Jesús, quien vino como el Hijo de David a ser el Hijo del Hombre (ver Daniel 7:13-14), siendo igualmente el Hijo de Dios realizó una OBRA PERFECTA, la cual comenzó en el mismo instante que vino a esta tierra, donde la entrega en la Cruz fue, sin duda, el centro del Plan, siendo Su Vida la base y el fundamento para ello, para ser cualificado como bien lo definió «El bautista», el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Mateo 1:20-21 «(…) he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, NO temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque ÉL salvará a SU Pueblo de sus pecados.»
El nombre ya le fue asignado y otorgado en el Cielo por cuanto ÉL es el Salvador, el Prometido Redentor de la humanidad, por eso el Ángel NO le dice «le pondrás por nombre Jesús» sino «le llamaras Jesús», ese es Su Nombre, y significa «Dios salva»
Siempre tendemos a enfatizar la Obra expiatoria de Cristo en la Cruz, para luego enfocarnos en Su Gloriosa Resurrección, y parece que queda relegado a un 2º plano Su Vida perfecta, íntegra, intachable, recta y obediente la cual le capacitó para subirse en aquella Cruz y derramar hasta la última gota de Su preciosa Sangre.
I.- JESÚS ES NUESTRO REPRESENTANTE
Además de ser Pleno y Verdadero Dios, cosa que jamás dejó de serlo, ÉL fue verdadero y pleno hombre (excepto que fue impecable y sin pecado) cuya perfecta obediencia a la Ley de Dios le cualificó y le permitió morir por los pecados de Su Pueblo e imputarles, atribuirles Su Justicia, su vida Justa e intachable.
Jesús vino a la tierra para vivir en dependencia humilde y completa al Padre. “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:8)
ÉL, que nació bajo la dispensación de la Ley, la cumplió perfectamente desde la el pesebre hasta el Gólgota, desde Belén hasta Jerusalén, y por eso fue circuncidado al 8º día, fue presentado ante El Señor, y es allí cuando un piadoso hombre llamado Simeón reconoció en Aquel bebé al tan anhelado Salvador, y sobre todo fue bautizado.
¿POR QUÉ SE BAUTIZÓ JESÚS SI ERA IMPECABLE, SIN PECADO?
- Allí, de forma visible y públicamente es ungido de una manera sin límite y sin medida con el Espíritu Santo para Su Ministerio Terrenal, de la misma manera que se hacía con los reyes, profetas y sacerdotes en el Antiguo Testamento (Hechos 10:37-38), implicando así la inauguración de su Ministerio público (ver Isaías 42:1), tal y como audiblemente dijo El Padre desde unos abiertos cielos (Isaías 64:1)
- Allí se identifica con los pecadores, anticipando el momento en que sería ofrenda por el pecado, y dándonos una escena visual y gráfica de Su Muerte y Resurrección.
- Allí da validez al ministerio de Juan «El Bautista», señalándolo como profeta, el precursor anunciado por Malaquías, y por ende, afirmando que ÉL es el Mesías anunciado, prometido y deseado.
Ya, siendo lleno del Espíritu Santo, Jesús tiene un cometido que hacer…
HABÍA UN PLAN DIVINO, UNA CITA PENDIENTE
Lucas 4:1 «Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto»
Mateo 4:1 » Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.«
El Espíritu Santo lo impulsó, lo empujó, lo movió desde el Jordán hasta el Desierto (la palabra es «Ekballein», y es la misma palabra que se usa para referirse que Jesús expulsaba a los demonios); y es que el Espíritu Santo te puede impulsar a llevarte tanto al desierto, así como a verdes pastos, por eso debemos andar en el Espíritu y NO satisfaciendo los deseos carnales (Gálatas 5:16)
Ya se identificó con los pecadores en Su Bautismo, ahora haría lo propio en LAS TENTACIONES, pues ÉL es nuestro Gran sumo sacerdote, NO uno del linaje de Aarón, sino uno Eterno y Superior, del orden de Melquisedec (Salmo 110:4).
Hebreos 4:15 «Porque NO tenemos un sumo sacerdote que NO pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado»
A veces nosotros nos sentimos afligidos y conmovidos ante la tristeza de otro, pero no afectados realmente por esa tristeza, Jesús fue mucho más allá, ÉL sí se sintió realmente afectado por nuestro dolor, nuestra depresión, nuestro llanto y nuestra sensibilidad.
