Filipenses 2:12-18 «Por tanto («Así que»), amados míos (este es el tono cariñoso y afectivo de Pablo a los filipenses en toda la epístola) , como siempre habéis obedecido (los alaba por su constante obediencia), no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia (han obedecido cuando estaba con vosotros, ahora sean espiritualmente dependientes y crezcan hasta el punto de NO depender de mi), ocupaos («lleven a cabo, trabajen, encárguense») en vuestra salvación (muy similar a 2ª Pedro 1:10-11) con temor y temblor (con gran reverencia y respeto ante las cosas que Dios nos ha dado por Gracia, pero NO es pánico, miedo o alarma. Ver Proverbios 1:7 y 9:10), porque Dios es el que en vosotros produce así el querer (aspecto interno) como el hacer (aspecto externo), por Su buena Voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas (sin quejarse, protestar o discutir), para que seáis (alude al testimonio colectivo de ellos como iglesia) irreprensibles (intachables) y sencillos (puros), hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa (depravada, caída, torcida, mala y corrupta. Un lenguaje muy similar al cántico de Moisés en Deut. 31:30-32:37), en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo (así como brillan las resplandecientes estrellas en el oscuro firmamento, así debe ser nuestra vida reflejando la luz de Cristo. Ver Mateo 5:14-16 y Hechos 2:40); asidos de la palabra de vida (aferrados sujetos y manteniendo en alto la Palabra de Dios, en concreto el mensa del Evangelio, con fidelidad), para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme (y sentirme orgulloso y satisfecho de que hayáis crecido y madurado en el Señor) de que NO he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Y aunque sea derramado en libación (mi vida sea derramada y la pierda como ofrenda a Dios, como martirio. Así mismo escribió más tarde en 2ª Timoteo 4:6) sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos (¡alégrense aún en el sufrimiento!) y regocijaos (compartan conmigo mi alegría y gozo aún en mi sufrimiento, aún en mi encarcelamiento.) también vosotros conmigo.»
Pablo entrelaza la sección anterior donde ensalza el supremo ejemplo de Cristo quien fue obediente durante toda su Perfecta vida hasta la muerte y la maldita muerte de Cruz con la que debe ser la obediencia de ellos, de los filipenses, y por eso los anima y los insta a que continúen obedeciendo ahora que él NO está, y que lo hagan a la luz del maravilloso ejemplo de Cristo.
Es por eso que debemos mirarlo a ÉL, contemplarlo a ÉL, observarlo a ÉL y deleitarnos en ÉL.
«Sigan obedeciendo a Dios, pero NO por mi, porque yo haya estado entre ustedes o yo me entere, sino por ÉL, por Su Ejemplo, por lo que ÉL ya hizo por nosotros»
«Acordaos de vuestros ejemplos más cercanos, Lidia y el carcelero de Filipos, ellos obedecieron inmediatamente a Dios»
Hebreos 12:2-3 «Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo NO se canse hasta desmayar.»
2ª Timoteo 4:7-8 «Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio»
En el momento en que ellos están leyendo estas palabras, él se encuentra a cientos de kilómetros, encerrado y custodiado en una prisión, y eso sería desaliento para ellos, pero Pablo le dice que continúen como hasta ahora siendo fieles y obedientes.
Además de la obediencia, Pablo quiere que lo hagan con una buena actitud, es decir, sin murmurar, sin quejarse, sin protestar ni discutir. Y es aquí donde irremediablemente nos acordamos del pueblo de Israel en el desierto quejándose a Moisés, quejándose realmente a Dios y de Dios (Éxodo 16:2-9, 17:3, Números 11:1 y 14:2)
Ellos deben aprender de los errores de sus antepasados quienes fueron juzgados por ellos, y por ello es que deben actuar con temor y temblor.
En definitiva, primeramente Pablo les dice que se acuerden de Cristo, evocando Su ejemplo, y sean obedientes como así como lo fue ÉL, e inmediatamente les dice que se acuerden además de sus antepasados en el desierto, que NO murmuren, critiquen o protesten como ellos hicieron, provocando a Dios a que los juzgue.
SER UN VERDADERO HIJO DE DIOS ES CONTRARIO Y OPUESTO A UN ESPÍRITU MURMURADOR
Ellos, en medio de sus sufrimientos por sus oponentes externos (Filipenses 1:28-30), ellos podrían haberse quejado contra contra los líderes de la iglesia de Filipos, así como los israelitas hicieron, de ahí la exhortación del Apóstol, pero aquí Pablo vuelve a reiterarles que tengan ese espíritu de unidad.
