Habiendo ya llegado al Centro de Su plan, a la majestuosa y sublime Cruz, al Gólgota, es ahí mismo donde debemos detenernos y deleitarnos en ella, en el Excelso y humillado Crucificado, y en los aspectos e implicaciones de esa Vicaria (o sustitutiva) Redención.
Si en el Nuevo Testamento hay 7.957 versículos, casi 200 de ellos nos narra directamente la Muerte de Jesús, es decir, 1 de cada 45; o dicho de otra manera, los últimos 3 días de la vida terrenal de Jesús ocupan una quinta parte de los evangelios.
Antes de nada, es importante ver las 4 facetas del Pecado.
- El pecado es deliberado y frontal ataque contra la Santidad de Dios.
- Es una mancha contaminante en el ser humano.
- Nos convierte en enemigos de Dios, al menospreciar y pisotear Su Bondad (Romanos 2:4)
- Nos hace esclavos del pecado y de satanás, y por ello necesitamos ser rescatados y liberados.
La única esperanza para el Rescate o la Redención del hombre se basa en la ensangrentada Cruz de Cristo.
¿POR QUÉ ERA NECESARIA E IMPRESCINDIBLE LA CRUZ?
Por Dios mismo, por Quién es Él, por cómo es ÉL, por Su Naturaleza Santa y Justa, y por consiguiente porque debe de hacer justicia, y debe juzgar, sentenciar y condenar a todo pecador y transgresor con arreglo a su ley (No puede pasar por alto el pecado), y esta NO es otra que mediante la muerte espiritual (separación con respecto a Dios), y como consecuencia de ello, la muerte física (Romanos 5:12)
La inherente Santidad de Dios y la condición pecaminosa y depravada del hombre exigían la Expiación, Su Santidad reacciona inevitablemente contra el pecado, y lo hace con Su Ira, la cual debe ser alejada y apaciguada.
ÉL es el Juez y el Regidor moral de la Creación, del Universo, y como tal, debe actuar de acuerdo a los más estrictos estándares de Justicia, absolviendo al inocente y condenando al culpable. Si resulta que NO hay justo ni aún uno, y que todos somos culpables, todos deberíamos ser condenados.
Aunque la figura del indulto (declarara inocente a una persona culpable sin restituir el daño ni pagar la responsabilidad por ello) predomina nuestro panorama político mundial, NO es así con Dios, ya que ÉL NO puede perdonar ni quitar la responsabilidad sin más , sin haber una paga, sin que ÉL sea plenamente satisfecho, sin que se haya hecho Justicia; eso NO sería justo, menos aún ante un Dios Justo.
Por eso desde el Antiguo Testamento, más bien desde la misma caída en Génesis 3, cuando Dios los cubre con túnicas de pieles de un animal sacrificado, en adelante, vemos a un Dios Justo, tres veces Santo que instaura los sacrificios, los cuales prefiguraban a uno mejor, verdadero y perfecto que había de venir, a la vez que daban y proporcionaban un sentimiento de pecado, culpa, castigo, y sobre todo, santidad de Dios.
Desde las túnicas de pieles (Génesis 3:21), pasando por la ofrenda de Abel (Génesis 4:4), la de Isaac (Génesis 22), el cordero de la pascua (Éxodo 12), el sistema de sacrificio levítico (Levítico 1-7), y la serpiente de bronce (Números 21), todo apuntaba, señalaba y se dirigía a un evento donde un Perfecto Mediador podía satisfacer a un Dios ofendido, a la vez que salvar al hombre perdido y condenado.
LOS SACRIFICIOS DEL A.T. SIEMPRE TENÍAN PUESTA LA MIRA EN CRISTO
Sabemos por todo ello que el derramamiento de sangre era algo imprescindible, pues la sangre que representa y equivale a la vida (Levítico 17:11) como precio o salario por el pecado (Ver Romanos 6:23).
Ver un estudio Detalmanera sobre Levítico:https://detalmanera.com/sentido-de-levitico-ofrenda-de-olor-fragante/
Hebreos 9:22 «(…) sin derramamiento de sangre NO se hace remisión (perdón del pecado)»
Pero hay un problema, y este lo vemos de frente en el siguiente capítulo de este libro, y es que la sangre de los sacrificios de animales NO podía quitar el pecado (Hebreos 10:4); es decir, este sistema levítico NO es el diseñado o planeado por Dios para quitar o perdonar los pecados, sino que más bien era una preparación para ello.
