Tras el versículo 1 de este tercer capítulo, donde Pablo exhorta nuevamente a gozarnos, y donde dicho gozo en el Señor es la mejor armadura, medicina preventiva y salvaguardia, ahora, nos expone de qué tenemos que protegernos precisamente, y es de los legalistas y judaizantes, y para ello lanza una fuerte y dura exhortación y advertencia en contra de ellos, en contra de los perros callejeros, de los criminales, de los mutiladores de la carne.
Si en Filipenses 1:15-17 hizo referencia a predicadores que aunque anunciaban a Cristo, lo hacían con motivaciones dañinas y egoístas, ahora hace una seria alusión directa a los judaizantes
Filipenses 3:2-11 «Guardaos (¡cuidado, alerta!) de los (esos) perros (alude tono irónico, despectivo y burlesco a Isaías 56:10. Los judaizantes eran perversos y peligrosos como una jauría de hambrientos perros salvajes), guardaos de los malos obreros (los que obran y hacen el mal), guardaos de los mutiladores del cuerpo (los que le gusta mutilar, los que le apasiona cortar la carne del prepucio en la circuncisión pero NO se preocupan de la verdadera circuncisión, la del corazón). Porque nosotros (Tremendo contraste. Pablo se incluye en este grupo) somos la circuncisión, los que en (por medio y a través del E.S.) espíritu servimos (y adoramos) a Dios (ver Juan 4:23-24) y nos gloriamos (con gran gozo) en Cristo Jesús (ver Romanos 15:17, 1ª Corintios 1:31 y 2ª Corintios 10:17), NO teniendo confianza en la carne (sin poner nunca jamás esperanza o confianza en nuestros esfuerzos u obras humanas). Aunque yo tengo también de qué (yo mismo, en mi carne, puedo o podría confiar en mis esfuerzos propios, en mi currículum vitae) confiar en la carne (alude a la humanidad caída y la debilidad y flaqueza de ella, incapaz de salvarse por si mismo y necesitada de rednción). Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más (os aseguro que yo podría enorgullecerme, que mi currículum es mejor que el de los legalistas judaizantes que tanto os perturban): circuncidado al 8º día, del linaje (del pueblo) de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos (hebreo de pura cepa); en cuanto a la ley (a la interpretación y observación de la Ley), fariseo (fundamentalistas, estrictos y rigurosos observadores de la ley); en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley (que la ley exige), irreprensible (intachable). Pero cuantas cosas eran para mí ganancia (Pero a pesar de mi gran currículum en la carne), las he estimado como pérdida por amor de Cristo (todo mi currículum es pérdida, es inútil, es absurdo en comparación con Cristo). Y ciertamente (es más), aún estimo todas las cosas como pérdida (todo, absolutamente todo lo que pueda hacer o tener por mí mismo) por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús (todo es pérdida en comparación con Cristo, con conocerle íntima y personalmente y experimentarle a ÉL y solo a ÉL), mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura (por estiércol, por desecho, por inmundicia, por excremento u escoria. Sorprende que las palabras más duras y fuertes de Pablo sea para definir sus mejores logros y méritos), para ganar (y apropiarme) a Cristo, y ser hallado en ÉL (y estar unido y en ÉL, y Él en mí), NO teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es (la que se obtiene, se adquiere y se recibe por gracia) por la fe de (en) Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle (y experimentar el Poder que operó y se manifestó), y el poder de Su Resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a ÉL en Su Muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.»
Pablo siempre fue tremendamente duro cuando lo que estaba en juego y en peligro era la pureza del mensaje del Evangelio, cosa que podemos corroborarlo leyendo Gálatas, y en esta ocasión no es para menos. Aquí se refiere a los judaizantes con 3 fuertes y contundentes palabras.
- PERROS: Aludiendo a Isaías 56:10, Pablo les devuelve el mismo adjetivo con el que ellos, los orgullosos judíos se referían despectivamente de los gentiles, comparándolos en este caso con un animal inmundo como los perros, como alguien ajeno al Dios del Pacto
- MALOS OBREROS: Mientras los judíos creían ser los obreros de la justicia divina y se jactaban por ello, Pablo les contradice porque trabajaban mal y en clara oposición a la gracia de Dios.
