En Efesios 1:3-13 podemos ver la obra de Dios trinitaria a lo largo del Plan de Redención:
- El Padre diseña, planea, nos escoge y predestina en Cristo aún antes del mundo, para ser adoptados en la familia real
- El Hijo nos redime por Su sangre, compra nuestra libertad. Nos representa y sustituye, pagando ÉL el precio
- El Espíritu Santo aplica la obra de redención a nuestras vidas
- El Padre lo hizo todo en el pasado, el Hijo hace Su obra perfecta en el tiempo presente y el Espíritu santo la aplica con vistas al futuro, al día final.
3.- DIOS ESPÍRITU SANTO «En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en ÉL, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Ahora, aquí, una vez que hemos creído en Cristo, que hemos sido reconciliados, adoptados en la familia real y sellados es que real y verdaderamente empieza la vida cristiana. Empieza la Santificación, la santidad
- Somos progresiva y gradualmente hecho santos, conforme la imagen de Dios. Es un largo proceso que dura toda la vida donde somos cada vez menos nosotros, y más como Cristo hasta que lo veamos cara a cara, y entonces seremos semejantes a ÉL porque le veremos tal como ÉL es.
- Este desarrollo, este crecimiento gradual y progresivo llamado santificación NO es una línea recta. Hay picos, hay altibajos. La madurez es la estabilidad, que los altos y los bajos se suavicen y normalicen cada vez más.
- Este proceso de santificación es la consecuencia imprescindible y necesaria de haber sido justificado. Es absolutamente imposible ser justificado, estar en cristo, ser un Hijo de Dios y NO dar fruto. En Cristo siempre hay fruto, siempre hay crecimiento y desarrollo.
- “Pero un día hice una oración, salí al llamado,, repetí una frase”. Eso da igual.
- Te invito a que mires al pasado, hagas un breve análisis mirando en retrospectiva nuestra vida cristiana. Si has estado En cristo, eso te dará consuelo, porque vas a ver Su Mano en tu vida transformándote y promoviendo un progreso y una madurez.
- Lo que antes abrazabas, amabas o te gustaba, ahora rechazas, detestas o repudias porque sabes que eso a tu Señor le desagrada y no le trae gloria.
Hay un testimonio que vi en internet donde un joven lleno de dudas pregunta a un predicador muy conocido lo siguiente:
- “¿cómo sé que soy salvo, que soy un hijo de Dios? estoy algo perdido.
- Predicador le dice lo siguiente “¿Conoces una discoteca buena? Busca una discoteca impía. Una que haya chicas, alcohol, música mundana, inmoralidad,… ¿conoces?»
- “Sí conozco”
- “Ve a una de ella”
- ¿Cómo? No entiendo, pastor”
- “ve allí y peca con todas tus fuerzas, da rienda suelta a la carne y diviértete como nunca has hecho: bebe, salta, baila. peca como nunca lo has hecho”
- ¿Por qué me dices eso?
- “ve, hazlo”
- “No puedo
- “¿Por qué no puedes ir?”
- Porque yo temo al Señor
Jeremías 32:40 “Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.”
- “Eres salvo”
- “¡Soy salvo!”
Hay 2 parejas de errores o herejías que es importante conocer para nuestra santidad, para nuestro desarrollo de la santificación.
ACTIVISMO Y QUIETISMO
- Activismo: Buscar la autojustificación, la santificación por las continuas e incesantes obras nuestras, por nuestro propio esfuerzo sin necesidad, dependencia ni guía del Espíritu Santo. Solo nosotros
- Quietismo: Es estar quieto, ser totalmente pasivo y no hacer absolutamente nada para nuestra santificación. Que Dios lo haga todo, nosotros NO hacemos absolutamente nada
ANTINOMIANISMO Y LEGALISMO
- Antinomianismo: Significa literalmente “No Ley” Es dar libertad absoluta donde Dios habla y da dirección. Es decir, “como estamos bajo la Gracia, no hay ley, ni tenemos obligación de obedecer la Ley de Dios”. Un hijo de Dios NO está bajo el yugo de la Ley, pero ama la Ley de Dios, le agrada, medita de día y noche en ella, porque ella refleja quién es Dios y lo que a Él le agrada
- Legalismo: Es añadir puntos y ley, donde Dios nos ha dado libertad, creando regulaciones, normas, prohibiciones,…son la ley del hombre que obstaculiza la libertad que tenemos en Cristo
Ahora, para finalizar, tengo que ir al equilibrio perfecto en nuestra santidad, en nuestra vida cristiana. Habiendo sido sellados por el Espíritu Santo al depositar nuestra fe en cristo, hasta el día final.
FILIPENSES 2:12-13 “ Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
FILIPENSES 2:12-13 NTV “Queridos amigos, siempre siguieron mis instrucciones cuando estaba con ustedes; y ahora que estoy lejos, es aún más importante que lo hagan. Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. 13 Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.”
Estos versículos NO son un llamado a ganarnos nuestra salvación. Eso es simplemente imposible, pues es un regalo, por gracia para que nadie se gloríe, tal como dice Efesios 2:8. Aquí Pablo habla de ser activos, de trabajar en pos de nuestra salvación de llevarla a cabo y de esforzarnos en ella, no por ella. Habla de nuestra responsabilidad una vez que somos ya salvos.
La Salvación es del Señor, de su entera y única iniciativa (Salmo 3:8, Isaías 33, Jonás 2:9), pero la santificación es, de alguna manera, de ambos, es decir, nosotros cooperamos con Dios para progresar en nuestro proceso de ser conformados a la imagen de Cristo. No somos pasivos en ella, sino que somos activos, debemos esforzarnos en ella, sabiendo que primeramente , y ante todo, Dios aún mismo produce el deseo y la voluntad de hacerlo, así como el crecimiento, el desarrollo, el progreso y el fruto del cristiano. Dios obra en nosotros, nos infunde de energía y nos capacita para que nosotros obremos. Es una Sinergia, un trabajo conjunto donde actúan 2 causas, 2 trabajos y 2 esfuerzos a la vez, en este caso Dios y tú. Y debemos hacerlo con reverencia, con temor y temblor.
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