Filipenses 2:19-24 «Espero en el Señor Jesús (según disponga ÉL por Su Soberana y Providencial Voluntad. Ver Romanos 1:10) enviaros pronto a Timoteo (para alentarles, fortalecerles y proporcionar noticias a ambas partes), para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado (y sea confortada mi alma al conocer de buena mano noticias de ustedes); pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio (ver 1ª Corintios 10:24), NO lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los méritos de él (las más que probadas cualidades de Timoteo), que como hijo (como un gran hijo fiel a su padre. Ver 1 Corintios 4:17, 1ª Timoteo 1:2 y 2ª Timoteo 1:2. Es su hijo espiritual) a padre ha servido conmigo en el Evangelio. Así que a éste (a Timoteo) espero enviaros (alude a que va a retrasar y demorar un poco el envío de Timoteo para con ellos), luego que yo vea cómo van mis asuntos (pero NO lo va a enviar de momento, Pablo necesita tenerlo junto a él en estos momentos); y confío en el Señor (en Su Providencia) que yo también iré pronto (Filipenses 1:25 y Filemón 1:22) a vosotros (Pablo, quien está encarcelado, confía en que quedará absuelto cuando se presente por 1ª vez ante César. Ver Hechos 28:30).»
A primera vista este pasaje que nos habla de sus planes de viaje parece un tanto raro, un tanto descolocado y desubicado dentro de un capítulo tan teológico y profundo como este segundo capítulo de Filipenses.
En un capítulo donde se plasma el mejor y el excelso ejemplo de actitud y servicio para todo creyente, el de Cristo, ahora Pablo, quien también se puso como ejemplo de lo que significa mantenerse firme en medio de la persecución por Su Causa (Filipenses 1:15-18 y 1ª Corintios 11:1 también), va a terminar este espectacular capítulo con 2 ejemplos más para ellos: Timoteo y Epafrodito, quienes viven de manera digna según el evangelio y en pos de los intereses de los demás y del Reino. Ellos 2 son verdaderos ejemplos de preocupación y entrega por la iglesia.
Además, podemos mencionar que también les exhortó en los versículos anteriores con el mal ejemplo de sus antepasados, del pueblo de Israel, para que no se quejen ni murmuren como ellos hicieron en el desierto.
El Apóstol hace una recomendación de Timoteo y Epafrofito no sólo para que sean como ellos, sino para que los reciban, sobre todo a un joven Timoteo que ya conocían, y que iría pronto bajo la autoridad de Pablo.
Pablo conoció a Timoteo justamente antes de su visita precisamente a Filipos (Hechos 16:1-5), y desde entonces se forzó y estableció una sólida e íntima relación entre ambos, hasta el punto de asociarlo con él en el saludo de la carta (Filipenses 1:1) y de hacer esta brillante carta de recomendación para respaldarlo para que aceptasen sus autoridad y su enseñanza cuando fuera hasta ellos. Pablo avaló a Timoteo en 5 cartas suyas más (1ª y 2ª de Tesalonicenses, 2ª de Corintios, Colosenses y Filemón)
Pablo NO encontró ni halló a otro igual como el joven Timoteo, capaz de negarse a sí mismo en pos del Evangelio de Cristo.
Timoteo es el reflejo del supremo ejemplo que Pablo ya les dio (2:5-11) sobre la humildad, la entrega y la abnegación de nuestro Señor.
¿QUIÉN ERA REALMENTE TIMOTEO?
Fiel y leal colaborador de Pablo (Romanos 16:21) y servidor de Dios (1 Tesalonicenses 3:2), natural de Listra (actual Turquía), hijo de padre griego (Hechos 16:1) y madre judía y piadosa, llamada Eunice (2ª Timoteo 1:5), nieto de una creyente llamada Loida (2ª Timoteo 1:5) instruido desde niño en las sagradas escrituras (2ª Timoteo 3:15), fue circuncidado por Pablo para ser testimonio y no tropiezo u obstáculo (Hechos 16:3).
Es el destinatario primario de dos preciosas cartas neotestamentarias más bien pastorales que llevan su nombre, 1ª y 2ª de Timoteo.
También, como todos nosotros, Timoteo tenía aspectos a mejorar, y que a pesar de su llamado divino y de sus dones espirituales (1ª Timoteo 4:14), tenía poca confianza en sí mismo debido a su juventud (1ª Timoteo 4:12), era tentado por pasiones juveniles (2ª Timoteo 2:21-22), y también lidiaba y sufría derrotas y luchas espirituales, desilusiones,…
2ª Timmoteo 4:5 «Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.»
Al momento de escribir esta carta, Timoteo llevaba ya unos 10 años al lado de Pablo, siendo su asistente. Fue encarcelado por Nerón (Hebreos 13:23), y según la tradición, ejecutado mártir en Éfeso.