El sacrificio de un anima irracional NO podía equipararse al valor de un alma; simplemente eran imperfectos medios transitorios hasta la Perfecta Redención.
David mismo, en el salmo donde nos habla del arrepentimiento (Salmo 51), ya tenía claro la ineficacia expiatoria de los continuos e imperfectos sacrificios ofrecidos por imperfectos sacerdotes
Salmo 51:16 «Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; NO quieres holocausto.»
¿POR QUÉ SI ERAN INEFICACES, DIOS LOS TENÍA EN CUENTA Y LOS ACEPTABA?
La Razón era la Cruz venidera, es decir, Cristo vendría y sería exhibido públicamente como el gran testimonio a un incrédulo mundo que dudaba de la Justicia de Dios.
La única base para la remisión total de los pecados, y así poder perdonar la deuda que conllevaba era que Su Hijo llevara la culpa del pecador.
De la misma manera que nosotros hoy miramos hacia atrás con fe a la Cruz, ellos miraban con fe hacia adelante a la misma Cruz; siendo igualmente eficaz para ellos que lo es para nosotros, ya que la Cruz tiene un sentido retroactivo y retrospectivo.
Dios justificaba a creyentes en el AT siempre en base y en anticipación a la Obra de Cristo, y nunca por la ley o sacrificios de animales.
Estos solamente prefiguraban la remisión, pero NO la efectuaban en sí mismo.
Detrás de las sombras del AT resalta el hecho eterno de la Cruz, la única y verdadera base de toda expiación de todo pecado.
Ver estudio Detalmanera sobre la Ley en el AT:https://detalmanera.com/volvernos-a-la-ley-judaizantes/
DIOS NO PERDONA A PECADORES PORQUE LOS AMA, DIOS PERDONA A PECADORES PORQUE ES AMOR Y POR ESO ENVIÓ A SU HIJO A SER CONSIDERADO CULPABLE Y A PAGAR POR ELLOS.
- ¿Cómo cancelar el pecado a la vez que abraza a pecadores?
- ¿Cómo ser justo juzgando al pecador, a la vez que muestra amor y misericordia a pecadores?
- ¿Cómo exaltar Su Justicia y Su Santidad, a la vez que NO nos condena una eternidad entera?
- ¿Cómo ser Justo, y a la vez justificar al impío?
- ¿Cómo justificar al impío si Éxodo 23:7 o Proverbios 17:15 dice que NO lo haría?
- ¿Cómo puede Dios perdonar al pecador, y a la vez juzgar el pecado?
LA RESPUESTA ES LA PROPICIACIÓN
EL CALVARIO RESUELVE SATISFACTORIAMENTE ESTAS PREGUNTAS
Habrás oído hablar muchas veces sobre el Amor y el Perdón de Dios, sobre la Misericordia y la Gracia de Dios, pero NO tantas sobre Su Ira, Su Furia y la necesidad de que ante todo ésta sea aplacada.
Dios es Santo y Justo, y está enojado con el impío todos los días (Salmos 7:11), ÉL es Feroz en Su indignación contra el pecado (Salmos 78:49, Isaías 13:9-13, Sofonías 3:8); Dios es Fuego consumidor (Hebreos 12:29, Deuteronomio 4:24), y es horrenda cosa caer en las manos del Dios Vivo (Hebreos 10:31).
Dios condiciona el perdón al pago por el pecado, y ese pago judicial fue Cristo en la Cruz bebiendo la Copa de la ira de Dios, y siendo ofrenda por el pecado, quitando el pecado de en medio, así como la Ira de Dios, por cuanto ya se ha hecho y cumplido Justicia.
La Propiciación es la raíz de la cual brotan la Justificación, la Reconciliación y la Redención; es la satisfacción que Cristo ofreció a Dios, al Juez Justo, al Árbitro moral del Cielo y la Tierra.
Derivado de la palabra griega «Hilasmos», se refiere a un sacrificio que satisface las altas demandas de la Justicia de Dios, aplacando y apaciguando a su vez la Ira de ÉL por el pecado.
