NO hay evento tan olvidado, dejado de lado, ignorado, descuido y restado en importancia hoy día como lo es la ascensión de nuestro Señor y Salvador. Todos nos gozamos en Su Obra en la Cruz, y sobre todo en Su Resurrección, al igual que todos, y aunque no haya consenso ni unanimidad, nos regocijamos con la gloriosa y poderosa 2ª Venida de ÉL, pero ¿Qué sucede con el episodio de Su Ascensión?
La Iglesia, a nivel mundial, conmemora el nacimiento del Señor, así como Su muerte y resurrección, a la vez que evoca Su próxima Venida en la Cena del Señor cada domingo, pero rara vez se menciona en la Iglesia, mucho menos aún celebra o conmemora, la Ascensión del Señor.
En el Nuevo Testamento, a pesar de que se narra sólo 2 veces, no por ello se oculta que fue fundamental, primordial, que fue uno de los eventos más importantes de Su Vida terrenal, siendo tal vez, la cima, la cumbre, el broche de oro y el clímax en cuanto a todo lo que ÉL hizo, y en este estudio vamos a ver por qué.
- De su humillación a su exaltación suprema.
- De Jerusalén a la gloria del cielo.
- Del Gólgota y del sepulcro abierto y vacío a su Trono, a su Tabernáculo celestial.
- De la corona de espinas de siervo, a la corona de oro de Rey
- De ser el Maestro, el rabí, a ser el rey de Gloria, el Señor del cielo y de la tierra.
- De su ministerio aquí en la tierra, a su ministerio allí en el cielo
Antes de narrar y describir los episodios de la ascensión, es necesario saber cuál fue la reacción de los suyos ante las tristes, duras y devastadoras palabras de despedida que empezaban a recibir de parte del Maestro.
Pero ÉL no sólo les anuncia su próxima partida, sino que además, conocedor que aún NO entienden ni comprenden realmente la cosas ni las palabras que están escuchando de su maestro, trata de consolarlos, de ministrar sus temores. Ellos están atemorizados, perturbados, llenos de tristeza, afligidos y abatidos ante estas palabras, en definitiva, están realmente confundidos de lo que está pasando.
Ellos anhelaban estar con ÉL, lo dejaron todo por estar con ÉL, ¿cómo se pueden alegrar de su marcha, de su ausencia eso era inconcebible para ellos.
Los discípulos no solo NO apoyaron a Jesús en las horas previas a la cruz, sino que ÉL tuvo que consolarlos y fortalecerlos a ellos.
Juan 13:33 «Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros NO podéis ir.»
Juan 13:36-37 «Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, NO me puedes seguir ahora; mas me seguirás después.Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué NO te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.»
Juan 14:1-6 «No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí Mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.Le dijo Tomás: Señor, NO sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?Jesús le dijo: YO SOY el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.»
Juan 16:4-8 «Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto NO os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que YO me vaya; porque si NO me fuera, el Consolador NO vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando ÉL venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.»
Juan 16:16-18 «Todavía un poco, y NO me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre.Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y NO me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque YO voy al Padre? Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? NO entendemos lo que habla.»
«NO lo entendéis aún, mandaré al Espíritu Santo para ello, YO me tengo que ir, voy a preparar casa para que estemos una eternidad juntos, confiar en MÍ, y sobre todo, amaos unos a otros, que el mundo vea vuestro amor»
Tras el anuncio de Su Partida de estar con ellos, y sobre todo, de la reacción de ellos, es que debemos de ir a las narraciones bíblicas neotestamentarias de la ascensión del Señor.
Marcos 16:19-20 «Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.»
Lucas 24:50-53 «Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo. Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.»
Vemos un tremendo contraste ahora que se ha marchado con respecto a cuando ÉL les dijo que se iba, y el motivo no es otro que ahora ellos entendieron realmente a dónde iba y con qué propósito, y eso convirtió sus anteriores aflicciones y tristeza en una auténtica alegría, gozo y gran celebración. Comprendieron realmente quién era, a qué vino, y sobre todo, dónde iba y para qué, a recuperar Su Gloria que le pertenece por derecho propio.
Ellos supieron que Su Humillación ya había finalizado, y ahora acababa de comenzar su superexaltación, y que iba a sentarse, a su lugar de honor, autoridad y poder, a la diestra del Rey, tal y como se profetiza en el Salmo 110:1.
Jesús les dijo que era mejor y más favorecedor su partida y ausencia que estar permanentemente con ellos, y ahora se han dado cuenta que efectivamente es cierto.
Asimismo el propio Lucas, en su 2º libro, Hechos de los Apóstoles, también narró la ascensión en el primer capítulo.
Hechos 1:6-11 «Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: NO os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que ÉL se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.»
Nuestra esperanza está en aquel quien ascendió, y ha prometido regresar de la misma manera, desde el cielo, en poder y gloria.
CRISTO ENTRÓ A SU GLORIA QUE LE PERTENECÍA, POR LA PUERTA DE LA ASCENSIÓN
Dios Padre transportó en Su Cuerpo resucitado y glorificado a Jesús, desde este mundo, a un lugar mejor, a Su Diestra, en medio de una visible manifestación de la Shekinah, la Gloria de Dios, ante unos impactados discípulos que veían como el capítulo 7 de Daniel se estaba empezando a cumplir a la perfección ante ellos, a tenor de las palabras de los 2 ángeles.
Muy diferente al ascenso o elevación de Enoc o Elías, pues ÉL lo hizo con toda la Gloria de Dios manifestada, y para ocupar Su prominente lugar de honor y autoridad que sólo a ÉL le pertenece.
