Hoy quiero escribir acerca del que para mi es uno de los hombres más grandes de todo el Antiguo Testamento. Un hombre que puso fin y puso principio a una nueva etapa en las Escrituras.
Se trata del último de los Jueces y el Profeta encargado de Ungir al primero de los Reyes de Israel, hoy quiero escribir acerca de SAMUEL.
Samuel desempeñó los oficios de Sacerdote (servía en el templo), Juez ( gobernaba Israel) y Profeta ( hablaba de parte de Dios al Pueblo). Y si bien dará para un estudio extenso que le trate de hacer mayor justicia tanto a esos oficios como a su Tipología con Nuestro Señor Jesucristo, hoy quiero exponer otra porción de la Escritura para que observemos unos detalles que a veces nos pasan desapercibidos y los cuales deberíamos tener muy presentes puesto que TODA la Escritura es útil, como bien decía el Apóstol Pablo a Timoteo.
En la parte final del libro de Jueces podemos leer la corrupción en la que el país se encontraba, como bien resalta un versículo varias veces repetido y que pone fin al libro de Jueces:
¨En estos días NO había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía¨.
Y es en ese tramo final del libro de Jueces donde también podemos ver como el grado de Apostasía estaba muy presente en quien precisamente más ejemplo debía dar y mayor combate contra ello debía presentar. Se ven dos sucesos protagonizados por Levitas, tribu que estaba llamada a realizar una función más dedicada a Nuestro Dios y de la que Nuestro Dios era su heredad incluso.
La corrupción producida por una cada vez mayor apostasía estaba según pasaba el tiempo más presente en todas partes.
En 1 de Samuel, en el capítulo 1, se nos presenta como el padre de Samuel, Elcana, iba cada año a presentar sacrificios a Dios y se nombra por primera vez a dos sujetos, Ofni y Finees, que como la propia Escritura nombra, eran verdaderos hijos de belial (1 Samuel 2:12 TXT) y NO tenían conocimiento de Dios.
Aquí encontramos un fallo garrafal de su padre Elí, ya que NO enseñaba la Palabra a sus propios hijos, sacerdotes, y si no la enseñaba a su propia descendencia, como esperar que la enseñara al resto del pueblo…
Se nos presenta a Ana, esposa de Elcana, no había tenido hijos y sufría por ello. Pues en aquellos tiempos el no poder tener hijos era motivo de mofa y vergüenza pública. Mujer piadosa, que ante su angustia clama a Dios.
1 Samuel 1:10-13 RVR 1960
10 «ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.
11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
12 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella.
13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.»
Tan poco acostumbrado estaba el sumo sacerdote Elí a ver una mujer piadosa orando a Dios con fe, que la confundió con una mujer ebria.
Ana hizo voto a Dios que si le daba un hijo, lo consagraría a Dios desde jóven. Y dice la Escritura que Dios le dio un hijo varón, SAMUEL se llamó por cuanto lo pidió a Dios.
Ana se excusó en subir a las fiestas anuales hasta que fuera para dejar a vivir allí a su hijo Samuel. Un niño llamado a ser un hombre grande entre el pueblo de Israel.
El primer capítulo de 1 de Samuel como se puede observar narra el nacimiento de Samuel. Ya en su capítulo 2 podemos observar, tras el «Magnífica de Ana» agradeciendo a Dios, el contraste entre los hijos del Sumo Sacerdote Elí, Ofni y Finees y el jóven Samuel.
Estos dos sujetos, descritos como verdaderos impíos, como hombres que habían contaminado el sacerdocio. Vivían en el centro mismo de la adoración de Dios y NO tenían conocimiento de Dios ni temor de ÉL.
1 Samuel 2:13-16 RVR 1960
13 «Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres dientes,
14 y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo.
15 Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.
16 Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.»
Cuan peligrosas son las costumbres… y es que TODO debe pasar el filtro de la Palabra y lo que no lo pase, debe ser desechado, como bien podemos observar, personas no instruidas en la Palabra pueden establecer costumbres que nada tengan que ver con la Verdad Bíblica.
Ellos profanaban las ofrendas, cogiendo para si parte que no les correspondía, incluso a la fuerza pues había hombres que no veían de manera correcta aquello y ante ellos empleaban la fuerza. Grande era el pecado de Ofni y Finees.
Debemos examinar las costumbres con las que se conviven si pasan o no el filtro Bíblico, pues de no ser así, podríamos estar no sólo nosotros conviviendo con un pecado grave, sino que también llevar a otros a menospreciar el servicio a Dios.
1 Samuel 2:17 RVR 1960
«Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová.»
