Habiendo expuesto en el tema anterior la Revelación de Dios, enfatizando en la general, es preciso y necesario exponer una forma de revelación especial que abarca todo el Plan y el Consejo de Dios, LA PALABRA DE DIOS. Allí se abarca el registro de la revelación de Dios mismo.
1ª Juan 5:9 «Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo.»
2ª Pedro 1:19-21 «Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.»
2ª Timoteo 3:16-17 «Toda la Escritura es inspirada («exhalada») por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.»
La Biblia, cuyo término deriva del griego «Biblion» que significa «libro» o «rollo» es la revelación escrita de Dios, y siendo escrita por más de 40 autores humanos de diferentes lugares geográficos en 3 continentes (Asia, África y Europa), de muy diversos contextos sociales (reyes, profetas, campesinos, pescadores, recaudadores de impuestos,…) en diferentes estados anímicos (felicidad, gozo, tristeza, incomprensión, persecución…) y épocas durante un largo período de unos 1.600 años, es decir, unas 60 generaciones, y escrito en 3 idiomas diferentes , en hebreo y arameo en Antiguo testamento y en el griego koiné en Nuevo.
¿QUÉ VEMOS EN TODO ELLO?
- Que presenta una armonía total y una unidad en su conjunto fuera de toda duda en la cual el tema principal que une y engloba todo, el enfoque y el hilo conductor desde la primera hasta la última página es la redención y el redentor, esto es, Cristo. Muchos escritores confirman la autoridad de otros (2ª Pedro 3:15-16), algunos libros confirman y contrastan a otros, …
Lucas 24:25-27 «Entonces ÉL les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de ÉL decían.»
El hilo progresivo por el que transcurre toda la Biblia es: creación-caída-redención y consumación.
- Que ha sido preservada como ningún otro libro a lo largo de la historia, a pesar de haber sido atacada, perseguida, prohibida (aún hoy lo es). Han tratado de prohibirla, de quemarla, de erradicarla edicto tras edicto, pero todo ha sido en vano, de hecho es el libro más traducido, leído y vendido año tras año, y se debe porque es la Eterna Palabra de Dios, quien se ha comprometido a preservarla y guardarla.
Salmo 119:89 «Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos.
Mateo 5:18 «Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido»
Mateo 24:35 «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras NO pasarán.»
Isaías 40:8 «Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.»
El filósofo, historiador y escritor francés, Voltaire (1694-1778) dijo en una ocasión: «Dentro de 50 años la Biblia ya NO será considerada entre las personas instruidas». NO solo se equivocó por completo, sino que unos 50 años después de su muerte, su casa donde vivió y su imprenta fueron comprados por la sociedad bíblica de Ginebra para producir grandes cantidades de biblias.
¿POR QUÉ NECESITAMOS LA REVELACIÓN ESPECIAL DE DIOS EN SU PALABRA?
Porque es imposible para el hombre llegar a conocer a Dios, excepto y salvo por la revelación que ÉL ha dado de Sí Mismo. Es decir, necesitamos una revelación especial de ÉL, de sus Atributos, del Dios Trino, de su Gracia, de Su Plan, de nuestro pecado, de su remedio salvífico en Cristo, de los ángeles, de las cosas futuras,… y para ello necesitamos la Palabra de Dios. Allí está todo. Allí lo tenemos todo de parte de ÉL.
Job 11:7 «¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?»
I.- LA INSPIRACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS
La inspiración es necesaria e imprescindible para preservar la revelación que Dios ha dado de ÉL. Si Dios se ha revelado pero el registro NO es preciso, estará sujeta a cuestionamientos, dudas e inquietudes. Por lo tanto, la inspiración garantiza la precisión de la revelación de Dios hacia nosotros.