- MUTILADORES DE LA CARNE: Pablo alude a la circuncisión física de la carne, de la cual se enorgullecían por ser a marca externa y visible de pertenecer al pueblo de Dios (Génesis 17). Los judaizantes insistían en que para ser cristianos primeramente debían pasar por el judaísmo, y por tanto circuncidarse, o mejor dicho, mutilarse o cortarse, cosa prohibida por Dios en Levítico 21:5. Un ritual físico sin el sentido espiritual, sin un corazón recto, es una inútil mutilación en la carne.
Muy similar suenan estas palabras a las que Pablo usó contra precisamente un grupo de judaizantes que se infiltraron en las iglesias de Galacia para predicar «otro» evangelio.
Gálatas 5:12 «¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!»
LA CIRCUNCISIÓN: ANTES Y DESPUÉS, FÍSICA Y ESPIRITUAL
Si ésta era efectivamente la señal visible y externa de la pertenencia al pueblo del pacto, a Israel (véase Génesis 17), no es menos cierto que los corazones de ellos estaban muy alejados de la Voluntad de Dios, aún a pesar de que se jactaban de esa circuncisión física en el prepucio que se hacía al 8º día de vida del niño. Este rito externo y físico era tan importante para ellos que los hombres judíos incircuncisos, es decir, que no se habían circuncidado, debían ser cortados de la comunidad del pacto (Génesis 17:14).
La circuncisión ilustraba la depravación del hombre, manifestada mayormente en la transmisión de la procreación, y en los pecados sexuales; a la vez que transmitía la absoluta necesidad del hombre de limpiarse del pecado desde lo más profundo de su ser.
Tristemente se había convertido en un simple ritual externo, desprovisto de su significado espiritual, y es por ello que los profetas, con frecuencia, les recordaban que el rito exterior de la circuncisión, para tener algún significado, debía ir acompañado por una circuncisión del corazón, y ellos anhelaban y esperaban un día en que Dios circuncidase los corazones para poder andar en Sus Estatutos.
Jeremías 4:4 «Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que Mi Ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.»
Deuteronomio 10:16 «Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y NO endurezcáis más vuestra cerviz.»
Deuteronomio 30:6 «Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.»
Ya en el Versículo 3 hay un tremendo contraste, y Pablo les dice que ese tiempo que ellos esperaban ya ha llegado con Cristo y con la formación del Pueblo de Dios en ÉL, la Iglesia, y que la circuncisión del corazón es el requisito para entrar y formar parte de él.
Es el Espíritu de Dios quien realiza la verdadera circuncisión, transformando el corazón para producir un nuevo nacimiento, cambiando un corazón de piedra por uno de carne
Estos judíos legalistas se consideraban a ellos mismos como los que verdaderamente circuncidados, pero Pablo declaró que ellos y nosotros (los cristianos) son los que están real y verdaderamente circuncidados, no en la piel o la carne, sino en el corazón. Y lo que Pablo considera es de suma importancia teniendo en cuenta que la mayoría de los miembros de la iglesia en Filipos eran cristianos gentiles y NO judíos; y que un judío (o un cristiano de procedencia judía) era sumamente impactante leer que los gentiles que abrazan la fe en Cristo, y no ellos quienes recibieron las continuas profecías, eran la verdadera circuncisión.
Romanos 2:25-29 NVI «La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero, si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso. Por lo tanto, si los gentiles cumplen los requisitos de la ley, ¿NO se les considerará como si estuvieran circuncidados? El que NO está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito y la circuncisión, quebrantas la ley. Lo exterior NO hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo. El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, NO el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y NO la gente.»
1ª Corintios 7:19 «La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios.
Gálatas 5:6 «porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.»
Colosenses 2:11 «Además, en ÉL fueron circuncidados, no por mano humana, sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisión la efectuó Cristo.»
LA ANTIGUA CIRCUNCISIÓN RITUAL Y EXTERNA LLEGÓ A SU FIN POR LA VERDADERA CIRCUNCISIÓN INTERNA Y ESPIRITUAL, LA DEL CORAZÓN
Lo que hace Pablo, quien sí fue circuncidado como judío, fue descalificar este rito, esta señal como requisito para pertenecer al Pueblo de Dios, un pueblo que se caracteriza por servir, adorar, alabar a Dios por el Espíritu, porque se gloría en Cristo y este crucificado y porque NO pone su confianza en los vanos esfuerzos humanos, no como estos judaizantes que confiaban en sus ritos y ceremonias externas, al punto de tratar de imponerlas para ser salvo.
