Imagina que coincides con un musulmán y con un judío, y estáis contemplando las maravillas de la creación, y sin duda podeis hablar de un Dios creador del cielo y la tierra que todo los sostiene, que todo lo cuida y preserva, que además es Soberano, y parece que en esa conversación de religiones hay un acuerdo o consenso común. Luego pasa un Testigo de Jehová con su revista Atalaya en mano y se une a la conversación con nosotros. Todo marcha maravillosamente, todo aparentemente transcurre con normalidad.
Pero de repente tú dices “JESÚS” (Isa para los musulmanes, Yeshua para los judíos, el Arcangel Miguel para la secta de los Testigos de Jehová) y todo cambia. La conversación cambia, las caras de ellos cambian de gesto, fruncen el ceño y se rompe en trozos el consenso o el acuerdo que parecía haber antes.
- Para los musulmanes es junto con Abraham o Moisés uno de los grandes, pero inferior a Mahoma. Para ellos no es el Hijo de Dios es un mero hombre que fue rescatado en secreto de la Cruz, poniendo Dios a otro en su lugar que se parecía mucho a él. Creen que pudiera ser Judas.
- Para los judíos, su pueblo terrenal, es desde un impostor, farsante y blasfemo que se hizo y autoproclamó como el Mesías anunciado, hasta (en el mejor de los casos) un maestro o un rabino. El Talmud (historia, tradiciones, costumbres e interpretaciones de los rabinos judíos) dice que Jesus fue un hijo bastardo entre una promiscua peluquera y un soldado romano llamado Pantera.
- Para el hinduismo es alguien respetado pero que no resucitó sino que se reencarnó para purificarse a través de lo que ellos llaman, y que está tan de moda hoy, el karma.
- Para el budismo fue un ser iluminado o un maestro con un mensaje lleno de amor pero en ningún caso fue Dios”.
- Para la cienciología, su fundador, Ron Hubbard, dijo lo siguiente en 1980: “el Jesús histórico no es ni de lejos la figura Santa que se ha dado a entender; además de ser un amante de jovencitos y hombres, se entregó a arranques incontrolables de mal genio y odio que contradecían el mensaje general de amor”
Ver este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=_AdFWDkhe4A
Este vídeo es un reflejo de la sociedad. Si haces la encuesta en la puerta de la facultad de la Universidad de Murcia o en cualquier otro sitio, te aseguro que los resultados no van a ser muy diferentes, y personalmente me produce pena, tristeza y dolor.
Puedes vivir tu vida ajena a toda realidad espiritual y conocimiento de Dios, puedes acumular fama, riqueza, prestigio, coches y casas lujosas, puedes ser popular, el mejor en tu trabajo, o incluso puedes autoengañarte creyendo que eres buena persona simplemente porque te comparas con alguien perverso y peor que tú, como un asesino o Hitler. No tenemos derecho de poner nosotros el estándar de moralidad. Compárate con Jesús, y comprueba si realmente eres bueno, o asume y acepta lo que dice la Biblia no hay bueno ni aún uno. Ni siquiera uno.
Puedes acumular dinero, relojes caros, premios, reconocimientos… pero te voy a hacer una pregunta que hizo Jesús:
¿QUÉ APROVECHARÁ AL HOMBRE SI GANARE TODO EL MUNDO Y PERDIERE SU ALMA?, ¿O QUÉ RECOMPENSA DARÁ EL HOMBRE POR SU ALMA?
- ¿De qué te sirve todo lo que tú has ganado en tu vida, todo lo que tú has invertido, todo en lo que tú has puesto tu confianza, si caes en condenación eterna por haber rechazado la única puerta de salvación? Lo has perdido absolutamente todo y has tirado tu vida y tú eternidad por la borda.
- Cuando te pongas cara a cara con Dios,
- ¿Crees que le va a impresionar o te va a servir todo eso?, ¿Crees que puedes dar algo a cambio para recuperar tu alma y librarte de la condenación?
