Números 5 RVR 1960
11 También Jehová habló a Moisés, diciendo:
12 Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguno se descarriare, y le fuere infiel,
13 y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido sorprendida en el acto;
14 si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado;
19 Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen maldición;
27 Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda y hubiere sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar, y su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo.
28 Mas si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda
Para la enseñanza devocional de hoy quiero utilizar una porción que se encuentra en el capítulo 5 del libro de Números.
El libro de Números habla de diversas cuestiones muy interesantes de estudiar y de llevar a nuestra vida práctica, pues sabemos que TODA la Escritura es útil como bien dice el Apóstol Pablo.
El tema principal del libro de Números es ¨El Orden de Dios¨, esta porción pertenece a una sección que podemos llamar ¨La Consagración del Campamento¨. Los Cristianos debemos vivir en el Orden de Dios y con la debida consagración a ÉL.
En este pasaje podemos observar una prueba dispuesta por Dios para el marido que sintiera celos de su esposa y no hubiera sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. El pueblo de Dios debía ser diferente a los pueblos paganos que lo rodeaban.
El marido sobre el cual vinieran los celos, podía someter a su esposa a una prueba para salir de esa situación. Si verdaderamente la esposa había sido infiel la prueba traería sobre ella unas consecuencias, pero si no era así, el marido quedaría en evidencia y vergüenza ante el sacerdote.
La prueba consistía en unas aguas a base del agua santa y polvo del suelo del Tabernáculo. Si al beberlo la mujer había sido infiel, se le caería el muslo, se volvería poco atractiva y se le hincharía el vientre volviéndose infecunda. Es decir perdería su belleza y sería estéril.
Lo que para ese momento era una enseñanza literal, para nuestros días es una enseñanza espiritual útil para instruirnos. La iglesia será la esposa de Nuestro Señor. Una iglesia adultera, no soporta las aguas que le da a beber Nuestro Señor, perdiendo la belleza que debería tener y no dando nuevos hijos. ¿ Qué se le hace necesario al perder su belleza y fecundidad? Se le hace necesario esconderlo tras una capa de decoración que tape todo ello. En ciertos comportamientos y resultados se puede observar si una iglesia está o no siendo fiel a Nuestro Señor.