCABA EL FINAL DE LA LEY, SINO QUE FUE EL COMIENZO; EL COMIENZO DE ALGO MUCHO MAYOR, DE LA GRACIA.
La LEY sentencia: «¡Has incumplido, has fallado, y debes morir!»
La GRACIA te absuelve: «Cristo la cumplió por ti, si crees en ÉL y mueres a ti, Vives»
II.-TRIUNFO SOBRE EL PECADO.
Hebreos 9:26 dice que Cristo Jesús, en la Consumación de los Siglos, se presentó Una vez para siempre por el Sacrificio de SÍ mismo PARA QUITAR DE EN MEDIO EL PECADO.
En la Última Cena, establece el Nuevo y mejor Pacto, y al tomar la Copa y dar gracias, dijo: «esto es Mi Sangre del Nuevo Pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.»
Aunque es impopular, es importante hablar del PECADO, pues de los casi 1200 capítulos que hay en la Biblia, sólo en 4 de ellos NO hay pecado; en los 2 primeros (antes de la caída), y en los 2 últimos (después de los Cielos Nuevos y Tierra Nueva)
En la CRUZ se llevó a cabo la Expiación, y fue pagada la Totalidad de la Deuda que tenía Toda la Humanidad con respecto a Su Creador.
Cristo absorbió totalmente la Ira de Dios, erradicando y quitando de en medio nuestra culpa, pagando de una manera total la deuda contraída al ofender a Dios, y que NO teníamos posibilidad alguna de solventar por nuestra cuenta
El Pecado clavó en la Cruz al Santísimo Hijo de Dios, pero también en esa acción, el Hijo de Dios clavó en la Cruz al pecado, como Lutero hizo con las 95 tesis en la puerta de la Catedral de Wittenberg.
Todo el Pecado de la Humanidad desde que el 1er hombre puso su pie sobre la faz de La Tierra, hasta que el último lo haga cayó sobre ÉL, y Con SU Muerte, ÉL Proveyó Redención, el Rescate por TODOS, como Pablo le dice a Timoteo en 1ª Timoteo 2:6.
De la misma manera que en el Antiguo Testamento el pecador NO era perdonado hasta que el sacerdote presentaba el sacrificio expiatorio (Levítico 4:20, 26, 31), en un acto de anticipación a la Cruz, es allí mismo donde el castigo divino por todo el pecado cayó con todo su rigor sobre el Cordero de Dios (1ª Pedro 2:24 y 3:18)
El hecho que Cristo haya muerto por todos nuestros pecados, identificándose con nosotros, NO es garantía automática de la salvación, pues requiere que ahora nosotros nos identifiquemos con ÉL; pues ÉL hizo la provisión, pero a nosotros se nos exige arrepentirnos y creer para que sea eficaz y aplicable nuestra redención.
Todos los pecados de la Humanidad encuentran Reposo y Justicia en la Cruz.
Quiero dejar claro que cuando hablo de pecado, debo distinguir entre PECADO (nuestra naturaleza caída y carnal interna que nos impulsa a pecar, que está dentro de nosotros y nos tienta al mal) y pecados (nuestra conducta, las acciones y transgresiones externas, consecuencias del pecado con mayúsculas).
EN CRISTO HEMOS SIDO PERDONADOS DE NUESTROS PECADOS (1) Y LIBERADOS DEL PODER ESCLAVIZADOR DEL PECADO (2).
Una vez que hemos sido salvos de la pena y la culpa del pecado, podemos ser salvos del poder de éste, de esa tendencia a pecar debido a nuestra aún naturaleza caída, la cual nos encadenaba cuando éramos incrédulos; y ese es el tema de Romanos 6-8
Romanos 7:24-25 «¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.»
El Espíritu Santo NO podría ejercer dominio sobre una naturaleza caída que todavía no estuviese juzgada, pero en romanos 6.1-10 se nos dice muy claramente que nuestra caída naturaleza ya fue juzgada al ser crucificada, muerta y sepultada con Cristo; eso posibilitó dar la victoria al Espíritu, quien nos puede liberar del poder del pecado
Hay un claro conflicto entre la carne y el Espíritu (ver Romanos 7:18-8:4, Gálatas 5:17), del cual podemos liberarnos caminando bajo la dirección y la guía del Espíritu Santo, bajo Su Poder.