De esa misma palabra deriva «Hiláskomai», que significa EXPIACIÓN, y es un término muy usado en el Antiguo Testamento para referirse, en esa dispensación, a cubrir los pecados, ocultarlos de Su Vista y es una idea entrelazada a los sacrificios veterotestamentarios, aunque también es la misma palabra usada en la oración del publicano en el Templo (Lucas 18:13), oración, por cierto que nosotros ya NO necesitamos hacer, pues Cristo ha hecho la Propiciación de una vez por todas.
Ambas son las 2 caras de la misma moneda, ya que si la Expiación tiene que ver con eliminar, anular, borrar o quitar el pecado y la culpa de en medio a través de un sacrificio, la Propiciación es la consecuencia de ello, es decir, la pacificación y la calma de la Ira y la Furia de un Dios santo enojado contra el pecador a causa del pecado.
La expiación es lo que Cristo hizo en aquella Cruz, y el resultado de ello es la propiciación: la Ira de Dios es removida, ya que Cristo hizo Su Obra en la Cruz para aplacar la ira de Dios.
Ese es el logro supremos del Crucificado por nosotros; que Él aplacó la Santa y Justa Ira de Dios, la cual nos destruiría de no haber sido cubiertos por el sacrificio de Cristo.
La propiciación de Jesús en la Cruz es lo único que puede quitar la condenación de Dios con respecto al pecado.
Hebreos 2:17 «Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para Expiar los pecados del pueblo.»
1ª Juan 2:2 « Y ÉL (Cristo) es la Propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo»
1 Juan 4:10 «En esto consiste el Amor: NO en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que ÉL nos amó a nosotros, y envió a Su Hijo en Propiciación por nuestros pecados.»
El pecado del hombre se tradujo en la Ira del Todopoderoso, algo que está muy enfatizado en el Antiguo Testamento (aunque NO exento en el Nuevo), con 585 alusiones, y sola, única y exclusivamente la Muerte de Cristo es el medio para removerla de una manera completa y total.
DIOS MISMO SE PROVEYÓ LOS MEDIOS PARA QUITAR DE EN MEDIO SU PROPIA IRA.
Abraham, a petición de un Dios que quería probar su fe, va con el hijo amado de la promesa, Isaac, cuchillo en mano, así como leña, subiendo al Monte Moriah; de repente, éste le pregunta dónde está el Cordero para sacrificar a Dios, y Abraham, siendo plenamente inspirado por el Espíritu Santo, dijo que Dios se proveerá de cordero para el holocausto.
Abraham profetizó en el Espíritu la síntesis y la esencia viva del Evangelio sustitutivo de Dios.
CRISTO VINO PARA EL SER EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO.
Dios mismo envió a Su Hijo para llevar la culpa y morir de forma sustitutiva por todos los culpables para propiciar, es decir, para apaciguar, calmar y quitar de en medio la Ira y la justa Indignación de Dios, satisfaciendo plenamente Su justicia de una manera total y perfecta, y así poder redimir a pecadores
Al llevar Jesús la culpa por todos nuestros pecados, Dios vertió y descargó sobre ÉL toda la Ira y el castigo por todos y cada uno de ellos, convirtiéndose en el objeto del intenso aborrecimiento de Dios por el pecado, acumulado desde el comienzo del mundo.
CON SU MUERTE LA JUSTICIA DE DIOS QUEDÓ ENTERAMENTE CUMPLIDA, Y SU RABIA, IRA Y FURIA POR LOS PECADOS QUEDÓ TOTALMENTE CALMADA Y APACIGUADA, ESO ES LA PROPICIACIÓN.
Romanos 3:23-26 «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la Gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su Gracia, mediante la Redención que es EN Cristo Jesús, a quien Dios puso como PROPICIACIÓN por medio de la fe en Su Sangre, para manifestar su Justicia, a causa de haber pasado por alto, en Su Paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo Su Justicia, a fin de que ÉL sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.»
¿QUÉ VEMOS EN ESTOS VERSÍCULOS?
Un Dios quien es Justo y Santo, NO castigando los pecados como debía, pasándolos por alto pacientemente
Un Dios que dijo y advirtió severamente a Adán que desobedecerle y transgredir Su Palabra al comer del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, implicaría la separación, la muerte, pero que pasa por alto lo pecados pasados.