Ver predicación Detalmanera sobre las tentaciones de Jesús: https://detalmanera.com/su-desierto-es-nuestra-victoria-lucas-4/
Tanto Mateo 4, como Marcos 1:12 y Lucas 4 nos narra este magistral episodio de la Vida de Jesús, donde vemos un duelo épico, un cara a cara entra la Simiente prometida en el Edén, y la misma serpiente, el engañador y tentador, Satanás.
Otra vez la serpiente se ve las caras con la cabeza representativa de la humanidad, y otra vez la palabra de Dios en entredicho por ella.
El Plan de Dios fue ponerlo cara a cara con el Tentador, por ello fue llevado por el Espíritu Santo, para probar SU Integridad y demostrar que ÉL esta capacitado para ser el Rey del Reino.
Era algo preparado y orquestado por Dios, que ÉL debía hacer en el Momento adecuado y apropiado; y ese momento es justo cuando EL Padre dice ante todos:
«ERES MI HIJO AMADO EN QUIEN TENGO COMPLACENCIA; PERO ANTES DE IR A LA CRUZ DEBES IR A GANAR LO QUE ADÁN PERDIÓ.»
JESÚS VINO A LA TIERRA A DESTRUIR Y DESHACER LAS OBRAS DE SATANÁS. (1ª Juan 3:8)
Y al igual que en la Cruz, Jesús tuvo que afrontar a solas esta gran y terrible batalla para vencer por nosotros, como Nuestro Representante.
La cabeza del Reino de Dios frente a la cabeza del reino de las tinieblas.
INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE SER HONRADO POR LA VOZ DEL CIELO, ES TENTADO POR LA MISMA VOZ DEL INFIERNO.
Si Adán cayó y cedió su autoridad delegada en un hermoso paraíso con todas las necesidades cubiertas en compañía y con el vientre lleno, el 2º Adán hará lo propio y se enfrentará al tentador en un hostil territorio, con el estómago vacío tras 40 días de ayuno, y en la máxima soledad pero lleno del Espíritu Santo, para vencerlo, destronarlo y revertir lo malogrado.
3 tentaciones fuertes, 3 respuestas concisas y directas desde la misma Palabra de Dios («escrito está…»)
- ÉL NO es un Mesías social, convirtiendo las piedras en pan para satisfacer necesidades, convirtiendo Su Ministerio es una obra de activismo social.
- ÉL NO es un Mesías religioso para dominar y contentar a las masas lanzándose desde lo alto ante la multitud que lo aclamaría lleno de una espectacularidad religiosa sin igual
- ÉL NO es un Mesías político quien pacta y se doblega para conseguir los reinos del mundo, cuando estos por derecho propio de autor le pertenecen.
- ÉL sería un MESÍAS SUFRIENTE, un siervo entregado a servir a Dios, costase lo que costase; y en este caso, Su Vida.
Pero Lucas el evangelista, el médico, aquel que investigó con diligencia para escribir las cosas por orden, nos deja un detalle que parece romper el orden cronológico entre su bautismo (Lucas 3:21-23) y las tentaciones que ocurrieron inmediatamente después (Lucas 4:1-13)
Lucas nos presente entre ambos acontecimientos la GENEALOGÍA DE JESÚS (Lucas 3:23-28), y lo hace, siendo plenamente inspirado por el Espíritu de Dios, para dejarnos bien claro algo, para enfatizar algo.
Normalmente la genealogía, como hizo Mateo, debería estar al principio del Evangelio, pero ¿A mitad de 2 sucesos en orden cronológico?, ¿Qué sentido tiene eso?
Lucas 3:23-28 «Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melqui, hijo de Jana, hijo de José, hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahum, hijo de Esli, hijo de Nagai, hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá, hijo de Joana, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri, hijo de Melqui, hijo de Adi, hijo de Cosam, hijo de Elmodam, hijo de Er, hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquim, hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán, hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salmón, hijo de Naasón, hijo de Aminadab, hijo de Aram, hijo de Esrom, hijo de Fares, hijo de Judá, hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré, hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sala, hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán, hijo de Enós, hijo de Set, HIJO DE ADÁN, HIJO DE DIOS».