¿POR QUÉ DEBÍAN MANTENERSE UNIDOS Y SIN QUEJARSE ANTE LOS DESIGNIOS DE LA PROVIDENCIA DE DIOS?
Así serán irreprensibles en cuanto al carácter externo, y sencillos o puros en cuanto a la actitud interna; y, sobre todo, Dios glorificado en medio de una generación torcida, descarriada, perversa y maligna, de una sociedad y una cosmovisión que desecha a Dios completamente. En medio de la perversidad de este mundo (1ª Juan 5:9) orquestado por el «dios de este siglo», el «príncipe de la potestad del aire» y el «tentador», nosotros debemos ser luz, alumbrando con la luz de Cristo (Juan 8:12), debemos ser el estandarte de verdad, de justicia y de amor en este mundo cada vez más carente de tales cosas.
NOSOTROS, LOS CREYENTES RESPLANDECEMOS EN ESTE MUNDO NO POSEYENDO LUZ PROPIA EN NOSOTROS MISMOS, SINO REFLEJANDO LA GLORIOSA Y BENDITA LUZ DE CRISTO
Ese fue el glorioso llamado de Israel, ser luz a las naciones, para que las naciones paganas, los gentiles, a través de ellos, pudieran llegar a conocer al Dios que alzaba Su Mano de salvación a todas las familias de la tierra, tal como prometió a Abraham. Ellos fracasaron, NO solo no lo hicieron, sino que además, por el contrario, quisieron emular y ser como las naciones paganas de su alrededor; tener un rey como ellas, y establecieron pactos y alianzas, matrimonios, adoraron a sus falsos dioses, …
Isaías 49:6 « dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.»
Ese llamado y esa gloriosa tarea y responsabilidad asignada al Israel bíblico en los tiempos del Antiguo testamento ahora debe ser llevada a cabo y completada por la Iglesia, por nosotros, siendo luz a las naciones.
ESTANDO EN LA LUZ (CRISTO), SOMOS LUZ, Y SI SOMOS LUZ DEBEMOS VIVIR ALUMBRANDO.
Y al igual que en la naturaleza NO puede haber vida si no hay luz, así mismo es en el Reino de Dios, debe haber luz.
Mateo 5:14-16 «Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.»
Efesios 5:8 «Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz»
¿QUÉ HACE EXACTAMENTE LA LUZ ADEMÁS DE ALUMBRAR?
La luz revela y pone de manifiesto lo que la oscuridad oculta, como por ejemplo la suciedad en una habitación; asimismo nosotros debemos exponer, evidenciar, reprobar, denunciar y desaprobar las oscuras prácticas de este mundo que está en tinieblas, y lo hacemos tan solo estando firmes y fieles a la luz del mundo, Cristo (Juan 8:12)
Juan 3:19-21 «Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y NO viene a la luz, para que sus obras NO sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.»
La misma luz de ÉL que irradia y es proyectada en nosotros, es un fuerte reproche y un constante señalamiento a esas oscuras y tenebrosas obras, es una puesta en evidencia de ellos, a la vez que les alumbra y les señala a Cristo
Pero el Apóstol Pablo deja muy claro una cosa, para poder ser Luz e irradiar su Luz, debemos vivir asidos de la Palabra de vida, debemos, exponerla, presentarla, ofrecerla, aplicarla y vivirla.
Es el Evangelio, el Poder de Dios, el que, tras ser creído, produce vida espiritual por medio de Dios (Efesios 2:1)
Toda esta actitud de los filipenses será una honra y, sobre todo, una gloria para Pablo en el Día de Cristo, cuando ÉL regrese en Gloria (1 Tesalonicenses 5:2, 2ª Tesalonicenses 2:2, 1ª Corintios 1:8 y 2ª Corintios 1:4), ya que será la prueba de que sus esfuerzos para con ellos bien han merecido la pena y NO ha corrido en vano con ellos.
Ver que el Evangelio que hemos defendido sobre todas las cosas y que predicado con amor y fidelidad, da fruto, da vida y prospera, eso es parte de la corona de Justicia que nos dará el Señor cuando comparezcamos ante Él en el Tribunal de Cristo (2ª Corintios 5:10 y Mateo 25:19-20)
En definitiva, Pablo ha rememorado al pueblo de Israel para que ellos tengan bien claro 2 conceptos para NO repetirlos:
- NO quejarse, murmurar, criticar como ellos aún en las circunstancias más desfavorables, pues Pablo mismo, quien escribe desde una prisión, les insta a que se gocen como él se goza. Ver Santiago 5:9; 1ª Pedro 4:9.
- Llevar a cabo la tarea de ser luz en medio de este oscuro mundo, sin perder la identidad como hicieron sus antepasados, y alumbrando tal como las estrellas alumbra el firmamento en medio de la más oscura noche.
Y en vez de esa mala actitud, ellos deben esforzarse en fidelidad y obediencia con un compromiso activo y radical, para LLEVAR A CABO SU SALVACIÓN CON TEMOR Y TEMBLOR, y aquí entramos en un tema fácil, pero no exento de malas interpretaciones y de controversias, ya que algunos usan este texto para apoyar que de alguna manera somos colaboradores o cooperantes de nuestra salvación, ya sea para obtenerla, o aún para mantenerla, contradiciendo Romanos 3:21-24 o Efesios 2:8-9.
Antes de abordar esta fácil controversia, debemos diferenciar los conceptos bíblicos (y paulinos) de «Salvación» de «Justificación»:
- JUSTIFICACIÓN: Acto enteramente de Dios en el cual perdona los pecados del pecador y lo acepta y declara justo en Su Presencia cuando éste se arrepiente y pone su confianza en Cristo; y lo hace sobre la base de la Obediencia y la Muerte de Cristo, y NO por nuestras obras o méritos (Romanos 5:18-19, Gálatas 3:13, Efesios 1:17). Es un acto instantáneo, completo, finalizado y acabado el cual se recibe por fe, y solo por fe.
- SALVACIÓN (SALVAR): Aunque en alguna ocasión se refiera a la salvación como un suceso en el pasado (Romanos 8:24, Efesios 2:5-8, Tito 3:59, la mayoría de veces, Pablo se refiere a un evento en el futuro, relacionado con el Día del Señor (1ª Corintios, Romanos 13:11, 1ª Tesalonicenses 5:9)
Es decir, los que ahora han sido justificados (declarados justos), pueden estar seguros de que serán salvo en el día final.
Romanos 5:9 «Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por ÉL seremos salvos de la ira.»
PABLO NO TIENE INTENCIÓN DE HACERNOS CREER QUE DEBEMOS GANARNOS NUESTRA INTENCIÓN, PUES EN EL VERSÍCULO 13 LO VA A DEJAR ABSOLUTAMENTE CLARO, PERO SÍ VA A PONER DE MANIFIESTO EL EQUILIBRIO ENTRE LA SOBERANÍA DE DIOS Y LA RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE.
Romper ese equilibrio teológico y esa constante tensión bíblica conlleva a inclinarse de una manera más enfática en la Soberanía de Dios sólo (calvinismo), o caer excesivamente en la responsabilidad del hombre (arminianismo)
2ª Pedro 1:10-11 NVI «Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, NO caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.»
NO se trata de ganar, obtener, ni aún colaborar o cooperar en pos de nuestra salvación (la salvación es de Dios de principio a fin), sino más bien en esforzarnos en evidenciarla, en exteriorizarla en nuestras vidas, en llevar a cabo nuestra vocación, nuestro santo llamamiento, en definitiva y a la par, nuestra santificación.
Pablo está hablando de la salvación en su etapa progresiva y experimental, esto es, en la SANTIFICACIÓN…
¿QUÉ ES LA SANTIFICACIÓN Y EN QUÉ CONSISTE?
Es el crecimiento gradual y el desarrollo progresivo en la vida y madurez cristiana, donde vamos siendo transformados a la imagen de Cristo, cada vez más parecidos a ÉL, a la vez que vamos siendo liberados de la contaminación, dominio, control y corrupción del pecado en nuestras vidas. Es Dios quien va renovando y transformado todo nuestro y que finaliza al morir, o cuando ÉL regrese en Gloria.
Es un proceso continuo que dura toda la vida, es una lucha incesante, una guerra donde debemos esforzarnos, luchar contra la tentación, donde debemos despojarnos del viejo y viciado hombre para ir revistiéndonos del nuevo, en Cristo.
Pablo hace un llamamiento a la madurez en Cristo hasta el punto de NO tener que necesitar la mirada de su líder espiritual, de Pablo
2ª Corintios 7:1 «Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.»
Efesios 4:22-24 «En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.»
Hebreos 12:14 «Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.»
Si hay una cosa clara en estos versículos es que NO SOMOS PASIVOS en este proceso de santificación, en esta lucha, que aunque también es por gracia y por el Poder de Espíritu, básicamente se trata de ceder y someternos a Dios para que ÉL obre en nosotros; es decir, NO es Dios solamente obrando y operando, pues en ese ceder, someternos y obedecer activamente está nuestra lucha, ya que la carne detesta y se opone al Espíritu. Nosotros tenemos la responsabilidad de obedecer en el proceso de santificación.