Ejemplo: Si vemos los pecados como una deuda, el problema NO es sólo la deuda en sí, sino más bien el mal hábito de contraerlas, de la conducta y la predisposición de endeudarse de forma continua; pues Dios borra tus deudas y nos libera de ese mas hábito de endeudarse.
El creyente aún peca, aún está en disposición de ello, aún NO está en ese estado impecable de glorificación final cuando realmente seremos librados de la presencia de pecado, pero es restaurado a la comunión, al gozo, a la bendición cuando confiesa sus pecados, con la base de que Cristo ya murió por él, por sus pecados; además de tener la sobreabundante provisión del Espíritu Santo para NO hacerlo.
1ª Juan 2:2 «Hijitos míos, estas cosas os escribo para que NO pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.Y ÉL es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.»
1ª Juan 1:9 «Si confesamos nuestros pecados, ÉL es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad»
III.-TRIUNFO SOBRE LA MUERTE.
Si el Pecado es la causa, la MUERTE es la consecuencia
2ª Timoteo 1:10 dice que Jesucristo quitó la Muerte y sacó a luz la Vida y la Inmortalidad por el Evangelio.
La muerte siempre significa Separación la separación Espiritual es la separación respecto a Dios, el Autor, Fuente Dador de la vida, y al estar separado y alienado de ÉL, de la Vida, lógicamente morimos.
Y por eso en la Cruz, Cristo gritó, en su 4ª frase, las primeras palabras del Salmo 22, (“Dios mío, Dios mio, ¿Por qué me has abandonado?)
Ver predicación expositiva sobre el Salmo 22: https://detalmanera.com/santo-salmo-22/
ÉL, que siempre había estado unido en una íntima y perfecta relación y unión con El Padre, sufrió la Separación Espiritual, para que nosotros, que somos los que realmente la merecemos por una Eternidad, podamos tener comunión con Dios.
Romanos 5:12 «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Jesús Murió para hacer Morir a la Muerte.
Hebreos 2:9 RV60 «Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.»
Según la O.N.U. hay alrededor de unas 155.000 muertes/día en el Mundo, pero sólo, y a lo largo de toda la historia, hubo una muerte inocente e injusta, y esta fue la más trágica y terrorífica de todas; Cristo en la cruz.
Todos los demás, por muy duro que parezca, merecían, merecen y merecemos realmente la muerte, PERO ÉL NO.
La Muerte de Cristo es el Instrumento de Dios para liberarnos de la muerte; ya que, como hemos dicho, el creyente, está unido a ÉL, de manera que ha muerto en la Cruz, ha sido crucificado juntamente con ÉL; y HEMOS MUERTO EN CRISTO.
LA MUERTE YA NO TIENE PODER NI DOMINIO SOBRE EL CREYENTE, PUES HEMOS PASADO DE MUERTE A VIDA (1ª Juan 3:14, Juan 5:24)
La Muerte es algo trágico, antinatural, algo horrible que NO estaba en los planes perfectos de Dios, pero con el pecado entró la muerte, y es por eso, que Jesús, al ver los estragos del pecado, al ver el sepulcro donde estaba muerto Lázaro, dice la Palabra, que LLORÓ.
Cuando Jesús pronunció “Tetelestai” («¡Consumado es!»), muchos de los Santos del Antiguo Testamento se levantaron de sus sepulcros, y vivieron, como un minúsculo adelanto de lo que ÉL llevará a cabo.
Desde ese momento le arrebató a la muerte sus llaves; y aunque aún debemos hacer frente a ella, ÉL nos ha dejado preciosas promesas de Vida que se cumplirán Sí o Sí.
¿Merezco la Muerte? Por supuesto que Sí, pero hubo UNO que la padeció por mí, la venció y me ha prometido que donde EL esté, allí estaré YO.
“EL QUE CREE EN MI, AUNQUE MUERA, VIVIRÁ”
ESE ES NUESTRO DESCANSO, NUESTRA ESPERANZA
Hay una HISTORIA, que recuerdo haberla escuchado hace poco:
Iba un padre con su pequeña hija en el coche, ella iba en su silla homologada en la parte de atrás, y como el coche era antiguo y no tenían climatizador iban con las ventanas bajadas.
