Desde 1981, las Fuerzas armadas españolas, ante la muerte de sus soldados caídos, y como homenaje a ellos, entonan un triste himno a los caídos, llamado como este devocional «LA MUERTE NO ES EL FINAL», donde la letra está lleno de significado para nosotros.
Es un hecho más que real, que directa e indirectamente nos afecta y afectará a todos, pues todos vamos a morir, y todos sufriremos muertes de seres queridos, de amigos, familiares, … unas más trágicas que otras, unas por unas causas diferentes a otras,…
Para la sociedad, con la muerte se concluye todo, se finaliza todo, se acaba todo, y por eso es que la muerte es tan angustiosa y trágica para esta mundo egocéntrico y caído que anhela la gloriosa manifestación de los hijos de Dios para reconciliarlos con su Creador, pues vivimos en esa perspectiva temporal y lineal de la vida, donde hay un comienzo y un fin, donde hay un inicio, pero sobre todo, una conclusión y un punto final.
Según estadísticas, cada día mueren unas 156.000 personas por todo el mundo; ancianos, jóvenes, bebés, niños, enfermos, sanos, accidentes, homicidios,… pero lejos de llenar estas letras de pesimismo, nostalgia y tristeza, nuestra intención es precisamente la opuesta, es dar sentido y significado, no sólo a la vida, sino a la muerte.
Ante la pregunta que solemos hacernos de por qué muere la gente buena, debemos responder sincera y honestamente, que eso sólo ocurrió una única vez, y esa muerte fue voluntaria, sustituta y por nosotros
DE ESA MUERTE ES QUE HABLAREMOS HOY
Juan 1:4 « En ÉL (Cristo) estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.»
¿QUÉ DICE LA PALABRA DE DIOS DE LA MUERTE?
La muerte NO es ni fue el Plan o el ideal de Dios para Su Creación, sino que fue la terrible consecuencia de la caída, de la rebelión, de la transgresión que se dio en el Edén por nuestros padres y representantes.
Génesis 2:16-17 «Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.»
Romanos 5:12 «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.»
Vino el pecado y la alta traición a un Dios Santo, quien es Juez, y como consecuencia de ello, vino la MUERTE, ya sea espiritual (separación respecto a Dios, nuestro Creador) y física (separación del alma respecto al cuerpo)
Si naces en esta vida una vez, morirás dos veces, pues además de la muerte física, está la muerte eterna; pero si en esta vida naces 2 veces (física y nuevo nacimiento) sólo morirás una vez, la muerte física, pero esa puerta será acceso y puerta a la vida verdadera.
Inmediatamente después de esta terrible situación, de la Caída del ser humano, Dios comenzó a trazar un plan para revertir tales desastrosas y nefastas consecuencias, un plan cuyo clímax se halla en una cruz, y en un sepulcro abierto 3 días después.
Y EL CENTRO DE ESE PLAN SE HALLA, PARADÓJICAMENTE, UNA MUERTE.
Dios con una muerte, venció y destronó a la muerte, ya que ésta era la inevitable consecuencia y paga por nuestros pecados, una paga que sólo podríamos pagar estando separados de Dios una eternidad entera, PERO…
¿CÓMO SUCEDIÓ?
Dios decide encarnarse, hacerse hombre como tú y como yo, excepto una cosa que será lo más importante, y es que en ÉL NO había pecado alguno, no había acusación ni condena de muerte según la ley de Dios (Romanos 6:23, Ezequiel 18:4 y 20)
Todos nosotros hemos pecado, y como tal, somos dignos merecedores de la sentencia por ello, de la MUERTE.
Siendo pleno Dios y pleno hombre a la vez, nuestro Mediador Jesucristo vive, al contrario que nosotros, sin pecar, sin desobedecer a Dios, y por ello es habilitado entonces para ser el sustituto y representante de toda una descalificada humanidad quien merece morir por sus pecados.
