Tras haber gritado desde la cruz «¡Consumado es!«, expiró y se entregó al Padre («En tus manos encomiendo mi espíritu»), gustando realmente la muerte por nosotros.
ÉL murió por nosotros y por nuestros pecados, sustituyéndonos como culpables merecedores de la Ira de Dios. ÉL recibió enteramente la total Ira y furia de un Justo y Santo Dios que debía castigar al pecador, pero que todo lo proyectó sobre Su Hijo.
- ¿CÓMO SABEMOS QUE SU OBRA REDENTORA EN LA CRUZ HA SIDO CUMPLIDA, SATISFECHA Y ACEPTADA POR DIOS?
- ¿CÓMO DIOS NOS MUESTRA Y GARANTIZA QUE LA OBRA DEL HIJO HA SATISFECHO SUS JUSTOS REQUISITOS?
LA RESURRECCIÓN ES EL «AMÉN» DEL PADRE AL «CONSUMADO ES» DEL HIJO, EL RECIBO DEL PAGO DE JESÚS AL PADRE, UN PAGO POR NOSOTROS.
R.C. Sproul dijo lo siguiente: «Durante 3 días, Dios guardó silencio, luego gritó»
Como, si de alguna manera, a través de la resurrección, Dios Padre dijera: «Estoy satisfecho con la Cruz, lo acepto»
Gracias a la gloriosa Resurrección del Señor sabemos que Dios Padre ha aprobado y aceptado la Obra de la Redención del Hijo en favor nuestra en la cruz, y que ha quedado más que satisfecho y complacido.
Aquel glorioso amanecer del domingo, primer día de la semana, unas humildes y sencillas mujeres (María Magdalena, María madre de Jacobo y Salomé) NO esperan lo que va a pasar, ellas NO esperan encontrar el sepulcro abierto y vacío, sino que se proponían terminar de ungir el cuerpo de su maestro para la sepultura, como una muestra de su devoción y amor por ÉL.
Ellas encuentran la piedra que sellaba y garantizaba que estuviera cerrada, removida, y la tumba vacía, quedando petrificadas y perplejas, pues 2 ángeles las esperan.
Lucas 24:4-6a «Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron:
¿POR QUÉ BUSCÁIS ENTRE LOS MUERTOS AL QUE VIVE? NO ESTÁ AQUÍ, SINO QUE HA RESUCITADO»
Si ÉL NO hubiera resucitado, entre otras cosas, podría haber duda e intranquilidad en nuestros corazones, ya que no sabríamos si la Redención, la cual fue consumada, fue aceptada. Pero ÉL volvió a la vida, ÉL regresó, ÉL triunfó, y eso nos da la certeza, la seguridad, la paz y el gozo de que Dios aprobó y dio el «visto bueno» a la Cruz de Cristo. Es el momento más importante para la entera humanidad.
Y ahora podemos gritar nosotros también, como el Apóstol Pablo, «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?»
Romanos 4:25 «el cual (Jesús) fue entregado por nuestras transgresiones (pecado), y resucitado para nuestra justificación.»
Al levantar a Jesús de entre los muertos, El Padre vindicó a Jesús, anulando la sentencia de muerte y declarándolo Justo. El Señor Jesús sí que ha satisfecho el requisito justo de Dios.
Si la muerte de ÉL es la base para nuestro perdón y nuestra justificación, Su Resurrección es la prueba, la evidencia y la plena garantía de ello.
LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR NOS DICE QUE SOMOS DECLARADOS JUSTOS EN ÉL, Y ESO ES MUCHO MÁS QUE ESPERANZA, ES PLENA SEGURIDAD.
Es por todo ello, que el Mensaje de Salvación debe tener un marcado énfasis en la Resurrección de Jesús, tal y como tuvo en la época de la Iglesia Primitiva de Hechos
Romanos 10:9 «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.»
Más que hacer una apología y una defensa sobre, tal vez, el hecho histórico mejor probado, demostrado y atestiguado de todos, en este estudio analizaremos el evento en sí, así como las implicaciones que se derivan de ella, aunque Pablo, plenamente inspirado por el Espíritu Santo, sí que hace una fuerte y férrea defensa de este acontecimiento histórico en el capítulo 15 d el 1ª carta a la Iglesia de Corinto.
