Si bien es cierto que la figura histórica de Jesús sigue colapsando documentales, revistas, artículos de investigación, películas,… y Su Persona y Obra aún sigue cambiando y transformando vidas, familias, hogares, barrios, ciudades, países, y aún el transcurso y devenir de la propia historia, no es menos cierto que ya desde el primer siglo aparecieron errores, herejías ajenas a la revelación bíblica del Eterno Hijo de Dios, y lo que aún es más grave, errores y herejías que aún hoy, 2000 años después continúan y se repiten.
Traer engaño, confusión y disparidad sobre la única, total y absoluta verdad de verdades (Juan 14:6), es obra del anticristo, del padre de mentira, del engañador
2ª Juan 1:7 «Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.»
Consideramos como parte de la Iglesia, columna y baluarte de la verdad, la necesidad de reconocer y señalar tales errores y herejías para, como mínimo, NO caer en lo mismo, así como estar preparado para afrontarlas y refutarlas.
¿QUÉ ES UNA HEREJÍA?
Etimológicamente proviene de hairesis (αἵρεσις), que significa una elección o un grupo de creyentes, es decir, una escuela del pensamiento o una opinión particular o específica sobre un punto de doctrina determinado.
Podríamos definirla como un pensamiento, dogma o creencia, la cual está en desacuerdo, en error, enfrentada y desviada de la verdad bíblica, de modo que por su misma naturaleza, la herejía NO puede coexistir pacíficamente con la verdad.
Muy importante recalcar eso de verdad bíblica, ya que es la Biblias la norma suprema, la inerrante e inspirada autoridad en fe y conducta, y por tanto es incuestionable; y NO es el magisterio, ni el dogma papado o la tradición.
2ª Timoteo 3:16-17 «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.»
1ª Tesalonicenses 2:13 « Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis NO como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.»
2ª Pedro 1:21 «Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.»
Como bien dijo C. Spurgeon, la Iglesia NO determina lo que la Biblia debe enseñar, es la Biblia lo que determina qué debe enseñar la Iglesia.
Tito 3:10 «Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo»
Cuando una persona en la iglesia se aparta de la enseñanza bíblica, de la verdad bíblica, la respuesta correcta es, en primer lugar, tratar de corregirla con la propia verdad, pero si se niega a escuchar después de dos advertencias (ya sea en privado, y posteriormente con 2 o 3 testigos), NO debe dividir la doctrina de la Iglesia con herejías, y llegado ese caso, debiera ser apartado.
Debemos tener cuidado, pues NO todos los desacuerdos en la iglesia son una herejía. Tener una opinión diferente no está mal, pero cuando la opinión produce división o permanece desafiando la clara enseñanza bíblica, llega a ser una herejía.
En los desacuerdos, ya sea en temas de soteriología, penumatología o, sobre todo, escatología, debiera brillar una actitud de humildad y de sumisión a la verdad de Dios, sabiendo que podemos estar confusos, y NO poseemos en nosotros mismos, en nuestra capacidad la verdad absoluta, sino que ésta está revelada en la Biblia, y aún en ésta, hay verdades con menos revelación que debemos aceptar por la fe.
Filipenses 2:2-3: «Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo»
I.- HEREJÍAS CONTRA LA DEIDAD DE CRISTO
MONARQUIANISMO: Herejía dominante del siglo III d.C. en la que afirmaba que en Dios hay una sola persona con diferentes funciones o diferentes modos de manifestarse, donde su principal defensor fue Sabelio, quién sostenía que el Verbo era el Padre en la Creación, el Hijo en el Redención y el Espíritu Santo en la Iglesia. Es prácticamente igual a lo que hoy creen y defiendes los unitarios («Solo Jesús»). A esta herejía también se conoce como sabelionismo o modalismo.
SOCICIANISMO: Debe su nombre a Fausto Socino, del Siglo XVI y XVII. Esta herejía negaba la deidad de Cristo hasta después de la Resurrección, cuando Dios Padre le delegó cierto Poder Divino. Como consecuencia negaban que el sacrificio de la cruz tuviera valor redentor alguno, ya que argumentaban que Dios puede perdonar pecados sin necesidad de la expiación de Jesús. Básicamente fue el inicio, el precursor de otra herejía, el Modernismo.