¿Qué pasó?
La niña empezó a gritar y a llorar, el padre como puedo se giro y vio una abeja en la pierna de su hija.
Él iba por la autovía, y no podía parar, ni hacerse a un lado, por el peligro que eso suponía.
La niña seguía llorando y gritando.
El padre le dice, hija mía no llores más, NO te va a picar.
¿Cómo papá?
Mira mi mano hija.
El Padre colocó voluntariamente su mano para que la abeja le picara a él; y le dijo, La abeja esta ahí, te puede molestar pero ya NO puede picarte, YA NO TIENE AGUIJÓN.
Cristo Jesús, de la misma manera, puso SU Mano, SU Cuerpo, SU Vida Voluntariamente en la Cruz, y allí el aguijón de la Muerte fue clavado enteramente en ÉL, y ahora la Muerte ya NO tiene Poder ni dominio sobre nosotros.
AHORA nosotros, podemos deleitarnos como el Apóstol Pablo en 1ª Corintios 15:55 y cantar:
«¿Dónde está, oh Muerte tu victoria?
¿Dónde está, oh Muerte tu aguijón?
¿Dónde, oh Sepulcro, tu victoria?»
Desde entonces, desde la Cruz, el diablo NO puede seguir usando la Muerte para destruirnos, ya que Cristo cargó con la maldición en lugar nuestra, ÉL sufrió la muerte física y espiritual (Salmo 22), siendo nuestro representante, y le quitó al diablo su única arma letal, el pecado sin pagar.
Juan, al final de su vida, recibe la revelación del Apocalipsis en una Isla, ve a Jesús, y sucede ésto:
Apocalipsis 1:17-18 «Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y ÉL puso su diestra sobre mí, diciéndome: NO temas; YO SOY el Primero y el Último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.»
Queramos o no, nos guste o no, vamos a experimentar la muerte física o biológica del cuerpo carnal, PERO para nosotros, como dijo Pablo en Filipenses 1:21, LA MUERTE ES GANANCIA; él lo tenía clarísimo; si vive, que sea para servir a Cristo y seguir con su llamado, y si muere, es para partir y estar con ÉL
LA ÚLTIMA PALABRA NO SERÁ PRONUNCIADA POR LA MUERTE, SINO POR CRISTO
«Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.»
El mundo tiene miedo y un pánico atroz a la muerte, siempre está intentando luchar contra ella, posponiéndola, y es por eso que es considerada como el acontecimiento más terrible y angustioso de todos; lo único que NO tiene solución (humanamente hablando)
Cristo vino a darle RESPUESTA y SOLUCIÓN a la Muerte, a darle ESPERANZA, y a darle sentido aún a la Muerte.
Aunque aún gustemos de la muerte física, el postrer enemigo que destruirá el Cristo victorioso, NO estaremos sujetos a la muerte espiritual, la «muerte segunda».
1ª Corintios 15:26 «Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.»
Satanás NO perderá del todo su arma de la muerte hasta el final del Milenio (Apocalipsis 20:1-10), cuando allí Cristo entregará el Reino a Su Padre
IV.- UN TRIUNFO SOBRE NUESTRO ENEMIGO
La Biblia dice claramente que el Hijo de Dios se manifestó para Deshacer las Obras del Diablo, del acusador, del adversario, del gobernador y príncipe de este mundo, del tentador, del dios de este siglo, del príncipe de ese mundo,… de SATANÁS.
La Obra de Cristo es quitar el engaño de los hombres, y darnos y revelarnos el conocimiento de la Verdad del Evangelio.
En su defensa de la fe ante el Rey Agripa, Pablo NO pudo expresar mejor la comisión recibida de parte del Señor Jesús.
Hechos 26:18 «para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.»
Igualmente, en Efesios 2:2 Pablo nos dice que Satanás mantiene a los incrédulos en un estado de esclavitud.
Es necesario y urgente recalcar que HOY DÍA por parte nuestra (la Iglesia), se le ha dado mucha importancia, mucho énfasis (creo que una excesiva importancia) y valor al diablo, mucho más que lo que la misma Biblia da, y tratamos de achacar cualquier cosa a él en vez de a nuestra maldad, a nuestra condición carnal, a nuestra naturaleza caída que debemos matar y sacrificar a diario.
