Toda vez que la humanidad entera ha caído y sucumbido ante el engañador, éste oye unas desconcertantes palabras para él de parte de Dios mismo, del Soberano, del Creador; unas palabras que se convierten, a su vez, en la mayor y más grande promesa y esperanza para una reprobada humanidad.
EN MEDIO DE LA OSCURIDAD DEL EDÉN, RESALTA LA LUZ DE LA SIMIENTE PROMETIDA.
Dios mismo ha sido agraviado, ofendido, ultrajado, afrentado y humillado por quienes debían glorificarle, y es ese mismo Dios quien va a proveer un REDENTOR.
Una simiente, una descendencia de la mujer, a pesar de ser herida, acabará con Satanás de una vez y para siempre, con un seco y eficaz golpe certero en la cabeza.
Desde ese preciso instante se inicia una incesante lucha entre satanás y su descendencia en contra de la descendencia de la mujer.
Una lucha entre la luz y las tinieblas, entre el bien y el mal, entre los hijos de satanás y los hijos de Dios.
Satanás cree la Promesa de Dios, pues en el siguiente capítulo (consecuencia directa del pecado), en el capítulo 4, es precisamente la simiente de la serpiente, Caín, quien, lleno de celos y de envidia, asesina a la descendencia de la mujer, a su propio hermano, ABEL.
Ver estudio Detalmanera tipológico de Abel:
Este es el primer golpe de un enemigo que va a tratar de impedir por todos los medios la llegada de la simiente prometida; pero tiene un problema, él NO es Omnisciente, ni es Omnipresente, Dios sí.
Él NO puede estar en más de un lugar al mismo tiempo, sólo Dios está en todas partes, y sólo Dios sabe absolutamente todo, mientras que Satanás debe apoyarse en su ejército de demonios para hacer su voluntad.
Satanás cree haber logrado su fin, cree haber puesto desenlace a la Promesa de Dios al destruir a la primera línea descendente de Eva con el primer asesinato, pero aún queda muchísimo recorrido, aún queda miles de años hasta la llegada del cumplimiento perfecto del tiempo, hasta el Pleroma.
Cierto es que el pecado que habita en los corazones de los hombres aumenta en depravidad y perversión a medida que pasan las generaciones, y ya vemos homicidios, poligamias, idolatrías, borracheras,…
Para exponer y resumir mejor el tema, lo hemos dividido en varias etapas, apreciando cómo Dios cada vez más va delimitando, estrechando y marcando el camino de la Promesa, hasta su culmen, su apogeo, que tendrá lugar en un pesebre de una humilde aldea a 8 kilómetros al sur de Jerusalén.
Allí fue sepultada Raquel, allí espigó Rut en los campos de Booz, allí David fue ungido como rey, y allí irían los sabios astrólogos del oriente, porque allí nacería CRISTO.
Miqueas 5:2 «Pero tú, Belén Efrata («fértil»), aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad.»
I.- HASTA EL DILUVIO
Dios concedió Gracia a Adán y Eva con el nacimiento de un nuevo hijo piadoso, cuyo nombre significa «sustituto», pues sería por la línea de él que vendría la simiente.
Dios ahora trata con la descendencia de SET.
Génesis 4:25-26 «Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre SET: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre ENÓS («mortal, frágil o condenado a muerte»). Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.»
De esa línea, antes del Diluvio Universal vendrían Cainán, Mahalaleel, Jared, Enoc, Matusalén, Lamec y NOÉ.
Ver estudio Detamanera tipológico: https://detalmanera.com/noe-tipo-de-cristo/
Para entonces, los hombres se multiplicaron en gran manera, llenando la tierra de maldad, mezclándose los descendientes de la línea del piadoso Set («hijos de Dios»), con los de la línea del impío Caín («hijos de los hombres»), con matrimonios mixtos
SE TRATA DE UN NUEVO ATAQUE DE SATANÁS CONTRA EL PLAN DE DIOS.
Esa generación está llena de violencia y corrompida, y Dios establece un pacto con Noé, bendiciéndolo tal como hizo con Adán y Eva, pero sin la autoridad para sojuzgar y señorear.
Por todo ello, Dios sintió pena y dolor por la creación del hombre, y aunque vendría juicio, también habría misericordia proveyendo una vía de escape en forma de un arca.