Recomiendo, no obstante, la lectura del libro The Risen Jesus and the future hope («El Jesús resucitado y la esperanza futura»), de Gary Habermas, donde analiza 1.400 trabajos sobre la resurrección escritos entre 1975-2003, así como «El caso Cristo» de Lee Strobel.
El ángel dijo los siguiente a las mujeres, como si fuera una invitación a comprobarlo por ellas mismas: «NO está aquí, sino que ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron»
A los escépticos e incrédulos les hago la misma invitación para comprobarlo libre de todo prejuicio, sabiendo que ningún opositor de Jesús de la época pudo negar que la tumba estaba vacía, que el cuerpo (cadáver) jamás apareció para así poder refutarlo, y que hubo un tremendo contraste en un pequeño, acobardado y temeroso grupo, hasta el punto de que dieron literalmente sus vidas por se evento que cambio absolutamente todo. Pedro pasó de maldecir a Jesús y negarlo, a pedir ser crucificado alrrevés por su fe, a que NO ganaron dinero por ello, ni poder, ni popularidad, más bien lo dejaron todo, y fueron violenta y ferozmente perseguidos.
NO se trata de fábulas, conjeturas o suposiciones empíricas, a Él lo vieron resucitado, hablaron con ÉL, comieron con ÉL.NO fue algo secreto escondido, sino que fue público y notorio.
NO HAY NI EXISTE EVANGELIO SIN RESURRECCIÓN.
Elimina la resurrección, la señal definitiva al mundo de quién es ÉL, y habrás eliminado el cristianismo.
1ª Corintios 15:1-2 «Además os declaro, hermanos, el EVANGELIO que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.»
Se os ha predicado, lo habéis recibido, lo habéis retenido, y perseveráis en él.
¿EL QUÉ?
¿QUÉ EVANGELIO?
1ª Corintios 15:3-8 «Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió (1) por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; (¿Cuál es la prueba de que realmente murió? que fue Sepultado) y que fue sepultado (2), y que resucitó (3) al tercer día, conforme a las Escrituras; (¿Cuál es la prueba evidente de que realmente resucitó de entre los muertos? Las apariciones de ÉL) y que apareció (4) a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí (a Pablo).»
EL EVANGELIO TRATA SOBRE LA MUERTE, SEPULTURA Y RESURRECCIÓN DE JESÚS
En estos versículos hallamos la esencia del Mensaje apostólico de la Iglesia Primitiva, una síntesis del poderoso y glorioso mensaje del Evangelio, centrado y soportado en la doctrina de la Resurrección, una doctrina muy cuestionada, incluso negada, por la Iglesia de Corinto, la cual estaba mal influenciada por las diversas corrientes filosóficas de la época (estocisimo, epicureismo y platonismo), así como por la doctrina de los saduceos.
Ellos que inicialmente creían en la muerte y resurrección de Cristo estaban empezando a cuestionar la futura resurrección corporal de los creyentes que morían, de ahí la necesidad de Pablo en escribir este capítulo.
A tenor de lo que leemos en Hechos 17:32, sabemos que en Corinto, la idea de l resurrección era más bien ridícula, pues creían que el cuerpo físico era una cárcel para el alma inmortal.
Hechos 16:32-33 «Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y así Pablo salió (NO le dejaron ni acabar) de en medio de ellos (si NO queréis saber nada de Cristo Resucitado, si NO puedo hablaros de ÉL, NO tengo nada más para vosotros).»
Si la sepultura fue la evidente prueba de su muerte; la resurrección, y sobre todo, las apariciones posteriores lo son de que el Evangelio es verdad, que Sus Promesas son ciertas, y que la paga por nuestro pecado ya ha sido totalmente pagada.