Dios guió, supervisó y dirigió a hombres caídos, débiles y pecadores para que ellos escribieran Su Mensaje en la Biblia, sin fallo alguno y sin error. De alguna manera, ÉL exhaló o sopló Su Aliento de vida (ver la palabra «Theopneustos» en el original griego traducida al español como «inspirada» en 2ª Timoteo 3:16) en los autores humanos para que ellos fueran empujados, conducidos y movidos a ello por el Espíritu Santo de Dios (2ª Pedro 1:21) escribiendo, cada uno con su diferente estilo o personalidad propia, la revelación de Dios.
El Espíritu Santo, quien NO puede errar, quien es Veraz e Infalible, trajo las Escrituras, y NO la voluntad del hombre. Ellos fueron sus instrumentos, siendo plenamente inspirados para que escribiesen sin fallo, sin error alguno todas y cada una de las palabras escritas en los manuscritos originales (teoría de la inspiración verbal y plenaria)
LA BIBLIA ES VERBALMENTE (todas las palabras) Y PLENARIAMENTE (todas las partes) INSPIRADA POR DIOS
II.- LA INFALIBILIDAD Y LA INERRANCIA DE LA PALABRA DE DIOS
Desde siempre ambos términos (Infalibilidad e Inerrancia) se usaban indistintamente y de forma intercambiables, pero tras el surgimiento de la alta crítica y la neoortodoxia, más aún desde 1960 (entiéndase Karl Barth), aparecieron críticos liberales que decían que la Biblia sí tenía errores, pero que NO era capaz de engañarte, de llevarte «por mal camino», es decir, que NO era inerrante, pero sí infalible, por lo que se acordó el Concilio Internacional de Inerrancia Bíblica de Chicago en 1978 para solucionar estos problemas.
¿QUÉ SE ACORDÓ ALLÍ?
LA BIBLIA ES INERRANTE: NO contiene ni puede contener errores, Dios mismo la inspiró y por ello dice la verdad en todas sus partes y con todas sus palabras, aunque incluya mentiras dichas por otros, aproximaciones, citas libres, u otras similares.
LA BIBLIA ES INFALIBLE: NO te va a fallar, NO puede fallar, y es digna de confianza, pues ella es perfecta para cumplir sus propósitos y sus objetivos.
Si algo es infalible, nunca es malo y, por lo tanto, absolutamente confiable, digno de confianza, pues NO puede extraviarnos, engañarnos ni decepcionarnos.
Salmo 19:7 «La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo»
Colosenses 1:4-5 » (…) habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio»
La Palabra de Dios está libre y preservada de error debido a la inspiración, está exenta de fallo (por minúsculo que sea), es incapaz de errar. En todas sus enseñanzas, ya sea enseñanza sobre doctrina, ciencia, historia, geografía, geología u otras disciplinas del conocimiento, están en perfecta concordancia con la verdad; ella es la verdad y sin errores (Juan 17:17)
La biblia reta continuamente a la ciencia; a la astronomía, biología, geología, paleontología, antropología, arqueología, a la historia…Pero más que a la ciencia genuina que la valida y demuestra, reta a los envanecidos científicos que tratan de hacer caso omiso a la revelación natural de Dios y a su testimonio interno escrito en su corazón y su conciencia.
Si la palabra de Dios NO es Infalible, ¿Dios es Todopoderoso y Veraz? Es sumamente importante esta doctrina, pues todas las demás doctrinas (antropología, hamartiología, soteriología, cristología, eclesiología, escatología,…) emanan y se sostienen de ella.
SI LA INERRANCIA CAE, CAEN TODAS LAS DEMÁS DOCTRINAS
Juan 10:35 «Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la Palabra de Dios (y la Escritura NO puede ser quebrantada)»
Cuidado con empezar a negar la Trinidad, la caída histórica de Adán, la existencia de Jonás o cuestionar los milagros de Jesús…algunos empezaron por ahí, y se alejaron definitivamente de su relación con Dios. Sin fe es imposible agradarle.
La infalibilidad se refiere a cómo la Escritura es autoritativa, y acarrea necesariamente la inerrancia de la misma, la cual se refiere a ella cómo la Palabra de Dios sin error.
