07:49 de la mañana del 07 de Diciembre de 1941. Ese día, y a esa hora, se produjo un ataque militar sorpresa por parte de la Armada Japonesa contra la base naval de EEUU en Pearl Harbor, Hawaii. Casi 2.500 personas murieron, además de 1.200 heridos. El piloto líder de esa brutal ofensiva era Mitsuo Fuchida, de 39 años. Tras este ataque, quedó devastado, hecho trozos por el odio y venganza que tenía y por todo el daño ocasionado, y su vida cambió cuando conoció la historia de una joven americana llamada Peggy Covell, quien perdonó a los soldados japoneses que mataron a sus padres, misioneros cristianos en Filipinas. El piloto japonés Fuchida, desde entonces, comenzó a investigar del cristianismo, a leer la Biblia y en 1950 se convierte finalmente al cristianismo e inicia una vida de evangelista con un mensaje de perdón, restauración y reconciliación. Cómo una historia de perdón cambió toda una vida. El perdón viene, cuando sabes que has sido perdonado. Hoy voy a hablarte de una historia de perdón.
De las 13 cartas que llevan la firma y la autoría del Apóstol Pablo, 9 fueron para iglesias locales, cuyo contenido es meramente doctrinal donde trataban además de solventar circunstancias o problemas que estaban ocurriendo, 3 fueron a compañeros de trabajo, de la obra, y son, por así decirlas, Pastorales (1ª y 2ª Timoteo y Tito), y hay una, que es una carta personal y privada (aunque en la propia carta dice que se lea ante la Iglesia). Se trata de la más corta y breve de todas las que él escribió, ya que consta de sólo de 1 capítulo de 25 versículos, y para colmo, la escribió desde una cárcel en Roma (Hch. 28:16 y 30), allá por el año 61-62 DC. Es una de las cartas de la prisión, junto a Efesios, Colosenses y Filipenses.
De hecho es considerada como un apéndice de Colosenses, ya que ambas fueron escritas por Pablo bajo las mismas circunstancias, y fueron llevadas a su destino por el mismo mensajero, Tíquico; una a la Iglesia de Colosas, y otra, que es la que vamos a exponer hoy a su destinatario personal, a un líder precisamente de esa iglesia.
¿ALGUIEN SABE DE QUÉ CARTA ESTAMOS HABLANDO?
HOY VAMOS A HABLAR DE LA CARTA O EPÍSTOLA DE FILEMÓN
MÁS CONCRETAMENTE DEL EVANGELIO DE ONÉSIMO.
Se trata de una epístola inigualable, única, encantadora. Está llena del corazón amoroso de Pablo. La puedes leer en apenas unos minutos, pero te va a dejar huella para toda tu vida por su énfasis práctico acerca del perdón. Así fue en mi propia vida
Hay una frase del gran C.S. Lewis que dice lo siguiente: «Todos estamos de acuerdo en que el perdón es una hermosa idea, hasta que nos toca practicarla»
Pero antes de empezar voy a describir un poco el contexto histórico, social y cultural. Por aquel entonces, un 1/3 de la población del Imperio de Roma eran esclavos (en torno a unos 60 millones), o mejor dicho, una 1/5 parte de la población mundial hace 2.000 años eran esclavos; y prácticamente las economías de Egipto, Grecia y Roma basaban su rendimiento laboral de manos de esclavos.
Los esclavos NO eran más que hoy pudiera ser un martillo, o cualquier herramienta, o un animal de carga como una mula, pues NO eran consideradas personas como tal. Legalmente NO tenía derechos, sino que dependían única y exclusivamente de su amo, quien tenía todos y los plenos derechos sobre él; ellos NO podían tener nada (ni siquiera casarse). Se dice, a través de un historiador famoso llamado Plinio, que en tiempos de Tiberio Augusto, hubo un hombre llamado Cecilio que tenía 4.116 esclavos a su disposición.
Fue el cristianismo quien sembró las semillas que posteriormente provocó el fin y la abolición de la esclavitud, no con medidas sociales o políticas, sino mediante corazones transformados y regenerados. Así actúa el evangelio. Y eso es lo que vamos a ver en esta carta.
¿CÓMO SE PODÍA LLEGAR A SER ESCLAVO?
Por ser capturado en una guerra, por no poder pagar deudas, por venderse ante la incapacidad de poder sustentar a su familia, por haber sido vendido por su padre, o por haber cometido algún delito grave. Su liberación, aunque muy rara vez, era posible, y entonces eran llamados Libertos, y requerían de un «Abogado» amigo de la persona dañada o perjudicada que hablase y compensase al legítimo dueño y amo.
PERO, ¿QUÉ OCURRE SI EL ESCLAVO HA DAÑADO, OFENDIDO Y ROBADO A SU LEGÍTIMO AMO, Y HA HUIDO Y ESCAPADO DE ÉL?
