Habiendo expuesto la persona y obra del Hijo, y antes de exponer lo propio acerca de la 2ª persona de la Trina Deidad, esto es, el Espíritu Santo, en este tema abarcaremos un aspecto general de la Gracia de Dios que afecta y va dirigida a toda la humanidad, independientemente de su aceptación o rechazo. Puesto que es un favor inmerecido, que nadie de la humanidad merece por sí mismo es que es Gracia, y puesto que su alcance es general para todos, es que es común o universal. Resulta, de igual modo, necesario e importante diferenciar entre justicia y gracia, pues esto nos servirá para no caer en errores doctrinales, sobre todo en soteriología. La justicia es algo que se gana, se merece o que se le debe a una persona por algún estándar; la gracia no, la gracia se otorga a alguien que no la merece bajo ningún concepto.
El punto de partida para empezar a asimilar este concepto es la caída en pecado de nuestros primeros padres y representantes federales, y por ende, todos los seres humanos. Si la paga o consecuencia del pecado es muerte física, pero sobre todo, muerte eterna y separación de Dios, sobre la humanidad entera y sin excepción, pesa una sentencia totalmente condenatoria. Observamos que, aunque esta sentencia empezó a manifestarse en sus vidas desde la caída, Adán y Eva no murieron al instante, sino que pasaron mas de 900 años. Leemos de igual modo en Romanos 3:25 (2ª Pedro 3:9) que, en su paciencia, Dios retardó Su Juicio, aguantando Su Ira y pasando por alto los pecados, otorgando un «perdón temporal» hasta la cruz. Dios concedió y concede Gracia Común, por igual a todos. Dios no dejó a la creación ni a la humanidad solos, permitiendo que el pecado causara estragos. Por lo tanto, después de la caída, mediante la obra del Espíritu Santo, Dios sostiene la creación interponiendo su gracia refrenando el pecado, mantiene la vida y la cultura humanas, y otorga dones a todas las personas indiscriminadamente.
LA GRACIA COMÚN ES LA GRACIA DE DIOS POR LA CUAL ÉL CONCEDE A TODAS LAS PERSONAS, IMNUMERABLES BENDICIONES GENERALES, AJENAS A LA SALVACIÓN
Salmo 36:5 «Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.»
Salmo 119:64 «De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra; enséñame tus estatutos.»
Salmo 136:1-9 « Alabad a Jehová, porque ÉL es bueno, porque para siempre es su misericordia. Alabad al Dios de los dioses, porque para siempre es su misericordia. Alabad al Señor de los señores, porque para siempre es su misericordia. Al único que hace grandes maravillas, porque para siempre es su misericordia. Al que hizo los cielos con entendimiento, porque para siempre es su misericordia. Al que extendió la tierra sobre las aguas, porque para siempre es su misericordia. Al que hizo las grandes lumbreras, porque para siempre es su misericordia. El sol para que señorease en el día, porque para siempre es su misericordia. La luna y las estrellas para que señoreasen en la noche, porque para siempre es su misericordia.»
Santiago 1:17 «Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.»
Si la Gracia salvadora o Gracia Especial, la cual es eficaz y eficiente, lleva a las personas a que sean salvas, este aspecto de Su Gracia, la Gracia Común, no produce directamente salvación, pero indirectamente sí nos deja sin excusa alguna. La gracia común no cambia el corazón de las personas, no es suficiente para la salvación de nadie. Es un aspecto de Su providencia, pero por sí solo no resuelve el problema del pecado, aunque Su benignidad y bondad, Su tolerancia y paciencia debería llevarnos y guiarnos al arrepentimiento. Aunque por sí misma no salve, nos deja sin excusa y prepara el camino a la gracia especial. La gracia común, al igual que la revelación general de Dios te debiera llevar a ÉL. La bondad inmerecida de Dios a una persona impía y mala no tiene como fin o propósito animarla a que siga pecando, sino más bien apartarla de dicho pecado y ganarla para Cristo, despertando a la persona a que responda al llamado universal a la salvación.
Romanos 1:20 «Porque las cosas invisibles de ÉL, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. «
Aún sin haber escuchado el mensaje del evangelio con todas las implicaciones que conlleva, todos han recibido un claro testimonio sobre la existencia y carácter de Dios, pero lejos de responder a esta revelación, muchos optan por dar la espalda, negar, refutar y suprimir lo evidente.
Romanos 2:4-5 «¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios«
Dios, en Su gracia común reprime, retrasa y contiene el juicio en vez de destruir inmediatamente al pecador. No solo eso, sino que ÉL es bueno y proporciona numerosas bendiciones, pero el hombre, lleno de orgullo, es duro y opta por darle la espalda, por rehusar a arrepentirse y a aceptar el perdón ofrecido por medio de Jesucristo. Llenos de arrogancia, desprecian la generosidad divina
Esta gracia, como hemos podido observar, es resistible, y es algo constatable viendo la continua experiencia humana. Es por la dureza de nuestro corazón (Romanos 2:5) y por darle la espalda a Dios que somos condenados y que el pecador se pierde.
