¿CÓMO LLEGÓ Y SE ESTABLECIÓ EL MENSAJE DEL EVANGELIO EN ÉFESO?
¿CÓMO Y QUIÉN FUNDA Y ESTABLECE ESA IGLESIA?
¿QUÉ OCURRIÓ CON ESA IGLESIA?
En el regreso de su 2º viaje misionero, el APÓSTOL PABLO abandona, después de un año y medio, Corinto tras haber formado un equipo y un liderazgo sólido con Gayo, Sóstenes, Crisóstomo y Crispo, y tras hacer un voto nazareo, en forma de agradecimiento a Dios, dice Hechos 18:19 que llegó a ÉFESO, la ciudad más importante de Asia Menor, donde se quedaron Aquila y Priscila (su casa era el lugar de reunión de la iglesia, a tenor de 1ª Corintios 16:19).
Es curioso que en la ida de dicho viaje misionero el Espíritu Santo NO le dejó, lo que sí le fue permitido a su vuelta, y es detenerse en Éfeso (Asia Menor).
NO fue un «NO» la respuesta de Dios Espíritu Santo, sino más bien fue un «espera, ahora mismo NO»
EL ESPÍRITU SANTO ES EL SOBERANO DIRECTOR MISIONERO PARA PABLO
AQUÍ LLEGA EL PODEROSO MENSAJE DEL EVANGELIO A ÉFESO
Hechos 18:24 nos dice que hasta Éfeso llegó un tal Apolos de Alejandría (Egipto), seguidor de Juan “El bautista”, quien recibió instrucción y formación de parte de Aquila y Priscila, hasta llegar a convertirse en un elocuente predicador de Cristo (1ª Corintios 1:12)
Pablo, en medio de muchos ruego para que se quedase, abandona Éfeso, pues en su corazón está hacer un voto nazareo en el Templo de Jersusalen.
En el siguiente capítulo, Hechos 19, llega Pablo nuevamente a Éfeso (Apolos ya estaba en Corinto), cumpliendo la promesa que les hizo a los éfesos al irse, de que volvería a visitarles (Hechos 18:21)
De manera similar que Juan El Bautista precedió a Jesús, Apolos precedió a Pablo en cuanto a la predicación del Evangelio en Éfeso.
AQUÍ REALMENTE COMIENZA EL MINISTERIO DE PABLO EN ÉFESO
Ver el contexto y los aspectos generales de la Carta a los efesios: https://detalmanera.com/i-vision-panoramica-efesios/
Allí se encuentran con unos discípulos de Juan “El Bautista”, 12 concretamente, quienes aún no tenían el pleno entendimiento de la fe ni de la Gracia EN Cristo, ni sabían nada del Espíritu Santo.
Su entendimiento del Evangelio, de la Redención llegaba hasta el precursor del Señor, hasta el Bautista.
El mensaje de Juan apuntaba a Jesús, pero por si mismo NO llevaba a los hombres hasta ÉL, hasta El Salvador.
Pablo les predica fielmente el Evangelio de salvación, ellos lo creen, y como testimonio se bautizan, luego les impone las manos y, al igual que pasó en Pentecostés, recibieron el bautismo del Espíritu Santo, y hablaban lenguas (Hechos 19:2-6)
Pablo predicó con Poder y denuedo, en medio de la oposición, durante 3 meses en la sinagoga (nunca Pablo estuvo tanto tiempo en una sinagoga predicando a Cristo)
Luego Pablo dejó la Sinagoga para enseñar unas horas en la escuela de Tirano durante 2 años, día tras día (1ª Corintios 16:7-9).
¡Cuánta enseñanza pudo salir de allí, día tras día, durante 2 años!
Con razón Pablo escribe a ellos mismos, a los efesios una epístola corta, pero tan profunda que es sencillamente sublime y sin igual.
De allí, de ese centro de operaciones, se proclama y se divulga el Evangelio por toda Asia
Es justo allí donde escribe 1ª y 2ª de Corintios, así como las 2 cartas perdidas que se aluden en las mismas.
Durante esos 2 años se convierten muchos, y estos se esparcen por Asia menor, fundándose (en esos 2 años) las iglesias de Colosas, Hierápolis y algunas más que se aluden en Apocalipsis 2-3.