¿QUÉ HACE DIOS CON TODOS LOS PECADOS DE LA HUMANIDAD?
Perfectamente podía hacer Justicia y juzgar en base a su Ley a a humanidad y condenarla irremediablemente una eternidad lejos y separada de ÉL, pero entonces NO sería un Dios de Amor y Misericordia como EL ha dicho y revelado que es.
Dios Padre decide colocar y atribuir todos los pecados al único Santo, Justo e Inocente, a Su Hijo y en Él los juzga enteramente, desatando Su Total Ira por el pecado en ÉL.
Al igual que el Cordero y el Chivo expiatorio, ÉL es conducido fuera del campamento, de la ciudad, y allí sufre toda la carga penal por nuestros pecados
Dios NO hizo amnistía ni otorgó un indulto a la humanidad, sino que ajustició a Su Hijo para que nosotros pudiéramos ser perdonados, de esa manera Dios ha demostrado ser Justo al juzgar todo el pecado y la iniquidad del mundo, a la vez que demuestra ser Misericordioso y Perdonador, pues ahora que ÉL ha juzgado, sentenciado y ejecutado todo pecado y que Su Ira por ello se ha calmado, es que ÉL te ofrece Perdón y reconciliación.
Dios maldijo a Su Hijo con toda la maldición de la Ley, llegando a ser en la Cruz la persona más inmunda y grotesca de todas por cargar en Sí con los pecados, siendo arrancado de Su Padre.
DIOS APAGÓ LAS LUCES, Y EL MUNDO ENTERO ESTUVO EN TINIEBLAS, HASTA QUE A LOS 3 DÍAS ALGO SUCEDE…
¿CÓMO SABEMOS QUE TODO ESTO ES VERDAD?
A los 3 días, en medio de este contexto, de esta agitada y convulsionada ciudad, en el epicentro religioso del mundo, Jerusalén, Dios abre un sepulcro, NO tanto para que salga Su Hijo al Mundo, sino para que el mundo entre y vea.
Hoy muchos, la inmensa mayoría de la sociedad dirá abierta y directamente que eso es IMPOSIBLE, y llevan razón, y así es como Pedro calificó este único y trascendental evento.
Mientras la sociedad y el mundo dice que la Resurrección de Jesús es imposible, la Palabra de Dios dice los siguiente.
¿IMPOSIBLE? TE VOY A DECIR YO LO QUE ES IMPOSIBLE
LO QUE ES IMPOSIBLE ES QUE LA MUERTE TUVIERA DOMINIO, PODER Y AUTORIDAD SOBRE DIOS, SOBRE EL HIJO DE DIOS QUIEN JAMÁS PECÓ; LO QUE ES REALMENTE IMPOSIBLE ES QUE LA MUERTE PUDIERA RECLAMAR LA VIDA DE JESÚS Y PUDIERA RETENERLO
Hechos 2:23-24 «a éste (Jesús), entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.»
CLARO QUE ERA IMPOSIBLE, PERO ERA IMPOSIBLE QUE NO RESUCITARA NUESTRO SALVADOR.
Mateo 28:5-6 «Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: NO temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. NO está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.»
Dios exhibe y expone ante todos a Jesús, quien resucita, quien vence a la muerte, quien la destrona, quien la pisotea, y NO lo hace en secreto, sino que lo hace tan público que la Palabra de Dios dice que durante 40 días de presenta a varios, incluso más de 500 personas, algunas las cuales vivían cuando Pablo escribe estas palabras a los corintios, y eso es algo irrefutable en su día y hoy.
¿VAMOS A PASAR POR EL TRAGO DE LA MUERTE? SÍ, SIN DUDA
¿LA MUERTE ES EL FINAL? NO, EN ABSOLUTO
La MUERTE es el inicio, el acceso y la puerta a una nueva y eterna vida, donde sólo hay 2 destinos posibles:
- Una eternidad de castigo eterno alejado de Dios por haber rechazado la Oferta de Gracia, de salvación que Dios te ofrece, incluso por medio de estas palabras, para reconciliarte con ÉL a través del Evangelio.
