Su nombre ya nos apunta directamente como ningún otro al Señor, pues deriva del hebreo “Yehoshua” y significa «Yahveh salva»; que en griego no es ni más ni menos que JESÚS.
Es más, ese nombre , Josué, le fue puesto por el propio Moisés, ya que su verdadero nombre era oseas que significa «deseo de salvación» (Números 13:8 y 16).
Un conquistador victorioso, un héroe y un líder nacional, un luchador en pos del pueblo, un hombre de fe a una promesa.
De hecho, su papel como líder militar del pueblo de Dios, prepara el camino a los siguientes jueces/libertadores y reyes, quienes anticipan la llegada de un Juez Justo, de un Perfecto y Eterno Rey, del verdadero Salvador y Libertador del pueblo de Dios.
HOY TRATAMOS DE EXPONER A JOSUÉ.
Antes de nada, es muy importante conocer el contexto histórico-social del personaje.
Dios NO sólo prometió a SU Pueblo terrenal, Israel, que lo rescataría del yugo, la opresión y la esclavitud de Egipto, sino además le daría la Tierra que prometió a sus padres como herencia (véase Génesis 12:2-3 y 15:18-21), y en el libro de Josué ésto es una realidad cumplida.
Ahora el pueblo está en la frontera, a un paso para entrar a la heredad de Dios (llanuras de Moab), Moisés muere, y el liderazgo es transferido a Josué.
Deuteronomio 34:7-9 «Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés.Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.»
Ahora el pueblo debe confiar en un fiel salvador que les guiará a la tierra prometida (Canaán) y al descanso.
Hay una promesa de Dios, y ésta se cumplirá sí o sí.
Génesis 12:2-3 «Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.»
Canaán sería el espacio físico donde Israel pudiera transmitir a todas las demás naciones la grandeza y majestuosidad de Dios.
¿POR QUÉ VI A CRISTO EN JOSUÉ?
Israel, liderado por Josué, era el instrumento en manos de Dios para ejecutar SU juicio a naciones paganas, como un adelanto en la historia del Juicio Final de Dios. Ellos NO eran libres para perdonar la vida de los que Dios había condenado; pues la copa de su iniquidad estaba llena, y el juicio para algunas naciones había llegado.
Ellos NO luchaban con quienes ellos querían, sino con quienes el Juicio de Dios había marcado para destrucción; es decir, Dios le dio la espada a Israel, liderado por Josué, para usarla en SU Nombre.
Levítico 18:24-25 «No se contaminen con estas prácticas, porque así se contaminaron las naciones que por amor a ustedes estoy por arrojar, y aun la tierra misma se contaminó. Por eso la castigué por su perversidad, y ella vomitó a sus habitantes.»
Hoy ese Juicio se pospone con el fin de que los hombres vengan al arrepentimiento y reciban la misericordia que es revelada, y además ese Juicio de Dios, que aguarda y espera, se le ha dado al Mejor Josué, al Verdadero Comandante, a un guerrero que vendrá con una espada, la Palabra de Dios (Apocalipsis 19:11-16), al Señor Todopoderoso, JESÚS.
2ª Tesalonicenses 1:7-10 «Y a ustedes que sufren, les dará descanso, lo mismo que a nosotros. Esto sucederá cuando el Señor Jesús se manifieste desde el cielo entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles, para castigar a los que no reconocen a Dios ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús. Ellos sufrirán el castigo de la destrucción eterna, lejos de la presencia del Señor y de la majestad de su poder, el día en que venga para ser glorificado por medio de sus santos y admirado por todos los que hayan creído, entre los cuales están ustedes porque creyeron el testimonio que les dimos.»
Hechos 17:30-31 «Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.»
En el capítulo 5 de Josué, y antes de entrar en Jericó, vemos que el Mejor y Verdadero Jefe de los ejércitos del Señor, Cristo antes de SU Encarnación (lo que se conoce como cristofanía) no sólo promete que estará con Josué, sino que además le revela SU presencia en una escena preciosa.
A nosotros se nos promete lo mismo, y además nos hace partícipes de SU Espíritu Santo.
Mateo 28:19-20 «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí YO estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.»
Efesios 1:13-14 «En ÉL también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
El comandante Josué, se encontró con su supremo Comandante cara a cara, y cayó en tierra a adorarle.
Un fabuloso encuentro entre los 2 Josues, entre los 2 libertadores, entre los 2 comandantes.
Josué 5:13-15 «Cierto día Josué, que acampaba cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre de pie frente a él, espada en mano. Josué se le acercó y le preguntó: ¿Es usted de los nuestros, o del enemigo? ¡De ninguno! —respondió—. Me presento ante ti como Comandante del ejército del Señor. Entonces Josué se postró rostro en tierra y le preguntó: ¿Qué órdenes trae usted, mi Señor, para este siervo suyo? El comandante del Ejército del Señor le contestó: Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es sagrado. Y Josué le obedeció.»