Génesis 6:7-8 «Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. PERO Noé halló Gracia ante los ojos de Jehová.»
Por 1ª Pedro 3:19-21 y 2ª Pedro 2:5, vemos que Noé, varón justo y pregonero de Justicia, predicó arrepentimiento a su impía generación durante los 7 días que Dios dio de Gracia (Génesis 7:4)
La simiente de Satanás rechazaba a Dios, eran totalmente destructores, y además dominaban el mundo, ante lo cual era necesario un juicio para destruir la humanidad, y continuar Su Plan a través de una línea justa que ÉL mismo preservaría y conservaría
Génesis 6:17-18 «Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Más estableceré MI Pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.»
Noé creía en Dios como Creador Soberano, como el único Salvador al mal del pecado (Hebreos 11:7), se humilló, buscó a Dios, y le fue obediente.
Durante 40 días y 40 noches hubo tal diluvio (éste permaneció 150 días en total), que murió toda carne, todo ser vivo que se mueve en la tierra, quedando el monte más alto, Monte Arabat (5.160 metros) totalmente sumergido bajo 7 metros de agua.
Dios trajo juicio a una humanidad totalmente corrompida, pero guardó un linaje de justos para preservar el conocimiento de Dios.
Noé, Sem, Can (padre de Canaán), Jafet y sus esposas; pues para que haya descendencia, hacen falta esposas.
El Diluvio es una reversión a la Creación, y Noé es un nuevo comienzo.
Por causa del pecado, Dios destruyo la tierra la 1ª vez, a través de un diluvio, y la 2ª vez, también a causa del pecado, será destruida por fuego.
Génesis 9:1-2 «Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.»
Aunque la Creación, de alguna manera, es hecha nuevamente, y tenían oportunidad de iniciar un nuevo y obediente mundo a la Voz de Dios, sigue habiendo el mismo problema: EL PECADO.
La rebelión contra Dios sigue, y de los descendientes de Sem, Can y Jafet surgen el origen de las naciones, poblándose cada cual según su lengua, pero decidieron promover su nombre, en vez de glorificar a Dios.
Por si esto fuera poco, Noé se embriaga y cae en otro jardín, y al igual que Adán, está desnudo y avergonzado; vuelve de nuevo la decadencia; Can, su hijo, burla de él y es maldecido.
UNA REBELDE HUMANIDAD PRETENDE GANARSE UN NOMBRE, YENDO TOTALMENTE EN CONTRA DE DIOS.
Génesis 11:4 «Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.»
Mientras ellos se esforzaron en desobedecer a Dios, ÉL, quien NO permitió esta rebelión, confrontó su soberbia y humilló su orgullo, obligándolos a esparcirse.
ELLOS DECIDIERON ASENTARSE, DIOS LOS OBLIGÓ A ESPARCIRSE.
Génesis 11:7-8 «Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.»
La rebelión en sí NO fue la torre, sino la soberbia humana, que llegó a desafiar a Dios.
Babel se construye para exaltar al hombre, y eso está total y diametralmente opuesto a la Gloria de Dios.
Tras esparcirse, el hombre cambió el adorar al único Dios Verdadero, por la idolatría a muchos ídolos y falsos dioses.
A partir de ahora, Dios deja de tener trato con la humanidad, para tenerlo con un hombre descendiente de Sem, de Nacor y de Taré.
La línea de la simiente viene por la estirpe y la descendencia de Sem.
II.- LOS PATRIARCAS Y LAS 12 TRIBUS
367 años después del Diluvio narrado en Génesis 7, y en un mundo caído y lleno de idolatría, Dios llama a un hombre: ABRAM («padre enaltecido») desde Mesopotamia.
Un Dios real llama a un hombre real en una tierra pagana, le hace una promesa, y esta promesa, que se cumplió 2.000 años después, va a cambiar todo el curso y el devenir de la Historia de la humanidad.
Esta Promesa contiene 4 elementos: Una Tierra, una Nación, una Descendencia, y una bendición Universal
ÉL ES BENDECIDO PARA SER DE BENDICIÓN.
Ahora Dios NO va a tratar con el conjunto de la humanidad, sino que lo hará a través de Abrám, pues de él vendría una familia, de esa familia un pueblo, de ese pueblo una nación, y de esa nación, una simiente, la simiente prometida.