Hasta Pablo le traen enfermos y endemoniados, y en medio de milagros y señales de un Apóstol, son sanados (aún con paños de sudor suyos); y en medio de ese contexto surgen charlatanes y falsos curanderos o milagreros que intentaron imitar o duplicar el Poder de Dios, pero el ministerio del Apóstol Pablo era tan poderoso que muchos de ellos, en arrepentimiento y temor de Dios, se juntaron para quemar ante todos, sus libros que contenían las prácticas de ocultismo, diciendo la Palabra de Dios, que la cantidad total de lo quemado y destruido era desorbitada, era 50.000 piezas de plata, es decir, el equivalente al salario de 50.000 días de un obrero normal (aproximadamente de 1 a 5 millones de euros podríamos decir).
Renunciaron a lo demoníaco confesando y quemando sus libros de magia, sin importar el alto valor que tenían.
Los milagros realizados por medio de Pablo sacudieron los mismos fundamentos y cimientos de una pagana e idólatra sociedad de Éfeso, y el nombre del Señor Jesús fue magnificado, glorificado y exaltado ante todos.
Pablo, dice Hechos 19:21, se propuso en su espíritu ir a Jerusalén y a Roma, siendo esta ciudad, la capital del Imperio, su meta y objetivo final (Hechos 28:16), pero antes de eso Pablo afronta un gran alboroto en Éfeso.
Un alboroto y un problema no pequeño, como dice Lucas; un gran disturbio.
Es importante saber que en Éfeso se hallaba el famoso Templo de la diosa Diana o Artemisa, el templo griego más grande jamás construido y una de las 7 maravillas del mundo antiguo, pero Pablo predicaba sobre otro Templo, uno mucho mayor, mucho mejor, mucho más glorioso, uno espiritual que es el creyente en quien mora el Espíritu Santo de Dios.
La predicación de Pablo era una seria amenaza contra la idolatría que había en ese templo, bonito, sí, pero muerto espiritualmente, y es por eso que se levantan contra él.
Pablo NO estaba en una campaña para cerrar el templo de Diana; él solo hizo la obra de Señor, que es predicar el Evangelio de Cristo, pero es cierto, que cuando la gente venía a Jesús, naturalmente dejaban de adorar a esa falsa diosa Diana y de comprar santuarios y otros artilugios asociados con el templo.
Ser luz en medio de la oscuridad, y predicar la verdad en medio de la mentira tiene un alto precio, y Pablo lo pagó bien caro.
Un platero que se dedicaba a hacer ídolos pequeños, y figuras pequeñas de Diana o del templo, llamado Demetrio se va a oponer a Pablo, pues e Mensaje de Pablo supone pérdidas a sus ganancias, es decir, el avance de la verdad eran pérdidas para los idólatras de Éfeso.
¡”Cómo se atreve ese tal Pablo a insultar y a faltar el respeto a nuestro Templo y a nuestra gran diosa Diana!”
Demetrio llenó Éfeso, una ciudad comercial, llena de inmoralidad, paganismo e idolatría, de odio contra Pablo, y gritaban lo siguiente durante las siguientes horas:
“¡Grande es Diana de los efesios” (Hechos 19:28)
Hoy esta oscura y tolerante sociedad grita constantemente lo mismo:
“¡Grande es mi equipo deportivo!”
· “¡Grande es mi partido político!”
· “¡Grande es la economía consumista y materialista!”
· “¡Grande es la pornografía en internet!”
· “¡Grande es el emborracharse, drogarse o los placeres pasajeros y mundanos!”
Pero, si al igual que Pablo, uno dice: “Grande es el Señor Jesucristo”, es considerado como un auténtico extraño o loco.
Llevaron, de una manera violenta, a 2 colaboradores de Pablo al teatro (Gayo y Aristarco), y un valiente Pablo quiere ir hasta allí, pero no le dejan, no se lo aconsejan por la tensión del momento.
Pablo ya pasó algo muy similar en Listra, donde fue apedreado, y dejado casi prácticamente muerto.
La turba enajenada, y fuera de control se agolpó en el teatro, y allí reinaba la confusión sobre qué hacer, similar al juicio entre Jesús y Barrabás.
Intervino el escribano (alcalde Éfeso), quien era el intermediario entre el concilio municipal y las autoridades romanas, y quien sería el responsable absoluto del alboroto que se estaba levantando allí.
Esta figura con autoridad recomendó e instó a no hacer nada de forma precipitada ni por los cauces incorrectos, sino que se hiciera ante el Tribunal con los cargos legales.
Y es curioso, que al igual que Pilatos en el Juicio a Jesús, este alcalde de Éfeso en Hechos 19:37, declara inocente a Pablo, y a sus colaboradores.