Timoteo también fue enviado a Tesalónica para animar y fortalecer a la iglesia, así como para saber de su fe (1ª Tesalonicenses 2:2-5), y a Corinto para recordarles a ellos que debían seguir el estilo de vida de Pablo «en Cristo Jesús» (1ª Corintios 4:17). Asimismo también acompañó al apóstol en su viaje de regreso a Jerusalén (Hechos 20:4).
Pablo quiere y desea enviarles a Timoteo con ellos, como el mensajero ideal, pero NO lo va hacer de inmediato, y en el versículo 23 nos dice que debe quedarse con él hasta saber el resultado y el veredicto de su juicio, pero también les dice en el siguiente versículo (Vv. 24) que en cuanto pueda y quede libre de ese encarcelamiento, lo enviará y así podrá compartir con ellos la gran noticia de la liberación de Pablo, quien también hará todo lo posible por viajar hasta ellos. Pablo quería enviarles a Timoteo para estar de buen ánimo al saber del estado de ellos.
«Ahora necesito a mi fiel hijo en el Señor, a Timoteo aquí conmigo debido a mi situación, a mi encarcelamiento. Él es de mi mismo sentir, de mi parecer en el señor, él comparte los mismos intereses que yo en el avance del Reino, y él está dispuesto a negarse a sí mismo, a ser un esclavo en pos del evangelio. Vosotros le necesitáis, sí, pero yo ahora mismo le necesito más, pero NO os preocupéis, os voy a mandar a otro mensajero quien también es un gran ejemplo en el Señor, y le conocéis bien»
Desde que Pablo lo reclutó en su 2º viaje misionero, justo antes de llegar precisamente a Filipos (Hechos 16:1-3), Timoteo se mantuvo fiel y leal a él, al lado de Pablo, su mentor.
A excepción del Señor de la Gloria, de Jesús, NO ha existido en la historia de la humanidad un mentor espiritual más grande que el Apóstol Pablo, y Timoteo tuvo el enorme privilegio de estar junto a él, de ser el favorito de él.
1ª Corintios 4:16-17 «Por tanto, os ruego que me imitéis. Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias»
¡QUÉ GRAN CONCEPTO Y CUÁNTO AMOR TENÍA PABLO DE TIMOTEO!
Por eso lo quiso tener a su lado en sus últimos momentos de su vida terrenal antes de ser ejecutado.
2ª Timoteo 4:9-10 » (Timoteo) Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.»
En Timoteo, en su ejemplo, podemos ver una clara, lógica y necesaria conexión entre la teología, la doctrina y la comprensión de la verdad y su «puesta en marcha» día a día, su estilo de vida, su manera digna de vivir el evangelio.
LA TEOLOGÍA Y LA DOCTRINA NO PUEDE NI DEBE IR NUNCA SEPARADA DE LA CONDUCTA
Tanto para Pablo como para Santiago, la fe sin obras está inerte y muerta; es decir, el conocimiento de la verdad doctrinal sin amor NO vale absolutamente de nada.
1ª Corintios 8:1 «En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica.»
Como APLICACIÓN PRÁCTICA más directa para nosotros hoy, debemos recalcarnos y enfatizar en poner los intereses de los demás, los intereses colectivos del Reino y de la Iglesia por encima de los nuestros individuales, y Pablo nos lo ha expuesto aquí en Timoteo, y más adelante, en los siguientes versículos lo hará en Epafrodito (Filipenses 2:25-30). Ambos han mostrado un gran compromiso con el evangelio, estando dispuestos a poner el bienestar espiritual de los filipenses por encima de sus propios intereses, y aún de su propio bienestar físico.
Pablo espera y desea que todos sus lectores (incluidos nosotros) tomen el ejemplo de Timoteo como una norma y un patrón a seguir.
EL COMPROMISO CRISTIANO SIGNIFICA PERDER LA VIDA PARA HALLARLA, PERDER EL MUNDO PARA SALVAR EL ALMA
Un compromiso a medias NO es compromiso alguno con Aquel que te creó y formó, aquel que aún con su Gracia Común te sustenta, Aquel quien se encarnó y vino como tu representante, como el 2º Adán, para vivir la vida que tú NO podías y Aquel quien como tu sustituto murió en la cruz la muerte que tú merecías.
Mateo 6:24 «Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas»
Lucas 9:24 «Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará»
Lucas 14:26 «Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.»
EL INTERÉS EN LOS OTROS, EL DESINTERÉS PERSONAL PROPIO Y LA ENTREGA SIN RESERVAS SON LAS MARCAS DISTINTIVAS DE UN VERDADERO MISIONERO.
Ante la imposibilidad y la conveniencia (personal para Pablo y colectiva para el Reino) de que NO les podría enviar Timoteo ahora, Pablo les envía al portador de esta carta, la epístola a los filipenses, les envía al que será su pastor y de un sentir como Pablo y Timoteo, esto es, a Epafrodito.