Es posible que alguien sea falible (que pueda fallar o errar) pero que produzca un texto o haga un examen que sea libre de error (inerrante en ese aspecto). Las personas que son capaces de cometer engaños, errores y de fallar, a pesar de todo, no se equivocan constantemente, pero la Biblia es absolutamente inerrante en todo lo que dice (no tiene error alguno) porque es absolutamente infalible en todos sus propósitos y objetivos (no puede fallar ni cometer error alguno)
Isaías 55:11 «Así será mi palabra que sale de mi boca; NO volverá a mí vacía, antes hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.»
Negar la inerrancia de la Biblia es un tremendo suicidio espiritual, y conlleva a:
- Negar y dañar el carácter de Dios Padre, ya que ÉL originó la Palabra y si es veraz (Hebreos 6:18, Tito 1:2), ¿Por qué permite errores en Su revelación escrita?
- Negar la fidelidad del Hijo, quien inspiró y encarnó la misma Palabra, y quien atestiguó de ella (Juan 17:17)
- Negar el ministerio del Espíritu Santo, quien la inspiró, preservó, quien la ilumina y quien nos guía a ella.
- Negar la estabilidad de la Iglesia, la cual está edificada sobre la Palabra de Dios.
III.- LA CANONICIDAD DE LA PALABRA DE DIOS
La palabra canon viene de una raíz que en hebreo («qaneh») significa «caña» o «vara de medir» («Kanon» en griego), aludiendo a la idea de que es una norma para medir, siendo un instrumento de madera usada por los carpinteros. Mas tarde llegó a significar «una lista» o «un índice».
El canon de las Escrituras son la lista de libros reconocidos e incluidos en la Biblia como canónicos, inspirados, auténticos y autoritativos. Si la Biblia es un conjunto de 66 libros individuales que forman «el libro», ¿Cómo sabemos que los libros correctos se han incluido en esta colección o biblioteca de libros que llamamos Sagrada Escritura?, ¿Qué libros son realmente los inspirados? De ello se ocupa la canonicidad.
Muy importante y muy necesario destacar que la Biblia es auténtica por sí misma (2ª Timoteo 3:16), de manera inherente a ella, y NO por formulación de hombre o concilios. La Iglesia (y anteriormente el pueblo de Israel) NO otorgaron autoridad a los libros ni los canonizó, la Iglesia (y anteriormente Israel) recibió la Biblia y reconoció la autoridad de ella, los los libros canónicos, pero siempre bajo el cuidado providencial, la supervisión y la guía de Dios en todo este proceso de reconocimiento que duró siglos.
LA BIBLIA ES LA NORMA DE LAS NORMAS, LA CUAL NO TIENE NINGUNA NORMA POR ENCIMA DE ELLA.
PROPÓSITO DE ESTABLECER UN CANON:
- Para delimitar los libros autoritativos de Dios del resto de libros existentes.
- Para preservar lo valioso.
- Para invitarnos, de alguna manera, a leer la Biblia.
A.- CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO:
Romanos 3:1-2 «¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la Palabra de Dios.»
- Incluye desde el Siglo II a.C. hasta el Siglo I d.C. y, aunque no hay pruebas ni evidencia de ello algunos alegan que los libros canónicos fueron coleccionados y reconocidos por Esdras en el Siglo V a.C.