Además este encuentro sucedió cuando Josué y los israelitas celebraron y, tras circuncidarse aquella generación, conmemoraron la Pascua en el Gilgal, celebrando que Dios los había liberado; asimismo, el Mejor y Perfecto Josué celebró también con los Suyos la última Pascua en el Aposento Alto, evocando no sólo que fueron liberados de la esclavitud de Egipto, sino además dándole un nuevo y mejor significado, a partir de ÉL, de quien era anfitrión esa noche.
Si Josué sucedió a Moisés, el mediador del pacto quien representaba la Ley, es el Perfecto Josué, JESÚS quien es el mediador de un nuevo y mejor Pacto, quien cumplió la Ley y la quitó (la parte ceremonial, no la moral), para introducirnos en otra era, la Gracia, que sucede y reemplaza a la Ley, la cual nos llevaba por necesidad a ÉL.
La ley NO puede entrar en la tierra prometida porque es tierra de libertad, por eso la Ley (representada por Moisés), quedo en la otra orilla.
Juan 1:17 «pues la Ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la Gracia y la Verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.»
Fue Josué, quien introdujo al pueblo de Dios a la heredad prometida y NO Moisés, quien representaba la Ley, pues por medio de la Ley nadie se justificará delante de Dios (Romanos 3:20 y Gálatas 2:16); de la misma manera que es la nueva ley EN Cristo, quien nos introduce en la heredad prometida por ÉL, en el Cielo y NO ninguna obra meritoria nuestra.
Además el paso hacia la heredad vino tras el paso sobre el agua, en el caso de Josué tras abrirse el Jordán, en el nuestro, y como evidencia externa de una fe salvífica y NO como obra meritoria, tras el paso por las aguas del bautismo.
Josué 3:15-16 «Ahora bien, las aguas del Jordán se desbordan en el tiempo de la cosecha. A pesar de eso, tan pronto como los pies de los sacerdotes que portaban el arca tocaron las aguas, estas dejaron de fluir y formaron un muro que se veía a la distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a la fortaleza de Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó»
De la misma manera que Josué coloca 12 piedras recogidas de la cuenca del río como memorial a la fidelidad de Dios en favor de ellos, así Cristo escoge 12 discípulos para traer el Mensaje de Salvación de un Dios fiel, y a través de ellos, llenar su Casa Espiritual no con 12 piedras inertes, sino con muchísimas más, siendo estas vivas.
1ª Pedro 2:4-5 «Acercándoos a ÉL, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.»
ÉL es la Piedra Viva, la cabeza del angulo, la piedra angular, pero también será para muchos la piedra de tropiezo.
De la misma manera que Josué condujo y guió al pueblo de Dios a la posesión de su herencia, a su reposo; Cristo nos lleva y guía a la posesión de nuestra herencia, una herencia no física, no terrenal y no un reposo relativo o parcial, .
La Herencia en Cristo es una herencia que NO se puede quitar ni arrebatar, no como la tierra de Canaán de la que fueron expulsados años después; además SU Herencia lleva aparejada un verdadero reposo, un reposo que Josué no logró.
1ª Pedro 1:3-5 «Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.»
Si Israel disfrutó de una herencia terrenal, y de un reino terrenal; es la Iglesia de Cristo, el Pueblo de Dios, quien disfruta de una herencia espiritual y celestial, un reino Eterno y no temporal.
Hebreos 4:8-10 «Si Josué les hubiera dado el reposo, Dios no habría hablado posteriormente de otro día. Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas. Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia.»
El Reposo y el descanso verdaderos de Dios NO vino ni por Moisés ni por Josué, sino por uno mayor que ambos, es decir, por Jesucristo.
De la misma manera que es imposible separar la herencia prometida a la introducción de la tierra prometida, tampoco nosotros, como cristianos podemos separar la Resurrección a Vida Eterna de la Cruz; y si podemos comparar el libro de Josué con uno, lo hacemos con Hechos de los Apóstoles, ya que después de la Redención y la salid de Egipto, Israel comienza a conquistar su herencia, y después de la Obra mejor de Redención en la Cruz, vemos que en Hechos, la Iglesia sigue adelante y comienza a conquistar el mundo en SU Nombre y con SU mensaje, con el Kerygma (ver el Mensaje del Evangeliohttps://detalmanera.com/plan-salvacion-evangelio/)
Nada les faltó por cumplir a Israel bajo Josué.
Josué 23:14 «Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que NO ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas.»
Asimismo NADA faltó, absolutamente nada por cumplir en el Mejor y Verdadero Josué, y por eso en lo alto de la Cruz ÉL clamó «¡CONSUMADO ES!» (ver predicación con ese título:https://detalmanera.com/consumado-es/,) todo ha sido finalizado, todo ha sido acabado, todo ha sido llevado a cabo a la perfección.