Un Dios que contuvo y aguantó SU Juicio durante miles de años, exponiéndose a que todos pensaran que es un Dios Injusto, tolerante e indiferente con el pecado, como falsos los dioses de las naciones idólatras y paganas, que miente a SU propia Palabra, ya que ÉL ha dicho que el alma que pecare, ésta morirá (Ezequiel 18:4 y 20), que sin derramamiento de sangre, NO hay remisión de pecado, NO hay perdón (Hebreos 9:22), y que la paga o el salario del Pecado es la Muerte (Romanos 6:23)
Salmo 78:38 (RVR60) «Pero ÉL, misericordioso, perdonaba la maldad, y NO los destruía; y apartó muchas veces su ira, y NO despertó Todo Su enojo.»
Durante cientos e incluso miles de años de maldad bruta, de iniquidad continua y de pecado NO había un Juicio visible de Dios frente al Pecado a pesar que ÉL lo dijo que lo habría.
NO se pagaba la Pena por el Pecado; y algunos fieles hombres de Dios (pecadores como nosotros), eran perdonados (o mejor dicho, NO eran castigados); es decir, había un «Perdón Temporal» pero NO había base legal para ese perdón; ya que, como hemos dicho anteriormente, los continuos e interminables sacrificios de animales NO quitaban el pecado, tan sólo ilustraban o simbolizaban gráficamente esa realidad y nuestra condición, pero NO tenía un valor expiatoria real o total del pecado.
LA SANGRE DE UN ANIMAL COMÚN NO ES UN VERDADERO SUSTITUTO PARA UNA VIDA HUMANA CULPABLE ANTE DIOS.
Los hombres podían acusar a Dios de ser Injusto (de NO juzgar el pecado), peor aún, Satanás (nuestro acusador) podía acusarle de ser un Dios injusto:
“Advertiste seriamente a Adán que si te desobedecía moriría, y pasan más de 900 años y NO lo haces aún”
“¿Noé? Él debe morir ahogado en el diluvio con los demás, es pecador como todos”
“¿Abraham? Dudó de tu palabra respecto a su hijo prometido, NO tuvo fe, además mintió”
¿Moisés? Asesinó a un egipcio, se fugó, y ¿tú vas a tratar con él?”
¿David? Dices de él que tiene un corazón puro, y resulta que comete adulterio y planea un homicidio para encubrirlo todo”
¿Tu Pueblo Israel? Mira en el desierto a quien adoraban, te fue infiel constantemente, se hacían dioses,”.
“¿Dios Justo?”
“¿Tu Palabra es Fiable?”
Había un Problema serio y grave, Su Justicia parecía brillar por su ausencia.
SU JUSTICIA ESTABA SIENDO CUESTIONADA, ESTABA EN ENTREDICHO.
Dios es Verdad y Veraz, y NO puede mentir jamás, ni fallar a SU Palabra, ni ser contrario a lo que ÉL es por Esencia y Naturaleza y, de algún modo, los pecados que ÉL «pasó por alto en Su Tolerancia» tenían que ser juzgados y condenados para que ÉL fuera Justo, y para que exhibiera SU Perfecta Justicia; por tanto alguien tenía que recibir el castigo por todos esos pecados, y ese alguien NO es otro que Jesús.
ÉL NO quedaba satisfecho con los sacrificios del Antiguo Testamento, al contrario, el hecho de repetirlos cada día, cada año indicaba que la Obra NO era completa, que era ineficaz; y que por tanto necesitaba un sacrificio único, completo y perfecto.
Si en Hebreos 10:4 nos dice que la sangre de los animales NO quitan los pecados, es en el siguiente versículo (el autor aplica el Salmo 40:6-8) donde vemos la solución:
Hebreos 10:5-7 «Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda NO quisiste; más me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado NO te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer Tu Voluntad, como en el rollo del libro está escrito de MÍ.»
DIOS PADRE PREPARÓ UN CUERPO HUMANO A DIOS HIJO PARA ÉL A SU VEZ, OFRECÉRSELO EN SACRIFICIO.