Dios en su palabra nos deja bien claro, a través de Lucas, que quien va al desierto a enfrentarse cara a cara con el Tentador, el Adversario, es el Hijo de Dios, el 2º y Mejor Adán, conectándonos directamente y retrocediendo miles de años atrás hasta el Edén, a lo que sucedió entonces allí.
ÉL, como un humano, como un hombre, como Adán mismo, siendo la Cabeza representativa de la humanidad es que ÉL se presenta a esa batalla por nsotros.
ÉL ES EL 2º ADÁN QUE VENCE POR NOSOTROS LO QUE PIERDE EL 1º
En el desierto, Cristo probó Su fidelidad a Su Padre, y ÉL se agradó, se complació, de contentó en el Hijo, al igual que le Hijo en el Padre.
EL DESIERTO FUE UN ANUNCIO Y UNA INTRODUCCIÓN A SU POSTERIOR TRIUNFO EN LA CRUZ.
Satanás pudo con Adán en el Edén, pero NO con Cristo, nuestro Mejor y Verdadero Adán, nuestro representante, nuestro triunfal y victorioso sacerdote, quien venció en las perores y más adversas condiciones, y Él mismo nos ha garantizado que hallaremos tribulación en este mundo, pero NO debemos temer nada, pues ÉL ya ha vencido al mundo (Juan 16:33) siendo NUESTRO REPRESENTANTE.
Para restablecer la relación con Dios hacía falta un hombre que representara la raza humana, que cumpliera a la perfección con la Ley de Dios, y que estuviera dispuesto a morir en sustitución de todos nosotros; y esto NO podía venir de un hombre pecador como todos nosotros (sólo podíamos morir por nuestros propios pecados), tampoco de un maravilloso ángel o arcángel creado.
Lo arruinado, dañado y destruido por Adán, la misma Obra de Dios, es decir un hombre perfecto a la imagen de Dios; sólo podía y demandaba que un hombre perfecto cumpliera con la ley de Dios, es decir, viviera la vida perfecta e íntegra de Dios exige y demanda, y que desde Adán nadie jamás en absoluto ha podido hacer allá donde adán cayó, y así restaurar lo arruinado.
El gran acto de Justicia y de Obediencia del Postrer Adán encierra en sí el remedio total para los males que surgieron del funesto acto de pecado y desobediencia del primer Adán
Fue esta vida perfecta la que lo calificó para ir a la Cruz y morir en nuestro lugar.
Juan 8:29 «Porque el que me envió, conmigo está; NO me ha dejado solo el Padre, porque YO hago siempre lo que le agrada.»
Juan 8:46 «¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros NO me creéis?»
Ni siquiera Pilato, el gobernador romano, en el momento de Su Juicio, pudo hallar culpa alguna en Él (Juan 18:38) y su esposa reconoció a Jesús como un hombre justo (Mateo 27:19). Debemos recordar que Jesús fue “un cordero sin mancha y sin contaminación” (1ª Pedro 1:19).
La vida sin pecado de Jesús lo aprueba para ser un sacrificio por los pecados de los demás (Isaías 53:7-10)
JESÚS NO SÓLO MURIÓ POR NOSOTROS, ADEMÁS VIVIÓ POR NOSOTROS.
Si solamente ÉL debía morir por nosotros, podía haber descendido del Cielo el mismo Viernes para ir directamente a la Cruz y entregarse allí, para ascender al Cielo posteriormente, pero sin embargo es que ÉL vivió 33 perfectos años haciendo la voluntad del Padre (Juan 5:30), cumpliendo con toda justicia (Mateo 3:15).
NO era suficiente que se hiciera hombre, además se requería una vida de perfecta obediencia bajo la Ley de Dios, ya que sin esa perfecta obediencia, todos los demás aspectos de su vida y Ministerio sería en balde.
- Sólo un Adán obediente podría deshacer lo hecho por un Adán desobediente (Romanos 5:12-19)
- Sólo un Cordero limpio y sin mancha podía dar Su Vida por los pecados del mundo (Juan 1:29)
- Sólo el Justo pudo entregarse por los injustos, con el fin de llevarlos a Dios (1ª Pedro 3:18)
- Sólo un Salvador sin pecado alguno pudo haber dado Su Vida en rescate por muchos (Marcos 10:45)
ÉL vino a tener éxito en donde el primer Adán falló en el cumplimiento de la ley de Dios.