De una forma providencial, la Iglesia Primitiva, en el Concilio de Jerusalén condenó las enseñanzas heréticas de estos judaizantes trataban de imponer a los nuevos creyentes de extracción gentil (Hechos 15:1-29)
¿QUÉ HACE PABLO A CONTINUACIÓN, TRAS DECIR QUE NO CONFÍA EN LAS OBRAS DE LA CARNE?
El punto de contraste es que mientras los legalistas judaizantes confiaban en las obras propias de la carne, Pablo solo confía en una cosa, mejor dicho, solo confía y descansa en uno, en Cristo, y en ÉL (y solo ÉL) se gloría.
A continuación Pablo, quien presenta y expone ante todos su maravilloso currículum vitae, se muestra contrario y opuesto a los judaizantes, a pesar de que podría gloriarse más que ninguno de todos los judaizantes en los ritos, en los méritos, en los esfuerzos, en la sobras en la carne. El apóstol enumera sus inmejorables e insuperables logros como judío para llegar a una conclusión rotunda y radical.
Antes de su conversión, antes de que la Cruz trastocara por completo su cosmovisión, Pablo confiaba que un día este magnífico currículum le serviría para poder presentarse delante de Dios, pero tras un enceguecedor encuentro con Cristo, se dio cuenta que sus esfuerzos eran inútiles e inservibles para ser aprobado por Dios, pues Dios pedía y demandaba muchísimo más que que lo que sus insuperables e intachables logros podían ofrecer, ÉL exigía sumisión al evangelio.
Si hay alguien que hubiera podido alcanzar la salvación por el esfuerzo personal, éste hubiera sido sin duda el Apóstol Pablo, pero al darse cuenta de su actitud egoísta y egocéntrica en vez de teocéntrica, todo cambio en él.
«TODO ESTO NO ME HA BENEFICIADO NI UN 0,01% PARA MI SALVACIÓN. YO ESTARÉ EN EL CIELO, PERO NO POR NADA DE ESTO, SINO SOLAMENTE POR LOS MÉRITOS DE CRISTO, EL HIJO DE DIOS; SUS MÉRITOS SON REALMENTE MI VERDADERO CURRÍCULUM»
- CIRCUNCIDADO AL 8º DIA; Esta señal del pacto los distinguía de los ismaelitas y prosélitos; de hecho Ismael fue circuncidado a los 13 años. Ver Génesis 17:12 y Levítico 12:3
- DEL PUEBLO DE ISRAEL; Descendiente directo de Abraham, de Isaac y de Jacob; siendo un judío puro y NO un mestizo. Ver Romanos 9:3-4 y 11:1
- TRIBU DE BENJAMÍN; Era como decir que pertenecía a la mejor familia de todas, a una tribu preciosa y fiel en el momento de la división junto con Judá, en cuya región se hallaba Jerusalén y el Templo (Deuteronomio 33:12). Benjamín fue leal y fiel a la Dinastía de David, y junto a Judá formaron el Reino Sur. Es más, se puede presuponer que Pablo, Saulo, recibió ese nombre por el Rey Saúl, también de esa tribu de Benjamín
- HEBREO DE HEBREOS; Judío de padre y de madre (Ver Hechos 21:40 y 26:4-5). Pablo NO era un prosélito.
- EN CUANTO A LA LEY, FARISEO; La secta más estricta de la religión judía (Hechos 26:5), y muy celosa por la observancia y el cumplimiento estricto de la Ley de Moisés, así como en la tradición (Hechos 22:3 y Gálatas 1:14). Su nombre «Fariseos» significa Los Separados, y podemos ver su celo en pasajes como Mateo 23:23.
- EN CUANTO A CELO, PERSEGUIDOR DE LA IGLESIA; Para un judío el celo era una gran virtud (quizás la más grande), y él creía que al perseguir a la Iglesia estaba cumpliendo la Voluntad de Dios (Hechos 9:13-14, 22:4-5, 26:9-11, 1ª Corintios 15:9 y Gálatas 1:13-14)
- EN CUANTO A LA JUSTIFICACIÓN QUE SE BASA EN LA LEY, IRREPROCHABLE; Es decir, referente a los ojos de los hombres o según el juicio y el estándar de los hombres. NO es que él se considere justificado por la ley (Gálatas 2:16 y 3:11), sino que es intachable e inculpable ante los hombres, con una honorable obediencia a la ley.
