Durante toda esta semana, la última semana, todo ha sido muy agitado y controversial, hasta el punto de que ese júbilo pasajero del «Domingo de Ramos» ha quedado tan lejos, que ahora ha pasado de aquel efímero entusiasmo que acompañó, Su entrada a la más firme y contundente oposición por parte de los líderes religiosos, hasta que la situación fue extremadamente tensa y controversial.
Lucas 22:1-6 «Estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la Pascua. Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarle; porque temían al pueblo. Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los 12; y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría. Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero. Y él se comprometió, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo.»
Se tramaba un complot para matarlo y acabar con ÉL, más aún desde la inequívoca y maravillosa señal de la Resucitación de Lázaro.
Juan 11:49-53 «Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y NO que toda la nación perezca. Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y NO solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Así que, desde aquel día acordaron matarle.»
Para estos orgullosos líderes religiosos había aún un escollo por resolver, un problema por solventar a toda costa en este complot de acabar con Jesús. Ellos decidieron posponer sus planes para más adelante, y así evitar un alboroto con tintes políticos, que de seguro hubiera sido fuertemente castigado por Roma (Ver Mateo 26:5 y Marcos 14:1-2)
«¡TENEMOS QUE MATARLE, PERO NO DURANTE LA PASCUA; NO PUEDE SER JAMÁS DURANTE LA PASCUA»
Pero Dios, el soberano, quien está al control de absolutamente todo, tiene Su Plan, tenía Su Tiempo, Tenía al Cordero y se acercaba la fiesta…
«SERÁ EN LA PASCUA, ÉL ES EL CORDERO A SACRIFICAR, Y SERÁ SACRIFICADO EN LA PASCUA»
La fiesta de la PASCUA («Pass over» que significa «pasar de largo») era una fiesta muy importante para los judíos, de hecho es la más antigua de todas (más antigua que la Ley, que el sacerdocio o que el tabernáculo), donde cada día 14 del mes de Nisán (primer mes del calendario judío) celebraban y conmemoraban la liberación de Egipto cuando el ángel de la muerte pasó por las todas casas de Egipto (Éxodo 12). En cada casa de Egipto habría muerte, o bien el primogénito, o bien un cordero cuya sangre se untaría en los dinteles de las puerta, y desde entonces, la Sangre y el Cordero adquirieron un sentido nuevo y un valor redentor, pues la sangre del cordero sacrificado fue la señal de identificación como Pueblo de Dios, y serían así protegidos y guardados.
Sin duda, para ellos era el mayor acto de redención por parte de Dios a lo largo de todo el Antiguo Testamento
¿POR QUÉ UN CORDERO PARA ESTA CELEBRACIÓN?
Pudo haber sido un macho cabrío como en el Día de la expiación (levítico 16), pudo haber sido una oveja ya adulta o cualquier otro, pero la exigencia era que debía ser un amable, inofensivo y tierno cordero (menos de 1 año). Un cordero que durante varios días estaría en la familia, y que finalmente sería asesinado, sin rechistar, sin emplear violencia alguna, con una mirada desgarradora…
ESTE ES UN VERDADERO RETRATO DE LA MUERTE DEL VERDADERO CORDERO PASCUAL
Isaías 53:7 «Angustiado ÉL, y afligido, NO abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y NO abrió su boca.
En definitiva, Dios ordenó esa celebración donde cada año evocaban la acción redentora de Dios por Su Pueblo al liberarlos de la esclavitud por más de 400 años en Egipto, y el padre de familia, en la mesa, debía explicar y enseñar la historia, el significado y toda la carga de esta fiesta.
Éxodo 12:25-27 «Cuando entréis en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito. Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró.»
Éxodo 13:8 «Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto.»
Y Jesús NO solo va a celebrar la Pascua, sino que además va a darle un significado totalmente nuevo, y va a darle total cumplimiento, hasta el punto que el Apóstol Pablo dirá que Cristo es nuestra pascua, sacrificado por nosotros (1ª Corintios 5:7).
Lucas 22:7-13 «Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la Pascua para que la comamos. Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos? ÉL les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare, y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí. Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.»