Con esta pregunta pendiente de contestar y desde este punto de partida, vamos a la epístola del Apóstol Pablo a Filemón, ya que a través de esta preciosa carta tenemos una poderosa imagen o una analogía del glorioso mensaje Evangelio Cristo crucificado. Vemos el Poder de la Gracia. Vamos a ver el pago, la sustitución, la imputación, la restauración y la reconciliación. Y sobre todo, vamos a ver el poder transformador del evangelio, en el cual te perdona y, a la vez, te capacita para poder perdonar. Te salva, y te va santificando.
Como siempre, Pablo comenzaba la carta con una gran y educada presentación y un cordial saludo. «Pablo, Prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.«
¿Cuál era el título de Pablo? Los deja todos aparcados y de lado. Aunque era prisionero a manos de Roma, de César, él se consideraba prisionero de Cristo, por y para Su causa. Es la primera y única vez que se presenta de esta manera. Lo normal es que empiece diciendo como en casi todas, «Pablo Apóstol de Cristo», o incluso «siervo de Cristo». Hasta 6 veces va a recordar en estas carta que está preso, y lo hace para ponerse en el lugar e identificarse con otro. Es como si, de alguna manera, le dijera: «Recuerda, Filemón, dónde estoy, por quién estoy y por qué estoy así». Apia y Arquipo se trata, casi con toda seguridad, de los familiares directos de Filemón, como su mujer e hijo.
En esta gran historia de amor, reconciliación y perdón, tenemos 3 grandes protagonistas, y en base a ellos vamos a estructurar este mensaje. A veces nos sumergiremos y ahondaremos en el texto de la epístola, y otras veces ascenderemos a «vista de pájaro» para ver y contemplar la redención, la cruz.
I.-UN LEGÍTIMO AMO OFENDIDO
Filemón 4-7: «Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones («Filemón, estás presente cada día en mis oraciones»), Porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los Santos; Para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús. Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor («gracias a tu amor a Dios y a los hermanos, mis prisiones son más consoladoras y gozosas»), porque por ti, oh hermano, han sido confortados (consolados y reanimados) los corazones de los santos (de los creyentes).»
Pablo, no solo no le corrige, sino que elogia, alaba y honra el amor, la fe y las obras de Filemón, el destinatario de esta carta. Él era un gentil convertido en un gran cristiano, un líder de la Iglesia en Colosas, que fue llevado a Cristo bajo el ministerio del propio Pablo en Éfeso. Y en su propia casa, él establece células y reuniones, y la pone a disposición de la Iglesia de Colosas. Ese era básicamente el modelo bíblico de la Iglesia Neotestamentaria. Filemón es un ejemplo de vida, de conducta, de testimonio, y sobre todo de amor; tanto un amor vertical a Dios, como un amor horizontal a los hermanos.
- Colosenses 4:1 «Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que vosotros tenéis un Amo en los cielos»
- Salmo 24:1 » De Jehová es la Tierra y Su Plenitud; el mundo y los que en él habitan»
Todos nosotros tenemos también tenemos un Amo, un Señor. EL es un Amo cósmico, quien nos creó conforme a SU Imagen y Semejanza, EL nos dió vida. Creo la tierra, el Universo, lo dirige, guía, guarda etc y dice La Biblia que todo lo que hizo Dios era Bueno. Pero lo que era, por propio derecho, de SU propiedad, su maravillosa y sublime creación le robó, y quiso robarle a ÉL SU Gloria, haciéndose o tratando hacerse como EL, a través de la mentira de Satanás.
Dios establece un pacto de obras con Adán, nuestro primer representante: «Si obedeces, vives. Si desobedeces, mueres». Lo tenemos en Génesis 2:17. A continuación pasa lo siguiente.
- «Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal»
- «Pero ya somos como Dios, fuimos creados a Su Imagen y Semejanza»
- «Pero yo voy mucho más lejos, yo hablo de ser exactamente como ÉL, sin límite y sin dependencia de nada ni de nadie. Ser libre, autónomo e independiente.»
Desobedecieron a Dios, al Creador, al Amo y Señor; y desde aquel día pasaron de ser de maravillosamente creados, a perversamente caídos, perdiendo los derechos y privilegios, pasando de vida espiritual e incluso física a muerte tanto física como espiritual. De ser sus hijos y herederos, a ser por naturaleza enemigos de ÉL a causa del pecado, e hijos de ira.
Hermanos, Dios es tan sumamente Santo que NO puede tener ninguna relación, ni la más mínima, con el Pecado. Ni puede pecar, ni puede tolerarlo en absoluto. Su Santidad dice que no puede tener comunión ni relación con el pecado, Su Justicia dice que debe condenarlo y aplastarlo, y Su Gracia y misericordia dice que debe perdonarlo.