Todo esto era valioso hasta que cierto día unos 30 años atrás de escribir esta carta, camino a Damasco fue destrozado a sí mismo y a su propio orgullo y tuvo un encuentro con la refulgente Gloria de Dios, donde todo cambió en su vida, y ya NO se veía favorable ante ÉL, sino que supo que se estaba oponiendo contra ÉL. Hubo un gran cambio en aquel celoso e impetuoso Saulo de Tarso, hasta convertirse en el Apóstol de Cristo para las naciones, Pablo; y ese celo pasional que tenía, lo cambió de dirección en pos del Evangelio y del Reino de Dios.
Para el Apóstol la confianza en la carne y la confianza en Cristo son recíprocamente excluyentes, y NO puedes tener un pie en la carne y otro en Cristo. O en la carne, o en Cristo, pero los 2 pies deben de estar sobre un fundamento.
¡QUÉ MARAVILLOSO CAMBIO HUBO EN LA MENTE Y EN EL CORAZÓN DE PABLO TRAS SU ENCUENTRO CON EL SEÑOR!
La actitud de Pablo es la que Jesús describió en las parábolas, en relación a alguien que haya a Cristo a través del evangelio y vende todo cuanto tiene por él.
Mateo 13:45-46 «También el Reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.»
Todo cuanto se podía enorgullecer y jactar (que era mucho más que lo que podían hacer los legalistas judaizantes) lo estimó y lo tuvo por basura (literalmente estiércol) para conocer más de Aquel quien cambió sus esquemas y volteó su currículum para darle Su Justicia, esto es, Cristo, y para estar unido, arraigado e injertado EN ÉL.
NO es que en sí sus logros, su ciudadanía hebrea, su educación judía,.. fueran malos, sino que lo malo era la confianza que él le ponía a todo esto de cara justificarse con Dios en el futuro día del Juicio que todos enfrentaremos y daremos cuentas
La salvación NO es por ningún ritual, NO es por ninguna raza, NO es por casta, NO es por ninguna tradición, NO es por religión, NO es por sinceridad o celo ni por justicia legalista. La salvación viene de Dios por medio de Cristo y se recibe por Gracia a través de la fe.
PABLO DESECHA POR COMPLETO EL MÉRITO HUMANO PARA PODER RECIBIR EL MÉRITO DE CRISTO POR GRACIA.
Lo que para Saulo de Tarso era ganancia, ahora es pérdida, inutilidad y estorbo para el Apóstol Pablo. Es decir, si el coloca los 7 puntos de su excelente y magnífico currículum vitae de los versículos 5 y 6, más aún, si coloca todo lo que pueda hacer, decir o acumular en un lado de la balanza, y en el otro coloca los méritos de Cristo imputados a él por fe, así como estar en ÉL y poder experimentarle y conocerle cada día más, NO HAY COMPARACIÓN POSIBLE PARA PABLO, NO SON ABSOLUTAMENTE NADA COMPARADAS CON CRISTO.
Para el Apóstol bien vale la pena morir pero si en esa muerta ha alcanzado, ha hallado a Cristo, el supremo premio, el galardón excelente, la corona de coronas.
Isaías 64:6a «Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia (…)
Pablo pasó parte de su vida tratando de cumplir y obedecer la ley, hasta que se dio cuenta (y así nos lo expresó en Romanos 3) que la ley es o está para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el Juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de ÉL; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Si con la intromisión de pecado el hombre ya NO conocía al Dios Santo y esa relación de intimidad se convirtió en una alienación, de modo opuesto, conocerle, no de una manera intelectual y racional solamente, sino de una manera posicional y experimental, es recobrar la Vida
Juan 17:3 «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado»
2ª Corintios 4:6 «Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo»
Él, que había estado en la religión, en la ley, en el judaísmo, ahora estaba en el evangelio. Había sido trasladado de la Ley a Cristo, a estar EN ÉL, y dicha unión espiritual, vital y orgánica sólo era posible por la Justicia Perfecta y los méritos de Cristo, imputados y trasladados a su cuenta mediante la fe en Aquel quien lo representó viviendo la vida que debió vivir Pablo y quien lo sustituyó en la muerte que Pablo debió padecer de manos del Dios Justo y Santo.