Jesús tuvo que hacer lo que Adán (y desde entonces toda la descendencia de él) NO pudo para así poder cumplir con la vida de perfección sin pecado que se requería, y lo hizo para que Su Justicia pueda ser transferida, atribuida, imputada a aquéllos que ponen su fe en Él para recibir el perdón de pecados.
Filipenses 3:9 «(…) y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la Justicia que es de Dios por la fe«
Al igual que el Sumo Sacerdote era el único cualificado para entrar al Lugar Santísimo y ofrecer sacrificio por el perdón de los pecados en el Día de la Expiación (Levítico 16), siempre tras purificarse y ofrecer antes un sacrificio por sus propios pecados, CRISTO pudo ofrecer como nuestro Gran y Mejor Sumo Sacerdote, Su propia Vida en sacrificio por los pecados de Todos, sin antes tener que purificarse, pues ya era Puro, santo y sin mancha, ni ofrecer sacrificio alguno por ÉL mismo, pues era impecable y jamás pecó.
Hebreos 9:14 «¿Cuánto más la Sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu Eterno se ofreció a Sí Mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?»
Sólo Dios, quien es de un valor Eterno, quien es la Vida en Sí Mismo, es que pudo ofrecerla sin medida, constituyendo un sacrificio de igual valor a Él, Eterno y Perfecto; y es por eso que la Biblia es clara y tajante al afirmar que la salvación es únicamente de Dios, por eso a ÉL sea toda la gloria, honra y honor.
¿Quién sino Dios mismo podría soportar la totalidad de la Ira de Dios, y salir victorioso de ella?
¿Quién sino Dios mismo podría en tan sólo 6 horas en la Cruz aguantar y tolerar la totalidad de la Ira de Dios que debía derramarse sobre nosotros durante la eternidad?
Los montes se derritieron como cera delante de Jehová, la Tierra misma se estremece al verlo (Salmos 97:4-5), PERO Aquel que estaba en la Cruz, soportó el peso de la Ira y la Furia Divina
¿POR QUÉ?
El Profeta Nahúm lo expresó así «¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por ÉL se hienden las peñas.»
La Respuesta es: CRISTO, porque ÉL es Dios enteramente.
Tiempo más tarde, en la recta final de Su Ministerio, ÉL va a enfrentar otra durísima prueba, no en un desierto, sino en un jardín, en un huerto, llamado «prensa de aceite», allí, en Getsemaní, al igual que se hace a las aceitunas para extraer el aceite, fue prensado, aplastado y quebrantado.
Aquí se revela el costo enorme y las implicaciones reales y cósmicas de la Cruz, de la maldad del pecado, pero a su vez vemos el corazón, el Amor y la Gracia del Dios-Hombre.
Sus íntimos, los mismos que vieron el destello de Su Gloria en la Transfiguración (Pedro, Jacobo y Juan) serían los testigos de Su Humillación.
Lucas 22:42-44 «diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta Copa; pero NO se haga MI Voluntad, sino la Tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.»
LA COPA QUE ÉL DEBÍA BEBER EN SU TOTALIDAD ERA EL DERRAMAMIENTO DE LA IRA Y LA FURIA DIVINA QUE DEBÍA SOPORTAR DE SU PADRE, QUIEN DEBÍA ABANDONARLO Y DEJARLO A SOLAS.
ADÁN FUE TENTADO, EL POSTRER ADÁN REVERTIRÍA ESA TENTACIÓN; ADÁN CAYÓ, EL POSTRER ADÁN DEBE SER JUZGADO.
Y esto nos lleva necesariamente al siguiente punto del estudio, donde vemos que Jesús fue nuestro sustituto, quien nos remplazó, colocado en el lugar del impío y malvado pecador.
Jesús es nuestro REPRESENTANTE en el sentido que SU Vida, la cual es recta y limpia, pasa a ser la nuestra mediante una fe genuina, al identificarnos con ÉL, siendo injertados y arraigados a ÉL, de manera que Dios NO te ve a ti, ve a Su Hijo en quien se complace, y por consiguiente, a ti que estas en ÉL, y Él en ti.