Dios, en lo alto de otro monte, esta vez el Gólgota, hizo una exhibición pública ante todos de que ÉL es un DIOS JUSTO que castiga el pecado, que condena al pecador, sólo que no fuiste tú ni fui yo, sino que el que yacía agonizando en la Cruz era Cristo, Dios mismo, quien lo hacía por todos nosotros, sustituyéndonos (Isaías 53:6)
ÉL NO tolera el pecado hasta el punto de quebrantar y aplastar a Su propio y Amado Hijo (Isaías 53:10)
DIOS miraba y aguardaba al futuro esperando y aguardando hacia la Manifestación de SU CORDERO PERFECTO Y SIN MANCHA, DE CRISTO, el cual vendría NO a pasar por alto los pecados, NO a cubrirlos por un tiempo, sino a QUITARLOS DE EN MEDIO, DE UNA VEZ Y PARA SIEMPRE.
El valor Propiciatorio radica enteramente en el valor de la victima, Cristo, quien encierra en Sí toda la humanidad, siendo igualmente y a la vez, Dios Todopoderoso.
Dios aguantó y contuvo Su Juicio un tiempo, mostrando paciencia, pero NO calmando ni apaciguando su, cada vez más, ardiente Ira, la cual se acumulaba pecado tras pecado, maldad tras maldad, hasta que en la Cruz toda esa Ira, esa Furia Divina desde Adán hasta el último hombre de todos, fue derramada y vertida enteramente sobre el Hijo.
Si ÉL pasó por alto los pecados en Su paciencia, en Su capacidad de aguante, sólo fue porque estos estaban todos fundamentados en la venida de su Hijo, quien voluntariamente pagaría por cada uno de ellos.
Para que Dios retirara de nosotros Su Ira, Su Indignación y Su Furor que tan justamente merecíamos, Cristo murió como Propiciación por nuestros pecados.
Resulta cuanto menos curioso que la misma palabra usada en Romanos 3:25 («Hilastérion») es la misma que se usa igualmente en Hebreos 9:5 para designar la cubierta de la tapa del Arca del Pacto, dentro del Lugar Santísimo en el Tabernáculo (Éxodo 25:22)
El Día de la Expiación (Levítico 16), el Yom Kippur, era el más solemne y sagrado del año en el contexto judío (“yom” significa “día”, “kippur” significa “expiación”, literalmente: “cubrimiento del pecado”). Ese día era el más importante en el sistema mosaico, porque ese día, la eliminación del pecado recibía su máxima expresión, el día anual de la Expiación.
Aquel día, el Sumo Sacerdote, una vez limpiado de sus propios pecados y tras haber degollado al macho cabrío (otro se soltaba a su suerte por el desierto con los pecados del pueblo atribuidos y transferidos), entraba al Lugar Santo, de ahí, tras pasar por el velo, al Lugar Santísimo, y allí esparcía la sangre del sacrificio sobre el Propiciatorio («Hilasterion»); ese es el lugar de Misericordia, donde estaba el centro del Trono de Dios, y allí ÉL se encontraba con Su Pueblo (Éxodo 25:22)
La cubierta (Propiciatorio) era el lugar donde se cubría el pecado, y nos enseña algo acerca de la Justicia y la Santidad de Dios, quien puede perdonar el pecado debido a un sacrificio expiatorio (sustitutorio)
En esa cubierta, en el Propiciatorio habían 2 querubines de oro, uno frente al otro, en cada extremo, con las alas extendidas (se tocaban por las puntas) y mirando, contemplando hacia abajo, a la tapa misma, la cual sería manchada por la sangre de los continuos sacrificios año tras año.
Esa misma palabra, Propiciatorio («Hilasterion») nos traza una directa y preciosa conexión hacia Cristo, hacia Romanos 3:25, ya que Pablo dice que Dios puso (en el original es exhibió públicamente) a Cristo como Propiciación («Hilasterion»)
Miles de años más tarde de aquellas continuas festividades de la Expiación («Yon Kippur»), NO en una caja de oro sobre el Arca del Pacto, NO en un Templo hechos de manos humanas, sino en las afueras de Jerusalén en una colina se está haciendo la GRAN, LA MEJOR Y LA VERDADERA PROPICIACIÓN, la cual aplaca y calma la Ira de Dios.