El diablo NO es omnipresente (NO está en todos sitios a la vez), y NO hay 2 fuerzas cósmicas espirituales en igualdad de condiciones luchando y disputándose la humanidad, ¡NO!. Sólo hay un Único Ser Supremo, y este es Dios y ÉL ya ha vencido y triunfando EN Cristo.
A nosotros, según la Palabra de Dios, se nos manda resistir con la armadura espiritual (ver estudio Detalmanera al respecto: https://detalmanera.com/xiii-batalla-espiritual-efesios-610-20/), y él huirá de nosotros.
NO se nos ha mandado reprenderlo ni a echarlo fuera, ni a atarlo, sino que se nos ha mandado a resistir firmemente sometiéndonos a Dios en fe, a armarnos con la armadura espiritual, a NO darle lugar a él, y a velar siendo sobrios…
Él ya ha sido derrotado, desacreditado, aplastado y condenado EN Cristo.
Satanás es un enemigo que aún anda suelto, pero que está Desautorizado, Desarmado y Derrotado.
Inmediatamente antes de la Cruz, concretamente el día que entró en Jerusalén para afrontar esa última semana y después de que EL Padre se pronunciara desde el Cielo para glorificarle públicamente, ÉL DIJO LO SIGUIENTE en Juan 12:31-32:
“AHORA ES EL JUICIO DE ESTE MUNDO; AHORA EL PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO SERÁ ECHADO FUERA. Y YO, SI FUERE LEVANTADO DE LA TIERRA, A TODOS ATRAERÉ A MI MISMO»
Los despojó, los exhibió públicamente, los humilló y triunfo sobre ellos.
Colosenses 2:14-15 «anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.»
La imagen que tenía en mente el Apóstol Pablo cuando escribió este versículo de Colosenses, era la de un General de Roma victorioso, en una popular procesión que hacía desfilar a sus enemigos derrotados encadenados y detrás de un carro por las principales calles de Roma, para su exhibirlos, y exponerlos a vergüenza pública y humillación.
ESO MISMO HIZO CRISTO EN LA CRUZ.
Hebreos 2:14 «Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, ÉL (Cristo) también participó de lo mismo (de nuestra naturaleza humana), para destruir (y anular) por medio de la muerte (¿a quién?) al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. »
El Padre CONFIRMÓ Y RUBRICÓ esta Victoria, este Triunfo, resucitándolo de entre los muertos; y Ahora nos la brinda a nosotros, SU Iglesia, que con el Mensaje de la Cruz, en el Poder del Espíritu Santo va sacando almas de la Potestad de las Tinieblas, y colocándolas en el Reino de SU Amado Hijo.
LA RESURRECCIÓN ES EL AMÉN DEL PADRE AL «CONSUMADO ES» DEL HIJO
Y cada vez que un alma es llevada a los pies de Cristo, es la prueba de que EN ÉL somos más que vencedores, y somos partícipes de SU Triunfo.
En la Cruz, el hombre fuerte, es derrotado por el hombre más fuerte, como en la Parábola de Lucas 11:21-23
Resulta paradójico que la VERDADERA LIBERTAD se halle en el sometimiento de la Voluntad de Dios, siendo esclavos de ÉL; y que precisamente al buscar la libertad personal e individual, es donde el hombre halla su propia esclavitud.
Pero al igual que el Goel en el AT que, además de la libertad del cautivo, otorgaba la posesión de su herencia, asimismo en Cristo hemos recibido las arras para nuestra herencia.
Efesios 1:13-14 «En ÉL (Cristo) también vosotros, habiendo oído la Palabra de Verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en ÉL, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria»
Y el final de todo será exactamente como el final que vemos en el libro de Rut, es decir una boda, un enlace entre la persona liberada y su goel (su pariente Redentor); asimismo será con nosotros, pero mucho más sublime, allí el Gran y Verdadero GOEL, nuestro pariente REDENTOR, Cristo, se hallará con su librada y comprada a precio de sangres esposa (Iglesia), disfrutando de las herencias, de esos nuevos cielos y nueva tierra, ya redimidos y ya benditos para siempre.