- Una eternidad en la presencia de Dios, donde ÉL ha prometido enjugar toda lágrima, y estar junto a Él sin llanto, ni dolor, ni enfermedad, ni muerte, tal y como debía ser desde el inicio de la creación.
Apocalipsis 21:4-5 «Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, YO hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.»
La Muerte, desde el punto de vista terrenal y humano es triste, es dolorosa, pues aún nuestro señor Jesús lloró ante la tumba de su amigo Lázaro, al ver los estragos y las consecuencias del pecado, y tras consolar a sus hermanas, ÉL actuó.
Juan 11:38-43 «Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. YO sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!»
Marta, la hermana del fallecido Lázaro, aún con fe, está angustiada, apenada, muy dolorida y atribulada, perfectamente podría representarnos a todos nosotros ante una circunstancia similar, pero Jesús se dirige a ella con autoridad, y le da la esperanza que hoy debe brotar más que nunca en nosotros.
NO sólo se identifica en el dolor con nosotros, llorando ante la tumba en presencia de sus más allegados, sino que además allí mismo les ofrece el remedio, la solución a esa tragedia, a la Muerte misma…y les pone en la tesitura, en la cuestión clave que debemos afrontar todos, les da la pregunta que todos y cada uno de nosotros debemos plantearnos….
¿CREES O NO CREES?
ÉL ES LA VIDA, ÉL ES LA RESURRECCIÓN.
Juan 11:23-26 «Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.Le dijo Jesús: YO soy la resurrección y la vida; el que cree en MÍ, aunque esté muerto, vivirá.Y todo aquel que vive y cree en MÍ, NO morirá eternamente. ¿CREES ESTO?
La respuesta a esta pregunta directa de Jesús va a determinar tu eternidad cuando partas de esta tierra, de esta mundo con un destino eterno.
NUESTRA ESPERANZA ESTÁ EN AQUEL QUIEN VENCIÓ A LA MUERTE, Y QUIEN HA PROMETIDO LEVANTARNOS DE LA MUERTE PARA LLEVARNOS JUNTO A ÉL, A TODO AQUEL QUE SE ARREPIENTA Y VAYA EN FE A ÉL; A LO QUE ÉL HIZO, A QUIEN CREA EN ÉL.
1ª Corintios 15:13-17 «Porque si NO hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual NO resucitó, si en verdad los muertos NO resucitan. Porque si los muertos NO resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo NO resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.»
Si Cristo NO resucitó, NO es lo que ÉL mismo afirmaba con rotundidad ser (el Dios Eterno), y absolutamente todo es en vano, y los que profesamos fe en ÉL hemos sido engañados vanamente por tantos siglos con falsas esperanzas, PERO Gracias a Dios, que Jesús se levantó con Poder de entre los muertos, y puesto que ÉL vive, nosotros viviremos, pues esa es Su Promesa para los que creemos.
Juan 6:39-40 «Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, NO pierda YO nada, sino que lo resucite en el día postrero.Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en ÉL, tenga vida eterna; y YO le resucitaré en el día postrero.»
PODEMOS CANTAR CON GOZO Y ESPERANZA COMO PABLO, Y DECIRLE A LA MUERTE…
1ª Corintios 15:55 «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
1ª Corintios 15:57-58 «Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano»
JESÚS MURIÓ PARA HACER MORIR A LA MUERTE
Si pones tu fe en Cristo, la Muerte NO tiene poder ni dominio sobre el creyente, sino que será el fin de esta corta y efímera vida terrenal, y la bienvenida a una eterna y mejor vida junto a ÉL.
Apocalipsis 1:17-18 «Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y ÉL puso su diestra sobre mí, diciéndome: NO temas; YO SOY el Primero y el Último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.»