Isaías 26:10 «Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová»
La Gracia Común se refiere a esa gracia que Dios muestra a todas las personas indiscriminadamente, como la misericordia, bondad y los beneficios y los favores que Dios derrama liberalmente a las personas, sean creyentes o no creyentes, es decir, que se extiende a la raza humana, y que todos experimentamos. Dios, en Su gracia común, hace que el sol brille sobre justos e injustos. ÉL es amoroso, generoso y lleno de gracia aún con aquellos que se convierten en sus enemigos, y persisten en serlo.
Salmo 145:8-9 «Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia. Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras.»
Mateo 5:45 «(…) para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos»
Lucas 6:35 «Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
Hechos 14:15-17 «Y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones. «
Pero no solo Dios mantiene una actitud favorable hacia todos por igual otorgando bendiciones, sino que, de la misma manera, refrena el pecado en la vida del individuo y en la sociedad. Ya sea de una manera directa (Génesis 31:7), por medio del Espíritu Santo (Génesis 6:3), por un llamado a la obediencia a través de sus profetas (Isaías 1:16-20), o por la institución de los gobiernos humanos con autoridad delegada de ÉL (Romanos 13:1-4). Aún hoy, de la misma manera y por medio del Espíritu Santo, se retarda la manifestación del «hombre de pecado» de 2ª Tesalonicenses 2:6-7.
A menudo, y desde nuestro criterio, nos parece que Dios es excesivamente bueno con aquellos que son real y absolutamente indignos. A veces la gente malvada parece recibir, de manera temporal, más sol que los justos, que la gente buena. Tanto el Rey David, como el salmista Asaf (Salmo 73) o el propio Habacuc no terminaron de entender esta faceta de Su Gracia común y universal.
Salmo 37:35 «Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se extendía como laurel verde.»
Salmo 73:3-9 «Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte, pues su vigor está entero. No pasan trabajos como los otros mortales, ni son azotados como los demás hombres. Por tanto, la soberbia los corona; se cubren de vestido de violencia. Los ojos se les saltan de gordura; logran con creces los antojos del corazón. Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; hablan con altanería. Ponen su boca contra el cielo, y su lengua pasea la tierra.»
Un aspecto muy importante, a la par que controversial, es la expiación universal, la oferta salvífica de Cristo en la Cruz para toda la humanidad. ¿Acaso no es Gracia común que la obra expiatoria de Cristo tenga un alcance universal?, ¿Acaso la comisión evangelizadora no es para todo el mundo? Sin embargo, debemos aclarar que enfatizar este aspecto de Su Gracia puede llevar al peligro de omitir y negar una verdad bíblica igual de importante, como es la predestinación, y caer en una especie de pelagianismo o de universalismo. No podemos aislar y desconectar la oferta potencial de la cruz de Su Gracia común (Mateo 11:28-29, Juan 3:16,1ª Timoteo 2:3-4, 2ª Pedro 3:9), como tampoco podemos obviar que hay una elección para salvación de algunos (Efesios 1:4-8, 1ª Pedro 1:2). Desarrollaremos esta cuestión en el tema de la gracia especial.
1ª Timoteo 4:10: « Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.»
Algunos de los innumerables ejemplos de la gracia común pudieran ser:
- Ámbito físico: El hecho de respirar cada día, se despertarnos con vida cada amanecer, de cosechar el fruto de la tierra son algunos ejemplos.
- Ámbito intelectual: Aún siendo pecadores, algunos poseen gran inteligencia y entendimiento, que provoca grandes avances en el conocimiento y la ciencia, pero sobre todo, aún retiene algún conocimiento de Dios.
- Ámbito moral: Refrendando a las personas para que no sean todo lo malas que pueden llegar a ser, mediante la conciencia y ley escrita en sus corazones (Romanos 2:14-15), algunas personas caídas y depravadas pueden hacer y realizar obras, moralmente buenas como proteger la vida humana o la propiedad, respetar la familia y el matrimonio, etc.
- Ámbito creativo: Dios ha permitido otorgar a algunos capacidades en el arte y la música, así como en deportes.
- Ámbito social: Aún la persistencia del matrimonio y la familia humana, así como el gobierno humano con las instituciones son una muestra de Su Gracia.
- Ámbito religioso: Mediante las oraciones de los justos hacia pecadores, enemigos o quienes nos persiguen, y en base a Su Soberanía, Dios responde en favor de estos. De la misma manera, Dios puede oír y conceder peticiones y oraciones de incrédulos.
RAZONES PARA LA GRACIA COMÚN:
1.- Para redimir a los que serán salvos: De hecho el retraso de su Juicio, se debe a que todavía más personas serán salvas (2ª Pedro 3:9-ss, 1ª Timoteo 2:4)
2.- Para demostrar Su Bondad y Misericordia: Ya que no solo se demuestra en la salvación de los creyentes, sino también en las bendiciones a los pecadores (Lucas 6:35)
3.- Para demostrar, de igual manera, Su Justicia: Cuando Dios condena al pecador no lo hace sin antes haber invitado repetida y constantemente a que se arrepientan y acudan a ÉL con fe (Romanos 3:19). Nadie jamás podrá objetar que Dios fue injusto.
4.- Finalmente, para que ÉL sea glorificado: De muchas maneras se evidencia Su Gloria en este aspecto universal de su gracia, como es Su providencia, soberanía, dominio, Su gobierno sabio