Dios lo llama a salir, a huir de la idolatría, a romper con todo su entorno, con toda su anterior influencia, y a empezar de nuevo en él, pues apenas hay conocimiento del Dios Verdadero.
Ver estudio Detalmanera tipológico: https://detalmanera.com/abraham-tipo-de-cristo/
Hay una PROMESA por cumplir, y ésta se llevará a cabo a través de Abram, quien después será Abraham (Génesis 17:5).
Esta Promesa se desarrolla y extiende a lo largo de todo el A.T. y se cumple en el Nuevo.
Génesis 12:1-3 «Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.»
Mientras Babel (Babilonia) quiso hacerse un gran nombre, y Dios NO lo permitió, ahora sí a va a engrandecer el nombre de Abraham, «Padre de Naciones», el «Padre de la fe»
Dios le promete un lugar, una tierra (Canaán), una nación (el Pueblo de Dios), de donde vendría el linaje para el Salvador del Mundo, y le promete además el Gobierno Soberano de Dios sobre ellos mismos.
Dios bendeciría a Abraham, a la par que haría de él una bendición para los demás, para las demás naciones de la tierra.
ES UN PACTO UNILATERAL, UN PACTO ETERNO Y UN PACTO INCONDICIONAL.
Dios ha establecido un pacto con él, y la señal del mismo es la circuncisión; además de prometerles una innumerable e incontable descendencia a unos, ya avanzados en edad, Abraham y Sara, quien encima es estéril.
Génesis 12:7 «Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.»
Génesis 15:4-6 «Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: NO te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová (FE), y le fue contado por justicia.»
Génesis 17:7 «Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.«
Dios va a actuar, pero ellos deciden actuar también, e involucran a Agar, la esclava para que Abraham tenga un hijo, tenga descendiente, tenga una simiente.
Error garrafal, NO se tata de un hijo, sino del Hijo de la Promesa, NO se trata de un descendiente, sino del Descendiente, NO se trata de una simiente, sino de LA SIMIENTE.
Génesis 18:14 «Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.»
NO vendrá por Ismael, sino por ISAAC; por él vendrá la descendencia del Pueblo de Dios, un pueblo odiado y perseguido por Satanás.
DIOS VA A DEMANDAR TODO DE ABRAHAM
Dios va a probar el corazón y va a examinar la fe y la entrega de Abraham, y lo va a hacer de la misma manera en que ÉL mismo nos ofrecerá a Su Hijo, es decir, en lo alto de un monte; allí debe sacrificar al hijo amado de la promesa, a Isaac.
NO sólo perder a su hijo, sino ver con sus propios ojos lo que su mano va a ejecutar, el sacrificio de su hijo.
ES UN ANTICIPO GRÁFICO Y VISUAL DEL CALVARIO, UN CUADRO DEL GÓLGOTA.
Dios va a poner al «Padre de naciones» ante la mayor prueba jamás enfrentada por un ser humano en la historia, y lo hará depsués de toda a revelación de ÉL que ha recbido.
Génesis 22:2 «Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que YO te diré.»
Abraham muestra y demuestra su fe y su fidelidad, y se le ordena detener su mano, a la vez que Dios le confirma nuevamente que de él vendrá LA SIMIENTE PROMETIDA.
Génesis 22:16-18 «Y dijo: Por MÍ Mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y NO me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En TU SIMIENTE serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.»
Un sustituto, un carnero enredado en un matorral sustituye a Isaac.
NO ha habido propiciación, La Justicia de Dios NO ha sido satisfecha aún, pero Dios nos deja otra pincelada del Calvario, un monte precisamente muy cerca del Moriah.
DIOS LE MOSTRÓ A ABRAHAM EL DÍA DE LA CRUZ, Y LE MUESTRA EN SU HIJO, LO QUE ÉL SÍ HARÁ CON EL SUYO.
Isaac, por medio de Rebeca tiene gemelos, pero la simiente prometida en el Edén sólo puede venir por uno.
Si Sara era muy mayor, Rebeca era estéril, pero la Promesa de Dios NO dependía de ellos, sino sola y únicamente de Dios.
Ante los ojos del hombre natural sería por orden de nacimiento, esto es, por Esaú, pero ante los ojos del Dios Sobrenatural es por elección, y vendrá por JACOB («engañador»).