Jesús, siendo pleno y verdadero Dios omnisciente, tiene un total conocimiento futuro de los hechos, y se lo demuestra a ellos (y a nosotros) en los arreglos y preparativos de esta festividad, al igual que ya hizo días antes en Su Entrada Triunfal.
Jesús, acompañado de los 12 que ÉL mismo designó (Marcos 3:14), se encuentra en el Aposento Alto para cenar la que será su Última cena aquí con ellos, y por eso ÉL desea tener una comunión especial, una auténtica velada.
Lucas 22:14-23 » Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con ÉL los apóstoles. Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que NO la comeré más, hasta que se cumpla en el Reino de Dios. Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el Reino de Dios venga. Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es Mi Cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de Mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el Nuevo Pacto en Mi Sangre, que por vosotros se derrama. Mas he aquí, la mano del que Me entrega está conmigo en la mesa. A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado! Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.»
De repente toma el pan y la copa como símbolos y señales del nuevo Pacto, el cual ya fue prometido siglos antes, como emblema y proclamación continua de Su propia Muerte. Jesús transformó la última pascua en la Primera Cena del Señor e instituyó el Nuevo y Mejor Pacto, un Pacto Eterno, un pacto sellado por su sangre (Ver Éxodo 24:8).
Un Pacto es una alianza, un tratado de relación entre un Rey, el Soberano, y sus súbditos; y son sellados con sangre para simbolizar así las fatales consecuencias de violar el compromiso del pacto.
La sangre del Hijo de Dios estableció y ratificó este nuevo pacto, haciendo posible que sea seguro y confiable, pues esta confirmado con la vida de Dios mismo.
Hebreos 8:6-11 «Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente NO se hubiera procurado lugar para el segundo. Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; NO como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos NO permanecieron en mi pacto, y YO me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos.»
Un mejor Pacto, con mejores promesas, y sobre todo, con un Perfecto y Eterno Sacerdote, quien vive perpetuamente para interceder y salvar eternamente, y NO como los sacerdotes del pacto antiguo quienes enfermaban, morían y debían de nombrar a otros, y así sucesivamente.
Ahora Dios NO nos da leyes externas y nos pide que las guardemos, ahora las pone en nuestra mente, la cual va siendo renovada, la pone en nuestro corazón, el cual ya no es de piedra, sino de carne, y lo mejor de todo, es que ÉL, por el Espíritu Santo, quien mora y habita en nosotros, obra en nosotros esa predisposición, ese deseo de guardar Su Voluntad, y ese poder para hacerlo. Este pacto está enfocado en una transformación interna, que se manifiesta y evidencia en lo externo.
Además, somos adoptados como hijos de Dios (Juan 1:11-12), como Su Pueblo, con un conocimiento personal de ÉL.
Y TODO ESTO, ¿A QUÉ SE DEBE?, ¿POR QUÉ?, ¿CUÁL ES LA BASE PARA ESTO?
Porque ÉL ha sido la satisfacción, la propiciación por nuestros pecados (Romanos 3:25), con un único y perfecto sacrificio, de una vez y para siempre, NO como los sacrificios de la ley, que eran repetidos constantemente, a modo de recordatoria anual de los pecados de ellos.
Su Muerte estableció un Pacto entre Dios, y todo aquel que se arrepiente, y pone su fe en Cristo, en quién es Él, y en lo que ÉL ha hecho.
Hebreos 8:12 «Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.»
JESÚS ACABA DE PONER FIN A LA PASCUA EN POS DE UN PERPETUO MEMORIAL DE SU OBRA REDENTORA POR NOSOTROS, HASTA QUE ÉL VUELVA
Cualquier cordero macho y sin mancha, degollado en Israel desde entonces NO tendría valor alguno, pues el mismo Cordero de Dios fue ya sacrificado el Día de la Pascua del año 33 dC aproximadamente en un monte a las afueras de Jerusalén.