LA ASCENSIÓN FUE SU REGRESO AL CIELO PARA SU INVESTIDURA Y CORONACIÓN COMO EL REY DE REYES
Fue un movimiento de traslación de Su persona, con Su glorificada humanidad, desde la tierra al Cielo. Si la Encarnación fue un movimiento de descenso (ver Efesios 4:8-10), las ascensión fue un movimiento de elevación, a lo más alto, al supremo honor (ver Filipenses 2:5-11), al santuario celestial.
La Ascensión de nuestro Señor Jesús es la perfecta escenificación de Hechos 4:12, donde Dios nos demuestra que nos ha dado a un hombre, y un nombre.
Hechos 4:12 « Y en ningún otro hay salvación; porque NO hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.»
¿QUÉ IMPLICÓ LA ASCENSIÓN DE CRISTO?
1.- Su Gloria, la cual tuvo y compartió con El Padre desde antes de la fundación del mundo fue restaurada tras el paréntesis de 33 años de humillación.
Juan 17:1-5 «Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. YO te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.»
2.- De alguna manera, y para ilustrarlo, podemos decir que si la entrada triunfal fue la falsa coronación del verdadero Rey, ahora, en la Ascensión vemos la verdadera ceremonia de investidura de coronación del verdadero Rey y Señor de todos.
Como dijo R.C. Sproul, fue el «acontecimiento político más importante de la historia de la humanidad, donde el cordero inmolado se conviertió en el León de Judá»
Aquel día resonaron en las puertas del cielo, a su gloriosa entrada por ella, estos preciosos versículos del Salmo 24.
Las puertas celestiales se elevaron, se levantaron, se prepararon, se ensancharon, se engalanaron y por primera vez se abrieron para que entrara un hombre, el único perfecto, el Santo, Dios mismo. ÉL las traspasó, y todos los ángeles y los seres celestiales a su paso se postraron e inclinaron, le vitorearon, le aclamaron, le adoraron, le coronaron como rey, como el Señor de todo y de todos. De repente sube los escalones, se para frente al Padre, se miran, se sonríen, y finalmente se sienta a su lado.
Salmo 24:7-10: «Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, ÉL es el Rey de la gloria. Selah»
ÉL HA RECIBIDO LA TOTAL Y ABSOLUTA AUTORIDAD EN EL CIELO Y EN LA TIERRA, ÉL ES EL SEÑOR, EL REY, EL SACERDOTE Y EL JUEZ A NIVEL CÓSMICO.
3.- Sirvió además, tal y como ÉL lo prometió, para darnos y regalarnos al Consolador, el Parakletos, el abogado defensor uno con nosotros y en nosotros, el Espíritu Santo, para darnos fuerza, fortaleza, osadía, valor, denuedo, para estar en nosotros y con nosotros en momentos de crisis, para guiarnos a toda verdad y darnos las palabras adecuadas. En definitiva, para hacer avanzar y crecer el Reino de Dios, para hacerlo visible.
Se inaugura la dispensación del Espíritu en la tierra, la 3ª persona de la trina deidad, quien sustituye y suple aquí la ausencia de la 2ª.
Juan 14:16-17 «Y YO rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque NO le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.»
Juan 16:7 «Pero YO os digo la verdad: Os conviene que YO me vaya; porque si no me fuera, el Consolador NO vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
A los 50 días después de la Pascua tenía lugar la festividad de Pentecostés (Fiesta de la cosecha), momento en el que fue enviado y derramado el Espíritu Santo sobre la Iglesia para fortalecerla y empoderarla de cara a su misión terrenal, a su gran comisión para expandir el mensaje del Reino de Dios.
4.- Su Ascensión sirvió igualmente para inaugurar el ministerio de Sumo Sacerdote desde el trono. Habiendo ya realizado un único y perfecto sacrificio en la cruz para nuestro favor, ahora que ha ascendido, ÉL intercede desde su trono, desde su tabernáculo celestial por nosotros, a nuestro favor.
Hay que dejar bien claro que ÉL NO está haciendo sacrificios en el cielo, ÉL ya hizo uno y fue perfecto, ahora ÉL está intercediendo, y que NO es un abogado frente al Padre (ÉL NO nos acusa), sino con el Padre, y frente a Satanás, nuestro verdadero acusador y adversario.
Romanos 8:33 «¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.»
ÉL ESTÁ EN SU PALACIO REINANDO COMO REY, Y EN SU SANTUARIO INTERCEDIENDO COMO SACERDOTE
Inaugura el período del Rey-Sacerdote, cuyo culmen será su triunfo final sobre todos sus enemigos, y su reinado literal de 1000 años. Si en la oración sacerdotal de Juan 17, ÉL intercede por ellos (y por nosotros), asimismo, en Su trono, y conocedor de nuestras debilidades, nuestros sentimientos y nuestras tentaciones, ÉL sigue intercediendo por Su Pueblo, su Iglesia.
5.- Por último, podemos decir, que Su Ascensión sirvió para preparar un lugar para los suyos (Juan 14:2-3), para llevarnos junto a ÉL a su debido tiempo. Hoy estamos, espiritualmente hablando, junto a ÉL en los lugares celestiales (Efesios 2:6), pero un día también lo estaremos físicamente
Efesios 2:6 «y juntamente con ÉL nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (…)»
Todo esto fue plenamente comprendido por los discípulos quienes cambiaron su lamento y pesadumbre por el júbilo y el gozo. En definitiva, ellos supieron exactamente la misma visión que poco más tarde tendría el primer mártir de la Iglesia, Esteban.
Hechos 7:55-56 «Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.»
A este crucificado, sepultado y resucitado, quien ascendió en gloria a Su diestra, Dios le ha coronado, y le ha hecho Señor y Cristo, y ahora manda a todos y a todas que se arrepientan (Hechos 17:30), y que reconozcan y se sometan a su señorío, pues un día ÉL mismo se encargará de juzgar a todo y a todos.