Jóvenes, aún recuerdo cuando tenía vuestra edad, y en un abrir y cerrar de ojos tengo casi 40 años, y enseguida, en otro abrir y cerrar de ojos, tendré 60, luego 80, si Dios lo permite. La vida es muy corta, es efímera. Parece que fue ayer cuando tenía la edad de mi hijo. Todo lo que ves, todo lo que conoces tendrá fin, todo por lo que tú puedas vivir en este mundo será derribado, incluso nosotros mismos. Pablo le dice a los Corintios en 2ª Corintios 5:1, que nuestra tienda terrenal, que es nuestra morada, va a ser destruida. No estamos aquí para perder tiempo, para vivir sin propósito.
Hoy voy a tratar de dar respuesta a la pregunta más importante de la historia. La pregunta que todo ser humano debe plantearse en su vida. Debe hacer un alto en su ritmo frenético de vida solamente para tratar de dar respuesta a esta cuestión que le va a perseguir toda su vida y que cuando acabe su vida la tendrán enfrente, cara a cara. La respuesta a esta pregunta determinará su vida aquí en la tierra, y su destino cuando cierre los ojos.
Hermanos, para mí no hay cosa más necia, absurda y peligrosa que el agnosticismo. Es la gran mentira de la vida. Es la trampa del diablo. El Ateo rechaza y niega directamente la existencia de Dios, pero el agnóstico dice que no sabe, que no tiene conocimientos. Puede llegar a entender que esa postura de agnosticismo puede ser de alguna manera temporal; es decir tú no sabes algo pero ese algo es tal vez la decisión y la cuestión más importante de la historia de la humanidad y tienes que buscar la respuesta, sí o sí. Puedes no tener la certeza o no saber algo de una cuestión irrelevante o sin gran importancia, como la composición química de un producto o el funcionamiento de una máquina, pero es absurdo, necio y peligroso que en la cuestión y el dilema más importante del ser humano, en algo que tu vida, tu muerte, tú eternidad está en juego, una persona viva creyendo que no sabe, y además lo haga sin buscar la respuesta.
Habiendo dicho y aclarado esto, ahora nos vamos a otro de los usuales retiros de Jesús con los suyos, para estar en la intimidad con ellos, pero esta vez lo va a hacer en un sitio inusual, pero muy importante para lo que allí va a ocurrir. El señor Jesús ha estado cerca de 2 años y medio con ellos, con Sus Discípulos, enseñándoles, ministrándoles, afirmándolos y demostrando ser quien Pedro diría en esta escena ser quien es ÉL. Queda relativamente poco, alrededor de unos 6 meses, para que Jesús vaya a la cruz, y ÉL quería que sus discípulos tuviesen bien claro 2 conceptos:
- Quién es ÉL (Su Persona)
- Qué va hacer ÉL (Su Obra)
Ellos han oído sus enseñanzas, sus palabras, han visto sus milagros, pero deben tener bien claro y afianzado quién es y qué va a hacer. ¿Por qué? Porque en poco tiempo, ellos van a ver a su maestro, su líder sufrir, agonizar y morir, y deben tener claro lo que eso significa. Aún necesitarán al Espíritu Santo para que esas verdades sean fundamentadas en sus corazones y en sus mentes. La escena de hoy se trata de una de las más grandes conversaciones privadas de Jesús con los Suyos, la cual tiene lugar en un lugar escondido, pero muy bien escogido para esta enseñanza clave: CESAREA DE FILIPO. ÉL ha pasado de hablar a las masas, las multitudes, a hablar ahora a su círculo íntimo, los suyos, Sus Discípulos. El escenario NO es en absoluto casualidad, Jesús escogió bien este lugar para esta lección vital.