Fueron cientos y cientos los «testigos oculares» que vieron a Cristo resucitado, aún muchos de ellos que estaba vivos allá por el año 53-57 dC, cuando Pablo escribe esa carta, aproximadamente 20 años después de la resurrección del Señor Jesús
LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR JESÚS ES EL EVENTO HISTÓRICO Y CÓSMICO MÁS IMPORTANTE, DETERMINANTE Y CRUCIAL DE TODOS LOS HABIDOS Y POR HABER
De hecho es la mayor diferencia entre el cristianismo de las demás religiones, ya que mientras en las demás, la muerte de su fundador marcó el fin de su vida, ministerio y enseñanza, en el cristianismo NO es así. Buda murió, y no queda nada él, Mahoma murió en el 632 dC y fue sepultado en Medina (Arabia Saudita), donde millones de musulmanes visitan su tumba anualmente para lamentar su muerte. Pero el cristiano se goza y celebra la mayor victoria jamás conseguida, la resurrección de nuestro Señor Jesús.
Hoy para la inmensa mayoría de la sociedad que dice creer en el karma o en reencarnaciones, dirá sin tapujos y abiertamente que la Resurrección es IMPOSIBLE, y llevan razón; de hecho así mismo es como Pedro calificó este único y trascendental evento.
Mientras la sociedad y el mundo dice que la Resurrección de Jesús es imposible, la Palabra de Dios dice los siguiente.
¿IMPOSIBLE? TE VOY A DECIR YO LO QUE ES IMPOSIBLE
«Lo que es imposible es que la muerte tuviera dominio, poder y autoridad sobre Dios, sobre el Hijo de Dios quien jamás pecó; lo que es absoluta y realmente imposible es que la muerte pudiera reclamar la vida de Jesús y pudiera retenerlo. ÉL es la Vid, el Autor de la Vida»
Hechos 2:23-24 «a éste (Jesús), entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.»
CLARO QUE ERA IMPOSIBLE, PERO LO IMPOSIBLE ERA QUE ÉL NO RESUCITARA SIENDO QUIEN ES.
La muerte es el castigo y juicio de Dios dado a cada persona por el pecado (Ezequiel 18, Romanos 6.23, Santiago 1:15), pero Jesús NO pecó jamás. ÉL en la cruz fe hecho pecado por imputación, por todos nuestros pecados, pero NO por los Suyos (Romanos 4:25). Y es por eso que era imposible que ÉL se mantuviera muerto y NO resucitara
LA RESURRECCIÓN ES LA PIEDRA ANGULAR DE LA FE CRISTIANA, EL MURO DE CONTENCIÓN DE NUESTRA FE Y LA MAYOR PRUEBA DE QUE ÉL ES REALMENTE DIOS
La Resurrección de Cristo fe el centro del mensaje, del kerygma apostólico, y debiera ser de la misma manera el centro de nuestro mensaje, aún 2000 años después. La Resurrección de Cristo nos brinda y asegura nuestro destino ante la favorable y eterna presencia del Padre.
Juan 14:19 «Todavía un poco, y el mundo NO me verá más; pero vosotros me veréis; porque YO vivo, vosotros también viviréis.»
Fue la convicción de la Resurrección, tras el empoderamiento del Espíritu Santo, lo que transformó miedosos, temerosos y escondidos discípulos, en mártires evangelistas que llevaron el mensaje del evangelio por todo el mundo, a pesar de tener mucha más persecución y muchos menos medios y recursos. Ellos enfrentaron el ridículo, la persecución, el rechazo, la prisión, la tortura e incluso la muerte, y todo porque tenían la plena seguridad y certeza de que, al igual que cristo, resucitarían una nueva vida para estar con ÉL.
LE FE NO «CREÓ» LAS APARICIONES DEL JESÚS RESUCITADO, SINO QUE LAS APARICIONES DE JESÚS RESUCITADO «CREARON» LA FE
De poco o nada hubiera servido la Cruz si ÉL NO hubiera resucitado con poder y gloria de la muerte. Pablo conecta nuestra resurrección a la de Cristo, ambas se sostienes juntas.
1ª Corintios 15:13-14 «Porque si NO hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.»
1ª Corintios 15:17 «Y si Cristo NO resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.»
Si la resurrección es imposible, Cristo está muerto aún, la predicación del evangelio es inútil, aún este simple estudio carece de significado, la fe de tantísimos millones y millones de personas es inservible, el arrepentimiento carece de valor, Dios se convierte en mentiroso, todo es un sin sentido alguno, y sólo podemos esperar la 2ª y eterna muerte, pues aún estaríamos en deuda con Dios
En definitiva, seríamos los más miserables del mundo, lo más dignos de sentir lástima. Pero la resurrección lo cambió absolutamente todo.