PERO mientras estas atrocidades se cometían, Dios NO permanecía quieto, el sustituto de esta perversa generación ya estaba realizando sus primeros servicios:
1 Samuel 2:18-19 RVR 1960
18 Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino.
19 Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado.
Desde joven ya servía a Dios en obediencia a Elí, pues los más aptos gobernantes son los que han aprendido a obedecer. Y es curioso resaltar, que la madre de Samuel cada año le llevaba una túnica nueva. Tal era la corrupción que la madre de Samuel NO quería ni siquiera que se pusiera las túnicas. Ese es un ejemplo de la comunión que debemos de tener con el pecado, CERO.
Y tras dar un repaso a los eventos que contextualizan al llamamiento de Samuel, quiero ahora resaltar ciertos detalles:
1 Samuel 3:1-4 RVR 1960
El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la Palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; NO había visión con frecuencia.
2 Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver,
3 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,
4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.
- ¨El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí¨ para mayor vergüenza de su propio padre, Samuel desde joven era diligente y consagrado en el servicio a Dios y lo hacía en presencia de Elí, en obediencia a él. Cosa que los hijos de Elí despreciaban a su padre y el servicio a Dios.
- ¨La Palabra de Jehová escaseaba en aquellos días¨ el pueblo andaba muy alejado de la Palabra de Dios, en consecuencia, estaba en un grado de apostasía altísimo. Se tenía dejada y olvidada la Palabra. Los sacerdotes no estaban cumpliendo con sus cometidos fielmente.
- ¨NO había visión con frecuencia¨ cuando la Palabra de Dios no está presente, no puede haber dirección por parte de Dios. Es fundamental el conocimiento de la Palabra de Dios.
- ¨Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver¨ la dejadez en el servicio y la Palabra conllevan a que tu vista comience a oscurecerse, no sepas seguir avanzando, no sepas hacia donde dirigirte.
- ¨Samuel estaba durmiendo en el Templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada¨ ya no sólo se ve el contraste con sus hijos, mientras Elí se encontraba en dejadez en su aposento, Samuel se encontraba muy próximo a la presencia de Dios. Antes que la lampara de Dios se apagase, antes de que en apariencia la Luz de Dios que guía a los hombres se apagase.
- ¨Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.¨ Dios llama al que sería la nueva lampara del pueblo, una persona que iba a representar como conviene a Dios, que iba a llevar la Palabra de Dios nuevamente al pueblo.
Tristemente en el mundo actual, no sólo la sociedad vive alejada de Dios. Viven lejos de Nuestro Señor Jesucristo, viven lejos de su consejo, de sus principios y enseñanzas. Viven lejos de la Lampara de Dios. Pero si triste es que la sociedad viva así, aún más triste es que las congregaciones, los que se dicen ser embajadores de Nuestro Señor en este mundo, los que están llamados a predicar SU Glorioso Evangelio, los que deben en obediencia a su Señor mostrar al Mundo su manera diferente de vida NO acomodada a este siglo. Los que por amor a quien los amó primero, a quien murió en LA CRUZ por su Iglesia, están siendo muy negligentes con la misión encomendada en la Escritura.
Grave problema en las congregaciones actuales, obreros con escaso o nulo conocimiento Bíblico. En muchos casos continúan costumbres heredadas, que si bien en apariencia puedan parecer piadosas, pueden estar en contra de la enseñanza Bíblica. Jóvenes, presente y futuro de las congregaciones, enredados en actividades que si verdaderamente se evalúan, para poco aprovechan y de poco fundamento espiritual les provee. Esa generación que debe ir a los Institutos, Universidades y diversos centros de formación a ser testimonio, a predicar el Evangelio, resulta que conocen mucho de tradiciones, pero no conocen lo suficiente la Escritura como para presentar defensa de Nuestra Fe.
Desde DETALMANERA hacemos un llamado a todos nuestros lectores, todos podemos ver como se avecinan tiempos difíciles, empleemos el tiempo de manera diligente y con provecho. Estudiemos con responsabilidad la Palabra, pasemos tiempo con Nuestro Señor en Oración. Y quiero finalizar con una porción escrita por el Apóstol Pablo a la Iglesia en Tesalónica.
1 Tesalonicenses 5:21-23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
21 Examinadlo todo; retened lo bueno.
22 Absteneos de toda especie de mal.
23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Examinemos todo con lo que convivimos, quedémonos con lo que realmente pasa el filtro Bíblico. Abstengámonos de toda especie de mal y Nuestro Dios de paz nos santifique por completo hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo.