Pablo, tras haber finalizado el primer capítulo dando una pincelada a modo de introducción sobre la unidad (1:27), ahora se va a centrar y va a desarrollar más ampliamente tal concepto, dejando bien claro que era muy necesario hacerlo por lo que estaba pasando en la iglesia (4:2-3), y por eso es que Pablo lo hace enfatizando el supremo ejemplo de humildad, el de Cristo (2:5-11).
Pablo deja de lado la persecución externa, y se centra en las fricciones y divisiones internas, ambas igual de dañinas y destructivas en el seno de la Iglesia, como se ha demostrado a lo largo de la historia; siendo, tal vez, peor la interna.
Pablo une ambos párrafos con las palabras «Por tanto», para recalcar y enfatizar que la unidad interna es imprescindible para resistir las fuerzas y ataques de agentes externos.
Empezaban a vislumbrarse pequeñas disensiones en el modo de pensar de algunos, y eso preocupaba, y no poco, al Apóstol Pablo, de ahí que les pidiese que tuvieran el mismo pensamiento y el mismo sentimiento, es decir, un único pensamiento para así completar más aún el gozo de un arrestado Pablo.
Pero antes de llegar a ese precioso himno cristológico no exento de doctrina fundamental, Pablo escribe en estos primeros 4 versículos cómo quiere que los filipenses (y nosotros) vivan (y vivamos) los unos con los otros. Si ellos quieren participar con él en su lucha por y para el evangelio, y tener éxito, tienen que tener el mismo pensamiento, el mismo amor, el mismo espíritu, y todo hacerlo de forma humilde, poniendo y anteponiendo los intereses de los hermanos en Cristo aún por encima de los suyos propios, evitando el egoísmo y la vanagloria personal
PABLO LES RUEGA QUE COMPLETEN SU GOZO
Filipenses 2:1-4 «Por tanto, si hay («ya que…») alguna consolación (algún aliento) en Cristo (si sienten algún estímulo o aliento en vuestra unión con Cristo), si algún consuelo de amor (el creyente se siente realmente amado por Cristo, ver Gálatas 2:20, y ese amor debiera proyectarse) , si alguna comunión (participación o compañerismo) del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo (haced que mi gozo sea perfecto, llénenme de amor y alegría), sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes (unidos), sintiendo una misma cosa (un mismo parecer, un mismo sentir). Nada hagáis por contienda (egoísmo o rivalidad) o por vanagloria (orgullo); antes bien con humildad, estimando (y considerando) cada uno a los demás como superiores (de mayor importancia) a él mismo; NO mirando (ni velando) cada uno por lo suyo propio (por sus intereses propios), sino cada cual también por lo de los otros (los intereses de los demás, del prójimo).»
Pablo insiste en su exhortación a los filipenses a que mantengan la unidad de sentir, parecer y, sobre todo, que sean humildes y generosos, pues solo siendo humildes es que se puede fomentar tal unidad, ya que la humildad nos hace considerar y estimar a los demás como superiores a nosotros, tal y como nuestro Señor bien nos enseñó y demostró.
Pablo tira de retórica para exhortar a los filipenses, ya que él mismo, al igual que ellos, sabían que sí que había consolación en Cristo, quien era la consolación de Israel (Lucas 2:25), y Aquel quien mandó al Espíritu Santo, el Consolador.
2ª Corintios 1:5 «Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.»
COMO DIJO C. SPURGEON «EL ESPÍRITU SANTO CONSUELA, PERO CRISTO MISMO ES LA CONSOLACIÓN»
Sigue usando la retórica, pues de sobra es saber y sentir el amor derramado en nuestro corazones de Jesús sobre todo aquel que tenga una relación vital y orgánica con ÉL (Romanos 5:5)
La siguiente retórica empleada por Pablo para provocar y exhortar a los filipenses tiene que ver con la comunión del Espíritu, cosa que todo cristiano debiera experimentar, el compañerismo a diario con el Espíritu Santo
Juan 14:16 «Y YO rogaré al Padre, y ÉL os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre»
2ª Corintios 13:14 «La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros·
La última retórica de Pablo de las realidades, que en mayor o menor medida, deben de existir en los creyentes en Filipos es el profundo afecto entrañable y la misericordia de Dios.
Todas estas condiciones son realidades, regalos de Dios para Su Pueblo, y Pablo escribe con ironía para que ellos, por medio de esta aplicativa exhortación, puedan completar y perfeccionar su gozo. Gozo a pesar de que, como hemos reiterado en anteriores ocasiones, se encontraba arrestado en prisión a causa de su fe.
El Apóstol NO usa todas estas frases retóricas para ser extremadamente duro con ellos, sino más bien lo contrario, como si realmente dijese («puesto que … » o «ya que …»), tratando de enfatizar dichas realidades, como si les pidiese que dieran un paso más.
«Si todo esto es verdad, y lo es, haced esto…»
El gozo de Pablo NO sólo estaba vinculado y conectado a Cristo y al Evangelio, sino que también lo estaba a la Iglesia, concretamente a la unidad de los creyentes, y es que la Iglesia de Cristo, al contrario que el mundo, se caracteriza por la unidad. Una unidad como consecuencia de nuestra relación con Cristo, quien es la cabeza del Cuerpo, la presencia personal del Amor de Dios, quien posibilita la comunión del Espíritu y el afecto entrañable y compasivo hacia los demás y entre los demás.
«Ya estoy alegre por las buenas noticias que tengo de vosotros, ahora necesito que completéis y perfeccionéis mi gozo aún más»
Los versículos 3-4 nos describe, en varios pasos, cómo alcanzar y practicar la unidad que expuso en el versículo 2.
LA UNIDAD ES LA META QUE DEBE ALCANZAR LA IGLESIA
La base de tal unidad entre los creyentes NO son los rituales, las autoridades jerárquicas, la doctrina,… sino que procede de nuestra relación con Cristo, de estar EN Cristo y Él en nosotros mediante Su Espíritu Santo
Tal unidad deseada entre los creyentes se expone y se percibe de la siguiente manera:
- «Sintiendo lo mismo«, esto es, con un mismo sentir y pensar.
Romanos 15:5-6 «Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
1ª Corintios 1:10 «Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que NO haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.»
2ª Corintios 13:11-13 «Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. Saludaos unos a otros con ósculo santo. Todos los santos os saludan.»
1ª Pedro 3:8-9 «Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; NO devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.»
- «Mismo amor«, esto es, los creyentes deben amar igual a todas las personas que están y en el cuerpo de Cristo, ya que todas ellas, por igual y sin excepción, han recibido inmerecidamente y por gracia, el mismo amor por parte de Cristo.
Juan 15:13 «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.»
Romanos 12:10 «Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros
- «Unánimes«, esto es, unidos en Espíritu, de un mismo alma, mirando hacia arriba, a las cosas celestiales (Colosenses 3:2)
- «Sintiendo una misma cosa«, con un mismo propósito.
Pablo sigue en la misma línea argumental que Jesús en su oración sumosacerdotal de Juan 17, donde se nos dice la parte aplicativa a hacer («que todos sea uno»), así como la consecuencia que se deriva de ella («para que el mundo crea»)
Para recalcar tan importante mandato del cual hoy, 2000 años después, podríamos aprender, a continuación cita 2 motivaciones individualistas equivocadas; la rivalidad y la vanagloria.
El propio Pablo bien sabe lo que aquí escribe, pues él mismo sufrió esa actitud (Filipenses 1:15-17), y es por esto que aquí anima a los creyentes en Filipos para que NO caigan en esa actitud o conducta egoísta.
El orgullo, como obra natural de la carne y más en este caído mundo, es competitivo y egocéntrico por naturaleza e intenta elevar a una persona por encima de las demás cueste lo que cueste, al precio que sea, promoviendo el sectarismo, la división, el partidismo y la competencia destructiva.
Gálatas 5:19-21 «Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.»
¿CUÁL ES ENTONCES LA ACTITUD Y LA VIRTUD QUE HAY QUE CULTIVAR?
Justamente la opuesta, LA HUMILDAD.
La humildad es servicial, y siempre tiene en cuenta a los demás, al prójimo en vez de a uno mismo, y para crear unidad y armonía se requiere de humildad.
La humildad y la generosidad son las 2 virtudes básicas que facilitan y posibilitan la múltiple unanimidad dentro de la comunidad de creyentes.
- Humildad: se trata de la actitud correcta del verdadero siervo, quien tiene y considera a cada uno de los demás como superiores a si mismo (1ª Corintios 15:9, 1ª Timoteo 1:15). Es un valor y una marca cristiana que es opuesta y contraria al mundo y a la carne, a los valores sociales, culturales y seculares, donde incluso se ve y se presenta la humildad como signo de debilidad y poco atractiva.
Debemos ser conscientes de nuestras debilidades humanas, de que somos criaturas inferiores a un Dios que lo dio absolutamente todo, que, de no ser por Cristo, estaríamos sin esperanza alguna, que dependemos del Dios Soberano en todo, que ÉL vive con aquellos que andan en humildad, dándoles gracia y oponiéndose a los orgullosos (Santiago 4:6) , y que en definitiva, NO tenemos nada de que jactarnos y enorgullecernos.
Cristo y Su Evangelio encumbró tal característica a lo sumo, la dignificó al máximo, y Pablo en los versículos siguientes (2:5-11) hace una referencia magistral de ello.
- Generosidad: Pablo NO dice que uno no pueda mirar por sus intereses propios, lo que él dice es que no mire única y exclusivamente por ellos, por lo suyo, sino que también mire por los intereses de los demás. Esto provocará que, en general, todos se respeten y todos se preocupen por los demás
Pablo ya había dicho anteriormente que en aquella iglesia, en Filipos, habían algunas personas que predicaban a Cristo con motivos egoístas, por envidia y rivalidades (Filipenses 1:15), y ésto trae irremediablemente disensiones, conflictos y divisiones, y por eso es que Pablo hace esta fuerte y muy necesaria exhortación.
Él hace este pedido desde lo más profundo de su corazón, como una madre pidiendo a su hijo hacer algo para sacarle una sonrisa.
Cuando todos son, o están dispuestos a ser humildes, es cuando empiezan a poner al otro por encima de ellos mismos, por encima de sus propias ambiciones personales.
Debemos recordar que el Señor del Cielo y de la Gloria se humilló; siendo Dios, y sin dejar de serlo, añadió una humanidad que ocultaba y tapaba su Deidad, y no solo eso, sino que siendo hombre se hizo siervo y esclavo para pagar una deuda que NO era la Suya, y sufrir un castigo que NO le correspondía.
Los filipenses necesitaban tener el mismo sentir que hubo en Cristo, quien es el perfecto y supremo cumplimiento es estos versículos (3-4), y es por eso que en los versículos siguientes (5-11) lo va a demostrar de una manera inigualable, sublime y espectacular, en uno de los conjuntos de versículos más bellos de toda la escritura, uno de los pasajes más grandiosos escritos jamás por mano humana …