1ª Corintios 15:20-27 «Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como EN Adán todos mueren, también EN Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el Reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que ÉL reine hasta que haya puesto a todos Sus enemigos debajo de Sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a ÉL, claramente se exceptúa aquel que sujetó a ÉL todas las cosas.»
Si bien es cierto que ÉL fue el 1º en resucitar con un cuerpo glorificado, también es cierto que NO será el único ni el último.
ÉL es la 1ª cuota de la cosecha para vida eterna, las primicias y Su Resurrección garantiza la nuestra. Si el primer Adán trajo pecado y condenación para todos, el 2º Adán, Jesús, trajo resurrección y vida eterna a los que están en ÉL por la fe. Somos perdidos y condenados o justificados y salvos en solidaridad con alguien, ya sea en Adán o en Cristo
TODOS EN CRISTO COMPARTIREMOS SU GLORIA DE LA RESURRECCIÓN
Nosotros participamos de Su Victoria, por cuanto vamos a resucitar con un cuerpo nuevo y glorificado como el Suyo, incorruptible, libre del tiempo, de la enfermedad o del pecado, pero con cierta continuidad con el cuerpo físico, siendo una renovación y transformación del mismo, del anterior.
I.- PROFECÍAS SOBRE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
Aún siendo una doctrina que NO tiene la misma luz que en el Nuevo, ya en el Antiguo se vislumbra la resurrección. Podemos verlo en el Salmo 22:22, Slmo 118:22-24, o aún en la tipología del sacerdocio Melquisedec.
En el capítulo 14 del libro de Job, él se hace una pregunta, anhelando tener una respuesta que calme su vida.
Job 14:14 » Si el hombre muere, ¿volverá a vivir?
» Sí Job, ya Cristo venció, destronó a la muerte, y Su Victoria es nuestra victoria»
Pero sobre todo podemos verla en el Salmo 16:10 «NO dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu santo vea corrupción», que tanto Pedro (Hechos 2:27), como Pablo (Hechos 13:55) proclamaron que tuvo su cumplimiento en la resurrección de Jesús.
Jesús mismo anunció, advirtió, profetizó y predijo Su propia Resurrección en numerosas veces: Mateo 16:21, 17:23, 20:17-19, Marcos 9:30-32, 14:8, Lucas 9:22, 22:20, Juan 2:19-21, 10:17-18 y 12:7 entre muchos otros versículos.
II.- ASPECTOS GENERALES DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
NO fue una mera reunión de su cuerpo con su alma, es decir, un mero regreso a la vida como por ejemplo fue el caso de Lázaro, sino que fue nuevo y diferente, fue único y singular. ÉL resucitó, como hemos dicho anteriormente, con un cuerpo físico, verdadero y perfecto, sin estar sujeto a debilidad, enfermedad o muerte, aunque con una cierta continuidad respecto a su cuerpo anterior.
Hay la suficiente diferencia como para que a María Magdalena le cueste reconocerlo, así como a los caminantes de Emaús o los 11 en el Mar de Galilea; aunque en otros momento sí que es reconocido al instante.
Fue abrazado, tomó pan y lo partió, comió pescado asado, mostró sus heridas , como si de un perpetuo recordatorio de Su Gracia se tratase, y aún preparó el desayuno a los Suyos, pero también entraba y salía con las puertas cerradas, se hacía visible o invisible, y su rostro no era tan familiar como antes.
Hoy Jesús conserva ese Cuerpo glorificado con el que reina en el cielo, y volverá para transformarnos a nosotros y estar con ÉL para siempre.
El Dios Triuno, quien es Eterno y es la vida en Sí Mismo, participó activamente en la resurrección. El Padre pone la fuerza activa (Romanos 10:9), el Hijo la administra voluntariamente y es levantado en su propia fuerza y con su propio cuerpo (Juan 10:18), y el Espíritu Santo aplica ese poder o energía del Padre (Romanos 8:11).
