Título de serie, novela o película al más puro estilo de Hollywood, aunque cierto es su realidad en este caído, perverso y depravado mundo donde millones de personas alejadas y enemistadas conviven en él.
Intereses económicos, rivalidades de bandas organizadas y temas de drogas suelen ser los motivos de tales acciones que lleva aparejada el nombre del título.
NO es nuestra intención hablar desde el punto de vista criminológico, pero sí de un verdadero asunto legal, penal y forense que se planeó en eternidad pasada, que se llevó a cabo en la Historia, y cuyos resultados y efectos son visibles, duraderos y permanentes hasta la eternidad.
2ª Corintios 5:18-21 «Y todo esto (ser hecho nueva creación a tenor del V. 17, la conversión en general) proviene de Dios (el único y entero autor de nuestra salvación), quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo (siendo ÉL nuestro Representante y nuestro Sustituto), y nos dio el ministerio de la Reconciliación (la gran comisión para todos); que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo (en la Cruz se produjo la xxpiación), NO tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados (NO hizo la «vista gorda», ni declaró amnistía, simplemente Alguien los pagó y canceló), y nos encargó a nosotros (todos los creyentes) la palabra de la Reconciliación (Mensaje de la Cruz de Cristo). Así que, somos embajadores en nombre de Cristo (representantes autorizados comisionados con un mensaje que actuamos en nombre y autoridad de quien nos envía a ello), como si Dios rogase (suplicase) por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: ¡Reconciliaos con Dios! (¡Vuelve a mí, te amo!). Al que NO conoció pecado (el Santísimo Hijo de Dios, Jesús), por nosotros (a causa de nuestro pecado, y por la Justicia de Dios) lo hizo pecado (portador de todos los pecados), para que nosotros fuésemos hechos justicia (declarados justos ante Dios) de Dios en ÉL (sólo unidos, injertados y arraigados a ÉL, a Cristo)«
Antes de meternos de llenos en el AJUSTE DE CUENTAS, veamos que el versículo 19 dice que Dios NO nos tomó en cuenta los pecados.
A tenor de los que Pablo dice de toda la humanidad (él mismo incluido) en los 3 primeros capítulos de Romanos, destacamos claramente que en la formulación de cargos en un Juicio contra Dios NO tenemos alegaciones ni defensa alguna, NO tenemos posibilidad frente al Juez Justo y Recto.
1.- NO hay justo, ni aún uno.
2.- NO hay quien entienda.
3.- NO hay quien busque a Dios.
4.- Todos se desviaron, haciéndose inútiles a una.
5.-NO hay quien haga lo bueno, ni aún uno.
6.- Sepulcro abierto es su garganta, que con su lengua engaña.
7.- Su boca está llena de maldición y de amargura, como veneno de áspides.
8.-Sus pies se apresuran para derramar sangre.
9.- Quebranto y desventura hay en sus caminos
10.-y NO conocieron camino de paz
Conclusión: NO HAY TEMOR DE DIOS.
Con esa lista y formulación de cargos acusadores, DIOS NO nos toma nada en cuenta los pecados. Eso dice el Versículo 19.
Pudiera parecer opuesto a lo que DIOS es realmente en esencia y naturaleza, y a lo que SU Palabra nos enseña acerca de ÉL
VEAMOS:
Éxodo 23:7 «De palabra de mentira te alejarás, y NO matarás al inocente y justo; porque YO NO JUSTIFICARÉ AL IMPÍO».
ÉXODO 34:7 «… Que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que DE NINGÚN MODO TENDRÁ POR INOCENTE AL MALVADO; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.»
Proverbios 17:15 «El que JUSTIFICA AL IMPÍO, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación a Jehová.»
Job sufrió con esa gran pregunta (9:2), al igual que su amigo Bildad de Súah (25:4)
«¿Cómo puede el hombre justificarse ante Dios?»
El carcelero de Filipos también la sufrió (Hechos 16:30)
«¿Qué tengo que hacer para ser salvo?»
Adán y Eva NO sabían cómo esconderse de Dios al pecar (Génesis 3:8)
Isaías nos enseña que aún nuestras mejores obras son inservible, son como trapos de inmundicia, sucios ante ÉL (Isaías 64:6)
El salmista nos dice lo mismo en los salmos 130:3 y 143:2.
«Si mirases los pecados, ¿Quién, oh Seor, podrá mantenerse?»
«NO se justificará delante de ti ningún ser humano»
Incluso los Discípulos del señor, tras la lección al Joven rico, se preguntaban en Mateo 19:25 «¿Quién, pues, podrá ser salvo?»
PERO si tuviera que escoger un texto bíblico donde se relate la amargura y la desesperación de un corazón ardiente en busca de la gran respuesta para con Dios, el Juez Justo, me quedo con Miqueas.
Miqueas 6:6-7 «¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?, ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?»
Esa misma pregunta, este trágico dilema, está preocupante inquietud que tuvieron ellos, hoy tienen, y tenemos, millones de personas en el mundo entero.
De esa pregunta parte y nacen las religiones, todos los sistemas de creencias que haya elaborado la mente humana, donde la respuesta, errónea por cierto, se haya en uno mismo, y en lo que pueda hacer, obrar y aportar mediante méritos de todas clases. No hay nada más erróneo, engañoso, y herético que eso.