Mateo 16:13 a “Viniendo Jesús por la región de Cesárea de Filipo (…)”
CESAREA DE FILIPO , que estaba a 40 kilóemtros de Galilea, era un oscuro y pagano sitio, pues allí, en los tiempos del Antiguo Testamento, había un altar dedicado a Baal (dios de los cananeos), más tarde los griegos edificaron otro a Pan, dios de la naturaleza, la fertilidad y la sexualidad masculina, y llamaron aquel sitio Panias (ciudad de Pan). Pan, este falso dios era el más horrible y dantesco de todos los dioses de la mitología griega, con cuernos de cabra en la cabeza, patas de cabra en lugar de pies, y con el cuerpo recubierto de pelo de cabra; mitad hombre, mitad dios. Era, en definitiva, una especie de fauno. Cabe destacar que la palabra que conocemos como pánico, se deriva concretamente de este siniestro dios, pues es lo que provocaba, un miedo aterrador y pánico cuando, según la mitología griega, supuestamente atacaba a las ninfas en los bosques para saciar su voracidad y su apetito sexual masculino. Allí mismo, los adoradores paganos de pan, arrojaban cabras desde el precipicio a la boca de la cueva con la esperanza de que su sacrificio fuera aceptable a él, a Pan. Durante la primavera, cada año, los sacerdotes de este falso dios, lanzaban jóvenes vírgenes a esa cueva, ya que era su forma de adorar a este dios de la masculinidad y de la fertilidad y es por eso (entre otras cosas igual o más perversas) que a esa gruta, esa cueva se la conoce como las «Puertas del Hades (aún se conserva hoy ese nombre), pues esa misma religión realizaban atrocidades tales como inmoralidad y prostitución sexual, sacrificio de niños, … en honor a esta falsa deidad. Si al arrojar a las personas de cabeza, mujeres en su mayoría, salía sangre por el manantial del Río Panias, el cual emanaba desde dicha cueva o gruta, significaba que el dios Pan NO había sido aún satisfecho, y continuaban haciendo los mismos sacrificios humanos, precisamente por esto se llamaba así, «Las Puertas del Hades”, o del Infierno.
20 años antes del nacimiento de Jesús, Herodes «El Grande» construyó allí un templo de mármol blanco, y lo dedicó a Augusto César, para poder adorarle allí mismo. Al morir Herodes, la ciudad la heredó su hijo, Herodes Filipo, quien para impresionar a su emperador romano Tiberio César, la amplió y la embelleció, sobreponiéndole el nombre de Filipo, para enorgullecerse y jactarse él mismo, y para diferenciarla de otra Cesarea que había, más al sur
Como he dicho, había una gran roca que todo el mundo conocía muy bien porque se veía desde cualquier lugar de allí, y al pie de ella está la gran caverna que da acceso a un gran abismo de profundidad impresionante. Según las creencias de la gente de Cesarea, y debido a lo continuos sacrificios humanos que se realizaban para las falsas deidades, este abismo llevaba hacia una de las puertas por las que se entraba en el infierno. NO es casualidad, es exactamente allí, en este lugar pagano, perverso, demoníaco y lleno de idolatría, que el Maestro se reúne con los suyos, se aleja de las multitudes y tiene lugar un importantísimo evento que va a marcar la historia de sus discípulos. Allí mismo, en el lugar de adoración de Baal, de Pan y de Augusto César, Jesús lanza un pulso contra todas las fuerzas del mal. Allí va a tener lugar una poderosa declaración, la confesión de fe de la iglesia. Jesús los lleva al peor sitio para hacerles la pregunta más importante y directa de todas, y para extraer de ellos la respuesta más valiosa, más poderosa de todas.
Sigamos leyendo el texto.
Mateo 16:13-ss “Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos respondieron, unos Juan el Bautista, otros Elías, otros Jeremías o algunos de los profetas. Entonces ÉL les dijo: y vosotros, ¿Quién decís que soy?
En realidad hay dos preguntas: una genérica, ¿La gente qué dice de mí, qué dice que soy yo?. Esa es una pregunta importante, pero no es trascendente. Luego hay una pregunta particular e individual. Esta sí es la importante. Sí es la trascendente.
¿QUIÉN ES JESÚS PARA TI?
Esta cuestión, esta pregunta, clasifica, divide y separa la humanidad en 2. Si preguntas en la calle, vas a encontrar disparidad y variedad de respuestas, ya lo has visto en ese vídeo. Si vas a las Escrituras, verás diversas respuestas y reacciones a esta pregunta:
- La noche que nació ese bebe en Belén, unos pastores vieron una multitud celestial en el cielo, y fueron corriendo maravillados a ver aquel bebé glorioso.