Habacuc 1:13 lo dice así: “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio”
¿Acaso no dijo Abraham a Dios, cuando trató de mediar e interceder por Sodoma que «El Juez de toda la tierra no ha de hacer lo justo? (Gn. 18:25)
Precisamente ese atributo, Su Santidad, es el fundamento de todo cuanto ÉL es y ÉL hace. Todos y cada uno de nosotros hemos robado a Dios, a nuestro Amo y algunos siguen robándole, creyéndose ellos merecedores de la gloria y la honra que sólo EL merece recibir.
En definitiva, en Filemón tenemos la imagen, el tipo de lo que es un buen, justo y rico Amo que ha sido dañado, agraviado, perjudicado por alguien a quien le pertenecía, cuya vida era de él, quien tenía sus derechos legítimos, donde (a pesar de todo) NO le faltaría de nada, y encima ha huido, ha escapado lejos de él. Le ha dado la espalda y no quiere saber nada de él.
¿SABES QUÉ?
Filemón, el amo estaba en una posición legal de cumplir, aplicar y ejecutar la ley al respecto para un esclavo fugitivo ¿Sabes cuál era? La pena de muerte.
Él podía haberlo hecho, y no hubiera pasado absolutamente nada; porque aunque hoy todo esto es un disparate, por aquella época era lo normal, era una realidad social de entonces, y estaba estipulado en la Ley.
Hoy, sin ir más lejos, existe el delito de deserción militar para aquel militar obligado en sus funciones, que abandona, y es castigado con pena de prisión de 1 a 4 años
En definitiva, en Filemón vemos el tipo o el símil del amo y señor de un esclavo fugitivo, que NO es que quiera vengarse, sino que debe cumplir y ejecutar la Ley respecto a él, por 3 motivos fundamentalmente:
- Tiene total, absoluto y pleno derecho sobre su siervo, ya que él es su amo y señor, legítimo.
- Su siervo (el esclavo) le ha fallado, ocasionándole un gran daño y un agravio, robándole y, encima, huyendo.
- Hay una ley al respecto para juzgar estos casos, y la pena o sentencia no es otra que la misma muerte.
Grábate ésto en tu mente, y en tu corazón: DIOS ES JUSTO. Y ÉL debe aplicar y ejecutar la Ley, Su Palabra; de lo contrario sería cualquier cosa menos justo. Sería injusto; y si es injusto, entonces NO es Dios. SU Justicia demanda y exige satisfacción de la Ley violada.
Salmo 33:5 «ÉL ama justicia y juicio»
Salmo 89:14 «Justicia y Juicio son el cimiento de tu trono»
ÉL debe castigar el pecado. Filemón, debe castigar a su esclavo fugitivo de su propiedad que ha huido, y encima robándole.
Un Ejemplo: Imagina que un asesino mata a tu familia, y la Guardia Civil, lo detiene en la misma escena del crimen con todas las pruebas. No hay duda. Es presentado ante el juez; pero, este juez le dice: «Como soy un buen y amoroso juez, lleno de bondad, amor y misericordia, NO te condeno, es más, te absuelvo».
- ¿Qué pensarías de este Juez? ¿Sería justo? Sería más corrupto e injusto que los asesinos, ladrones y maltratadores a los cuales enjuicia.
- ¿Veis el símil?
Recuerdo cuando jugaba al futbol, hace ya algunos años. Un compañero del equipo se quejó al entrenador que le habían robado un reloj del macuto en el vestuario. El entrenador nos dio la oportunidad, a quien hubiera sido, de devolverlo de forma discreta y anónima. Como, pasados unos minutos, no salió el autor, nos castigó a todos con entrenamientos muy físicos durante 2 semanas bajo la premisa de «justos por pecadores». Pero déjame decirte que ni todos éramos culpables del robo, ni él fue justo…
PERO DIOS ES UN JUEZ JUSTO.
- ¿Alguien prefiere que sea injusto?
- ¿Alguien desea que el Soberano que Todo lo sustenta con el Poder de SU Palabra, sea un tirano injusto? YO NO
II.-UN ESCLAVO «INÚTIL» Y CONDENADO
Continuamos leyendo la carta:
Filemón 1:8-16 «Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, («Filemón, soy más anciano que tú, estoy preso por el evangelio, soy Apóstol de Cristo y encima yo fui quien te predicó a ti a Cristo») más bien te ruego por amor (Pablo no trata de presionar, sino de persuadir con amor), siendo como soy, Pablo ya anciano, te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones (Pablo, al igual que hizo con Filemón, le predicó el evangelio a Onésimo, quien se convirtió por el ministerio de Pablo), el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil («útil para el evangelio, para el reino de Dios»), el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo. («cuando le veas a él, es como si me vieras a mi». Esto va mucho más allá de interceder por él. Aquí Pablo se identifica plenamente con él.)
Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio; pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario («Aquí me es de enorme bendición y ayuda, pero ésto no puede quedar así. Hay una deuda por solventar, una situación que arreglar). Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor («Mi querido Filemón, ¿No has pensado que en todo esto está detrás la Mano Poderosa y Providencial de Dios? Dios lo ha permitido para un bien mayor, para un propósito divino, porque a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien»).
Ahora vamos a hablar del OFENSOR, del ESCLAVO fugitivo, es decir, de ONÉSIMO.
Antes de nada, ¿Sabéis lo que significa el nombre de Onésimo? Significa «Útil» o «Provechoso». Y esa fue o es realmente la intención de Dios para con Onésimo, y también para contigo, y para conmigo; que seamos útiles y provechosos para ÉL, para SU Reino, para como dice la pregunta 1 del Catecismo Menor de Westminster.
¿Cuál es el fin principal del hombre? Glorificar a Dios, y gozar de ÉL para siempre
Por eso en el versículo 11 Pablo hace un juego de palabras y viene a decirle que Onésimo («Útil») fue inútil, pero ahora para nosotros, para el evangelio, para el Reino, nos es útil. («Útil fue inútil, pero ahora, sí nos es útil»)
- «Filemón, tu esclavo Onésimo ha puesto su fe en Cristo, ha sido justificado y libertado, ya NO es tu esclavo, ahora es tu hermano y esclavo, pero de Cristo. Restauralo, ámalo, abrázalo. Perdónalo»
- «Filemón, NO te mando a un esclavo fugitivo, te mando un verdadero y reconciliado hijo de Dios, un discípulo de Cristo, un hermano tuyo en Cristo. Recíbelo como si fuese yo mismo»
- «Él ha sido liberado de la esclavitud de la muerte, de la ley, del pecado y de Satanás a precio de sangre, libéralo tú también, mi querido amigo Filemón. Él va a ser siempre tuyo, pero desde ahora como hermano en Cristo»
- «Filemón, tú conoces realmente el Evangelio. Tú has sido perdonado de cosas muchísimo peores, has sido revestido de Cristo, su amor ha sido derramado en tu corazón. Ahora debes proyectar ese amor, y perdonar y restaurar a Onésimo»
Por lo que leemos, sabemos que este esclavo, desobedeciendo y contradiciendo la Ley, huye un día de su legítimo amo y señor en Colosas, tal vez deduciendo un poco el contexto de la carta, robándole y ocasiónandole un gran agravio y perjuicio; y aparece, nada más y nada menos que en Roma, a unos 1.600 kilómetros (exactamente la misma distancia que hay entre Murcia y París), y metido en graves problemas, ya que hay un cartel con una sentencia de muerte para él. Bien pudiera ser casualidad o no, pero por la Providencia de Dios, este fugitivo tiene un encuentro con el Apóstol Pablo, en su Prisión, ¿Cómo y por qué? No lo sabemos, tal vez (y especulando) se conocieron cuando Pablo visitó la casa de Filemón en Colosas, pero lo que sí sabemos es que allí, en la prisión de Roma, conoce del evangelio y del Señor Jesús.
Él fue esclavo en un hogar cristiano donde brillaba la luz de Cristo, en casa de Filemón, pero no conoció el evangelio allí, sino cuando escapó, cuando se fugó y cuando peor estaban las cosas para él. Justo en esos momentos es que Dios fue a su encuentro, con el llamamiento eficaz. Eso mismo es lo que ocurrió en mi vida, cuando más alejado (mucho más de 1.600 km) y más necesitado estaba de Dios, entonces EL apareció en mi vida. YO no busqué a Dios, ÉL me buscó a mí. Nadie busca, nadie puede, nadie quiere ir a ÉL, hasta que Dios no haya ido primeramente a él y le haya dado vida y capacitado para, ahora sí, responder a ÉL, a su llamado y abrazar con fe y gozo al salvador.
Lucas 19:10 «Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido»
Y, ¿Sabes qué pasó entonces? Que absolutamente todo lo cambió. De inútil, a útil. (Onésimo «el útil» que se hizo inútil, ahora es más útil que nunca por la gracia de Dios). Dios restaura y repara lo roto, sana lo enfermo, libera lo atado y esclavizado, blanquea lo negro y da vida a lo inerte, a lo muerto; eso hace continuamente; arreglar cosas. Y lo hace, mediante Su Espíritu, y a través del evangelio.
PASÓ DE OFENSOR A PERDONADO
- De esclavo a hermano, como dice el versículo 16, » Ya NO esclavo, sino más que esclavo, recíbelo como un hermano amado.» Me parece escuchar el corazón de Pablo diciendo: «Filemón, perdiste un esclavo, pero has ganado mucho más, has ganado un amigo, un hermano en la fe, un discípulo»
- Pasó de huido fugitivo, a ir nuevamente a casa de su amo y señor, a casa de Filemón.