Ninguna religión humana ofrece la respuesta adecuada; ni aún la Ley de Dios dada en el AT a SU Pueblo, Israel, sirve para tal fin redentor.
Romanos 3:20 «Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de ÉL; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.»
Gloria a Dios que inmediatamente después de nuestra desfavorable y condenatoria fórmula de cargos de Romanos 3:10-17, en el versículo 21 en adelante, Pablo presenta la única y gloriosa solución y remedio a está vital cuestión: EL EVANGELIO.
Ahora podemos a decirle a Miqueas que NO hace falta que él dé o entregue a su primogénito, pues Dios mismo nos lo ha ha dado y entregado para reconciliar al mundo en ÉL y por ÉL.
Romanos 3:21-26 «Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en ÉL. Porque NO hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación (cómo el Propiciatorio) por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.»
Volviendo a los versículos de 2ª Corintios 5 con lo que abrimos este estudio, ahora vemos la respuesta al Versículo 19, que se encuentra explicada solamente 2 versículos más adelante, es decir, en el 21, pero que se fundamenta en la CRUZ.
«Al que NO conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en ÉL»
En la Cruz hubo una transacción, un intercambio, una sustitución; en definitiva, UN AJUSTE DE CUENTAS.
Hubo una Sustitución Penal.
Ver Predicación DETALMANERA al respecto: https://detalmanera.com/sustitucion-y-reconciliacion-2a-corintios-517-21/
Dios SÍ castigó, y SÍ tomó en cuenta los pecados de la humanidad, desde el primero hasta el último; desde la más «inocente» mentira, al más cruel asesinato y/o violación, pasando por un larguísimo etcétera de crímenes, conductas pecaminosas e iniquidades, rebeliones, transgresiones y atentados contra la Santidad de Dios. Lo hizo.
Sólo que los atribuyó, imputó, colocó a la cuenta de SU Amado y Perfecto Hijo, de Jesús, quien llevó la culpa en Sí Mismo, y quien sufrió el castigo por todos los pecados, de manera que ÉL fue tratado como, si fuera el autor, responsable y culpable único de todos y cada uno de ellos.
ÉL voluntariamente tomó nuestro lugar, el lugar de pecadores que merecían morir por el justo y Recto juicio de Dios según Ezequiel 18:4 y Romanos 6:23.
El pecador en esta escenificación penal de un juicio se queda simplemente parado, callado y enmudeció, sin nada que decir ni objetar. Se coloca y posiciona al margen, y es Dios EN Cristo quien todo lo hace a nuestro favor, y para SU Gloria y Alabanza.
¿Es solamente una «resta» donde se nos quita el pecado de nuestra cuenta y la culpa y el castigo que merecíamos, y quedamos en un estado de neutralidad? En absoluto, es muchísimo más, es además una «suma», ya que NO solo nos quita y erradica la culpa del pecado, eximiéndolo de pagarlo nosotros, pues Cristo la llevó y padeció por nosotros, como nuestro sustituto, es que además nos infunde, nos atribuye, nos coloca, nos imputa SU Perfecta Vida, SU Justicia, Sus Méritos; de modo que Dios nos ve a través de Jesús, y estando en ÉL , como santos y Justificados.
Isaías 61:10 «En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque ME VISTIÓ CON VESTIDURAS DE SALVACIÓN, ME RODEÓ DE MANTO DE JUSTICIA, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.»
CRISTO INTERCAMBIÓ SU JUSTICIA POR NUESTRO PECADO.
Nosotros le damos a ÉL nuestro pecado (y con él, el castigo, que no es otro que la muerte separada de Dios), y ÉL nos da a nosotros SU Justicia, que no es otra cosa que poder ponernos de pie ante Dios.
Dios trató a Jesús como el autor de los pecados nuestros, y a su vez, nos trata a nosotros como si hubiéramos hechos las obras justas, la vida justa, santa y perfecta del Hijo.
Esa es la doble imputación, la doble transacción; es el AJUSTE DE CUENTAS DE DIOS, quien ajustició a SU Hijo, lo juzgó, lo condenó, lo aplastó y quebrantó (Isaías 53:10), para decirte lleno de amor, como si fuera un ruego o súplica, por medio del MENSAJE DE LA CRUZ:
«¡VUELVE A MÍ, RECONCILIATE CONMIGO A TRAVÉS DE MI HIJO»
«ARREPIÉNTETE DE TU VIDA, CREE EN MÍ, EN LA CRUZ, EN LA RESURRECCIÓN»
Hechos 16:29-32 «El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿Qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.»
NO hay salvación fuera de Jesús, ni esperanza alejada de ÉL, NO hay respuesta más allá de EL, quién es la Verdad única, total y absoluta, ni camino alguno por el cual discurrir a salvo; NO hay puerta alguna para entrar al cielo que NO sea Jesús, ni luz en el Mundo que irradie como lo hace ÉL.
NO hay nadie quién se haya puesto en TU lugar, haya pagado TU pena, TU condena, que sólo TU merecías por TUS pecados y transgresiones, y NO hay nadie quién haya resucitado de la muerte para TU Justificación, ni que haya ascendido al Cielo para TU intercesión y mediación.
Tampoco hay nadie quién haya prometido y dicho que volvería para llevar a cabo y consumar TU salvación…