MODERNISMO: Más que una herejía singular en sí, era la síntesis de todas las herejías que se promulgó en los siglos XIX y XX, donde atacaba deliberada y frontalmente la fe definida y aclarada en el Concilio de Calcedonia en el año 451 (ahí se defendió claramente la unión hipostática del Hijo de Dios). Esta herejía manifiesta que Jesús era un hombre como los demás, aunque fue progresivamente adquiriendo una noción de la obra de Dios llevada en ÉL, y que paralelamente se ha creado o inventado un Jesús de la fe o mitológico, muy desvirtuado del Jesús real e histórico. Como factores influyente podemos apreciar un creciente y notorio racionalismo o intelectualismo de la época, donde la razón humana era el único juez (y NO la fe) para explicar y discernir todo cuanto era misterioso; así como el sentimentalismo o emocionalismo, ya que sostenían que el único modo de entender la religión era la vía subjetiva, es decir, el encuentro emocional con Dios.
II.- HEREJÍAS CONTRA LA HUMANIDAD DE CRISTO
APOLINARISMO: Debe su nombre la Obispo de Laodicea, Apolinar, del Siglo IV, quien defendía, a pesar de defender la deidad de Cristo (y refutar el arrianismo), negaba que la humanidad de Jesús fuera plena, con espíritu propio, razón y voluntad; de modo que su naturaleza divina operaba en su cuerpo físico y humano.
MONOFISISMO o MONOTELISMO: Si etimológicamente «mono» es uno y «fisio» es naturaleza, podemos llegar a la conclusión que esta herejía decía que Jesús tiene una sola naturaleza, negando y rechazando la dualidad plena e independiente de naturalezas en el Hijo de Dios, argumentando que la naturaleza humana de Jesús fue absorbida, anonadada o mezclada por la divina.
III.- HEREJÍAS QUE AFECTAN A LA HUMANIDAD Y LA DEIDAD DE CRISTO
MARCIONISMO: Fue sin duda el más conocido se los herejes de la Iglesia Primitiva del siglo I dC, donde afirmaba creer en un dios del Antiguo Testamento, y en otro Dios diferente del Nuevo, opuestos y totalmente diferentes entre sí, además de crear un canon bíblico donde sólo incluía Lucas, Hechos y algunas epístolas de Pablo.
EBIONITAS: Herejía o filosofía judía del siglo I d.C. donde negaban tajantemente Su Deidad y su concepción virginal, ya que para ellos, Jesús era un mero hombre cauteloso (y NO Dios), muy observador de la Ley, lo que le capacitó para ser escogido por Dios como el Mesías, siendo en Su Bautismo el momento de Su Unción con el Espíritu Santo, quien le desamparó y abandonó en el Calvario. Juan, siendo plenamente inspirado por el Espíritu Santo, trató de refutarla en su primera carta (1ª Juan 5:5-6). Ellos creían que el Espíritu de Dios sustituyó, de alguna manera su espíritu humano
CERINTIANOS: Herejía del siglo II d.C cuyo nombre se debe a Cerinto, y muy similar la anterior, pero influenciados y basados en el gnosticismo (Dio es bueno, la materia es mala,y NO puede haber mezcla o comunión entre Dios y el hombre). Ellos manifestaban que Jesús era un ordinario hombre, que Cristo era un espíritu, energía o fuerza superior, y que en el bautismo de ÉL, descendió para ungirlo, pero que lo dejó antes de ir a la Cruz. Juan trató de refutar en 1ª Juan 2:22, 4:2-3 y 5:6.
DOCETAS: Es una rama del gnosticismo del siglo I d.C, donde decía que Jesús tenía una apariencia de humano, de cuerpo humano, pero ese cuerpo físico y terrenal NO era real (una especie de fantasma); de hecho doceta proviene del griego «Dokéin» que significa parecer. Varios textos como Juan 1.14, 1ª Juan 4:2-3, 1ª Timoteo 3:16, Hebreos 2:14 lo refutan, al defender claramente que el Hijo de Dios asumió una perfecta y verdadera naturaleza humana, encarnándose.
ARRIANISMO: Debe su nombre al Presbítero de Alejandría Arrio (año 313) quien sostenía que el Verbo, que Jesús, NO era igual al Padre, sino el primero, mejor y más noble de los seres creados, y que por medio de ÉL (Jesús) creó todos los demás seres. Negaban la unión hipostática al afirmar, como la secta de los testigos de Jehová hoy, que Jesús era un ser creado, y NO el Creador como así dice la Palabra de Dios, NO poseyendo la misma esencia del Padre, aún cuando sostenían que tenía aspectos divinos. Un diácono alejandrino llamado Atanasio se opuso a esta herejía, hasta el punto que su punto de vista quedó plasmado en el Credo de Noches (325 dC)
IV.- HEREJÍAS CONTRA LA UNIÓN HIPOSTÁTICA DE CRISTO
NESTORIANISMO: Debe su nombre al patriarca de Cosntantinopla, Nestorio, de los siglos IV y V, quien sostenía que Jesús es 2 personas, una humana y otra divina, y que cada una de las 2 naturalezas de Cristo, las cuales estaban totalmente separadas, poseía su propia personalidad o subsistencia, de modo que la mente de Cristo estaba dividida entre la naturaleza humana y la divina.