- Y sobre todo, de condenado y sentenciado a muerte, a ser absuelto y libre.
- Pasó, en definitiva, de Muerte a Vida
¿TE SUENA ESTA HISTORIA?
Debería de sonarte, aunque pudiera ser una analogía del Hijo Pródigo; esta es tu historia (y también la mía). Déjame decirte que el papel o el rol que jugamos nosotros en esta historia es el de Onésimo, siento decirlo, pero es así. La realidad es ésta: Tú y yo hemos pecado, hemos fallado a Dios, y ambos lo sabemos.
No voy a profundizar demasiado en ésto, porque ambos en nuestro interior sabemos esta realidad. Tenemos una ley interna, una conciencia que nos lo dice continuamente.
Pecado significa transgredir la santa Ley del Dios Santo, significa extraviarse o apartarse del camino recto de EL. Es un ataque directo a la Santidad de Dios, es rebelarse contra ÉL, ya que al pecar escogemos nuestra propia voluntad y NO la Suya, la cual es perfecta y buena siempre.
Todos poseemos, por naturaleza y desde el inicio de nuestra vida, una naturaleza caída y depravada que es tentada, y es inclinada a hacer el mal, a pecar y a desobedecer a Dios. Y si alguna vez en tu vida has mentido, has robado algo por muy poco que sea, has deshonrado a tus padres, has mirado con deseo a alguien, o con envidia, entonces tú has pecado. Si has hecho algo bueno, pero no por y para la gloria de Dios, tú has pecado. No hay punto de comparación entre las ofensas que otros han cometido contra nosotros, y las que nosotros mismos hemos cometido contra Dios. Igual que no tiene la misma condena escribir una carta amenazando a tu vecino que al Presidente del País, nosotros nos hemos rebelado frente al Señor de la Gloria, el Rey del cielo.
A pesar del plan maravilloso de Dios para nuestras vidas, de su deseo y propósito que seas «Útil», nada más nacer, y venir a este mundo también caído, ya somos «inútiles». Heredamos esa condición.
Romanos 5:12 dice que como el Pecado entró en el mundo por un hombre, y así la muerte por el pecado, también la muerte se extendió a todos, ¿Por qué? Por cuanto TODOS pecaron.
Y, ¿QUÉ OCURRE?
Que la situación ante tu Amo y Señor, ante tu Creador, ante el Dios del Cielo es exactamente la misma que la de este pobre, y miserable esclavo, llamado Onésimo.
Romanos 3:23 «Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la Gloria de Dios»
Al igual que Onésimo; nuestras decisiones y hechos nos han alejado y apartado de Dios. En el corazón humano siempre ha existido un gran deseo de ser libres, pero libres conforme a nuestro criterio, y a nuestro parecer; y resulta contradictorio, que en la actualidad hay millones de personas que son esclavas del alcohol, de las drogas, del dinero, del placer, de los bienes materiales, de la fama, etc etc. No son libres, aunque lo parezcan, y aunque ellos crean tener libertad.
ESTÁN ESCLAVIZADOS DENTRO DE SU LIBERTAD
En nuestro tiempo las personas se enorgullecen de ser libres, independientes y autónomas. Piensan que están libres, pero el Señor Jesús dijo, en Juan 8:34-36:
«Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.»
La verdadera libertad, aunque suene paradójico, se consigue cuando nos sujetamos a Dios y a Su Palabra, y le glorificamos.
Al igual que sobre este esclavo fugitivo recaía la pena de muerte; sobre todos nosotros, debido a nuestros Pecados y a nuestras transgresiones, recae la misma sentencia judicial, según La Palabra de Dios.
Ezequiel 18:20 dice que el Alma que pecare, ciertamente morirá.
Rom 6:23 Porque la paga (salario, la consecuencia) del pecado es muerte, más la dádiva (regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Estos días hemos asistido todos expectantes a la sentencia por el juicio en Tailandia de Daniel Sancho. Se ha librado de la Pena de Muerte, por la cadena perpetua y nos ha sorprendido a todos. Déjame decirte que esa, la pena de muerte, era y es la sentencia de toda la humanidad entera.
Sólo la Muerte, sólo el derramamiento de la sangre del pecador satisface y honra SU justicia y calma, aplaca y apacigua SU ira sobre el Pecado.
Aquí, en estos versículos que acabamos de leer, vemos al Apóstol Pablo intermediando, ejerciendo de abogado defensor de este esclavo fugitivo condenado probablemente a muerte, ante su Amo y Señor. Es más, también hemos visto nuestra realidad (somos pecadores), y nuestra sentencia ante el Juez Justo; que es exactamente la misma que la de Onésimo. Ambos, tanto todos nosotros, como Onésimo tenemos la misma realidad: Estamos frente a un Amo y Señor que es Justo; y sobre ambos pesa una Pena de Muerte.