- Cuando iba a ser presentado en el Templo conforme la ley judía, con 40 días de vida, aparecen escena un piadoso anciano llamado Simeón y dice “acabo de ver al Salvador ya me puedo ir de este mundo. Ya puedo morir en paz”
- Más adelante, con 12 años, y en ese mismo templo, dejó sin palabras y boquiabiertos a los grandes doctores religiosos de la ley. Dice la Biblia que todos los que le oían se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.
- Con 30 años, Juan el Bautista lo ve llegar al río Jordán y dice “¿Recordáis todos los sacrificios donde se sacrificaba un cordero para el perdón de los pecados? Bueno, pues ese es el Cordero de Dios que va a quitar de una vez y para siempre todos los pecados del mundo”
- Un joven fariseo, religioso, llamado Nicodemo, llega una noche para verlo y le dice: “sé que has venido de Dios porque lo que tú haces no lo hace nadie”
- Una mujer repudiada samaritana le dice sentada en un pozo “eres el profeta, eres el Mesías que esperábamos”
- Incluso Poncio Pilato delante de ÉL le dijo al pueblo, “yo no hallo culpa alguna, este hombre es inocente”
- En la cruz, un ladrón crucificado junto a ÉL mira al lado y le dice “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino…”
- Cuando muere en la cruz y después de ese “¡Consumado es!” dicho por Jesús, un soldado romano que estaba al pie de la cruz dijo: “verdaderamente este hombre era hijo de Dios”
- Cuando resucita y aparece a sus discípulos que estaban reunidos, Tomás dice “¡Señor mío, y Dios mío!”
Aquí pretendía llegar: JESÚS ES EL SEÑOR. JESÚS ES DIOS
Jesús mismo dio testimonio de esto:
- ÉL mismo dijo: Abraham se gozó de ver mi día. Los judíos le dijeron aún no tiene cincuenta años y ¿has visto a Abraham? El murió hace 2000 años. Jesús dijo: Antes que Abraham fuera, YO SOY”
- “Yo y el Padre uno somos.” ¿Sabes que hicieron los judíos cuando escucharon esto? Tomaron piedras para apedrearle por blasfemia, por hacerse Dios. Ellos entendieron perfectamente lo que dijo
- “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”
- “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”
- Cuando fue arrestado, le preguntaron: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? ÉL les vino a decir: “¿Conocéis el capítulo 7 del libro de Daniel? Pues Yo Soy el Hijo del Hombre. Ellos rasgaron sus vestiduras, sabían muy bien lo que acaba de decir, y si lees Daniel 7:13-14 sabrás que Jesús estaba identificándose con Dios, estaba diciendo ser Dios,
No solo lo dijo, de una manera directa, con autoridad y rotundidad, sino que lo demostró:
- Creó el universo, lo sostiene y preserva (Jn. 1, Heb. 1 y Col. 1)
- Calmó y apaciguó una gran tormenta con una simple orden en Mateo 14:33, y secó una higuera con Su Palabra, multiplicó los panes y los peces (Mateo 14:19) o cambió el agua en vino (Juan 2:1-11). Tenía poder y autoridad sobre todos los elementos de la naturaleza.
- Tenía poder y autoridad en el mundo espiritual, expulsando demonios. Ver Marcos 3:11
- Llega ante un paralítico, y delante de los celosos religiosos, les viene a decir ¿Qué queréis, que lo sane y levante, o que le perdone los pecados? Para que veáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad, levántate y vete a casa”
- Perdonaba pecados, cosa solo atribuida y permitida a Dios mismo. Jesús decía: “hijo mío, tus pecados te son perdonados. y los religiosos judíos, le reprochaban” Eres blasfemo, solo Dios puede perdonar los pecados” Ver Marcos 2:5-7
- Sanaba a enfermos, daba vista ciegos, levantaba a paralíticos o secaba enfermedades al instante, aún cuando el enfermo estaba lejos, porque ÉL es el Dador de toda Vida (física y espiritual)
- Recibía adoración como Dios, y NO lo impedía, pues ÉL es merecedor de ella como Dios. Ver Mateo 2:10-11, 28:17,…
- ÉL hoy nos manda a creer en ÉL como objeto de nuestra fe, como hay que creer en Dios, de la misma manera. Ver Juan 14:1 “creeis en Dios, creed también en Mi”
- ÉL será el Juez de vivos y muertos, Ver Juan 5:23
- ÉL tiene todo Poder, Autoridad y toda Soberanía Divina. “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, id y haced discípulos por todas las naciones…”
- En definitiva, ÉL es Dios mismo encarnado, Dios eterno hecho hombre.