«¿Recordáis cómo Dios libro a nuestro pueblo de Egipto?, ¿Os acordáis como un cordero debía morir para salvar al primogénito, y de su sangre en los postes de las casa de nuestro pueblo? En escasas horas, después de esta cena especial, todo aquello tendrá un cumplimiento perfecto en MI, YO seré el Cordero sacrificado para salvaros, y MI Sangre en la cruz hará expiación, evitando que la muerte tenga poder y autoridad sobre todo aquel que crea en MI. Desde entonces ya NO os reuniréis para evocar la pascua pasada de Egipto, sino para celebrar MI Muerte, Mi Resurreción y mi 2ª Venida»
ÉL es el «Padre de familia», el Anfitrión, quien explica el verdadero significado de esa fiesta, quien le da todo el cumplimiento y la realidad misma, no solamente mirando y llevándolos al pasado, sino que además apuntando al futuro, a la Pascua final. Jesús, el único con autoridad, cambia la liturgia, y desde aquella noche le da un nuevo significado, reinterpretando ese evento.
Ya NO se quedó recordando y conmemorando solamente en cómo Dios salvó a Su Pueblo de la esclavitud de Egipto, sino que además les explicó cómo Dios va a salvar a Su Pueblo (Todo Aquel que EN ÉL crea) de la esclavitud y poder del Pecado, de la Muerte, y sobre todo, de la Ira de Dios.
Unos 1.450 años después, ya NO están en el lugar de pasto, en el Gosen, ahora estamos en el Gólgota, pero el PLAN DE DIOS es exactamente igual: una sacrificio, un cordero y una sustitución.
El PAN SIN LEVADURA que hasta esa noche simbolizaba la separación de la vida antigua en Egipto, NO llevando nada de su “levadura” pagana y opresiva en la Tierra Prometida, tras esa noche simboliza y representa su Cuerpo roto y partido por nosotros, en sustitución nuestra. Él es el Pan de vida (Juan 6:35 y 53)
LA COPA, desde aquella noche simboliza su preciosa Sangre derramada como base para la propiciación ante Dios (aplacar y apaciguar la Ira de Dios), además de ser el garante y del establecimiento de un pacto (Hebreos 9:22). Esa Sangre, representaba su Vida e hizo expiación por los pecados de todos los que ponen Su confianza en el Señor Jesucristo.
Cuando ÉL toma el pan y la copa, trazó una diagonal directa desde el pasado hasta el futuro, desde Egipto hasta el Gólgota, desde el Mar Rojo hasta la cruz ensangrentada, la cual se convertiría en el claro enfoque del Dios Redentor.
- ÉL es el Perfecto Cordero Pascual, sin mancha, sin contaminación, santo e impecable, el cual sería sacrificado. Resulta curioso que ninguno de los evangelio mencione explícitamente que hubiera un cordero en la cena de aquella Pascua, pero lo que SÍ es seguro es que ÉL declaró y enfatizó ser realmente el Verdadero Cordero Pascual.
- La Sangre de este cordero tiene un valor redentor inmensamente mayor que la sangre de los dinteles de las casas de los judíos en Egipto durante aquella 10ª plaga.
- Como resultado, habría un mayor éxodo, no de la esclavitud física o terrenal de un airado e injusto faraón, sino de la propia Ira del Dios Justo.
Al finalizar esta cena, esta enseñanza acerca del Nuevo Pacto y de instituis la «Cena del Señor», salieron de ese Aposento Alto cantando un himno, el conocido como «Hallel» , que son los Salmos 113 al 118, llamados así porque comenzaban con la palabra “hallel” (“Aleluya”). Es increíble pensar que estando a minutos de ser traicionado, arrestado con violencia, empleando espadas y palos, enjuiciado injusta y falsamente, abofeteado, escupido en el rostro, arrancado la barba, azotado cruelmente, condenado a muerte, torturado y crucificado de la peor manera, sabiéndolo todo, aun así Jesús cantaba: “Y la fidelidad de Jehová es para siempre” (Salmo 117:2) y “alabad a Jehová, porque ÉL es bueno” (Salmo 118:29)
Pero antes de eso se interrumpe la conversación que Jesús tiene con los Suyos, con los 11; para, de repente, dirigirse al Padre y hacerle una tremenda oración sacerdotal.