III.-UN MEDIADOR QUE PAGA LA CUENTA
Seguimos leyendo:
Filemón 1:16-18 «Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también.»
La primera vez que leí esta carta, que leí precisamente estos versículos, hace ya unos 11 años, dije lleno de emoción: «¡Ahí está Cristo, ahí está la Cruz!». Me dio una comprensión general de la cruz, de esta epístola y de la revelación de la Biblia.
EL INOCENTE SUSTITUYE AL CULPABLE, Y PAGA POR ÉL
En estos 3 versículos tenemos lo más maravilloso de esta Epístola, y de toda la Palabra de Dios, el Poder de la Gracia del Evangelio mismo. Aquí tenemos una imagen, un destello de lo que Cristo hizo en la Cruz del Calvario.
- En el PUNTO I vimos a un Amo servicial y justo, que ha sido agraviado, ofendido y perjudicado porque le han robado y está dispuesto, es más, debe de cumplir y aplicar la Ley.
- En el PUNTO II vimos a un esclavo, que aunque su llamado era para ser «útil» y provechoso en la vida, se hizo «inútil» por el pecado y se alejó y huyó de la presencia de su Amo, su dueño, aquel que se lo daba todo; y además lo hizo lleno de problemas, y con una sentencia de muerte que pesaba sobre él.
- Y ahora, en este 3er PUNTO nos hallamos que el mismo Apóstol Pablo media por esta causa, intercediendo a favor de este fugitivo que NO lo merece, le dice a Filemón, su legítimo dueño y amo que lo que le debe o le dañó, lo ponga a su cuenta, que él mismo lo pagará.
¡¡TREMENDO!!
Tal vez NO vayas a encontrar en ninguna parte el Nuevo Testamento la maravillosa y abismal diferencia entre la Ley, que habilitaba y le daba Filemón el derecho de castigar a Onésimo, con la Gracia, que permitió que ambos tuvieran una relación de compañerismo, hermandad y de igualdad dentro del cuerpo de Cristo.
Hemos visto en esta carta cómo Pablo trata de persuadir y conmover a Filemón para que perdone y acepte a Onésimo. Pero, ¿Sabes qué? Cristo NO persuadió a Dios, hubo un acuerdo en la Trinidad antes de la fundación del mundo, y a eso se le llama el Pacto de Redención. El Padre inicia el plan y envía al Hijo. El Hijo realiza la Obra a la perfección y, por eso, se sube a la Cruz y el Espíritu Santo aplica esa obra en favor nuestra. NO veamos, como muchos hacen, a un Dios Padre cabreado, y a Cristo tratando de persuadirlo, de hacerle cambiar de parecer, NO. Eso es simplemente herético. Era un plan del Dios Trino.
Dicho esto, podemos imaginar ese diálogo entre El Padre y el Hijo llevado a cabo en el seno de la Trinidad antes del mundo:
«Padre, todos te han fallado, te han deshonrado, te han desobedecido, han atacado tu santidad, se han rebelado contra tí. Te han escupido en la cara. Yo voy a ir, y Yo voy a pagar por ellos. Todo eso, ponlo en mi cuenta. Yo ocuparé su lugar, Yo les sustituiré »
«De acuerdo, Tú pagarás hasta el último céntimo de su deuda. Serás maldito, y sobre ti dejaré caer toda mi ira y mi furia. Te costará todo»
» Que así sea, estoy dispuesto a ello. Todo lo que te deben y te dañaron, cárgalo a mi cuenta»
Y por eso hace 2000 años, encima de la Cruz, Jesús dijo: «Elí, Elí, Lama Sabactani» «¡Dios mío, Dios mío!, ¿Por qué me has desamparado?» EL Padre tuvo que desampararlo, rechazarlo, repudiarlo. Es más tuvo que aplastarlo y aniquilarlo, porque ahí llevó SU Hijo nuestros pecados.
HABÍA UNA DEUDA, Y ALGUIEN TENÍA QUE PAGARLA PARA CANCELARLA
DIOS NO PUEDE EXCUSAR EL PECADO. ÉL ES SANTO Y JUSTO, Y POR ELLO DEBE JUZGARLO
Dios tomó tu pecado, y el mío; cogió todos los pecados de Su Pueblo, los colocó y cargó (imputó) sobre SU Hijo, y allí, en ÉL, los Juzgó.
Todo el peso de la Justicia de Dios que debería recaer sobre nosotros, recayó sobre ÉL en la Cruz hace 2000 años. Para poder salvarte a tí, NO le quedó otra que aplastar a Su Hijo en la Cruz, tratándolo como el culpable de todos los pecados
¡ALGUIEN TENÍA QUE MORIR BAJO LA IRA DE DIOS!
Y por eso justo antes de Morir, SUS últimas palabras fueron «¡CONSUMADO ES!»
- Todo ha finalizado.