Vamos a ver la respuesta de Simón Pedro.
Mateo 16:16 “Respondiendo Simón Pedro, dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”
“Eres el Cristo, el Mesías anunciado y esperado, el Hijo de Dios viviente, Dios mismo hecho Hijo. Simón, tú eres Petros, una piedrecilla, un valioso trozo de piedra más, pero YO edificaré MI Iglesia, Mi Cuerpo espiritual sobre una Petra, una Roca firme y sólida, y esa es la confesión que has hecho, la revelación que acabas de tener: Jesús es el Señor. ÉL es Dios.»
Hermanos, esa es la confesión de fe nuestra a nivel individual, lo que debes saber, conocer y abrazar. Es la confesión de fe de la Iglesia; una confesión de fe llena de sangre de los mártires que la defendieron y dieron su vida por ella. Ese es el punto de inflexión que separa y divide todo.
En este retiro los discípulos tuvieron que hacer frente a una pregunta que era muy necesaria para algunos meses después viva a ocurrir, y aún así fue difícil entender y albergar la plena comprensión de esa realidad tan profunda. Nosotros hoy con la Biblia en la mano y con tantísimos libros de teología podemos decir, “Juan, Pedro, lo teníais ahí. Era muy fácil.” Para ellos, 20 siglos atrás, con 5.000 kilómetros de distancia, con ese tan marcado énfasis en el monoteísmo, en la unidad de Dios, con él tan aprendido Shemá desde que eran niños “Oye Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”, de repente aparece Jesús con Su Mensaje y sus obras y dice: “El Padre y Yo somos uno”. Y aunque eso fue precisamente el cumplimiento de las Escrituras que ellos tenían (y debían saberlo), aún así, fue una bomba atómica en la mente de ellos, puesto que ellos habían fabricado en sus cabezas una idea mesiánica de que el Cristo sería un auténtico guerrero libertador que derrotaría a todos los enemigos, y establecería el Reino allí mismo.
6 meses después de este episodio en Cesárea de Fillipo, en aquella última reunión en el Aposento Alto la misma noche en que Jesús se entregó a la cruz, durante la última cena, tenemos otra conversación profunda y sumamente importante entre Jesús y los suyos.
Juan 13:33 «Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros NO podéis ir.»
Juan 13:36-37 «Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, NO me puedes seguir ahora; mas me seguirás después. Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué NO te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.»
Juan 14:1-6 «No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí Mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, NO sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: YO SOY el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.»
Juan 16:4-8 «Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto NO os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que YO me vaya; porque si NO me fuera, el Consolador NO vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando ÉL venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.»
Juan 16:16-18 «Todavía un poco, y NO me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y NO me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque YO voy al Padre? Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? NO entendemos lo que habla.»
¿Podéis percibir el miedo, la pena, el temor y la incertidumbre de los Discípulos? Ellos no entendían nada. Ellos anhelaban estar con ÉL, lo dejaron absolutamente todo por estar con ÉL, y ahora de repente ÉL se despide de ellos, ¿cómo se pueden alegrar de su marcha, de su ausencia? Eso era inconcebible para ellos.
«NO lo entendéis aún, mandaré al Espíritu Santo para ello, YO me tengo que ir, voy a preparar casa para que estemos una eternidad juntos, confiar en MÍ, y sobre todo, amaos unos a otros, que el mundo vea vuestro amor»
Después de este triste anuncio de despedida y de la reacción de miedo incertidumbre de ellos vamos a ver un evento que se olvida y se descuida mucho, pero que es sumamente importante: La Ascensión de Cristo después de Su Resurrección.