Isaac transfiera la promesa, la bendición dada por Dios a Abraham al indigno, mentiroso, engañador hijo, a Jacob
Génesis 25:23 «y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor.»
Jacob pasará gran parte de su vida huyendo de su hermano Esaú.
Una noche, bajo las estrellas, Jacob tiene un sueño, donde unos ángeles subían y bajaban una escalera, que al contrario que la Torre de Babel, sí llegaba al Cielo, donde estaba el Señor para ponerse a su lado.
Ese sueño se haría realidad, mucho después en la Encarnación de Cristo (Juan 1:51)
De Jacob crecerá la inmensa nación prometida por Dios a Abraham en Génesis 12, un nación que será de instrumento al mundo entero para que Dios se revele, siendo «luz a las naciones» (Isaías 42:6 y 49:6), y, sobre todo, para ofrecer salvación a toda la raza humana.
Dios quería que fuese un reino de sacerdotes y una nación santa (Éxodo 19:6)
Jacob lucha incesantemente con el «Ángel del Señor» (Cristo antes de la encarnación). Ahora pide la bendición NO a su padre terrenal, sino a su padre espiritual; Jacob ya NO miente y Dios le bendice.
DIOS CONFIRMA Y RATIFICA EL PACTO, TAL Y COMO HIZO CON SU PADRE Y CON SU ABUELO.
Génesis 35:10-12 «Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; NO se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel.También le dijo Dios: YO Soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra.»
Jacob tiene que encontrar una esposa, y para ello va hasta un pariente cercano suyo, Labán , conoce a su hija, se enamora y piensa que ya la ha encontrado, trabaja duramente por 7 años, se casa, pero NO es ella, despierta al lado de otra, de Lea.
Jacob trabaja duramente otros 7 años para casarse con Raquel, la menor de las hermanas, la que él amaba.
Génesis 29:31 «Y vio Jehová que LEA era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril.»
Ella NO puede tener descendencia hasta que da a luz a José, el hijo más amado, por encima de sus hermanos, pues era el hijo que tuvo primero con la mujer que amaba, y más tarde tuvo a Benjamín.
NO VENDRÁ POR RAQUEL, TAMPOCO POR LA SIRVIENTA BILHA, SINO QUE LA SIMIENTE LLEGARÁ A TRAVÉS DE LEA.
Desechada por Jacob, bendecida por Dios; menospreciada por su marido, engrandecida por su Dios.
La mujer que él NO quería cuando su hermana NO podía tener hijos, Lea, ella lo hizo, y dio a luz a Rubén, Simeón, Leví (padre del sacerdocio), Isacar, Zabulón, Dina (sexo femenino) y JUDÁ.
Génesis 35:22-26 «Aconteció que cuando moraba Israel en aquella tierra, fue Rubén y durmió con Bilha la concubina de su padre; lo cual llegó a saber Israel. Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:los hijos de LEA: Rubén el primogénito de Jacob; Simeón, Leví, JUDÁ, Isacar y Zabulón.Los hijos de Raquel: José y Benjamín.Los hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí.Y los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser. Estos fueron los hijos de Jacob, que le nacieron en Padan-aram.»
En medio de la historia de José, en un capítulo que parece estar fuera de lugar (Génesis 38), en un paréntesis al relato bíblico, hallamos una desagradable e inmoral historia de JUDÁ.
III.- UNA TRIBU: JUDÁ
SE TRATA DE JUDÁ
Génesis 49:8-10 «Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; los hijos de tu padre se inclinarán a ti. Cachorro de león, Judá; de la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, así como león viejo: ¿Quién lo despertará? NO será quitado el cetro de Judá; ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh («Aquel al que pertenece el Reino, el Mesías»); y a ÉL se congregarán los pueblos.»
DE ESA TRIBU VENDRÁ UN CORDERO QUE SERÁ UN LEÓN.
Engañado, se acuesta con Tamar, su nuera, quien se disfraza de prostituta, pensando tal vez que nadie le daría descendencia, y ésta concibe a gemelos, llamado uno de ellos, FARES, cuyo nombre significa «rotura o empuje».
La línea mesiánica de la simiente prometida vendría a través de este hijo de prostitución y de incesto.
PERO la historia de Judá es demasiado desagradable e inmoral como para ser identificado en la Prometida simiente de Dios.