- Todo ha terminado.
- Este es el grito de victoria y de triunfo más grande que puedas escuchar.
- Es el grito del triunfo sobre el Pecado, sobre la muerte, sobre Satanas, y sobre nuestra esclavitud.
- En la Cruz de Cristo, se calma y apacigua la Ira de Dios, se hace justicia al juzgar todo el pecado, y podemos ser reconciliados con nuestro Padre, con nuestro legítimo Amo y Señor.
Dios Hijo: «Padre, aquí se acaba nuestro Plan, acabo de pagar todas sus deudas, todo cuanto te debían. Ahora, recíbelos como a MÍ Mismo»
Solo que ahora se ha cancelado y pagado la totalidad de la deuda es que él puede perdonarte y tener relación y comunión contigo, ¿POR QUÉ?
Porque Cristo ya lo pagó y sufrió por ti. ÉL fue hecho pecado y siendo inocente fue considerado como el culpable, para que tú y yo verdaderos culpables y podamos ser justificados, no por algo nuestro sino por la perfecta justicia de Cristo, imputada y atribuida a nosotros.
El pasado 23 Marzo de 2018 en Francia, ocurrió un acto trágico, aunque heroico. Allí se atrinchera un terrorista islámico al grito de “Alá es grande” y sembrando el pánico entre todos, con el objetivo de que Francia dejara libre a Salah Abdeslam (el terrorista de los atentados de París en 2015). Dentro del supermercado, asesinó a una persona, mató a un Gendarme e hirió a otras 16 personas, varias de gravedad, además de tener a más rehenes dentro consigo. Hasta que llegó el que más autoridad y mando tenía de todo, el Teniente Coronel de la Gendarmería Francesa, Arnaud Beltrame, quien se ofreció voluntariamente a intercambiarse por una rehén que estaba siendo utilizada a modo de escudo humano; es decir el Teniente Coronel siendo el jefe de la Operación, pasó a ser rehén (con el fin de desarmarlo, y de dejar su teléfono para escucharlo desde fuera) y la rehén que estaba señalada a morir fue liberada. Al final la mujer quedó liberada, y él, siendo el Teniente Coronel y el de mayor rango y autoridad murió asesinado como un rehén. Por cierto, él era creyente y ella atea. Hoy ella, al parecer, es creyente, y ha escrito un libro llamado «Su vida por la mía»
¡QUÉ GRAN SUSTITUTO TENEMOS!
Hermanos, ¿Somos salvos por obras? SÍ, pero no por las tuyas ni las mías sino por las de nuestros representantes y sustituto perfecto, Cristo.
Ahora al igual que sucedió con Onésimo, Dios nos recibe en su familia real, nos adopta, a pesar que éramos inútiles, esclavos y fugitivos.
Martín Lutero dijo un día:»Todos nosotros somos los Onésimos de Dios; Somos esclavos, que nada merecemos. Todos hemos hecho cosas que están mal y nos hallamos ante la presencia de Dios, que es justo y santo, a pesar de lo cual el Señor Jesús dice: «Si en algo te hizo daño, o te debe, pongo a mi cuenta, yo lo pagaré y es lo mismo que dice Pablo en este caso.
La hermosa verdad del Evangelio es que los cristianos somos salvos de la ira de Dios y reconciliados con ÉL, NO porque «hayamos amado a Dios, sino porque él nos amó a nosotros, y envió a su hijo en propiciación por nuestros pecados» (1 Juan 4:10)
JESÚS MURIÓ PARA HACER MORIR A LA MUERTE.
Pero aquí no termina tu historia, porque al 3er día, Jesús, el Cristo Crucificado venció a la Muerte, demostrando ser quien dijo ser quien era; el Todopoderoso Creador, el Eterno Hijo de Dios, y ascendió a la Diestra del Padre, para interceder y mediar por nosotros como nuestro Abogado, y al igual que hace Pablo por Onésimo; Cristo en la Cruz cogió la Mano de Su Padre, y la nuestra y las unió para siempre, para que ya NO seamos más esclavos, sino mucho más, seamos hermanos amados en ÉL. ÉL ha asegurado nuestra salvación para siempre, y es por eso que no se puede perder.
Juan 10:28b-29 “ (…) NO perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. “
¿CÓMO ACABA LA HISTORIA DE ONÉSIMO?
La Historia de Onésimo acaba de vuelta en Colosas, con su amo, con su dueño legítimo Filemón, según vemos en Colosenses 4:7-9
«Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor, el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones, con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo harán saber»
Pablo manda al esclavo de vuelta a casa, junto con Tíquico, que lleva la Carta a la Iglesia de Colosas (Colosenses) a la Casa de Filemón, y ahí es bien recibido NO como esclavo endeudado, sino como hijo amado y perdonado, ¿Por qué? porque hubo uno que pagó y canceló su deuda, pagó su cuenta que él NO hubiera podido pagar jamás. Pablo escribió esta carta, estas palabras para reconciliar a Onésimo con su amo y dueño.