- El canon hebreo está formado por el Tanaj, esto es, la Torá (el Pentatéuco de Moisés), el Nebihim (libros de los profetas, más Josué, Jueces y Samuel ) y el Ketuvim (Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares, más algunos de los libros históricos) De esta forma es idéntico al Antiguo Testamento de nuestras Biblias, excepto las biblias católicas, que añadieron los libros apócrifos y/o deuterocanónicos a su Antiguo Testamento (poniéndolos al mismo nivel que la Palabra de Dios) a pesar de: NO estar en el canon hebreo ni ser reconocidos por ellos, de NO afirmar ser autoritativos como sí hacen otros libros, de NO ser reconocidos por Jesús o ninguno de los apóstoles o autores del Nuevo testamento, ya que no hace ninguna alusión, cita o referencia a ellos, y a pesar de haber en ellos prácticas o enseñanzas contrarias a la fe cristiana y de la propia escritura. Resulta igual de curioso y sorprendente que estos libros apócrifos NO se reconocieron como oficiales por la Iglesia Católica hasta el Concilio de Trento (1545-1546), y como una respuesta a la Reforma Protestante.
- En el Concilio o Sínodo de Jamnia (año 90 dC, poco después de la destrucción de Jerusalén y del Templo), los rabinos judíos reconocieron los libros del Antiguo Testamento.
- El propio Nuevo Testamento (y Jesús mismo) se refieren al Antiguo como Escritura Sagrada, como la Palabra de Dios (véase Mateo 23:35, Mateo 21:42, Lucas 24:44)
- Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los cantares y Ester fueron los más criticados y los que obtuvieron más dudas, pero en el Concilio de Jamnia quedaron reconocidos como canónicos y santa escritura.
- Para que pudiera ser reconocido como canónico debía ser escrito por un profeta o asociado de éste, o que mostrase ciertas marcas de inspiración y autoridad divinas.
- Según vemos en el relato bíblico (apoyado por historiadores de la talla de Flavio Josefo), NO hubo revelación de Dios desde el año 435 aC (Artajerjes), hasta aproximadamente 37-40 dC. Son los 400 años de silencio de Dios, quien a pesar de No dar revelación, no dejó de cuidar de Su Pueblo.
- Resulta reconfortante que todos los libros del Antiguo Testamento (excepto Ester) están representados entre los Rollos encontrados en el Mar Muerto en 1947.
- Los Padres de la Iglesia reconocieron y aceptaron los 39 libros del Antiguo Testamento, excepto Agustín, quien incluyó los apócrifos, pero dejando claro que no eran totalmente autoritativos como los demás.
B.- CANON DEL NUEVO TESTAMENTO:
Juan 16:13-14 «Pero cuando venga el Espíritu de verdad, ÉL os guiará a toda la verdad; porque NO hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. ÉL me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.»
- Este proceso de reconocimiento se inició desde los primeros siglos de la iglesia cristiana.
- Es destacable 3 épocas en la canonización de las escrituras del Nuevo Testamento: inspiración, reconocimiento y colección (o antología).
- Hay unas condiciones fundamentales para la canonicidad: Que fuera escrito por Apóstol o estuviera supervisado por este (entiéndase Lucas o Marcos, respaldados por Pablo y Pedro respectivamente), que tuviese un alto contenido espiritual, que fuese ampliamente aceptado y recibido por la Iglesia Primitiva, que estuviese en plena armonía con todos los demás libros, y que tuviese evidencia interna de su singularidad y su inspiración divina.
- Algunos escritores neotestamentarios reconocían la autoridad de otros escritores (2ª Pedro 3:15, 1ª Timoteo 5:18), y otros reclamaban autoridad de sus propios escritos (Colosenses 4:16, 1ª Tesalonicenses 2:13 y 5:27)
- De una manera paradójica, el hereje Marción en el año 140 dC (rechazó el Antiguo Testamento y gran parte del Nuevo e hizo una versión expurgada de la Biblia), así como la irrupción del gnosticismo, resultaron en positivo para que la Iglesia reconociera los libros divinamente inspirados y separarlos de los apócrifos, heréticos u otros, como una manera de separación y protección. Fue necesario para refutar y combatir, para sacar a luz la verdad.
- En el 170 dC, el Canon Muratori ya incluía a todo el actual Nuevo Testamento salvo Hebreos, Santiago y una epístola de Juan.