JUDÁ NECESITA SER REDIMIDO.
Y eso es precisamente lo que vemos cuando Judá le dice a su padre Jacob «Envíame con el niño Benjamín, yo sé que lo amas, pero tranquilo, si algo le sucede a él, yo seré su sustituto».
Jacob ya creyó perder a su amado hijo José, ahora NO quería perder al otro amado hijo de su amada esposa, Raquel, a Benjamín, su ahora hijo favorito; y es Judá quien se ofrece como sustituto de él, haciendo una sombra, una tipología de Aquel verdadero Sustituto quien nos sustituyó ante Su Padre en la Cruz.
Génesis 43:8-10 «Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños. Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre; pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces.»
Tras la hambruna, los hijos de Jacob (Israel) NO tienen más alternativa que ir a comprar trigo a Egipto, donde por la Providencia del Dios soberano quien cuida Su Promesa, está José (hermano despreciado por ellos mismos) al mando de Egipto junto con Faraón.
José los prueba sacándoles a Benjamín, «Me quedaré con éste», pero Judá le dice «Eso va a matar y a destrozar a mi padre, quédate conmigo como sustituto de mi hermano, y pon su castigo en mí, para que mi padre quede satisfecho con su redención»
Génesis 44:33-34 «(…) te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos. Porque ¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.»
JUDÁ HA INTERCEDIDO POR BENJAMÍN, HA ESTADO DISPUESTO A ENTREGARSE ÉL POR RESCATAR A SU HERMANO MENOR.
Génesis 45:5-7 «Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega.Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.»
Dios, soberanamente, usó a José para preservar a Su Pueblo, venciendo nuevamente la obra del diablo, quien ha querido destruir el Plan de Dios: LA SIMIENTE PROMETIDA.
Aunque están en Egipto, y allí serían subyugados y oprimidos, Dios los multiplicaría y los libraría (Éxodo 1:7). Su Mano Poderosa estaría con ellos, y sus mujeres eran sanas y fecundaban con facilidad.
Dios estaba haciendo de ellos una gran nación, pasando de 70 a 603.550 varones mayores de 20 años (Números 1:46), con una población total aproximada a los 2 millones.
Allí en el Egipto, Satanás busca destruir la nación de la simiente, influenciando y utilizando a los dirigentes de Egipto para ello.
La situación allí era terrible: opresión, esclavitud, violencia, mutilaciones, torturas,… hasta que clamaron a Dios, Quien oyó el clamor de Su Pueblo y se acordó de la Promesa, del Pacto, de la Simiente prometida.
Éxodo 3:4-9 «Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.Y dijo: NO te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.»
Un descendiente de la tribu de Leví será, como lo fue anteriormente José, el instrumento, para sacar a Su Pueblo de la esclavitud de Egipto.
Ver estudio tipológico Detalmanera: https://detalmanera.com/jose-tipo-de-cristo/
El enfrentamiento NO es tanto entre Egipto e Israel, sino más bien entre faraón (instrumento para Satanás) y el Dios de la Promesa.
La batalla es entre 2 soberanos: el Soberano Dios de este mundo, frente al hombre soberano de la tierra (faraón), y ne medio una cuestión: «¿A quién debe servir el Pueblo?»
NO SE TRATA DE MOISÉS, SE TRATA DEL SOBERANO DIOS QUE UN DÍA HIZO UNA PROMESA EN EL EDÉN.
De Egipto pasarán al Desierto, allí necesitan ser quebrantados, purificados, NO por un hombre o una nación, sino por Dios mismo, quien habitará en medio de ellos, los cuidará y los guiará, a un pueblo cada vez más rebelde y terco.
Dios instituye la Pascua, tanto para recodar y conmemorar su salida de Egipto, como sobre todo, para enseñarles, prepararles y adelantarles que un día habrá una muerte sustitutiva de un Cordero (Juan 1:29) mucho mejor que los que sacrificaban allí, cuya sangre derramada los limpiará de una vez por todas.
LA PASCUA NO SÓLO ERA UN RECORDATORIO DEL PASADO, SINO UN DISEÑO DE LO QUE VENDRÍA EN EL FUTURO.