Marcos 16:19-20 «Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.»
Lucas 24:50-53 «Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo. Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.»
Jesús ha siso alzado, se ha ido, se ha marchado, y vemos un tremendo contraste en la actitud de sus Discípulos. Los mismos que unos 43 días antes estaban tristes, atemorizados, desconsolados. ¿Qué ha pasado?
ELLOS HAN ENTENDIDO REALMENTE QUIÉN ES ÉL Y A DÓNDE IBA.
Y eso convirtió sus anteriores temores y tristezas en una auténtica alegría y gozo. ÉL es el Señor, ÉL ha ascendido para tomar su lugar de gloria que le pertenece como Creador, como Dios, como Señor y como Juez del cielo y la tierra.
LA ASCENSIÓN FUE SU REGRESO AL CIELO PARA SU INVESTIDURA Y CORONACIÓN COMO EL REY DE REYES, COMO EL SEÑOR DE SEÑORES.
Este fue el evento y el acontecimiento político más importante de la historia de la humanidad. Aún recuerdo mi ceremonia de jura de bandera o toma de posesión, cuando estaba todo el inmenso patio del recinto limpio, engalanado, con autoridades civiles, militares y políticas, todos bien vestidos y trajeados, mientras nosotros desfilábamos, siguiendo un protocolo minucioso lleno de orden y decoro, con himnos, música. Imagina la escena cuando las puertas del cielo se abrieron para que Jesús, el señor del Cielo y de la Tierra, entrara a tomar Su Gloria, a sentarse en el Trono, y toda la corte celestial
Ellos, los discípulos, entendieron plenamente que Jesús es el Señor, que ÉL es Dios, y pasaron de estar escondidos y atemorizados, a salir al mundo a decir quién era y lo que había hecho. Ese fue el credo, la confesión de fe y el eslogan publicitario de la Iglesia primitiva, “Iesous Kyrius”, JESÚS ES SEÑOR.
PERO HABÍA UN GRAVE PROBLEMA: ROMA Y CÉSAR. Todo el Imperio romano debía de confesar, bajo pena de muerte, “Kaesar Kyrios”, es decir, el César es Señor, y esa frase era el saludo habitual (como el «buenos días» de hoy). De repente aparecen los cristianos, y establecen su fundamento y destronan a Cesar: “Ieosus Kyrios”, es decir, JESÚS ES SEÑOR.
Cuando un cristiano era arrestado, lo ponían de rodillas, y estando maniatado, una afilada espada rozaba su cuello. Entonces le daban la oportunidad de retractarse, de reafirmar a quein debía lealtad. ¿Quién es señor; ese Jesús o César? Si decían César (Kaesar Kyrius), habrán renunciado al Señor Jesús, pero vivirán, si decían Jesús (Ieosus Kyrius), lo habrán confesado, pero morirán. Ni siquiera dudaban. La fe cristiana está inundada de litros de sangre de valientes mártires que dieron su vida por Jesús, por el Señor.
¿Conocéis el testimonio de fe de Policarpo, Obispo de Esmirna y discípulo directo del apóstol Juan? Año 155 dC, siendo anciano, vienen de noche unos soldados romanos a su casa a arrestarlo. Él, que lo supo, no huye, sino que baja, les abre amablemente, y les sirve comida a ellos, con la condición de que le dejen orar una hora. Ellos accedieron. Dios le fortaleció y dio gracia para afrontar el martirio que soportaría. Se lo llevan en un carruaje y le dicen: ¿Qué tiene de malo decir, César es Señor? NO. Lo llevan ante el Procónsul, y éste insiste: «Pronuncia el juramento y te dejo en libertad. Maldice a Cristo» Y aquí viene la famosa frase de Policarpo, «Lo he servido por 86 años y ÉL jamás me ha hecho ningún mal, ¿Cómo voy a blasfemar contra mi Rey, que me salvó? Soy cristiano, y si quieres conocer el mensaje cristiano, organiza una reunión y permite que dé razón de mi fe». El Procónsul le contestó «yo tengo animales salvajes, si no cambias de opinión, te arrojaré a ellos». Llámalos -contestó Policarpo-. Te haré quemar vivo, dijo el Procónsul. Me amenazas con un fuego que arde un poco de tiempo y luego se extingue, pero tú no sabes nada del fuego del juicio venidero. Hazlo. Toda la muchedumbre de los romanos exigía que fuera quemado vivo. Fueron todos a por madera para apilar y hacer una gran hoguera, lo ataron de manos. Policarpo miró al cielo y oró alabando y glorificando al Señor: «Te ruego, oh Señor que me recibas este día como una ofrenda Encendieron el fuego. Así murió Policarpo.