SU Justicia es puesta a tu cuenta, como si nos hubiera cubierto con un manto nuevo, Dios está complacido de todo, pues EN Cristo, el hombre es justificado por la justicia y la vida de ÉL, ya que Sus méritos positivos son contados a nuestro favor.
Romanos 5:19 b «(…) así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.»
Estudio Detalmanera sobre la Justificación:https://detalmanera.com/como-se-justifica-una-persona-delante-de-dios/
La Obediencia de Cristo como Cabeza federal y representativa de la nueva humanidad, es el elemento formal y decisivo, para que pase a la nueva familia la Vida, de igual manera, que la desobediencia de adán (la otra cabeza federal y representativa) lo fue para muerte y condenación
II.- JESÚS ES NUESTRO SUSTITUTO
Ahora hemos llegado al momento más crucial, determinante y decisivo de la HISTORIA REDENTORA, una historia que abarca muchísimo más allá de la noche del Viernes (Muerte) y de la mañana del Domingo (Resurrección).
Se trata de una historia que va desde la eternidad pasada hasta la futura, desde el Pacto Redención en el que el Dios Trino, antes de la fundación del mundo, acuerda todo el desarrollo y el despliegue de dicho Plan, hasta el clímax y la consumación de este en la Glorificación final, con unos nuevos cielos y una nueva tierra.
Pero si hay un evento crucial y rotundo, este se produjo en la capital del reino, el día viernes de la festividad de la Pascua del año 33 dC, cuando allí no sólo estaba su verdadero Rey, sino que éste sería precisamente el inmolado e inmaculado CORDERO DE DIOS.
Enlace a una serie expositiva e estudios sobre ISAÍAS 53:https://detalmanera.com/category/isaias-53/
SIN LUGAR A DUDAS ES EL SUCESO MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD, CON MUCHÍSIMA DIFERENCIA.
Juan 12:27 «Ahora está turbada Mi Alma; ¿Y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.»
Un agitado Jesús ya empieza a sentir el horror que implica ser objeto de la Ira derramada y vertida de Dios entera y únicamente sobre ÉL, precisamente a causa de ser nuestro sustituto.
La Perfecta Justicia de Dios exigía y requería que quien debía morir debía ser un hombre.
¿POR QUÉ?
Un hombre cayó, pecó y se reveló a Dios, un hombre debe morir.
El hombre quebrantó la Ley de Dios, el Hombre debía morir bajo SU Ira, con el peso de SU absoluta y perfecta Justicia, con todo el furor de Su Ira, tal y como demanda y exige Su Santidad. (ver Ezequiel 18:4 y Romanos 6:23).
Todo el Magistral Procedimiento de Dios tiene su broche de oro en la penúltima frase de un abatido y jadeante Jesús, quien aguardó su último hálito de vida para lanzar un grito al mundo y decirle que todo se acababa de cumplir, que todo estaba consumado y concluido («¡Consumado es!»)
Inmediatamente después a estas palabras, el velo del Templo que separaba el Lugar Santo del Santísimo se rasga desde arriba (Mateo 27:51), simbolizando el fin al sacerdocio veterotestamentario, así como a los sacrificios, y la apertura al acceso al Padre a través única y exclusivamente por y en ÉL.
El Santo quien aborrece y detesta el pecado, toma sobre Sí Mismo de forma voluntaria los pecados del mundo, llevando nuestra culpa, siendo completamente abandonado por El Padre quien vertió y derramó Su Ira y Su castigo acumulados desde Génesis 3 sobre ÉL.
DIOS HIJO JUSTICIA, NO EN TI, SINO EN CRISTO, EL JUSTO, QUIEN FUE HECHO PECADO.
Jesús es nuestro SUSTITUTO en el sentido que el ocupó el lugar del reo, del detenido, de los transgresores de la Ley, del acusado ante el Juez, pagando con Su Muerte el precio del pecado para que los pecadores ahora puedan ser redimidos; ya que la muerte es la paga del pecado, fue necesario gustar la muerte por todos (Hebreos 2:9)
Romanos 4:25 «el cual (Jesús) fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.»
Gálatas 1:4 «el cual (Jesús) se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre»
Hebreos 9:28 « así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.»