Aquí, después de esto, de este tremendo alboroto, se va a poner fin al Ministerio de Pablo en Éfeso, tras 3 años allí, NO sin antes mencionar que si Diana, esa grande de Éfeso, es olvidada por el mundo, hoy millones y millones adoran y veneran al Señor Jesús, y viven por y para ÉL.
LOS ÍDOLOS Y LOS FALSOS DIOSES TIENEN FECHA DE CADUCIDAD, CRISTO VIVE POR Y PARA SIEMPRE.
Dios obró poderosamente en Éfeso, pero también es cierto que el Diablo, que satanás también se estaba moviendo allí, de manera que Pablo en el capítulo 6 de la carta que más tarde les mandará (Efesios), allí les hablará de lo que ellos vivieron, y vivirán, esto es, la batalla y la guerra espiritual.
Ver estudio referente a la Batalla espiritual: https://detalmanera.com/xiii-batalla-espiritual-efesios-610-20/
Tras este gran distrubio, parte desde Éfeso para ir a Macedonia, llegando a Grecia y visitando todas las iglesias que él estableció: Atenas, Corinto, Tesalónica, Berea y Filipos.
Ya nadie podía quitarle la idea de ir hasta Jerusalén, lo que no sabe aún es que, efectivamente lo haría más tarde, pero sería encadenado y custodiado.
Llega a Corinto (Gracia), y allí escribe la epístola a los Romanos, y tras sufrir muchísima oposición, sobre todo por los propios judíos y compatriotas suyos, decide volver por Macedonia, en compañía de diversos representantes oficiales de las iglesias (Hechos 20:4)
Hacen una parada de 7 días en Troas, donde enseñaba hasta altas horas de la noche (Hechos 20:7), hasta que ocurrió una desgracia que se transformaría en un poderoso milagro.
Ya sea por que ese último sermón de Pablo en Troas se alargó más de la cuenta, por las emisiones de las lámparas para iluminar o ya sea por el cansancio, pero resulta que joven que estaba sentado en la ventana, y que se llamaba Eutico cayó desde el tercer piso y murió al instante.
Pero Pablo, un hombre de fe, Apóstol de Jesucristo y lleno del Espíritu santo dijo que no se preocuparan, y tras echarse sobre el joven, éste volvió a la vida; y después continuó con esa última predicación de vigilia a los de Troas.
Por cierto quien atestigua esto, siendo plenamente inspirado por el Espíritu Santo es Lucas, un médico, que mejor que nadie podía conocer que este joven primero murió realmente, y luego su vida fue restaurada.
Una parte de la compañía misionera de Pablo (donde estaba Lucas, el autor de Hechos) se embarca hacia Asón (32 kilómetros de Troas), donde recogerán a Pablo, quien ha decidido llegar hasta allí por tierra, con el único fin de predicar a Cristo y este crucificado allí por donde iba.
Cuando se reúnen todos, llegan navegado hasta el puerto de Éfeso, Mileto.
Allí, a unos 50 kilómetros de Éfeso, aún tiene en su corazón esta preciosa iglesia, y manda llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso a que se reúnan con él, a que se reúnan por última vez aquí en la tierra con él.
Aunque tenía prisa por llegar hasta Jerusalén y celebrar allí Pentecostés, aquí vemos su corazón pastoral en todo su esplendor, y Lucas nos deja registrado el único discurso de Pablo a creyentes, a una iglesia.
Un discurso tierno, sobrecogedor, triste pero gozoso, y único.