En los Versículos 9-11, el Apóstol aprovecha para hacer un notable contraste doctrinal y teológico entre la Justificación por Gracia mediante la fe sola y la Justificación por las obras, la cual NO puede más que condenar. Además en el versículo 10 habla de la santificación, y en el 11 de la Glorificación final.
La diferencia está entre el vivir y confiar en tu propia autojusticia y el vivir y confiar en la Perfecta Justicia de Dios dada por la fe en Cristo, el verdadero estándar, el ideal, el modelo, el 2º Adán.
Va a tratar de exponer y enfrentar brevemente lo mismo que les dijo a los Gálatas, una comunidad donde también sufrió y padeció por culpa de los judaizantes legalistas.
Gálatas 2:16 «sabiendo que el hombre NO es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y NO por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.»
La fe en Cristo es el instrumento, no el fundamento de la justificación, y Cristo mismo, Su Persona y Obra es el objeto de dicha fe, la cual recibe y/o se apropia del don de la Justicia de Dios, obteniendo así la Justificación por gracia.
2ª Corintios 5:21 «Al que NO conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en ÉL.»
Cristo vive una vida justa, perfecta y obediente y va a la cruz a cargar con la pena que nosotros merecemos, con nuestra culpa, y a cambio (por Gracia mediante la fe) nos da, nos otorga su Vida Justa, Su Inocencia, de modo que Dios nos ve Justos e inocentes por los méritos de Cristo
Romanos 4:4-5 «Pero al que obra, NO se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que NO obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.»
Romanos 5:1 «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo»
Pablo desea conocer y experimentar a su Señor, desea conocer y experimentar el Poder de la Resurrección del Señor, que es el mismo poder inconmensurable que opera en nosotros los creyentes (ver Efesios 1:19) y, por último, desea experimentar y tener comunión en Sus Sufrimientos y padecimientos.
Conocer a Cristo NO implica solamente experimentar Su Vida por el Poder de Su Resurrección, sino también participar en Sus Padecimientos.
Colosenses 1:24 «Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia»
Estar en Cristo también significa estar «en» Su Muerte, ya que hemos muerto, hemos sido crucificados con ÉL, resucitados «en» Él, y puestos exaltados con ÉL, donde seremos glorificados para estar con ÉL.
Romanos 6:4-5 «Porque somos sepultados juntamente con ÉL para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con ÉL en la semejanza de Su Muerte, así también lo seremos en la de su resurrección«
Romanos 8:17 «Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con ÉL, para que juntamente con ÉL seamos glorificados.»
Es notorio que mientras Pablo escribe estas palabras, él estaba encadenado y custodiado por soldados romanos a la espera de un juicio que podía llevarle a la muerte (cosa que finalmente NO sucedió en este encarcelamiento), y es por eso que Pablo piensa, medita y se goza en la esperanza de la resurrección de su cuerpo.
1ª Tesalonicenses 4:13-17 «Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que NO tienen esperanza.Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en ÉL.Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.»
1ª Corintios 15:42-44 «Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
En este estudio expositivo de Filipenses 3:2-11 hemos visto la comparación entre el Pablo pre-conversión (antes de su conversión), así como los judaizantes, y el Pablo post-conversión (después de su encuentro con Cristo), quien se aferra no a sus logros, a sus méritos u obras en las que pasó la mayor parte de su vida confiando, sino que se aferra en la Vida, Muerte y Resurrección de Cristo, el Señor, sabiendo que cuando se presente ante Dios, quedará absuelto por los méritos de ÉL, no por los propios suyos.
Y todo esta base teológica-doctrinal que él ha presentado tiene la intención de que sirva para rechazar a los judaizantes que ya estaban dañando a las iglesias.
«Vendrán hasta vosotros, hasta la iglesia tratando de imponeros su férreo legalismo judío, pero vosotros debéis acordaros que yo mismo les supero a ellos en méritos judíos, y que todo eso era pérdida e ineficaz, que sólo os sirve Cristo y la Cruz. Fijarse en mí, en mi pasado, en mi testimonio y en estas palabras que os he escrito y rechazar cualquier doctrina que trate de añadir algo a la cruz, al evangelio.»