En parte, humanamente hablando, nosotros tenemos hoy en nuestras Biblias está preciosa carta, la epístola de Colosenses y de Filemón por y gracias a Onésimo, ya que él las llevó desde la cárcel de Roma hasta Colosas.
¿CÓMO ACABA NUESTRA HISTORIA?
Hoy Dios nos ha dado la Promesa. Juan 14:19b “Porque Yo vivo, vosotros también viviréis”. Y nos ha sellado con el Espíritu Santo hasta el día de la Redención, cuando con un cuerpo glorificado, nos encontremos finalmente con nuestro Señor, nuestro Amo. Estaremos de vuelta. estaremos realmente en casa.
Recuerdo haber vivido recientemente el funeral de mi hermana. Y se me vino un pensamiento a la cabeza que decía lo siguiente: “Ahora yo me voy a casa, y ella se queda aquí”. Inmediatamente, pensé justo lo contrario. Y dije para mí: “NO, yo soy el que queda aquí, y es ella la que va a casa”
CONCLUSIÓN
Hoy has escuchado, y has recibido el Evangelio de la reconciliación de Cristo.
- ¿Qué vas hacer con el Evangelio, con la Cruz de Cristo?
- Éramos siervos y esclavos rebeldes y; como Onésimo hemos sido devueltos, con libertad a nuestro Amo y Señor
- La gracia perdonadora de Dios debiera ser motivo suficiente para el perdón, la reconciliación y la restauración. Fue precisamente esa gracia perdonadora la que provocó el arrepentimiento y el retorno de Onésimo, así como el perdón y la restauración por parte de su amo, Filemón.
- Recuerda, mirando la cruz, cuánto te ha perdonado Cristo. ¿Eres tú capaz de perdonar? Mira y contempla la cruz cada día.
Mira si leemos Romanos 3:9 y 3:23, vemos que la humanidad sin excepción está bajo pecado, todos destituidos y alejados de la Gloria de Dios, e inmediatamente nos vamos a Apocalipsis 14:5 y vemos una multitud de multitudes sin mancha ante el trono de Dios, y nos damos cuenta que algo pasó, algo tuvo que ocurrir. ¿El qué? LA CRUZ DE CRISTO.
Es más, si leemos Proverbios 17:15 dice «El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son abominación para Jehová», teniendo en cuenta nuestra caída y depravada naturaleza, nuestra deuda y condena; e inmediatamente vamos a Romanos 3:24 y leemos lo siguiente siendo justificados gratuitamente por SU Gracia. Algo ha pasado para poder llevarse a cabo eso. ¿El qué? LA CRUZ DE CRISTO.
2 Corintios 5:19 dice que Dios NO tomó en cuenta a los hombres sus pecados, ¿Sabes por qué? La respuesta está 2 versículos a continuación. Ese Dios tomó sobre sí una naturaleza humana, se hizo hombre como nosotros, se subió en la cruz del Gólgota, que simbolizaba el juicio de Dios, y pidió que fueran a su cuenta. Dios sí los tomó en cuenta, pero no a los hombres, sino a Su Hijo, el Perfecto hombre.
2 ª Corintios 5:21 » Al que NO conoció pecado, por nosotros fue hecho pecado, para que nosotros fuésemos hechos Justicia de Dios, en ÉL»
Este es el Poder de Dios para Salvación, el Evangelio. Este es el Mensaje que Dios ha prometido usar para salvar a pecadores. NO hay otro
A DIOS LE AGRADÓ SALVAR A LOS CREYENTES POR LA LOCURA DE ESTA PREDICACIÓN.
Es el poder que…
- Transforma vidas
- Cambia corazones
- Nos hace pasar de muerte a vida, de culpable a inocente.
- De esclavo inútil, a reconciliado hijo adoptado, y útil
Es el poder más grande de todo el cosmos, ya que cambia la eternidad de las personas
- Debemos predicar a Cristo crucificado, aunque para muchos (y aún muchas iglesias) sea un escándalo o un tropiezo.
- Debemos predicar el evangelio que humilla al hombre, y que exalta a Dios.
José M. Novoa dice
Muy bueno e instructivo. La importancia de predicar y aplicar la » Sana Doctrina» de la CRUZ de CRISTO. Esa era la idea de Pablo, se había propuesto no saber cosa alguna, sino a JESUCRISTO y a este Crucificado.
Rubén Gomez dice
Muchas gracias hermano.
Esa es nuestra intención, predicar a Cristo.
Dios te bendiga
Rubén Gomez dice
Rubén Gomez dice
Muchas gracias por la página que ha sido de enorme bendición para estudiar la Palabra de Dios, y hacerlo de una manera sana y correcta