Tres meses después de salir, Dios, en el Sinaí, le da su Ley, la cual es buena y santa, para que se diagnostiquen y sean plenamente conscientes que NO pueden seguirla, ni obedecerla, y sirve para proteger a Su Pueblo contra el paganismo y la idolatría de las naciones de alrededor, y para revelar la triste y nefasta condición del hombre desde que Dios dio la Promesa, y es que somos pecadores.
Por si acaso hubieran olvidado LA SIMIENTE PROMETIDA, Dios nuevamente se lo recordaría, por boca de Moisés.
Deuteronomio 18:18-19 «Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Más a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, YO le pediré cuenta.»
Se trata de un 2º y mejor Moisés, mucho más grande que él, quien levantó Sus Manos, NO para abrir un mar, sino para abrir el Cielo mismo e introducir a Su Pueblo en él.
Deuteronomio 32:43 «Alabad, naciones, a Su Pueblo, porque ÉL vengará la sangre de sus siervos, y tomará venganza de sus enemigos, y hará expiación por la tierra de Su Pueblo.»
A pesar que toda una generación muere en el desierto (excepto Josué y Caleb), serán los descendientes de éstos quienes sean introducidos a la tierra prometida.
DIOS NO CAMBIA, NO MIENTE Y NO DESISTE EN SU PLAN.
Israel ahora se encuentra en su tierra prometida, pero NO goza de la bendición prometida, pues lejos de obedecer a Dios, han sido rebeldes, idólatras y duros; y es por ello que durante 350 años se ven envueltos en una espiral cíclica descendente de inmoralidad y corrupción, donde se repite el mismo patrón vez tras vez.
PECADO-OPRESIÓN-ARREPENTIMIENTO-LIBERACIÓN Y PAZ
El Pueblo de la Promesa se halla en una continua derrota y en un fracaso sin igual, es la época de los JUECES, los libertadores, quienes pasaron de ser buenos, a ser malos y corruptos como nunca antes, en una época de transición a la monarquía.
15 jueces, cada vez más inmorales, y una evidente conclusión: la imperiosa y vital necesidad de un Perfecto Juez, de un Mejor y Verdadero Salvador para que el pueblo pueda descansar en plena paz, y es por eso, que en este contexto histórico, y con la enemiga de Israel, Moab en escena, que Dios va a obrar nuevamente en pos de Su Promesa.
Ningún juez pudo acabar con el mal ni solucionar el problema del pecado, es por eso que vendría un JUEZ mejor.
IV.- UN HOMBRE: DAVID
Dios, providencialmente, va a convertir la mala decisión de una familia de la línea de JUDÁ (Elimelec y Noemí), en una gran ocasión para mostrar Su Gloria al cuidado de Su Promesa.
Dios aún está trazando y desplegando Su Plan, y ésta NO es tan solo una historia de amor, sino una Historia de redención.
La joven y moabita nuera de Noemí, Rut, ha quedado viuda, pero decide serle leal y fiel a su suegra y acompañarla hasta el final.
Rut 1:16-17 «Respondió Rut: NO me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.»
Rut, ya en Belén de Judá, recoge espigas en el campo de Booz, pariente muy cercano a Elimelec, y por tanto de la seleccionada línea de Judá, y éste la va a redimir y restaurar, mostrándonos nuevamente Dios cómo un día cada vez más cercano, un pariente nuestro nos redimirá y restaurará.
Al final del libro, Rut y Booz se casa y tienen un hijo, al que llaman OBED, siendo éste padre de ISAÍ, y éste de DAVID.
RUT SE CONVIERTE EN LA BISABUELA DEL REY TERRENAL DAVID, UN REY QUE APUNTABA AL MEJOR Y VERDADERO REY: CRISTO.
Dios estaba dirigiendo soberana y providencialmente los acontecimientos de la historia de la humanidad, a pesar de la constante y terrible lucha y oposición de Satanás por impedirlo, hacia el cumplimiento de SU PROMESA EDÉMICA.
En medio, y de forma simultanea a historias y planes humanos entretejidos, hay algo más importante que guía todo eso, y es la Providencia de Dios respecto a Su Plan de la Promesa de la Simiente.
Antes de adentrarnos con el biznieto de Rut, la Biblia nos habla de 2 personajes: Samuel y Saúl, pero NO se trata de ninguno de ellos, se trata de DAVID, de la línea de Judá.
Él es el escogido para que la simiente pase por su vida, y sea parte de su descendencia.