Allí NO un macho cabrío sin mancha, sino el Hijo Perfecto y Eterno de Dios está derramando SU Sangre, llevando nuestros pecados, sufriendo nuestro merecido castigo, al grito de «¡CONSUMADO ES!»
La Obra ha sido enteramente hecha, la deuda totalmente pagada, ya NO hay nada más que hacer.
EL SACRIFICIO YA HA SIDO HECHO UNA VEZ Y PARA SIEMPRE.
Juan 20:11-12 «Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro;y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.«
Ya NO hay 2 ángeles mirando y observando continuamente el Propiciatorio del Lugar Santísimo cómo se rociaba la sangre sacrificio tras sacrificio, año tras año, AHORA la Obra ha acabado, ha finalizado, ha sido completada una vez y para siempre, ya Cristo lo ha hecho TODO, y esos mismos 2 ángeles están ahora sentados (otra vez uno en cada extremo) pero gozosos, jubilosos, mirando al Sepulcro vacío para darle las buenas nuevas a las mujeres que vienen…
SE HA EFECTUADO UN PAGO, ¿A QUIÉN?
FALSAS TEORÍAS CONCERNIENTES AL SACRIFICIO EXPIATORIO DE CRISTO
- Teoría Influencia Moral: Creen que Su Muerte fue un mero ejemplo de un sacrificio personal y de un abnegado amor, pero NO un pago de un precio; de la misma manera que un misionero que entra en una colonia con leprosos para salvarlos y muere allí de lepra.
- Teoría del Rescate: Creen que la Muerte de Cristo fue un rescate pagado a satanás por nuestras almas, ya que este era quien nos tenía en su poder desde al caída.
- Teoría Gubernamental: Creen que la Cruz, lejos de ser un rescate, fue una gráfica visual y simbólica de la Ira de Dios contra el pecado, como una reivindicación y muestra pública de Su Gobierno moral que rechaza y se opone al pecado.
- Teoría de Christus Victor: Creen que Su Muerte y Resurrección significa un triunfo sobre todos los enemigos de la humanidad caída (pecado, muerte, diablo y ley de Dios), y aunque en cierto modo es así, NO menciona la satisfacción de la Justicia de Dios, ni la necesidad de aplacar Su Ira; de hecho, es una teoría meramente humanista y antropocéntrica que pone al hombre en medio.
Todas estas teorías niegan de algún modo que Cristo se ofreciera en sacrificio a Dios, y esquivan la base y la raíz de todo lo que emana de la cruz, que es la PROPICIACIÓN.
Allí en la Cruz hubo una SUSTITUCIÓN PENAL O JUDICIAL, donde Cristo llevó el castigo y la culpa que otros (en este caso toda la humanidad) merecen, pagando ÉL una pena
La Expiación NO fue un rescate por Dios al diablo, sino más bien una deuda pagada a Dios por los pecadores, una satisfacción plena de Su Divino Honor, una ofrenda y un sacrificio a Dios.
JESÚS APLACÓ LA IRA DE DIOS, NO LA DEL DIABLO
Efesios 5:2 «Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.»
Hebreos 9:14 «¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?»
Tras la Cruz del Calvario hay un notable cambio de actitud de Dios respecto a la humanidad, y este es fundamentado a la Propiciación, ya que le proporciona la libertad necesaria para poder ejercitar Su Compasión, Su Misericordia y Su Gracia sin las trabas que suponía el tener que exigir las demandas penales, ya satisfechas por la Muerte de Cristo, evidenciado y exhibido en la propia Resurrección.
La Majestuosa OBRA DE LA CRUZ presenta varias facetas (Justificación, Reconciliación, Redención o Rescate), las cuales no hacen más que engrandecer y glorificar al Dios Crucificado, pero todas estas facetas colindantes dependen del primer fundamento, es decir, de la Satisfacción de la Justicia, y del apaciguamiento, pacificación de su ira, lo cual se consigue únicamente en la PROPICIACIÓN, la cual es el punto de partida de todo lo demás, las demás bendiciones que fluyen de la Cruz.
PARA QUE FUERA POSIBLE LA RECONCILIACIÓN CON UN DIOS JUSTO, SANTO Y AIRADO, DIOS ANTES TUVO QUE OBRAR, Y LO HIZO EN LA PROPICIACIÓN.