- En el Siglo IV dC hubo una prominente reconocimiento, ya que primero Atanasio, el teólogo más ortodoxo de su época, en (367 dC), luego el Concilio de Laodicea (363 dC), más tarde en el Concilio de Hipona (393 dC) y en el de Cartago (397 dC) afirmaron que sólo los 27 libros del Nuevo Testamento (ademas del Antiguo heredado del canon hebreo) eran canónicos y podían (y debían) leerse en las iglesias.
- Los libros del Nuevo Testamento más criticados fueron Hebreos, Santiago, 2ª Pedro, 2ª y 3ª de Juan, Judas y Apocalipsis, aunque NO hubo duda de su canonicidad.
- Mención especial merecen la Didache, el Pastor de Hermas, y la Primera carta de Clemente de Roma, ya que alguna vez fueron considerados seriamente para su inclusión en el Nuevo Testamento
NO HUBO PROCESO DE OTORGAR AUTORIDAD O DE CANONIZACIÓN, SINO MÁS BIEN UN PROCESO DE RECONOCIMIENTO A LO QUE ERA YA GENUINO
Ningún concilio religioso, sea de la época que sea, podía causar u otorgar la inspiración de un libro, sino que solamente reconocían los libros inspirados por Dios y su canonicidad establecida previamente.
IV.- LA AUTORIDAD DE LA PALABRA DE DIOS
La autoridad radica en su autor, Dios mismo. Aunque es escrito por humanos, es un mensaje de Dios a los hombres, con lo cual podemos tener la absoluta certeza, la seguridad y la paz que solo Dios puede dar, máxime cuando ÉL mismo nos revela el mayor problema de la raza humana (pecado), pero también la única esperanza para ella (Cristo).
Como hemos dicho antes, y no no cansamos en repetir, la autoridad de la Biblia como revelación especial de Dios NO radica ni emana de la Iglesia, como cree y afirma la Iglesia Católica Romana. De hecho estoy convencido de que si la Iglesia Católica, por sí misma, hubiese escogido los libros del Nuevo Testamento o hubiese tenido parte alguna en la redacción del mismo, hubiera omitido pasajes como Mateo 1:25, Marcos 3:33-35, Lucas 11:27-28, Hebreos 10:28, 13:4 o 1ª Timoteo 3:1-5.
Si todas y cada una de las palabras son toda la Palabra de Dios, no creer o desobedecerla es no creer o desobedecer a Dios mismo. Si Jesús es nuestro Señor, sus palabras, sus mandamientos, sus enseñanzas son autoritativas para nosotros, sus seguidores, sus discípulos.
LA BIBLIA ES LA AUTORIDAD SUPREMA DE LA IGLESIA, ELLA DETERMINA LO QUE HACE Y CREE LA IGLESIA, Y NUNCA A LA INVERSA
Para finalizar, es necesario saber distinguir 3 términos que pueden confundirse pero que tratan de diferentes conceptos:
REVELACIÓN es el acto de Dios por medio del cual ÉL comunica al hombre las verdades de ÉL que antes no conocía, y que no hubiera podido haberlo conocido por él mismo. Es Su mera y pura iniciativa por Gracia, en la cual ÉL descorre el velo a las verdades.
INSPIRACIÓN es el modo de guiar, supervisar y controlar esa verdad por medio del Espíritu Santo para que no haya error alguno, y que se dio en los escritores de los manuscritos originales. Al ser inspirado (o espirado) por Dios es, igualmente, infalible e inerrante.
ILUMINACIÓN es la influencia del Espíritu Santo para todos y cada uno de los creyentes en la cual ÉL obra para esclarecer, asimilar, esclarecer e iluminar el entendimiento de la revelación ya dada, esto es, la Palabra de Dios (Ver 1ª Corintios 2:11)
LA INSPIRACIÓN DE LA PALABRA INVOLUCRA INFALIBILIDAD, LA CUAL INVOLUCRA INERRANCIA, QUE A SU VEZ SE PLASMA EN AUTORIDAD DE LA MISMA.