2ª Corintios 5:21 «Al que NO conoció (No experimentó pecado, pues es Impecable) pecado (Santísimo Hijo de Dios), por nosotros (le fue atribuido a Jesús todo lo malo nuestro) lo hizo pecado (Maldición y ofrenda por el pecado), para que nosotros (a nosotros nos es atribuido todo lo bueno de Su vida Justa) fuésemos hechos Justicia de Dios en ÉL (por cuanto estamos identificado con ÉL mediante la fe genuina y viva, como un pámpano a la Vid) »
DIOS TRATÓ A CRISTO COMO DEBIÓ TRATARME A MÍ, PARA TRATARME A MÍ COMO SE MERECE CRISTO.
Dios trata a Cristo como debió tratarnos a nosotros, atribuyéndole todo lo malo nuestro, nuestras iniquidades, nuestros pecados, pero NO acaba aquí (por si fuera poco), pues de la misma manera, a nosotros nos atribuye todo lo bueno de ÉL, Su Vida Santa, Perfecta y Justa como si fuera la nuestra, y es por eso que ÉL tuvo que vivir una vida completa, obediente y dependiente de Dios, cumpliendo con toda Justicia, para que un día eso nos sea atribuido si nos acercamos e identificamos con «Aquel que fue contado entre los transgresores»
Cristo NO sólo elimina y quita nuestra culpa en base a lo que hizo en la Cruz, sino que además nos otorga Su Vida Justa en base a Su Obedeciente y perfecta vida de 33 años. NO se trata de una resta, es mucho más que una suma.
CUANDO DIOS MIRÓ A LA CRUZ NO VIO A SU HIJO, NOS VIO A NOSOTROS; CUANDO ÉL NOS MIRA HOY A NOSOTROS NO TE VE A TI, ÉL VE A SU HIJO.
NO se trata solamente de ser perdonado al pagar la deuda contraída, se trata de ser Justo ante ÉL, y es por Su Vida entera, al igual que Su Obra Perfecta dejando una cruz ensangrentada y un sepulcro abierto y vacío, que Dios ha provisto toda la base para ello.
Fue precisamente la RESURRECCIÓN, la prueba y garantía de que Dios aceptó la Obra Perfecta de Cristo, siendo el «visto bueno», el Amén del Padre, quien quedó satisfecho, y como señal nos expuso al Resucitado.
Si la Muerte del crucificado es la base de nuestra Justificación, es la Resurrección la prueba de ella, de que hemos sido declarado justos; y es por ello que hoy vivimos con paz, gozo, esperanza y fe, porque ÉL se levantó para vivir de nuevo con un cuerpo glorificado
Juan 14:19 «Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque YO vivo, vosotros también viviréis.»
ÉL ha planificado la Redención, ÉL ha logrado la Redención, y es por medio del Espíritu Santo que ÉL aplica en todo aquel que en ÉL cree toda la Redención.
PLANEADA POR EL PADRE, EJECUTADA POR EL HIJO Y APLICADA EN NOSOTROS POR EL ESPÍRITU.
En esta 1ª SECCIÓN (estudios 1 al 7) hemos visto la Redención, la gloriosa Salvación EN Cristo desde la óptica de Dios, empezando desde la Planificación en la pasada eternidad, pasando por la caída e inmediata promesa de la simiente que revertirá todo el mal acaecido, trazando por ella todo el despliegue panorámico que se dio soberana y providencialmente a lo largo de todo el Antiguo Testamento, hasta la llegada del Tiempo Perfecto de Dios, cuando ésta nacería de una virgen para vivir, como el 2º Adán la vida que el 1º ( y con él, todos nosotros) debíamos vivir y NO hemos podido debido a nuestra caída condición pecaminosa; capacitándolo como nuestro Representante, por ello a entregarse a Sí Mismo en una Cruz por todos nosotros, sustituyéndonos, como nuestro Sustituto, quien lucha, vence y sufre en solitario el desamparo y rechazo de Dios.
Desde ahora en adelante, en la 2ª Sección, vamos a ver cómo Dios aplica estas realidades en cuanto a la Redención a nosotros; es decir, llamado Universal, el Nuevo Nacimiento o Regeneración, la Fe y el Arrepentimiento, la Justificación sola por fe, la Adopción, la Santificación progresiva, la Seguridad EN Cristo, y finalmente, la Glorificación final.