MONOFISISMO: También catalogada esta herejía en cuanto a la humanidad plena de Cristo, sostenían que aún existiendo 2 naturalezas, en Cristo sólo había una, aunque fuese una mezcla o fusión de la humana y la divina, como si fuera una tercera naturaleza, pero nunca que las 2 naturalezas (humana y divina) existían perfectamente en el ser del Verbo de Dios.
MONOTELISMO: Proveniente de las palabras «mono» que significa uno, y «Theleisis» voluntad, esta herejía del siglo VII sostenía que en Cristo sólo había una voluntad decisoria, y una sola energía impulsora, negando así la integridad de la naturaleza humana, al negarle voluntad capaz de decisión y operación propias
ADOPCIONISMO: Para vergüenza mía, es conocida como la «herejía española» debido a sus impulsores, los obispos españoles Félix de Urgel y Elipando de Toledo, ambos del siglo IX, quienes afirmaban que Jesús fue siempre Hijo propio de Dios, pero en cuanto a su plena humanidad fue hijo adoptivo y espiritual de Dios (aunque es cierto, que en un grado superior al nuestro). Sus nobles celos de evangelizar a los musulmanes que invadieron España en el 711, les llevaron a distorsionar la imagen de Jesús, ya que los musulmanes también consideran a Jesús como un profeta y un «hijo adoptivo» de Dios. Unos pocos años más tarde fue prácticamente refutado, hasta que siglos más tarde (siglo XIX) resurgió nuevamente en forma del modernismo.
Como podrás observar, religiones llamadas cristianas como los Mormones, Testigos de Jehová o unicitarios, así como otras falsas religiones, ya sea judaísmo o el Islam, comparten aún o las mismas herejías de siglos atrás, o tienen un concepto de Jesús errado y herético.
NO hay mayor defensa de la Verdad que no solo exponer la mentira, sino además reafirmar la Verdad, y de ahí lo urgente y necesario de esta serie de estudios sobre la Persona y la Obra de Jesús.
Asimismo, y con el fin de establecer una fe cristocéntrica y, sobre todo, cristológica que condenase toda herejía que se levantó, es que fue convocado en el año 451 el CONCILIO DE CALCEDONIA, para enfatizar, remarcar y señalar que nuestro Señor y Salvador fue y es pleno y verdadero hombre, y pleno y verdadero Dios, en la una y misma persona del Verbo de Dios, el Hijo de Dios
CONCILIO DE CALCEDONIA (año 451) «Siguiendo, pues, a los Santos Padres, todos a una voz enseñamos que ha de confesarse a uno solo y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en la divinidad y el mismo perfecto en la humanidad, Dios verdaderamente, y el mismo verdaderamente hombre de alma racional y de cuerpo, consustancial con el Padre en cuanto a la divinidad, y el mismo consustancial con nosotros en cuanto a la humanidad, semejante en todo a nosotros, menos en el pecado (Hebreos 4:15); engendrado del Padre antes de los siglos en cuanto a la divinidad, y el mismo, en los últimos días, por nosotros y por nuestra salvación, engendrado de María Virgen, madre de Dios, en cuanto a la humanidad; que se ha de reconocer a uno solo y el mismo Cristo Hijo Señor unigénito en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación, en modo alguno borrada la diferencia de naturalezas por causa de la unión, sino conservando, más bien, cada naturaleza su propiedad y concurriendo en una sola persona y en una sola hipóstasis, no partido o dividido en dos personas, sino uno solo y el mismo Hijo unigénito, Dios Verbo Señor Jesucristo, como de antiguo acerca de Él nos enseñaron los profetas, y el mismo Jesucristo, y nos lo ha trasmitido el Símbolo de los Padres. Así, pues, después de que con toda exactitud y cuidado en todos sus aspectos fue por nosotros redactada esta fórmula, definió el santo y ecuménico Concilio que a nadie será lícito profesar otra fe, ni siquiera escribirla o componerla, ni sentirla, ni enseñarla a los demás.»
Casi 1000 años más tarde, y ya en plena y necesaria Reforma Protestante, surgieron varios credos, catecismo o confesiones de fe, donde volvieron a reafirmar la doctrina cristológica que tanto y tanto ha sido intento de ataques, errores, herejías, distorsiones,…