Durante la época de los Jueces se vivió en Israel una de las épocas de mayor caos tanto en el ámbito social como en el ámbito espiritual. Era una época fuertemente marcada por lo que a cada uno ¨bien le parecía¨.
Pues en el transcurso de esta época de caos, se sucedió una bonita historia, narrada en el libro de RUT. Una historia de Redención, una historia de fidelidad, una historia preciosa, que recomiendo encarecidamente que lean con detenimiento.
Pero esta bonita historia no comenzó de manera tan feliz, comenzó con lo que se puede llamar una ¨Decisión Desastrosa¨.
Rut 1 (RVR 1960)
1 Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
2 El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí.
3 Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos,
4 los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años.
5 Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.
6 Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.
El nombre de Belén, lugar donde años después nacería Nuestro Señor Jesucristo, significa ¨La Casa del Pan¨ y se encontraba en la tierra prometida por Dios a Israel, la tierra de la cual ¨fluía leche y miel¨, tierra prospera como no hay otra. Resulta bastante irónico que un padre de familia, Elimelec , decida marcharse de un lugar llamado ¨La Casa del Pan¨, por encontrarse pasando hambre, a la tierra de Moab. Se tienen que ir a buscarse el futuro a un pueblo que rendía un culto que fue llamado a ser erradicado.
En la parte final del libro de Jueces, se pueden ver dos sucesos, que son muestra del Caos tanto Moral como Espiritual, no ya sólo del pueblo, si no que también de los Levitas, una tribu que había sido llamada a servir de manera más directa a Dios.
El marcharse esa familia de Belén, no es sólo un fracaso de Elimelec como cabeza de familia, sino el resultado del fracaso de un pueblo entero, incluidos con mayor responsabilidad sus sacerdotes. El pueblo de Israel, en su gran mayoría, se apartaba cada vez más de Dios y sus sacerdotes no se encontraban haciendo su trabajo, de guiar al pueblo de manera espiritual.
Pero Elimelec y su esposa, tomaron la decisión desastrosa de marcharse de Belén, pues en Moab murieron Elimelec y sus dos hijos Mahlón y Quelión, dejando desamparadas a Noemí, Orfa y Rut. Fueron buscando una tierra ¨más prospera¨ y lo que encontraron fue la muerte.
Tristemente, a día de hoy, debido en muchas ocasiones al Caos Moral y Espiritual que determinadas congregaciones viven, muchas familias toman la mala decisión de dar un paso atrás. Toman la mala decisión de dar la espalda a Nuestro Señor. Otras veces no es por las congregaciones y son matrimonios que viven en el hogar en una ¨guerra civil¨ y luego se sorprenden cuando ven como sus hijos echan a perder sus vidas de una u otra forma. Otras los niños crecen viendo y escuchando cómo sus padres critican día tras día a los hermanos en Cristo. Y otras, las congregaciones pasan hambre espiritual a causa de la falta de diligencia de sus pastores.
Múltiples ejemplos se podría citar. Y todos ellos pueden conducir a los mismo, a dar la espalda a Nuestro Señor Jesús con nefastas consecuencias.
Humanamente, podríamos entender la decisión de Elimelec y de su esposa de trasladarse a otra tierra donde poder obtener mejor sustento para su familia, pero espiritualmente no, puesto que están Despreciando la tierra que Nuestro Dios les entregó, están desconfiando totalmente de Nuestro Dios.
A día de hoy, podríamos entender humanamente las mil y una excusas que una persona expresa para dejar de orar, dejar de estudiar la Palabra, dejar de congregarse y un largo etc. Pero espiritualmente no, pues están desconfiando de Dios con excusas baratas. Están mirando atrás para volverse al mundo, para irse a una tierra ajena a Dios.
Nuestro Señor Jesucristo dijo que ninguno que poniendo la mano en el arado y mira hacia atrás, es apto para el Reino de Dios. Hermanos, Arrepintámonos de nuestras excusas baratas, arrepintámonos de nuestro mal hacer, arrepintámonos de todo lo que proceda y de verdad pongamos nuestra FE en la obra de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario, pongamos nuestra confianza en Nuestro Señor y vivamos una vida realmente consagrada a ÉL. No tomemos la decisión desastrosa de mirar hacia atrás, no tomemos la nefasta decisión de dar la espalda a Nuestro Señor.
En Detalmanera también tenemos una publicación, en el apartado de Predicaciones, acerca del Libro de Rut. https://detalmanera.com/el-evangelio-de-rut/