Desde entonces, millones de cristianos se reúnen y celebran el domingo, el primer día de la semana, par celebrar y conmemorar la resurrección del Señor Jesús
III.- IMPLICACIONES DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
A.- Significa que ÉL es Todo lo que afirmó ser, es decir, ÉL ES EL HIJO DE DIOS, EL SALVADOR DEL MUNDO Y EL SEÑOR DE LA GLORIA.
Digamos que ante Sus afirmaciones propias de quién era ÉL, el Mundo reaccionó enviándolo y clavándolo en una Cruz, PERO Su Padre quien ya afirmó que Jesús es Su Hijo Amado en quien se complace y lo levantó de los muertos.
El Jesús rechazado por los hombres fue aprobado en Gloria por Dios El Padre públicamente, exhibiéndolo y declarándolo como el Mesías, el Único Hijo de Dios y Salvador del Mundo.
La resurrección es la gran señal de Su Deidad, Su Mesiandad, en definitiva, de quién es Cristo, y por eso, antes aún de la Cruz, ÉL usaba Su futura Resurrección como la Señal o prueba de mayor autoridad.
Juan 2:18-19 «Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo (alude a Su Cuerpo), y en tres días lo levantaré».
B.- Significa que La Muerte Expiatoria y Vicaria de Cristo fue real y completa, siendo la Prueba evidente de nuestra JUSTIFICACIÓN.
Romanos 4:25 » el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación»
Como hemos dicho antes, la Resurrección de Cristo es la prueba definitiva de que El Padre ha aceptado el sacrificio expiatorio y sustitutorio de Su Hijo en su totalidad como pago único por nuestra deuda, quedando plenamente satisfecho, haciendo Justicia y juzgando el Pecado y la iniquidad de la Humanidad.
La Propiciación por nuestros pecados ha sido hecha porque Cristo fue resucitado; ésta es la gran señal que nuestros pecados han sido pagados por completo.
Ahora puedes ir a Dios, y decirle que eres culpable de adulterio, de inmoralidad, mentir, dañar, etc, de lo que sea, y ÉL te dice «tu deuda está cancelada».
C.- Significa la Absoluta y Plena Garantía de NUESTRA FUTURA RESURRECCIÓN.
Ya que Cristo pagó la deuda del pecado, y el Padre quedó satisfecho con por ese sacrificio, haciendo igualmente Justicia, ahora que ÉL ha vencido a la muerte, y nos ha librado del castigo (ya lo sufrió en nuestro lugar por nosotros) es que podemos afirmar que Su Resurrección es la confirmación de la nuestra; porque la Muerte ya ha sido derrotada; y esta es nuestra mayor esperanza: vivir eternamente, y junto a EL.
1ª Corintios 6:14 » Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder».
2ª Corintios 4:14 «sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.»
D.- Significa que tenemos un SUMO SACERDOTE en los cielos que simpatiza con nosotros, que se identificó con nosotros en la encarnación, que vivió nuestra vida, que conoce nuestras tristezas y enfermedades, nuestras tentaciones, y que está capacitado para darnos poder para vivir la vida cristiana día a día.
E.- Significa la plena certeza de un JUICIO FUTURO.
Tan cierto como que Cristo resucitó de los muertos para ser Juez delos hombres, es que todos los hombres resucitarán para ser juzgados por ÉL.
Hechos 17:30-31 «Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos».
IV.- ¿QUÉ NOS ASEGURA A NOSOTROS LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR JESÚS?
La Resurrección de Jesús asegura nuestra REGENERACIÓN (1ª Pedro 1:3), ya que ÉL obtuvo para nosotros una nueva vida como la Suya, la cual NO recibimos plenamente al momento de convertirnos, pero sí se implanta en nosotros Su Santo Espíritu, quien obra y opera para tener más victoria sobre el pecado que aún queda en nuestra vida (Romanos 6:14)
Asimismo nos asegura nuestra JUSTIFICACIÓN, al aprobar Dios, como leímos en Romanos 4:25, la Obra de Jesús. Ya NO hay pena por pagar, ni Ira de Dios, ni culpa pendiente.
Finalmente, la Resurrección de Jesús nos asegura nuestra GLORIFICACIÓN, e decir, que también nosotros recibiremos cuerpo perfectos, incorruptibles y glorificados como el Suyo (1ª Corintios 4:14, y 15:12-58)