«Quien me confiese ante los hombres, YO le confesaré ante MI Padre que está en los cielos…»
Es en ese contexto que el apóstol Pablo escribe la carta dirigida a los creyentes en Roma, la Epístola a los Romanos y les dice lo siguiente.
Romanos 10:9-10 «Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.»
¿QUIÉN DECÍS QUE SOY?
La ciencia avala su existencia. Hasta el mayor ateo más fanático del mundo, si es mínimamente objetivo, no puede negar la existencia física y real de Jesús. Es la persona de la historia antigua que mayor evidencia histórica ofrece, pero la pregunta va mucho más allá de si crees en su existencia o no, se trata de quién es para tí, Jesús.
Un revolucionario, un maestro, un adelantado, un filósofo, un sabio con una moralidad increíble. Incluso un profeta, como otras religiones y creencias dicen. Hay un problema con todo esto, y es que Jesús nunca afirmó eso, ni pretendió ser recordado así. Él no te ofrece ninguna de esas opciones. Ninguna. Así que todas esas opciones, por muy bonitas o románticas que sean, no vale, y no son más que meras estupideces
Sus profecías que desde siglos antes que viniera ya lo señalaban, su vida perfecta, su enseñanza, sus milagros, su muerte y resurrección, en definitiva, EL AFIRMÓ SER DIOS.
ÉL lo dijo, sus discípulos lo dijeron, aún sus enemigos lo dijeron.
ÉL DIJO UNA COSA BIEN CLARA, ”YO SOY DIOS”.
NO dejó ninguna otra opción. Y esta afirmación de Sí Mismo; o es falsa o es verdadera. Tomando como referencia el trilema ofrecido por C.S. Lewis en su «Mero Cristianismo», establecemos lo siguiente:
- OPCIÓN 1: Jesús NO es Dios, Y ÉL sabía que no lo era: Eso lo convierte en un auténtico blasfema, mentiroso y un farsante, además de necio por entregarse a morir por una mentira.
- OPCIÓN 2: Jesús NO es Dios, pero ÉL no lo sabía: Eso lo convierte en un loco, demente, trastornado con graves problemas de personalidad o esquizofrenia que se pensaba o creía ser Dios, como tantos hay en hospitales de psiquiatría. Pero si lees los evangelios, si lees atentamente el sermón del Monte, vas a llegar a la conclusión de que es es imposible que un loco, un lunático haya dicho las palabras más profundas que jamás se hayan dicho por hombre alguno
¿Crees acaso que un mentiroso o un loco pueden cambiar la historia de la humanidad, además de tantos millones de vidas humanas?
- OPCIÓN 3: Jesús es realmente Dios. ÉL es Señor. Eso te lleva a que tengas que arrodillarte y adorarlo como sólo ÉL merece, o que le rechaces y le des la espalda. Estás sin excusa: O aceptas o rechazas su señorío.
Juan 20:30-31 “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.”
Mahoma dijo: “ Si Dios no tiene misericordia de mí, no tengo esperanza”, ¿Sabéis qué dijo Jesús? “Si no crees en Mí, morirás en tus pecados”
Confucio dijo “nunca dije que yo era santo”, ¿Sabéis qué dijo Jesús? “Quién de todos vosotros me redarguye y puede decir que yo tengo pecado?”
Buda dijo: “soy alguien en busca de la verdad”, ¿Sabéis qué dijo Jesús? “Yo soy la Verdad. La única verdad, el único camino, la vida”