Ver estudio Detalmanera tipológico: https://detalmanera.com/david-un-tipo-de-cristo/
DIOS REITERA EL PACTO DE LA PROMETIDA SIMIENTE CON ÉL, CON DAVID
1ª Crónicas 17:11-14 «Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino.El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y NO quitaré de él Mi Misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti;sino que lo confirmaré en Mi Casa y en MI Reino eternamente, y su trono será firme para siempre.»
David quiere construir una casa a Dios, pero es Éste quien le construirá una casa, y además perpetua, a David
Parcialmente cumplido en Salomón, su hijo quien edificó el Templo, será totalmente cumplido en la Simiente, quien edificará el Templo espiritual de Dios, la Iglesia.
Será tras la muerte de éste, de Salomón (año 930 a.C.), y coincidiendo con una cada vez mayor idolatría y paganismo, que se divide el Reino en 2; por una lado 10 tribus al norte (Reino de Israel), cuya capital se estableció en Samaria, y quienes siguieron a Jeroboam, un funcionario de Salomón; y por otro lado quedó el Reino Sur, compuesto por las tribus de JUDÁ y de Benjamín, con ROBOAM, hijo de Salomón y nieto de David como rey, y Jerusalén como capital.
1ª Reyes 11:30-32 «Y tomando Ahías (profeta que profetizó a Jeroboam) la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que YO rompo el Reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus; y él (Salomón y Roboam) tendrá una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel (…)«
20 reyes durante alrededor de 200 años, con 9 familias y dinastías luchando por ese trono fue el pésimo y oscuro bagaje del Reino Norte, caracterizados por hacer lo malo y detestable ante los ojos de Dios, mientras que el Reino Sur duró 350 años, con 20 monarcas, quienes por línea general hicieron lo malo ante Dios, aunque con excepciones como Asa, Jotam o Josías.
Aquí, en el Reino Sur, sólo hubo una familia, la de David, una dinastía, la casa de Judá.
Ambos hicieron lo aborrecible ante Dios, ¿Cuál era la diferencia entre ambos reinos?
La Promesa de Dios a David en 2ª Samuel 7:12-16
ELLOS SE OLVIDARON DE DIOS, DE SU PACTO, DE SU PROMESA, ¿HARÍA DIOS LO MISMO?
En el 722 a.C. los asirios conquistan y destruyen el Reino Norte, y en el 586 a.C. los babilonios harían lo propio con el Reino Sur, llevados a cautiverio, deportados y exiliados por Nabucodonosor hacia Babilonia.
Es en este contexto de rechazo hacia Dios, en el peor momento del Pueblo de Dios, cuando ÉL, por Gracia, envía Profetas, tanto al Reino Norte como Amós y Oseas, así como al Reino Sur, con Abdías, Joel, Isaías, Nahum, Habacuc, Sofonías y Jeremías…
¿EL MENSAJE?
Arrepentimiento o Juicio, que vuelvan a Dios, que recuerden su Promesa y Su Pacto o serán devastados y borrados de la faz de la tierra.
Pero estos profetas recuerdan al pueblo la Promesa aún por venir.
Aún en este Juicio, Dios le promete que vendrá un siervo sufriente, un varón de dolores y experimentado en quebranto, uno como hijo de hombre que entrará triunfal y humildemente en un pollino, pero que será rechazado y traspasado, vendido por 30 piezas de plata, escupido, odiado sin causa hasta la muerte, pero cuya muerte sería en sustitución por la nuestra; sepultado con los ricos, resucitado y ascendido a los cielos.
ÉL ES LA SIMIENTE PROMETIDA, Y DIOS NO SE OLVIDA DE SU PROMESA
El Exilio NO fue un fracaso de Dios, ÉL NO falló, sino que lo hizo el Pueblo, ÉL los juzgó por ello, ya que ningún rey estuvo a la altura de la Promesa Mesiánica.
La Promesa viene por el Judá, David, Roboam, en definitiva, por el Reino Sur.
DIOS HA JUZGADO SEVERAMENTE A SU IDÓLATRA Y DURO PUEBLO
Cuando todo parecía insuperable, sin solución alguna, y cuando satanás parecía haber logrado su victoria al destruir toda línea mesiánica para cumplir Dios con Su Promesa, al dispersar al Pueblo de Dios, ÉSTE aún guarda Pueblo, el Remanente fiel, y sobre todo, aún guarda, por Su Soberano Cuidado providencial, un descendiente de la casa de David, de la tribu de Judá, uno por donde vendrá la Promesa.