Si Dios, en la Regeneración, crea una nueva naturaleza en nosotros y la engendra, nosotros de alguna manera hacemos también (o dejamos que se haga) que esa nueva vida penetre en todo nuestro ser hasta ir venciendo a la vieja naturaleza viciada y corrompida que tan arraigada está en nosotros.
Por si hay alguna duda, y para evitar malinterpretaciones tales como las de Pelagio allá por los siglos IV y V dC, Pablo lo va a dejar sumamente claro, y por eso en el Versículo 13 explica que la salvación viene entera y totalmente por la iniciativa y el obrar de Dios, siendo ÉL quien produce tanto la voluntad como la capacidad para cumplir, todo según su Buena y Perfecta Voluntad.
NO debemos caer en el error de los quietistas (ponen de relieve y enfatizan la obra de Dios en la santificación, ignorando casi por completo cualquier esfuerzo humano), ni de los pietistas (enfatizan el esfuerzo personal y desatienden la confianza en el poder de Dios).
Si en el Versículo 12 Pablo habla y expone la parte que le corresponde al hombre, en el versículo siguiente se centra en la parte más importante, la de Dios.
Proverbios 1:21 “Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina”
Esdras 15 «se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén»
ÉL NOS DA VIDA, LUEGO NOS LLAMA A OBEDECER, PERO EN REALIDAD ÉL NOS CAPACITA PARA QUE PODAMOS OBEDECERLE
En definitiva, nuestra santificación requiere el máximo esfuerzo por nuestra parte, y sin embargo depende enteramente por completo del poder de Dios. NO es contradicción, NO es paradoja, es una verdad y una tensión bíblica que NO tenemos derecho a romper y destrozar.
ÉL obra por medio de nosotros con Su Espíritu en nuestro interior, infundiendo energía (energizando) tanto en nuestros deseos como en nuestras acciones, para que produzcamos buenas obras las cuales ya Dios preparó de antemano, así como el fruto espiritual
Hechos 1:8 «Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»
1ª Corintios 3:16-17 «NO sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.»
El Versículo 17, muy importante y maravilloso por cierto, ilustra lo que debiera ser la vida y el vivir cristianos
Génesis 35:14 «Y Jacob erigió una señal en el lugar donde había hablado con él, una señal de piedra, y derramó sobre ella libación, y echó sobre ella aceite.»
Había una costumbre tanto judía (ver Números 28:7, Éxodo 29:38-41,…) como pagana en la cual se derramaba vino encima o sobre un sacrificio animal, y el vapor que desprendía simbolizaba la elevación de esa misma ofrenda a Dios. Aquí el Apóstol Pablo veía su vida entera como una ofrenda libada (entiéndase 2ª Timoteo 4:6); asimismo, Pablo ve en la fe de los filipenses un sacrificio a Dios.
Pablo aplica esto, y veía su vida entera como una ofrenda libada, como si hubiera sido derramada en sacrificio abnegado para servir con fidelidad, amor y entrega total a los filipenses
2ª Timoteo 4:6-7 «Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.»
De la misma manera, Pablo ve a los filipenses, su fe, como el sacrificio, y la sangre de ellos como el vino derramado sobre el sacrificio que ellos representan ante Dios.
Dejar claro que este sacrificio NO tenía nada que ver con la Redención ni con el Perfecto y Único sacrificio de Cristo de una vez y pasa siempre.
Pablo finaliza esta porción (Filipenses 2:18), como si de alguna manera él quisiera decirles lo siguiente a los filipenses:
«Yo estoy alegre y gozoso ofreciéndome en libación por la causa de Dios, por vosotros, así vosotros debéis estar alegres, regocijándoos conmigo al ofreceros vosotros también en sacrificio vivo»
LA ACTITUD DE GOZO SIEMPRE DEBE ACOMPAÑAR CUALQUIER SERVICIO SACRIFICADO
2ª Corintios 7:4 «Mucha franqueza tengo con vosotros; mucho me glorío con respecto de vosotros; lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.»
Colosenses 1:24 «Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia»
1ª Tesalonicenses 3:9-10 «Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios,orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe?»
Tras haber dado el gran ejemplo de nuestro Señor y de haber trazado la línea para que sea aplicativo y práctico en la vida de los filipenses (y en las nuestras), a continuación, en los siguientes versículos de este segundo capítulo, Pablo va a dar 2 buenos ejemplos más para ellos; el de Timoteo y el de Epafrodito.