Hechos 20:18-38 “Vosotros (le habla a los ancianos de Éfeso, quienes representaban a la iglesia) sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo (Pablo les lleva al Pasado para que se acuerden), desde el primer día que entré en Asia (el principio que entró en Éfeso), sirviendo al Señor con toda humildad (muy contrario a los judaizantes legalistas), y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos (el ministerio de Pablo siempre estuvo marcado por las persecuciones que afrontó); y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros (NO dejó ni permitió que nada ni nadie le impidiese predicarles de Cristo), públicamente (en las sinagogas durante 3 meses) y por las casas (concretamente en la escuela de Tiranno por 2 años), testificando a judíos y a gentiles (pues es el mismo Evangelio para TODOS) acerca del arrepentimiento para con Dios (Hechos 2:38 y 26:20), y de la fe en nuestro Señor Jesucristo (arrepentimiento y fe es lo que Dios demanda y exige de todo hombre). Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, (Pablo tenía en su mente, en su corazón y en su espíritu ese viaje, aún sin saber exactamente los problemas que allí sufriría; ver Romanos 15:31 y Hechos 21:10-11 ) sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso (Pablo se colocaba únicamente en las manos del Soberano Señor), ni estimo preciosa mi vida para mí mismo (su propia vida terrenal le pertenecía al Señor; ver Filipenses 3:10 y 2ª Timoteo 4:7), con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios (su carrera, su lucha, su propósito NO fue otro que predicar el Evangelio a todos, que edificar a la Iglesia de Cristo). Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el Reino de Dios, verá más mi rostro (sabía que jamás volvería a ver físicamente en la tierra a la iglesia de Éfeso, que era una real y auténtica despedida,; de ahí la imperiosa necesidad de hacerlos venir desde Éfeso hasta Mileto). Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre («soy libre de culpa» en cuanto a mi encomienda dada por el Señor como embajador de ÉL) de todos (os he dado Cristo, os he expuesto a Cristo, os he expuesto realmente todo, NO tengo más que daros, salvo Cristo y este crucificado); porque NO he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios (toda la Palabra de Dios, en cuanto a la salvación y santificación del hombre). Por tanto, mirad por vosotros (habla directamente a los pastores, ancianos de Éfeso), y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos (Supervisores, ancianos, pastores o presbíteros), para apacentar (alimentar, cuidar, guiar) la iglesia del Señor, la cual ÉL (Cristo nos redimió y nos compró y adquirió con Su Propia Vida) ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán (ahora Pablo les habla en un tiempo futuro) en medio de vosotros (NO vendrán solamente de afuera, sino que saldrán desde dentro de la iglesia) lobos rapaces (Mateo 7:15), que NO perdonarán al rebaño (1ª Timoteo 1:3-7, 1:19-20, 6:20-21). Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas (2ª Timoteo 4:3) para arrastrar (2ª Pedro 3:16) tras sí (NO hablarán de Cristo, sino de ellos mismo, agradando a la carne, con un mensaje emocional, humanista y antropocéntrico) a los discípulos. Por tanto, velad (vigilar, estar en alerta, ¡¡Cuidado!! Ver Gálatas 1:6 y 2ª Corintios 11:4), acordándoos que por tres años, de noche y de día, NO he cesado de amonestar (predicaba la verdad, y exponía, denunciaba la mentira) con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo (los encomienda a 2 cosas: a Dios y a SU poderosa y Divina Palabra) a Dios, y a la palabra de su gracia (La Biblia es la fuente de crecimiento espiritual, 1ª Tesalonicenses 2:13, 2ª Timoteo 3.16-17 y 1ª Pedro 2:2), que tiene poder para sobreedificaros (es útil para capacitar al hombre, para santificarlo y para renovar su entendimiento) y daros herencia con todos los santificados. Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado (Pablo era muy diferente a esos lobos rapaces que está denunciando, en él NO había interés alguno, salvo Cristo y la Iglesia). Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido (Pablo trabajaba y reparaba tiendas de campaña para sostenerse, Ver Hechos 18:3). En todo os he enseñado (su conducta era para los efesios un ejemplo, 1ª Corintios 4:12, 1ª Tesalonicenses 2:9 y 2ª Tesalonicenses 3:8) que, trabajando así, se debe ayudar (el propósito de su trabajo NO se centraba en él, sino en a Iglesia) a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús (única mención de Jesús NO registrada en los evangelios, Ver Juan 21:25), que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró (última vez que oró con ellos) con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de todos (emoción afectos extremos); y echándose al cuello de Pablo, le besaban, doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que NO verían más su rostro (en la tierra, pues en la Gloria Venidera estarían una eternidad juntos adorando al Señor) . Y le acompañaron al barco (en el Puerto de Mileto).»
Después de estas emocionantes palabras, no exentas de bonitos y tiernos gestos y de muchas lágrimas, Pablo puso rumbo a Jerusalén.
Pocos años más tarde, siendo prisionero en una prisión en Roma, él escribiría precisamente la carta que con este libro hemos tratado de estudiar, analizar y exponer, EFESIOS.
Unos 30-40 años después de esta despedida final de la iglesia de Éfeso es Jesús, quien, a través de la revelación a Juan en Patmos, va a hablar a la iglesia de Éfeso, en Apocalipsis y les felicita por:
- Arduo trabajo por y para el Reino
- Perseverancia y Resistencia
- NO se dieron por vencidos, y lucharon, oponiéndose a los falsos maestros y apóstoles
PERO tenía algo más que decires, y es, que dejaron, se olvidaron, se enfriaron de su primer amor con el que un día recibieron a Cristo por medio de Pablo.
Para un estudio completo, sistemático y expositivo de toda la Epístola a los Efesios: https://detalmanera.com/category/estudio-epistola-efesios/