10 de 12 tribus dispersas, las otras 2 cautivas lejos de su tierra, pero hay un último descendiente de David vivo, se trata del bisnieto de Josías, y aunque está detenido y cautivo, hay un rayo de esperanza.
Hay un rey descendiente de David, JOAQUÍN (Jeconías), él es la última esperanza para un desesperanzado pueblo.
Primero es desterrado al exilio y detenido, pero pasados 37 años, no sólo es dejado en libertad en el 561 a.C, sino que es honrado, tal y como Dios ya había dicho por medio de Jeremías.
Jeremías 28:3-4 «Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia, y YO haré volver a este lugar a Jeconías (JOAQUÍN) hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová; porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia»
El Señor NO abandonó a Su Pueblo ni aún cuando éste estuvo en el exilio, y Dios mueve el corazón de un rey pagano, Ciro de Persia para, tras 70 años de cautiverio (así estaba profetizado en Jeremías 25:11 y 29:10), dejar salir al Pueblo de Dios a su tierra, así como edificarlo y restaurarlo mediante Esdras y Nehemías.
Dios consigue que el remanente fiel de Su Pueblo vuelva en el año 536 a.C., liderado por ZOROBABEL, un heredero legítimo del trono de David, aunque nacido en Babilonia durante el cautiverio.
Dios, en ese período después del exilio, continua hablándoles, y lo hace a través de Hageo, Zacarías y Malaquías, ellos son las últimas voces de Dios para Su Pueblo
Allí en la tierra prometida NO lo tendrán fácil, pues deberán lidiar con los samaritanos, sus enemigos.
El Antiguo Testamento acaba con una profecía, y tras ella, Dios guardará 400 años de silencio.
Malaquías 4:5-6 «He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.»
V.- UNA MUJER: MARÍA
Dios ha cumplido magistralmente Su Promesa, aún cuando el Pueblo NO la merecía, y efectivamente, un descendiente de Judá, un hijo de David heredará el trono.
Pero en los corazones de los judíos aún retumba una promesa que parece que aún NO se ha cumplido.
La simiente sería descendiente de una mujer, tal como Dios se lo anunció miles de años atrás en el Edén.
Isaías 7:14 «Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel»
Por medio de ella Dios haría cumplir maravillosamente el nombre de la profecía («Emanuel»), pues Dios mismo estaría y habitaría con nosotros.
EL CREADOR CONVIRTIÉNDOSE EN UN HABITANTE MÁS DE ESTE PEQUEÑO PLANETA.
La línea por donde debía venir la Simiente se ha reducido, pasando desde Eva, Set, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, la tribú de Judá, después el Rey David, y ahora una joven doncella virgen de dicha tribu y de Belén (Miqueas 5:2)
Hay un silencio de Dios de 400 años, su voz estuvo callada, NO así Su Mano, ya que dirigió absolutamente todo para que LA SIMIENTE PROMETIDA irrumpa en este mundo, desde el vientre de MARÍA.
CONCEBIDO POR DIOS ESPÍRITU SANTO, NACIDO DE UNA HUMANA, MARÍA.
ÉL ES LA SIMIENTE, ÉL ES EL HIJO DE DIOS, DIOS MISMO TODOPODEROSO.
ÉL, QUE ESTUVO EN EL EDÉN, VIENE A REVERTIR SUS EFECTOS, PARA SER NUESTRO 2º Y MEJOR ADÁN.
ÉL ES EL VERBO DE DIOS HECHO CARNE, LA LUZ VERDADERA DEL MUNDO QUE PENETRA Y DISIPA LAS TINIEBLAS.
Satanás va a asestar su último golpe antes de que el Dios mismo, en semejanza de hombre, ponga Sus pies sobre la Tierra, y, por medio de Herodes, manda asesinar a todos los niños nacidos recientemente por la zona, a todos.
Uno es salvado, y ese Uno sería quien entregaría Su Vida en favor de ellos y de nosotros, ese Uno es la descendencia prometida, tan cuidadosamente protegida y salvaguardada por Dios, ese uno es LA SIMIENTE PROMETIDA.
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